Galería Umbriana

Subida por potty

La versión de Slaazeranth

¡Me dijeron que estaba loco por apostar el mundo a una partida del Jungle Speed contra un puñado de seres de gran poder! ¡Loco, dijeron! ¡¡Yo se lo demostraré!!

Básicamente, porque perdí el mundo. Ahora le pertenece al Tonberi, que hay que ver lo lento que parece en los juegos y lo rápido que sabe moverse cuando quiere. Así que siguiendo la tradición de la especie, todo aquel que haya matado algo alguna vez puede ir empacando para marcharse, antes de sufrir su Rencor de la raza.

Un agradecimiento especial a mis acompañantes, tanto el victorioso Tonberi como a Godzilla y a Luffy (aunque a este último tuvimos que explicarle el juego 20 veces porque siempre que terminábamos con una regla decía "aaaah, es un juego misterioso" o "aaaaah, es un palo misterioso", y así acabó).

Y maldita luz en contra, que el símbolo se ve poco xD

Y sí, me corté la uña jugando, y ahora ya no araño. Y Godzilla es un cotilla.

La versión de Potty

Entre que dejo en marcha la cena y que nos sentamos a comer, siempre queda un rato libre para hacer cosas con la peque. A veces arreglamos cosas con su destornillador sónico, otras entablamos peleas con sables láser y de vez en cuando, muy de vez en cuando, jugamos al Jungle Speed.

¿Por qué tan de vez en cuando? Es que siempre terminamos con algún vidrio roto, alguna mano quebrada, alguna silla partida por la cabeza e incluso alguna que otra vez, con un par de amigxs en el cementerio! (no digan nada, todo ha sido arreglado para que parezca un accidente...). Por eso es que el juego se guarda bajo llave, en una caja fuerte escondida en las profundidades de una caverna perdida en el medio de La Plata, cuya ubicación es conocida por los miembros de la familia y algún que otro masón que queda por el área, y se extrae de allí en ocasiones especiales. Como la de este martes de luna nueva y júpiter en la casa de sagitario, fecha ideal para hacer un sacrificio a la Pacha Mama.

Así que una vez que la comida estuvo en marcha, Lila hizo los honores de ir hasta las profundidades de la cueva perdida en el medio de La Plata llevando las llaves que abren la caja fuerte, trajo el juego y comenzamos a jugar. Eso sí, como somos muy civilizadas, aceptamos un "vale todo" menos rasguñar, por lo que antes de que comenzara a correr sangre, nos cortamos las uñas para no hacer trampa.