Partida Rol por web

Un poquito despúes de llegar ellos llegó Drew, ya estaban casi al completo. Tras unos largos minutos de achuchones, besos, abrazos y bromas por fin consiguió calmarse mínimamente. Aún así no podía borrar la sonrisa de su rostro al verlos de nuevo con vida a ambos, y con Hunter muerto ya no tendría que preocuparse de nada más.

¿una señorita? No soy señorita.. soy guerrera !! -levantó los puños en posición marcial para luego volver a bajarlos riendo - ¿Piso para mí sola ? Iee , no .. también está Drew-san .. bueno.. y ahora vosotros dos! .. ¿no?

Me alegro volver a veros.. incluso también a ti macarrilla..

Las clases son un auténtico tostón.. menos mal que ya estais aquí y no iré más.. ¿me trajisteis mi pistola y eso?

Sonrió ilusionada con volver a ver sus dos preciadas pertenencias. Miró a Axel y poco a poco la sonrisa fue desapareciendo al recordar al verdadero Hunter y la muerte de Joe.

Por cierto.. esa armadura te queda horrible..

Axel saluda con la mano a Drew al ver que ella no parece muy dispuesta a acercarse. Enseguida descubre por su expresión que es porque todavía está preocupada por su estado de salud.
-Tranquila Doctora. Estamos perfectamente sanos. Matar "Hunters" renueva el espíritu-lanza el comentario con cierta sorna, pero sin mala intención. Realmente no se da cuenta de su propio estado hasta que habla sobre él. No es que estuviera grave, pero todavía se resiente un poco por sus heridas, que no están curadas del todo. Aún así eso no es un impedimento para Axel. Su resistencia a las palizas parece ser bastante útil.
-Incluso así no tienes pinta de ser una estudiante modelo "pequeña macarrilla"-contesta a Kyuu con su tonito de cachondeo para fastidiar.-Y siento decirte que no he podido traer la pistola. La dejé en una inmunda alcantarilla cuando nos apuntaron con escopetas. Además Ziyak me dijo que "cantaría" demasiado que hunter llevase en la ciudad ese tipo de armas. Lo siento.-añade esta vez algo más serio pues aunque no tiene mucha importancia se siente culpable por haber fallado a su amiga.
-Bueno, sólo falta estrellitas. ¿Dónde está?-lanza la pregunta al aire para que le responda quien sea o quien quiera, mientras se sienta en una de las sillas del piso.

John disfruta el trabajo, disfruta la compañía, pero debes en cuando el recuerdo de sus compañeros arrastrándose en una asquerosa cloaca lo vuelve a la realidad. "No todas las personas son como Greg, la mayoría son malditos autómatas con sin ganas de resaltar, personas que están perdiendo la identidad y eso me lleva a un sin fin de teorías."

El trabajo termina, una ducha y la despedida de Greg  con la pregunta de si hay algún lugar donde se pueden tomar los dos unas cervezas frías el próximo día a la salida del trabajo.

La memoria de las chicas aparece en lamente de John, un recuerdo de humanidad lo llena de nuevo. Toma el teléfono y marca el numero de la Doc

Ziyak atiende a las quejas de Kyuu observándola con una sonrisa que podría calificarse incluso de paternal mientars prueba ese extraño refresco, aunque para ser sinceros no lleváis tanto tiempo separados pero incluso un día en los tiempos que corren puede ser un período de tiempo suficiente para que ocurra alguna fatalidad.
-Así es, no hemos podido traer las armas pero igualmente podréis recuperarlas más tarde. Pero te he traído esto- saca de su bolsillo el reluciente, aunque algo desgatado, mechero de la suerte de Kyuu, tendiéndoselo para que lo recoja antes de que la puerta se abra dando paso a Drew.

Tras cerrar la puerta ella se queda algo dubitativa, sin embargo Axel deja claro que no tiene que preocuparse y Ziyak no se lo piensa ni dos veces, deja la lata y se le acerca hasta rodearla completamente con sus brazos, dándole un beso en la cabeza y quedándose así unos segundos más de lo debido, disfrutando del fresco y nuevo aroma que proporciona cualquier ducha saludable.

Finalmente la suelta, con cierta reticencia, y se queda de pie junto a la mesa rodeada de sillas en una de las cuáles se ha sentado Axel.
-Supongo que podríamos llamarle... Cuando estemos todos os explicaremos lo que encontramos ahí abajo- propone empezando a quitarse el incómodo chaleco y varios cables que recorren su cuello y su oreja, dejándolo todo sobre la superfície de cristal con cuidado.

Es entonces cuando un agudo "pitido" os sobresalta un momento antes de distinguir que se trata del teléfono, un sonido al que estáis poco habituados. Al parecer no existen los móviles pero por lo menos los fijos sí.

El pitido de un teléfono. Que sonido más simple y cotidiano. Un sonido por el cual nadie se altera, y en muchas ocasiones, ni se preocupa. Y es lo más lógico pues en cada hogar hay un teléfono, y aunque los tonos varían vienen a ser lo mismo. A pesar de todo esto Axel se sobresalta, casi se pone en guardia. El pitido le pone nervioso y le resulta molesto, una reacción que se consideraría bastante extraña si no se tiene en cuenta que hacía varios años que no escuchaba ese sonido característico de las comodidades de una vida pasada.
-Joder que susto. Deberíais bajarle el volumen a ese trasto.-comenta desde su posición. Viendo que nadie hace amago de ir a cogerlo termina levantándose para hacerlo el mismo.-Bueno, bueno. Ya voy yo... de todas formas me hacía bastante ilusión, no os voy a engañar.-bromea mientras se dirige al aparato. Lo descuelga y se lo lleva a la oreja.
Je! Hacía mucho tiempo que no pasaba esto. Tiene narices cuando lo pierdes todo hasta la más estúpida nimiedad te resulta interesante.
Los formalismos comunicativos pasan a un segundo plano cuando descubre quién se encuentra al otro lado del aparato. Una sonrisa ilumina su cara.
-Hombre John. De ti estábamos hablando. ¿Dónde estás colega? Nosotros estamos en el piso de Kyuu, los cuatro, sanos y salvos. Tenemos cosas importantes de que hablar-dice lanzando una mirada significativa a Ziyak.-Bueno, o al menos eso creo. ¿Puedes venir para acá? ¿O vives muy lejos?-termina esperando la respuesta de su amigo.
Después de esto...uno se plantea ciertas cosas...¿tendrán tele?

Ziyak me sorprendió. Sentí su abrazo, poderoso pero a la vez delicado y cerré los ojos, disfrutando en silencio de esa sensación cálida y segura que experimentaba, descansando mi rostro en su pecho después que él me besó la frente.

Cuando me soltó mis mejillas estaban sonrosadas y aunque permanecía seria, el brillo de mis ojos delataba lo feliz que me sentía.

-Te ves bien así -le susurré casi sin darme cuenta y al oír mis propias palabras esbocé una sonrisa-... A tí creo que te prefiero con la ropa de antes -le digo a Axel guiñándole un ojo.

A diferencia de Kyuu yo no había visto a Hunter y mucho menos su ropa, así que fuera de encontrar que vestía de modo llamativo, lo que Axel traía puesto no me daba ni frío ni calor.

El pitido me sobresaltó y al principio no acerté a adivinar qué cosa lo causaba, todavía no me familiarizaba del todo con las cosas del lugar. Como al tercer o cuarto pitido vine a caer en cuenta que era el teléfono. Axel que estaba más cerca de éste tomó la iniciativa y lo contestó. Debo admitir que yo me estaba esperando que al contestar apareciera una imagen holeográfica, si el televisor era así no me extrañaría para nada que el teléfono tuviera un sistema similar, pero Axel seguía hablando, a esas alturas ya sabíamos todos que era John y la imagen de éste nada que se proyectaba.

-Sí, dile que venga -dije a Axel- y que yo voy a preparar de cenar para todos.

Sonríe y toma su mechero para luego observar el reencuentro entre Ziyak y Drew con rostro ceñudo y un poquito desaprobador, pero pronto acaba sacudiendo la cabeza para alejar los malos pensamientos. Como no sabía muy bien donde meterse en ese momento cogió a Axel por banda del brazo que aún estaba con la llamada y tiró de el hacia el sofá.

Mira, mira.. lo vas a flip-uar..

Se acercó al proyector y lo encendió como ya había aprendido, apareciendo la pantalla holográfica de la tele. Despúes se sentó en el sofá mirando por última vez de reojo hacia atrás.

¿Mola ,eh? Aunque tampoco hay canales muchos ni peli de acción...

Hummmh ¿qué sera eso que vieron en las cloacas?

La voz de Axel le sienta bien en la mente de John. Pero la otra cosa que siente es "Cuidado".- Amigo estaba pensando en ustedes. Una sonrisa se enciende en John.-Estoy cerca, aparte tengo ruedas.

Una mano toma la llave de ignición, el auto surca las calles a un velocidad prudencial, los androides caminan  por la ciudad, la mano de John toca el timbre del departamento de las chicas.

Mientras termina de hablar nota como Kyuu empieza a tirarle del brazo para enseñarle nosequé. Hacía tiempo que no lo experimentaba pero de repente se acuerda de ello: le fastidiaba mucho que lo molestasen cuando hablaba por teléfono. De esta manera se resiste a ser desplazado.
-Un momento Kyuu.-le espeta algo seco. Sin hacer mas caso a la asiática centra su atención en terminar la llamada.-Vale tio. Ahora nos vemos.-cuando acaba cuelga el teléfono y se dirige a todos los presentes.-Bueno John ya viene. Creo que no tardará mucho.-.
Una vez terminado lo "importante", vuelve a centrarse en Kyuu. Se acerca ella y se sienta en el sofá a la vez que le revuelve el pelo.-¿No te habrás cabreado verdad pequeñaja?. Tendrías que saber que no hay que interrumpir conversaciones telefónicas.-bromea para que la chica no se tome muy a pecho la brusquedad de antes.-¿Qué es lo que querías enseñarme?.-. En ese momento, tras trastear la asiática con el proyector, aparece una pantalla holográfica que hace las veces de "tele".-¡Joder!-exclama realmente asombrado.-Esto es mejor que la tele que yo me esperaba...Anda y que no se lo monta bien esta gente-dice con cierta ironía pero sin apartar la vista de la pantalla.

El timbre sonó. Dejé el cuchillo sobre la mesa de la cocina y me enjuagué las manos rápidamente cogiendo luego un paño con el que comencé a secarlas mientras me dirigía a la puerta.

-¡Wow! -exclamé apenas abrir y ver que era John- ¿Te viniste volando? -bromeé y le dí un sonoro beso en la mejilla- Pasa, pasa... ¿No haz cenado, cierto? -lo miré con cara de pobre de tí que me digas que sí- Estoy terminando de preparar la cena...

Ziyak se mantuvo en un segundo plano en todo momento, observando con unsa sonrisa cómo Axel respondía al teléfono mientras Kyuu insistía por enseñarle el llamativo televisor holográfico, en el que por desgracia no parecía que fueran a emitir nada realmente interesante, de hecho lo más probable es que fuera uno de los medios principales para lavar el cerebro a la ciudadanía.
Optó por volver a la cocina e intentar ayudar un poco a Drew con la preparación de la cena, aunque prontó dejó claro que sus manazas estaban hechas para el combate y no tanto para la comida.

John no se hizo esperar, y gracias a su vehículo que podía aparcar en cualquier lugar debido a la escasez d éstos, en unos diez minutos apareció en el piso de las chicas.
Ziyak se acercó y le estrechó la mano, dándole una amistosa palmada en el hombro, alegrándose de comprobar que ofrecía el mismo buen aspecto que Kyuu y Drew.

-Ahora sí estamos todos, así que empezarán als aburridas explicaciones me temo...- miró de reojo a Axel burlonamente, tomando después asiento en una de las sillas de la mesa central del comedor -Cómo podéis deducir por la ropa de Axel, conseguimos acabar con Hunter con el rifle francotirador de Joe- señaló a su compañero con el pulgar, el cuál seguía vestido con ésa extraña y llamativa armadura blanca que había arrebatado a su enemigo para pasar desapercibido.
-Después nos metimos en las alcantarillas y tras varias horas conseguimos llegar a una puerta que abrimos con una tarjeta que Axel encontró días antes. Nos topamos con todo un grupo organizado de ciudadanos que habitan ahí abajo. Rebeldes o terroristas, como queráis llamarlos... Al menos son normales y no robots automatizados- mira a todos uno por uno y prosigue con la explicación -Cuando comprobaron que estábamos en el mismo bando nos ayudaron, y nosotros les dejamos uno de nuestros antídotos. Me han asegurado que van a mejorarlo y distribuirlo por toda la ciudad lo antes posible para que la gente empiece a reaccionar... Para entonces ya deberíamos haber vuelto ahí abajo.

-¿Una tarjeta? -pregunté acabando de dejar el último plato sobre la mesa y sentándome luego al lado de Ziyak- ¿Qué tipo de tarjeta? -los miré comprendiendo que debía explicarme mejor- Lo que pasa es que el ascensor del hospital tenía una ranura precisamente para una tarjeta, tarjeta que obviamente no tengo... -suspiré- demasiada calma en ese lugar, nadie habla y si llegan a decir algo parecen dos a tres frases hechas y dichas de memoria...

Tomé los cubiertos y corté un trozo de carne que me llevé a la boca.

-¿Y ustedes? -pregunté a John y Kyuu- ¿Encontraron algo?

Drew sirvió la comida y para allá que fue a comer, enfurruñada con Axel también. Se sentó a la mesa y cuando ya estaban todos comenzó a comer en silencio escuchando la experiencia que habían tenido en las alcantarillas. Asintió aliviada y con tristeza cuando nombró la muerte de Hunter , al menos dieron un buen uso al rifle de Joe, una buena venganza.

Bien hecho, haii..

Se llevó otro bocado de pasta a la boca y escuchó lo de la guarida secreta subiendo las cejas algo ingenua.

¿yo? Eh.. no, no encontré nada..

¿Qué es eso de que tenemos que volver abajo? Podeis quedaros aqui.. no pasará nada ¿no?

Axel se acerca John y le saluda como ya ha hecho Ziyak.
-¿Qué tal colega?. Has llegado bastante rápido.-comenta mientras le estrecha la mano, mas esto se ve interrumpido cuando la doctora anuncia que la comida está lista.
El macarrilla se sienta a la mesa el primero de todos. Aspira el olor de la comida y el estómago le ruge.
-Madre mía esto huele realmente bien.-sin esperar por nada ni nadie comienza a engullir la comida haciendo evidentes gestos de satisfacción.-Mmmm...esta de muerte.-dice con la boca llena. Como ya había visto Ziyak sus modales dejan bastante que desear, aunque teniendo en cuenta las circustancias incluso podría ser hasta comprensible.
Dos comidas buenas seguidas...Debe ser mi día de suerte.
-¡Oh si!.-interrumpe a Ziyak a mitad de la explicación, justo en la parte en la que anuncia la muerte del cazador.-Fue la leche. Ziyak hizo de cebo y yo esperé con el rifle en un edificio. El muy capullo se tragó la trampa de lleno. Se lanzó a por el grandullón y en un momento de calma con toda mi sangre fría y un pulso de la leche, le metí una bala en plena sien. Los sesos quedaron desparramados por el suelo. El muy hijo puta ni siquiera se dió cuenta de que estaba muerto jaja.-alardea de su hazaña como el que más, aunque no es una anécdota muy apropiada para la hora de comer. En seguida se da cuenta de la interrupción y añade.-Perdón colega...continúa. Es que me emociono, y ya sabes.-.
-La tarjeta me la dió "Charlie".-comenta sin sus anteriores recelos a desvelar lo que ocurrió con el infectado. Está de tan buen humor que todo eso le da igual.-Es un infectado que encontramos John y yo en aquel hospital donde pasamos la noche cuando Ziyak estaba infectado, o luchando contra la infección. El bicho consiguió escabullirse pero a la mañana siguiente me lo encontré y me regaló una especie de caja del tesoro que contenía esa tarjeta, unas cuantas balas, canicas y no me acuerdo qué más.-La historia de Charlie le resulta tan lejana que empieza a olvidar los detalles, a pesar de que apenas han pasado unos días.

-Sí, el día en que los conocimos -respondo no pudiendo evitar mirar a Ziyak al decirlo-... ¿Me permites ver esa tarjeta? -le hablé a Axel- ¿Tiene alguna inscripción o algo? -quise saber- ¿Ziyak? -volví a mirarlo- Tú ya estuviste aquí antes, por lo mismo sabes mejor cómo es que funciona todo aquí y entiendo que tú sabías a qué les daría acceso esa tarjeta... ¿Crees que sirva para el ascensor del hospital?

Estaba haciendo muchas preguntas, lo se, pero eran muchas las ideas que se me estaban pasando por la cabeza. Ese ascensor conducía a un lugar importante, uno que se ocupaban de mantener muy bien escondido y la tarjeta que ellos tenían quizás podía abrirme las puertas que necesitaba abrir para averiguarlo.

-John... ¿Tú no viste nada extraño, aparte de la enfermante pasividad de la gente, que te llamara la atención?

-Sigo pensando que les lavan la cabeza de alguna forma, pero el cómo exacto sigue siendo un misterio...- responde al comentario de Drew acerca del comportamiento general de la mayoría de ciudadanos, mirando de reojo al televisor ahora apagado antes de volver la vista a la maravillosa y caliente cena que esta vez come con algo más de modales que cuando estaba a solas con Axel.

Cuando la doctora le mira le devuelve una sonrisa cariñosa, y una vez el plato ha quedado vacío se decide a seguir hablando.
-Es mejor que vayamos abajo, es más seguro y tendremos comida y agua sin tener que preocuparnos por lavados de cerebro o posibles detenciones- suspira hondamente y se acomoda mejor en el respaldo de su silla.

-La verdad es que no había visto nunca una tarjetta así, debe ser de máxima prioridad o vete a saber porque la de Hunter no funcionó y es un Cazador, así que es posible que funcione en ése ascensor sí... Y quizá lleve a algún laboratorio que no quieren que nadie vea- arquea un poco la ceja ante esa idea, no tan descabellada pues de algún modo tienen que estar manipulando a la gente para que se comporte así -Es arriesgado, deberíamos dejar que los hombres de Richard se encarguen de ello... Quizá ya tienen algún infiltrado ahí- se encoge un poco de hombros, dándose cuenta entonces de que la mayoría no tienen ni idea de quién es ése tipo.

-Richard es el jefe de ése grupo de rebeldes, parece bastante capaz por lo poco que vimos- admite llevándose el vaso de agua a la boca para vacairlo completamente y volverlo a llenar, mirando su contenido inquisitivamente mientras deja que volváis a exponer vuestras opiniones o ideas. Las suyas parecen estar bastante claras.

Al ver que Ziyak ha acabado su plato, lo mismo que Axel, me pongo de pie, cojo sus platos y voy a la cocina para servirles más. La porción que les había dado no había sido mucha, la verdad, pero es que no sabía si lo que había preparado iba o no a ser de su agrado y entre que los pobres se sintieran obligados a comer algo que no les gusta, porque conociéndolos estoy segura que se lo habrían comido igual, opté por servirles una porción relativamente pequeña y ahora, ya con la certeza que les había gustado, les repetí el plato.

-Si luego quieres más me dices -dije a Ziyak dejando el plato frente a él-... Lo mismo para todos, miren que creo hice mal los cálculos y cociné para un regimiento -bromeé-. No, en serio, si quieren más no se corten en pedir, hay suficiente para todos.

Volví a sentarme y a concentrarme en lo que se estaba diciendo.

-¿Pero y nosotros? -pregunté- ¿Qué haremos mientras tanto? Si tal y como dices les lavan el cerebro, y mira que estoy de acuerdo contigo, porque es lo único que explica esa pasividad de la gente y el comportarse como si estuvieran programados, sin expresar emociones ni nada. ¿Cómo nos vamos a proteger si intentan lavarnos el cerebro a nosotros también? -suspiré-... No me gusta este lugar, Ziyak, independiente de las comodidades, de la buena comida, no me gusta, prefiero mil veces volver allá fuera, estar con ustedes, sentirme viva. No llevamos ni dos días en Hope y la monotonía de la ciudad me exaspera...

John escucha pasivo la conversación. Cuando comentan lo de la trampa al cazador, asienta con la cabeza mirando a Ziyak y le da un golpe en el hombro a Axel- Bien, por Joe. La comida se va desvaneciendo de los platos. -Aparte de los androides, hay un par de cosas que tengo que contar. La primera, mi jefe en el taller, esta tan cuerdo como nosotros, puede ser un espía, o un infiltrado. Señalando hacia abajo, dando a entender las alcantarillas. - Y lo segundo, es que conozco ... La cara de John se funde en un gesto de duda. -... o mejor dicho conocía a alguien que esta aquí. Pero para contarles quien es tienen que sabe de mí historia de  allá. Señala hacia el techo.

-Cuando comenzaron las catástrofes en nuestra tierra, ninguno de nosotros lo podía creer, ninguna de las 24 almas en la estación pudo asimilar lo que veíamos con nuestros ojos, las tormentas, los tsunamis, volcanes, terremotos, muerte.

Mientras mantuvimos el contacto con nuestros países, proporcionamos toda la información táctica que teníamos a nuestro alcance desde la estación.

Uno a uno empezamos a perder contacto con nuestro países, hasta que llego ese día. Ningún mensaje desde nuestro planeta, visual, auditivo, escrito, ningún mensaje. “Contacto Cero”.

Pasaron los meses, las ideas para tratar de comunicarnos con la tierra se agotaron y empezamos a sufrir el holocausto en carne propia. Melancolía, desesperación, suicidio, locura. Cualquiera hubiese pensado que personas entrenadas para vivir en el amplio vacío del espacio aguantaría este tipo de presión, pero todo el entrenamiento funcionaba a base de una sola cosa. Por más que pasáramos meses en el espacio infinito, teníamos un lugar a donde regresar. Ya no era así, estábamos solos, solos y abandonados.

No vale la pena nombrar los que se suicidaron, los que se volvieron locos, los que nos obligaron a convertirnos en asesinos, si asesinos, el miedo lleva a matar y los que no soportaron la presión, se volvieron peligrosos para nosotros y para la estación espacial. No tuvimos otra opción, sin ninguna base, nos convertimos en jueces y verdugos.

Cuando solos quedamos 12 Almas, el Mayor Edouard Gautier, nos reunió y comento lo que el quería hacer: El sabía que el vacío espacial cada vez nos afectaba más y que lo más probable era que en algún momento decidiéramos abrir las compuertas para una muerte rápida. El quería utilizar una de las tres sondas de escape que tenia la estación y bajar a la Tierra., exploraría, trataría de ver como estaba la situación y por medio de la  sonda nos mantendríamos en contacto através de mensajes escritos.

No se que fue lo que paso, quizás la desesperación, quizás el hecho de salir de la estación pero todo nos ofrecimos de voluntarios…    La razón primo, si todo estaba destruido en la tierra quizás fuéramos los últimos humanos en el confín del universo, no podíamos ir todos.

 “En busca de la humanidad”  llamamos a la misión y esta nos dio una inyección de motivación, nos dio una razón para seguir viviendo.  En los meses que duro la preparación trabajamos como lo que  éramos, un equipo especializado en resolver situaciones adversas. Estábamos tan motivados que paralelamente comenzamos a trabajar en uno de los experimentos principales  antes del holocausto terrestre. La Crio-éxtasis.

    La misión “En busca de la humanidad”  salio de nuestra estación 7 meses después. Tres personas iban en la Sonda “Esperanza”, el Mayor Edouard Gautier, la Primer Teniente Marina Gallardo y el segundo Oficial medico Ken Osaka.

El primer mensaje escrito que recibimos fue: “Esperanza ha aterrizado”, nos lleno de júbilo y alegría, aterrizado sonaba muy bien en nuestras cabezas. Esperamos con ansia el segundo mensaje, la expectativa era alta y queríamos saber todo lo posible de como iba la misión. Un día después llego el segundo mensaje, la frase que leímos nos detuvo la respiración: “No bajéis al Infierno”… decía.

La tristeza nos hundió en la desesperación. 7 días tardamos en cobrar sentido de que solo una cosa quedaba por hacer. Nos reunimos en la exclusa  de salida y en el momento que me tocaba accionar el sistema de apertura al vacío, por los parlantes de la estación se escucho: “El Experimento Crio-extasis ha sido completado con un 100% de éxito, datos puestos a disposición de la tripulación”

El destino nos ayudaba, podíamos quedarnos en Crio-éxtasis  por toda la eternidad, o hasta que fallara algún mecanismo de la estación, ya que con el sol nunca nos faltaría energía. Mejor eso que nada.

Nuevamente empezamos a trabajar, pero ya nuestra moral no era la misma, ni siquiera le pusimos un nombre a esta nueva misión. Cuando todo estuvo listo, recibimos un nuevo golpe.  De todos uno tendría que activar los sistemas de Crío-éxtasis, uno quedaría afuera de las capsulas, uno no se dormiría.

Después de ver cual era la forma de elegir al que se quedaría atrás, el seleccionado para poner en sueño eterno a mis compañeros fui yo. Todo salio a la perfección.

Después de controlar las cámaras de sueño durante un mes para que todo fuera en orden, mi trabajo termino. Si antes creía que lo que había pasado era duro, no se comparaba a la soledad y el vacío espacial. Solo, solo en el espacio, en los pasillos de la estación, solo en el olvido.

Después del segundo mes de soledad, una idea surgió en mi mente y el tomar la decisión de aceptar esta nueva misión fue lo que me saco del profundo poso de tristeza. No iba a morir solo, no lo haría solo y menos con la duda.

Empecé a preparar todo y hasta le puse nombre a la Misión y a la Sonda recuerdo lo que deje grabado en la bitacora de la Estación Espacial…

Soy el Capitán  John Crichton esta es la Bitácora 31-12-2017 de la Estación espacial internacional, trasmitiendo desde la Sonda “ Muerto”, apunto de comenzar la Misión “Descenso al Infierno”. Si alguien escucha esto será bueno… creo.

John toma aire respira, sus mirada se encuentra perdida y sus ojos estan cristalinos.

 -Si la entrada orbital hacia la tierra fue dura, nunca me imagine que el amarizaje seria peor. Caí en el mar, lo bueno fue que mientras la sonda no se abriera, no me hundiría.

Dos días estuve a la deriva, dos días de sufrimiento hasta acostumbrarme al mareo. La suerte estuvo de mi lado. Termine encallando en una cueva que se encontraba dentro de los acantilados.

Salí de la Sonda dos días después de encallar, fue lo que tarde en reunir el valor necesario para hacerlo. El aire era raro, distinto al de la estación o del traje espacial.

Tome el equipo necesario y  empecé a trepar por una abertura por donde se veía la luz del sol, a partir de ahí lo que fui descubriendo, fueron impactos en mi psiquis. El clima extraño, la fauna y la flora destruida, cambiada, mutantes,  piratas, locura. A medida que los días pasaban, más me horrorizaba, observe como animales que antes habían sido seres humanos, violaban y después devoran el cuerpo de lo que había sido una persona. Los miembros de la Misión “En busca de la humanidad” no podían haber hecho una descripción más exacta de lo que era la Tierra.

Cuando decidí atenerme al plan y llegar al lugar donde había caído la Sonda “Esperanza” me termine de asegurar que el nombre de mi Sonda y el nombre de la Misión era lo más acertado. La Sonda “Esperanza” estaba totalmente destruida, atada a ella se encontraba los restos de un cadáver mutilado, que reconocí al leer el nombre por los desechos de su vestimenta. “Mayor Edouard Gautier”. Yo había Muerto y había descendido al Infierno. No encontré rastros de Marina ni de Ken.

El primer contacto con personas humanas  fue 5 semanas, creo, después de encontrar la Sonda “Esperanza”. El grupo estaba siendo atacado por las cosas a los que yo llamaba piratas. Los ayude, pero caí herido en la batalla.

Al abrir los ojos sentí un intenso dolor en mi estomago y en mi cabeza, lo primero que observe fue el rostro de un hombre con la mirada inquisitiva y detallista. Al volver la mirada al hombre este me dirigió dos frases, la primera. “Mi nombre es Joe McAdams y la segunda casi con una simple sonrisa. “y… de donde demonios has salido tu”.  Recuerdo que lo último que pensé o dije antes de desmayarme de nuevo por el dolor fue. “¿Ni si quiera un Gracias?”

John sonríe al recordar a Joe, su mirada se dirige al grupo, ya no esta perdida, el ya no esta perdido gracias a ellos.

- Ahí conocí a la Doc y al tiempo se nos conocimos todos. Toda la historia que conté fue por dos razones, la primera me siento en confianza con ustedes para sacarme el peso de la misma, no fue fácil ejecutar a compañeros cuando la locura los ataco, o cuando querían destruir la estación. La cara de John demuestra un signo de amargura. -Eso lo llevo conmigo desde hace mucho.

-Lo segundo es que la Doctora que nos hizo los análisis es o fue mi compañera, Marina Gallardo. Ella no me reconoció, pero hice un para de bromas que ella conocía y pareció reaccionar a eso, mas no pudo romper el bloqueo de memoria.  John toma un poco de la bebida refrescando su seca garganta. - En cuanto a lo de ir a... Señala hacia abajo  - No lo se amigos, nosotros recién llegamos y quizás estemos vigilados.  la frace queda volando en el aire, John  se queda esperando la respuesta de sus compañeros. Pero su rostro tiene un peso que antes no tenia.

Ziyak sonríe nuevamente cuando Drew tiene la amabilidad se servirles otro plato sin que ni siquiera tengan que pedirlo. Un gesto sencillo que en éstos tiempos se convierte en todo un logro, al menos bajo su punto de vista.
Se dispone a aclarar la pequeña confusión en la que parece haber tropezado la doctora, pero guarda silencio cuando John finalmente decida tomar la iniciativa... y de hecho es más extensa de lo que creía.

El rostro de Ziyak se va volviendo algo más serio según el relato avanza, arqueando la ceja en algunos momentos mientras se lleva el tenedor a la boca con cierta lentitud.
-Menuda historia... Toma algo de aire...- le da una palmadas amistosas en la espalda a John y llena su vaso de agua para que pueda recuperarse, quedándose unos segundos meditabundo acerca de todo lo dicho.

-Creo que Richard podría confirmarmos si el tipo con el que trabajas es de los suyos, y si realmente consiguen efectuar esa revolución de la que tanto hablan, es probable que Marina acabara por despertar de su estado y volviera a la normalidad al cabo de un tiempo. Al menos eso es lo que quieren, no pudimos hablar demasiado...- da unas leves golpes con el dedo índice sobre la mesa, volviendo a adoptar ésa actitud reflexiva ante el apunte de John.

-Supongo que es posible, pero si lo hacemos deprisa aunque las cámaras nos graben nos perderían al bajar a las alcantarillas- mesa su barba y finalmente se inclina un poco hacia delante, apoyando los brazos en la mesa -A mí no me apetece volvernos a separar, pero acataré lo que vote la mayoría... y ésta vez me quedaré con Drew- estaba claro que quería dejar bien claro ése "detalle" que parecía ser importante para él, quedándose observando a la susodicha largo rato mientras esperaba la opinión del resto algo embelesado.

Axel escucha con atención toda la historia de John. Siempre se está haciendo el duro y esta vez no es una excepción así que aparentemente la historia no le afecta demasiado, pero en su interior encuentra ciertas similitudes con la suya propia.
-Joder colega...Menuda historia. Debió de ser bastante jodida la situación. Yo también pasé una larga temporada de soledad, aunque inmerso en este infierno y corriendo todos los días para salvar la vida.-comenta, a pesar de las circustancias, con cierta despreocupación. Todavía echa de menos a sus amigos y a su banda pero lo demás lo encuentra tan alejado que apenas le afecta. Suspira y retoma el asunto de los próximos movimientos.-Yo, si os digo la verdad, creo que ya hemos hecho suficiente. Es hora de dar el relevo y que la gente de Richard se ocupe del resto. Hemos conseguido lo más difícil y lo más importante y si os digo la verdad me apetecen unas vacaciones. Además, cuanto ante terminemos antes podré cobrar mi...recomepensa.-al decir eso lanza una mirada pícara y significativa a Ziyak, probablemente por algo que ocurrió cuando estaban en las alcantarillas y que por lo tanto sólo conocen ellos dos.-Pero bueno.-se recoloca en la silla.-Si tenemos que volver ha ser héroes no voy a ser yo el que se quede atrás.-