Partida Rol por web

El Interrogador vio con cara de disgusto que si que había preguntas, quizás fuera de su lista de objetivos en este día. Igualmente resignado después del revuelo original, levanto una ceja y dijo con voz clara pero igual de monótona que toda la perorata anterior:

Señores responderé desde el principio; Sr. Jericus por supuesto que tendrán ayuda, dentro de este símbolo aparentemente inofensivo –dice mostrando una especia de cajita no mayor que la palma de su mano– aquí tendréis información sobre una célula durmiente de la Inquisición estarán dispuestos en ayudaros en cualquier momento y daros toda la ayuda posible en el terreno, así sabréis de antemano que posibilidades tendréis una vez estáis allí.

Mira de un lado a otro a los asistentes, quizás pensando en los pormenores. Sobre el problema de cómo pasareis inadvertidos, bueno... realmente no es un problema, la tripulación y los hombres suelen dejar tranquilos a los adeptos de Marte, a menos que los necesitan con urgencia, y no será era caso, podréis ser lo que os plaza sirviente, señoritas de compañía, ¿A quién le importa? En definitiva habrá una tapadera y mientras no la cagéis podréis ir por la nave como mejor os convenga. Desde luego lo que mejor encaja es que seáis la escolta de seguridad del Tecno Sacerdote trasladado a la nave. El interrogador para y mira de un lado al otro, en este momento hizo amago de utilizar el respaldar de la silla pero pareció que se arrepentía.

Veo que no estáis acostumbrado a utilizar la imaginación esto puede ser bueno, pero ahora tendréis que ser uno como grupo, y como acólitos podréis utilizar a cualquier grupo armado que tengáis a mano para lo que necesitéis. Podréis tomar cualquier cosa que necesitéis y quitaros de en medio a cualquiera que os interrumpa a vuestra misión. No sé con qué clase de “Inquisidores” -Dijo re-nombrando la palabra– trabajasteis antes, pero ahora lo harán bien, necesitareis de todas vuestras experiencias y aprender a más velocidad ser más creativos, ser más rápidos, ser la verdadera voluntad del Emperador. Hizo otra pausa, se levanto una manga y resoplo ligeramente

Tenemos 32 minutos estándar para que acabe esta reunión, vuestro transporte y tapadera no esperara mucho mas –mirando al Hamido– el objetivo está marcado en una posición aproximada, muchos dicen que lo han visto pero ha parte de mucha información no tenemos el lugar exacto, pero lo hemos acotado en una pequeña zona de 5 kilómetros, esta información y mas lo tendréis aquí –dijo levantando la pequeña caja que enseño– tendréis 10 días aproximadamente de espacio disforme para aprender y conocer más detalles, vuestros contactos en la nave quizás tengan información extra, aprovechadla –Su tono seguía siendo firme y sin dudas– Como ya sabréis, cosa que no sentimos en absoluto, no tenemos más manuales del buen Inquisidor, así que adelante ¿Mas preguntas?.

Estaba claro que el Interrogador deseaba dejarlo todo bien atado a que el grupo se fuera de aquella sala con alguna duda. Se le veía centrado pero aun así daba todo el aspecto de alguien que tiene muchas cosas de gran calado que atender, o quizás era el trabajo lo que le impedía dormir mucho y fuera eso lo que le proyectaba aquella imagen.

     Dios Emperador... en que capa profunda de la Disformidad me has metido... Lo que tenía entre manos era una misión suicida de libro. Una incursión en un mundo asolado por la guerra... contra el caos nada menos, una desinformación absoluta, unos contactos dudosos y un escenario plagado de descreídos y desesperados donde nuestra autoridad valdría menos que el viento sobre las dunas del planeta. Por no hablar de una tapadera que hacía aguas para todos excepto para el "mecano"... todo olía peor que el culo de un Grox. Quizás incluso nos matasen la radiación o la falta de comida e higiene antes que las balas.

     Me encanta trabajar para la Inquisición. Jefes arrogantes, información insuficiente y mucha responsabilidad. Si hay un trabajo en esta galaxia que ponga a prueba la inteligencia y los recursos de uno mismo, de seguro que es éste.

     Me levanto de la silla y sin hacer una sola pregunta comienzo a recoger mis cosas. - Iré preparándome ya que el tiempo no nos sobra. En éstos momentos no tengo preguntas... Al menos ninguna que este tipo pueda responderme. -...así que quiero comenzar a trabajar cuanto antes.

¿Dudas?

No, Telion no tenía dudas. Telion ERA una duda, toda su cabeza era confusión. El Adeptus Mechanicus primero le había puesto bajo el mando de un Inquisidor, después este lo mandaba de camino a una misión que tenía tintes de ser suicida contra las ordas del caos y para colmo el equipo asignado de la misión eran los insubordinados de toda la guardia imperial por lo que se veía.

Excepto por Atreus a los demás no los conocía, no sabía como se habían metido en esta misión ni porque habían sido elegidos para ella. Realmente Telion pensaba que con el clérigo y con él la inquisición se había equivocado. La misión parecía un entrar y salir de un sistema complicado defendido por ordas del Caos, una misión de infiltración pero tanto Atreus como él nunca habían tenido entrenamiento militar, ¿que función sería la suya?¿porque habían solicitado nuestra presencia en este grupo? y lo más importante ¿porque nuestros mandos directos habían accedido?

Preguntas, preguntas y más preguntas. Telion sólo sabía que no podría librarse de esto así que simplemente se limitó a aceptarlo, al igual que había aceptado muchas cosas en su vida.

La habitación donde la reunión se esta llevando a cabo es un lugar tan tenso como debe ser el planeta al que nos dirijimos. Mis compañeros demuestran distintas clases de sensaciones, de las cuales muy pocas parecen ser de real agrado por nuestro objetivo, o más bien, por el camino a cruzar para conseguirlo.

A pesar de que el aire se puede cortar con cuchillo, niego con la cabeza, indicandole al Interrogador que no tengo más preguntas, pues en verdad, aunque tenga más, él no puede responderlas. Mis preguntas, acerca de como seré util o de como debo usar mis habilidades de colmena en un mundo devastado por la guerra y la herejía, eran grandes dudas que solo yo debo responderme. Al fin y al cabo, saber cuando y como usar sus propias habilidades es requisito minimo para ser un digno subdito del Dios-Emperador.

Espero pacientemente y con mi tipico rostro inexpresivo a que termine la reunión y nos embarquemos. El proceso de integración entre nosotros que logremos en esos 10 dias a traves de la Disformidad serán claves en el destino de nuestra misión. A pesar de cualquier queja acerca de los compañeros que me han asignado para este trabajo, me abstendré de hacer comentarios y criticas, pues sé que no soy perfecto y perdonaré los defectos ajenos como espero que los mios sean perdonados. Me refiero exclusivamente a defectos de caracter y convivencia, pues estoy seguro de que los hombres aqui reunidos son excelentes en sus campos de especialidad, pues de otra manera no estarían aqui.

No, señor. Creo que no...-masculló el sacerdote.

Deseaba decir algo, cuanto más hablara más seguiría retrasando lo inevitable. El Emperador le requería en otro lugar, él, pastor de hombres, alivio de atormentados, fogón en la oscuridad. Fogón en la oscuridad, así le había llamado después de aquella aventura en el vacío. Un nombre que le venía como un anillo al dedo al sacerdote-cocinero. ¡Qué sabía él de herejes! Se les quemaba y punto, pero ¿cómo descubrirlos? ¿Cómo diferenciar a un hereje de un hombre atormentado? ¿Se les podía recuperar por el buen camino? ¿O se condenaban eternamente? ¿Y cuántos herejes había que eliminar antes de convertirse en uno de ellos?

Glask esperó,pero la respuesta no le llegó así que se encogió levemente de hombros,ese chupatintas no iba responder a sus dos últimas preguntas y lo comprendía,se sentiría indignado por que alguien se riera de el.-No más preguntas señor.-Dijo a media voz y siguió pensando en que trabajaría como siempre...buscándose la vida.

Telion sentía la necesidad de salir de aquella sala, tantas emociones le estaban asfixiando y necesitaba salir al menos al pasillo. Al oir al tipo fumador zanjar el tema piensa:

Menos mal, parece que esto se acaba ya, esperemos que no piensen que nos vamos a quedar a comer también - piensa mirando la mesa

Bueno, pues ya ha terminado la reunión.

Me parecía todo muy difuso, pero a aquellas alturas ya estaba acostumbrado. Rara vez estos tipos de la Inquisición daban todos los detalles.

Señor, por mi parte no hay más preguntas- dije mientras me llevaba el cigarrillo apagado a los labios y me disponía a salir.

Necesitaba fumar un rato para poder poner un poco de orden en todo lo que nos habían dicho. Además sería buena idea ir conociendo al padre Atreus, a fin de cuentas sería el responsable del grupo.

     - Si el transporte sale en breve, estamos perdiendo el tiempo. Sentenció Cadyk. - Supongo que tendrán a alguien para guiarnos hasta el embarque correcto, ¿no es así? Añadió dirigiéndose a Dietrich. No tenía sentido demorarse mas, pues él tenía todo lo que necesitaba en su petate, y seguramente habría mas suministros en el transporte. Sin pensarlo mas, se encaminó hacia la salida de la sala y se concentró en orientarse dentro de la nave. Aquellos laberintos metálicos le ponían algo nervioso.

Sin mas preámbulos el Interrogador se levanto e hizo un gesto con la mano abierta, para invitar quizás ordenar a todos que salieran por la puerta en dirección al cercano elevador. Miro a Atreus para darle algunas indicaciones y en voz baja hablo con él. Con Glask por la zona sin atreverse ha irse muy lejos.

Atreus acercate – mirándolo con mirada seria pero franca – te espera un sufrimiento que te hará estar mas cerca del mismísimo, ahora mismo te digo que te envidio el martirio y el sufrimiento me parecen un buen camino, sobre las dificultades algunas serán de fe y otras te las impondrá el camino, se firme -  dice agarrándole una mano y pinchándolo con una pequeña aguja antiséptica que no se sabe muy bien de donde ha sacado – necesitamos que se termine esta misión, si todo lo que ellos planean falla, El Imperio de la humanidad perdurara y con tú ayuda así sera – aun con sus palabras sus manos no habían parado, había metido la aguja en una especia de consola, pulsado unos símbolos, y cerrado la consola –

esto te ayudara, tiene información básica del lugar y puede responder preguntas básicas solo tú podrás interactivo con ella tiene tú código genético, – entregando la pequeña caja que enseño antes – con esta llave podrás seguir tú camino, ningún control te detendrá ni a ti ni a tú equipo es mas útil de lo que parece, tenla en cuenta cuando te veas atrapado quizás esto sea la solución. - mirando al resto del equipo que se camina hacia el ascenso – ten en cuenta que tanto el tecno-sacerdote como tú habéis sido seleccionado por culpa de unas bajas de última hora, sois el mejor reemplazo que teníamos en esta nave, la decisión ha sido la única fácil de esta misión puesto que es lo mejor con lo que contábamos. Pero esto nos hace sospechar que nos están siguiendo la pista, ¿quizás algún infiltrado? ¿quizás algún descuido? Aun no lo sabemos, solo sabemos que tenemos que llegar hasta el final. - respirando profundamente

– ten fe, reza, ten la mente y el espíritu abierto y despejado; guialos como solo la palabra del emperador sabría hacerlo; guialos como solo un hombre del Dios Emperador podría ser capaz. - levantándose la manga y mirando por debajo de ella – sal ya, no tenemos mas tiempo, aprovecha el viaje por el espacio y saca lo mejor de tú equipo, si te ves perdido mira en la placa que te he entregado y no tengas miedo de pedir ayuda.

Con estas palabras, el Interrogador se despidió del Sacerdote, casi parecía que le estaba dando el pésame, pero por otro lado le advertía, si no estaba atento terminaría muerto en menos tiempo de lo que se esperaba.

El interrogador se levanto para despedir a Atreus, he hizo una señal para que Glask se acercara, mirándolo de reojo a este y cuando por fin estuvo cerca le invitó a tomar asiento en una de las sillas cercanas. El interrogador, en un gesto informal, se sentó en el borde de la mesa delante de Glask.

Veo que estas bien entregado a la misión, y que en realidad estas deseando empezar, vamos, que se te nota en la mirada las ansias del cazador. Pero hijo, has de comprender, que el imperio y más aquellos estamentos que trabajamos para mantenerlo unido, se base en una serie de pilares muy delicados, como la lealtad, la obediencia, la disciplina... Si dejásemos esos pilares descuidados, todo se vendría abajo. ¿Lo comprendes? Su tono era cordial, y cuando acabó miró a Glask con una sonrisa como la de un padre que enseña una importante lección a su hijo.

Bien bien, estoy seguro de que lo retendrás en la memoria. ¿Verdad? Dándole unos segundos la espalda obligo a que Glask siguiera rotando en la silla para no perderlo de vista. Fue tan solo un segundo, en un giro repentino en Interrogador cogió la mano de Glask y con un fuerte tirón apoyando dos dedos en su muñeca y le hizo hacer un giro extraño que provocó que el cuerpo girara también y acabase estampando la cabeza del agente contra la mesa, lo último que sintió este fue un pinchazo tras la oreja y unas palabras en el oído.

!Esto es un aliciente para que te entre bien en la cabeza lo que te he dicho maldito jilipoyas! Le dice el Interrogador. Así que se acabó lo de desertar cuando las cosas se ponen duras ¿Queda claro? Una poción de valentía para cuando las balas vuelen o pienses en la deserción, tienes 18 días para cumplir, encontrarme y que te dé el antídoto, si no date por muerto niñato. Con estas duras palabras, el Interrogador aun cogiendo a Glask por el brazo, lo arrastro por la sala hasta la salida, y tras abrir la escotilla lo lanzó de un empujón contra los miembros del grupo que esperaban el elevador. Glask cayó en sus brazos, aturdido mientras un dolor punzante aun le recorría la cabeza. Con mucha calma el Interrogador dijo al grupo: En diez minutos tan bocazas como siempre, no os preocupéis por él. Buena suerte a todos.

...Unos minutos despues...

Mientras os alejais un ruido repentino os sobresalta, proviene de la sala, y ha sido a todas luces un impacto de algo blando contra una superficie dura. !Lo ha matado! !Ese tal Glask se lo ha cargado! !La tenemos buena! Piensa el grupo mientras centran todos su mirada en la entrada.

La puerta de la sala se abrio a vuestras espaldas y el Interrogador aparecio por ella, aun cogiendo a Glask por el brazo. Lo arrastro por la sala hasta la salida, y tras abrir la escotilla lo lanzó de un empujón contra los miembros del grupo que esperaban el elevador. Glask cayó en sus brazos, aturdido mientras un dolor punzante aun le recorría la cabeza. Con mucha calma el Interrogador dijo al grupo: En diez minutos estará tan bocazas como siempre, no os preocupéis por él. Buena suerte a todos.

Tras estas palabras solto la pesada bolsa de Glask a sus pies, dio media vuelte y el elevador cerro las puertas comenzando a descender.

Salí de la sala a la indicación del Interrogador y no me preocupé en lo más mínimo acerca del destino de Glask, pues sea lo que sea que le digan, es algo que se buscó. Salí en dirección del ascensor y esperé en él al resto del grupo, hasta que se escucha ese golpe, momento en el que me tenso un poco y me llevo instintivamente la mano a la pistola en el cinto, pero cuando veo al Interrogador salir con Glask a la rastra, me relajo y recibo el bulto de lo que es mi compañero, haciendo un gesto con la cabeza al Interrogador por sus ultimas palabras.

Luego miro a Atreus y Telion, quienes conocen esta nave y les pregunto:

- "Ok, compañeros. ¿Donde se embarca en esa nave?"

Espero a que nos guíen, pues ellos son los conocedores, mientras que yo apenas conozco parte del laberinto que crucé para llegar acá.

Atreus se sorprendió cuando el interrogador le pinchó con aquella aguja, si bien se sobresaltó no lo consideró un peligro, había muchas formas (y más útiles) de matar a alguien; además las palabras del interrogador estaban cargadas de clarividencia.

Sobre las dificultades algunas serán de fe y otras te las impondrá el camino. ¿Qué dificultades de fe podía tener un hombre que había dedico sus largos años a la oración y el consuelo de los demás? ¿Acaso enfrentarse al Caos podía herir la fe de un hombre? ¿Y hasta qué punto?

Guardó lo recibido y miró a sus colaboradores. ¿Colaboradores? ¿Amigos? ¿Compañeros? ¿Cómo definirlos?

¿Cuál de ellos nunca más...?

Hay un hangar tres niveles más abajo- repondió Atreus.

Y mientras la nave descendía Atreus Borden inició en voz baja lo que a menudo recitaba en compañía de muchos otros: un rezo pidiendo ayuda.

Al ver como lanzaban a Glask dejé mi mochila en las rejillas metálicas del ascensor y lo ayudé a incorporarse. Ciertamente se lo tenía merecido por bocazas, pero tirarnoslo como si fuera un saco de basura me pareció un gesto bastante indigno, tanto para Glask como por parte del Interrogador.

¿Estais bien? - Le dije ofreciendole un cigarro. Tras ello le pregunté a Telion III

Maestro Telion, parece ser que en Dimark XI la vuestra orden esta presenta, ¿pensais que podrían ayudarnos a llevar a cabo la misión?

El grupo toma el elevador que baja ha bastante velocidad, hasta cierto punto con un toque de emoción la adrenalina aparece en vuestros cuerpos. La visión desde donde estáis es magnífica, como hormigas miles de hombres, maquinas y vete a saber que, andan de un lado a otro, moviendo cosas y preparando otras, cuadrillas de trabajo, maquinaria pesada.

Dentro de esta colosal nave, se preparan ya para algo más que una reparación, se preparan para la guerra. El interior de aquella ciudad flotante era increíble. El ascensor bajó rápidamente hasta una de las cubiertas de dispersión donde había gran cantidad de vehículos y maquinaria esperando para embarcar en naves de transporte que tenían como destino infinidad de objetivos.

Aun confundidos y aparentemente dirigidos a una misión suicida llegáis al suelo de aquel hangar enteros, y cuando la escotilla del ascensor que os ha bajado hasta ahí se abre, arrastráis vuestro equipo hasta un transporte de tropas grande que os espera. El vehículo estaba aparcado fuera de la línea donde veis otros cientos de camiones similares, adelantado unos metros y situado cerca de la zona que da salida a los elevadores. El conductor os hace señas rápidamente para que embarquéis. El motor ya encendido ruge esperando que os subáis.

Una vez dentro, el conductor pisa fuerte el acelerador, para salir en volando del lugar, por lo que si no os lo aseguran, jamás diríais que es una nave situada en el espacio. En el compartimento donde os encontráis, hay cuatro uniformes de guardias imperiales, y cinco capas con ilustraciones del Adeptus de Marte. Unos alargados bancos metálicos cruzan el transporte de un lado al otro. La rueda de repuesto anda mal colgada de un lado de esos mismos asientos y repiquetea con un sonido gomoso cada vez que hay un bache.

La dirección ya la sabéis, pero vuestro destino rodeados de caras nuevas, acaba de empezar y es un misterio.

     Cadyk sigue al clérigo hasta el ascensor y disfruta de las sobrecogedoras vistas del hangar en plena ebullición. Al ver las señas del conductor, sube al transporte de tropas y tras echar un vistazo al contenido se sienta en una de las bancadas metálicas. Sin una palabra, comienza a comprobar las tallas de los uniformes que hay allí y con un chasqueo de lengua, coge el que considera mas adecuado para su cuerpo. Sin esperar a los demás comienza a ponérselo, pues está claro que será algo importante para la tapadera. Aunque el conductor va bastante deprisa y da alguno que otro bandazo, poco a poco va vistiéndose con el nuevo atuendo y guardando cuidadosamente el anterior en su petate.

Todo pasó muy deprisa, de la alegría del fin de la reunión a la aceptación que todos estaban condenados. Telion vio como el interrogador de la Inquisición devolvía al insubordinado soldado con ellos como si de un trapo se tratase.

Si esto es lo que les importamos esta claro que nos mandan al matadero sin compasión - piensa Telion mirando a su nuevo "compañero" tirado en brazos de otro de sus compañeros que ha llegado a cogerlo por casualidad antes de que este diese de bruces en el suelo.

Luego tras la pregunta por su orden en Dimark XI Telion responde apesadumbrado:

- Realmente espero que sí, pero no puedo saberlo con certeza, nunca pensé en salir de esta nave y menos a un sistema tan alejado y en guerra, siempre pensé que si entraba en guerra sería a bordo de mi querida compañera la "Orgullo". No se que planes tiene la Inquisición pero está claro - dice señalando las vestimentas - que el Adeptus Mechanicus ha dado su consentimiento, así que espero su colaboración.