Partida Rol por web

El Ibhatán entra en la primera aceleración, sientes un desgarro en los riñones y comienzas a ver y oir todo más lento, como si estuvieseis dentro de una piscina de aceite.

Atacas al hombre de la derecha causandole una herida en el hombro.

Desgraciadamente, los dos encapuchados han decidido dejar de un lado a Calimero y atacan los dos al Ibhatán con todas sus fuerzas mientras dicen: -Ayúdanos idiota! Vordomant te recompensará!

Ese nombre te suena de algo...

Vordomant...

Ah si, Vordomart, me suena de algo. Dile en cuanto le veas que yo no me inmiscuyo en sus asuntos, son sus asuntos los que quieren inmiscuirse en mi. Pero que esté tranquilo, cortaré por lo sano...

Y dicho esto, disparo la flecha al que ha hablado.

Kiwn intenta rehacerse del fallo anterior y lanza un tajo al brazo del arma de su enemigo.
Malditasea!ElMaestronoseequivocabaaldecirmequedominarlaaceleracióneramuycomplicado -piensa Kiwn bajo los efectos de la aceleración.

-Qué?!- Contesta el encapuchado a Calimero, el cual dispara su flecha y se clava en el cuello del hombre, cayendo al suelo como un fardo sin vida.

Por contra Kiwn, aún no se ha acostumbrado a la primera aceleración y lucha mediocremente contra su enemigo. Pero ahora sois dos contra uno y le despachais sin problemas. Los dos encapuchados han caido.

Kiwn cancela la aceleración y vuelve todo a su ritmo natural, estás cansado y jadeante. Parece que tendras que esperar un poco a usar de nuevo este poder.

Ois al fondo de la habitación unos gemidos, parece que el hombre de la Horda al que mataron cuando entrasteis está agonizando.

Eh, ¿Qué es ese ruido? parece alguien agonizante. Vayamos a ver -digo con el arco y una flecha en la mano. Antes de llegar al tipo, recojo mi flecha del cuello del cadaver...

Me pesa todo el cuerpo...Mierda Kiwn concentrate!! -se recrimina el aprendiz a si mismo-. Aquí viene...

Kiwn consigue detener el ataque. Está cansado y sobretodo sediento; el sudor cae por la cara y hace que le piquen un poco los ojos. Sin embargo, aún queda un enemigo con el que terminar,y aun jadeando el parendiz no está dispuesto a darse por vencido y lanza una nueva estocada.

Cita:

Maldita sea! El que va a agonizar soy yo como esto no termine pronto.

Os acercais al hombre que gime, tiene una herida en la barriga y sangra mucho.

-Gracias por vengarme.... el Tahedorán Vordomant ha atentado contra la academia. Ha hecho volar un artefacto en la sala donde estaban reunidos el Gran Maestre y el Zemalnit... No sé que es lo que pretende... Teneis que ir al piso superior a ver que ha pasado... pero tened cuidado, pues puede que...- El hombre no puede acabar la frase y muere.

Vayamos al piso de arriba. Se va a enterar ese Vordomant...

Vayamos! -le dice a su compañero-. Por cierto, quién es Vordomant???

Ni idea, pero nadie osa tirarme por una ventana en su nombre. Es una larga historia. Ahora que se que está detrás de todo esto, le incordiaré todo lo que pueda. Este no se ha enterado de quién es Calimero...

Ah por cierto, mi nombre es Kiwn.

No se si lo habrás deducido por mi comentario anterior, pero el mio es Calimero. No pareces mala gente, solo que no me gusta que me apresen sin motivo aparente...

Lo entiendo,yo habría reaccionado como tú. Pero la situación ha estado un poco tensa desde esta mañana. Créeme, no teníamos intención de hacerte nada, sólo de asegurarnos que no estabas preparando nada...

Sea como sea, a la vista está que me has ayudado, por lo que yo te ayudaré en lo que pueda con ese Vordomant.

Caminais através del pasillo hasta las escaleras que os llevan al superior. Pero desgraciadamente un boquete enorme os impide el paso, parece ser que aquí ha sido la explosión. Habria que ser capaz de saltar un hueco de unos cinco metros para llegar al salón donde está habiendo una lucha de alto nivel:

Veis como unos doce borrones de tinta negra luchan contra otros tantos, está claro que son hombres en la segunda aceleración, veis manchas moviendose a velocidad de vertigo y agudos sonidos de espadas cortando el aire a toda velocidad. No podeis diferenciar a nadie. No sabeis si está el Zemalnit, o el Gran Maestre aún vivos. No podeis diferenciar a nadie. A nadie excepto a un hombre...

El Tahedorán repara en la presencia, a lo lejos, de Kiwn y Calimero. Detiene un par de cuchilladas y luego os grita.

-SALID DE AQUÍ!! RAPIDO!! IROS INMEDIATAMENTE O OS MATARÁN!!- La voz resulta cómicamente aguda, pero el trasfondo es completamente serio.

Luego sigue luchando en la revuelta hecho una bestia. La más remota idea de perder a su último alumno le enfurece al maximo.

De repente, tres hombres dejan la batalla para centrarse en vosotros, con una velocidad extraordinaria (como minimo primera aceleración) saltan el gran hueco de los cinco metros de escombros del pasillo.  Visten unas túnicas negras muy extrañas, con bordados rojos en los bordes. Tienen sus espadas de Tahedo desenvainadas y manchadas de sangre, posiblemente de guerreros de la Horda o estudiantes de la Academia.

El de la izquierda es muy alto, el del medio es bajito, y el de la derecha es grande y gordo.

Si realmente son tan buenos en la espada como parecen, la recomendación del Tahedorán es muy sabia.

Al ver a Tah Amorgos luchando por su vida Kiwn no duda en prepararse para tomar impulso y saltar. Cuando...

Cita:

El aprendiz se queda parado. Hoy ha visto morir a sus dos compañeros y ha tenido que matar para sobrevivir. Sabe que sólo sería un estorbo en esa encarnizada pelea.

Calimero... -comienza diciendo cuando varios hombres de negro corren endiabladamente hacia donde están- ...será mejor que nos larguemos.