Partida Rol por web

La temporada pasada el Grupo de aventureros la Hermandad  había destruido un Engendro de la Primera edad ( su cuerpo fue robado luego ).

Y quitado una maldición a una aldea cuyos habitantes habían quedado petrificados. Durante más de 2000 años.

Ahora escoltan a esa gente que han formado un grupo de Caravanas a la ciudad que Gobierna la Hermandad.

La Ciudad Gris.

¿ Que pasará por el camino?.

Mientras un mago Oscuro llamado Beth se acerca con sus ordas orcas a la Ciudad.

Esta a mes y medio de viaje.

 Los psj aun no lo saben.

Así pues tenemos un fondo oscuro. Y las cámaras van  enfocando un punto en el centro, este se hace más grande hasta ocupar todo el perímetro de visión.

Se ve 6 familias con sus carros, más dos carros llenos( se supone de productos de manofactura enana. Por el difunto artesano enano que vivió en la aldea más de 200 años.)

Las ocho caravanas van en fila india por caminos de montaña.

Es una mañana fria a primeros de enero del 2999.

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La cámara enfoca a los humanos aldeanos con pensamientos llenos de incertidumbres.

Encabeza esta la carreta dirigida  por el viejo alcalde de la aldea y la Hermandad.

La cámara enfocan a nuevos componentes del grupo 

¿ Cómo llegaron ahí?

¿ Que esperan al llegar a la Ciudad?

¿ Ahí algún vínculo con alguno del grupo y con los aldeanos?

Enfocan un primer plano sobre ellos. Vamos a  conocerlos un poco más.

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Os dejo con vuestra presentacion  mientras los carros suben estos caminos de montaña en fila india.

:)

De tanto en tanto miraba a mi hermano Malleus, habíamos perdido para siempre a Sam en estas mismas montañas que pretendíamos cruzar por manos orcas.

El engendro llamado Undome  destrozó varios túneles y media montaña pero no termino con todo el clan orco. 

No me hace ninguna gracia volver por el mismo camino que el Engendro destrozó. 

comenté a los demás, exponiendo mis dudas.

No sabemos nada del cuerpo del Engendro robado y si habrá huargos aún infectados. Propongo evitar ese paso y tomar los caminos de más al oeste.

Desde la partida del Autillo me sentía más ciego y tenso ya que el ave exploraba desde la distancia y nos avisaba de los peligros pero ya no lo tenía.

​​​​​

—Tú dirás —respondo con displicencia al montaraz, sin levantar la vista de mi libro—. Dejo esa decisión para los que sepan lo que están haciendo.

Vengo sentada en el carro, casi echada, más bien, con la espalda recostada en uno de los bordes. Me había traído unos textos de casa para disfrutar durante el viaje, que he procurado ir leyendo despacio para poder disfrutarlo y no quedarme sin nada para leer antes de llegar a destino.
Desde hace tiempo he querido visitar la Ciudad Gris, pero con tanto trabajo, apenas si tenía tiempo de realizar algunas expediciones cortas por las cercanías, nunca a más de un día, porque mis servicios eran de los más imprescindibles. Pero ahora madre me ha permitido unas vacaciones y lo primero que hice fue aprovechar esta caravana. Aunque no lo demuestre, estoy que no doy más de la emoción, se sabe que las bibliotecas de ahí son de lo más maravillosas, ya no puedo esperar a ver qué contenido guardan.

Guthrid escuchó lo que aquel montaraz. No le extrañó en absoluto, despues de la historia que le habia escuchado dias atras sobre un Engendro. Sabia que en Ciudad Gris podria encontrar respuesta y posiblemente contar con la ayuda de otros aventureros que le ayudaran. 

Tras la terrible batalla que tuvo lugar en nuestro punto de partida y tumba de Sam, nos dirigimos con los supervivientes en una caravana hacia Ciudad Gris. El alcalde iba comandando la comitiva junto a nosotros y a unos "colegas" que se habían unido a nosotros ¿para morir, para demostrar su valía? el tiempo y sus habilidades lo dirán, eso nunca se sabe.

Avanzábamos a buen ritmo y aquella caravana, que se dirigía hacia la paz y la libertad, parecía más un paseo fúnebre que un paseo hacia lugar seguro - Chicos, vamos a animarnos un poco que sino el paseo se va a hacer un tanto largo... - comencé a hablar hasta que mi hermano mayor abrió la boca - Por todos los valares hermano, eres un cenizo, cada vez que abres la boca algo pasa... este camino no tiene mala pinta, sigamos avanzando para llegar lo antes posible a Ciudad Gris y si entre medias hay que cargarse a algún bicho, no hay problema, se le rebana la cabeza y un problema menos - comenté jocosamente sin dejar de mirar hacia el frente y haciendo aspavientos con la mano para quitarle hierro a todos los problemas que salían por la boca de Llorense - Además hermano, ya sabes que el espíritu de Sam va a velar por nosotros mientras estemos por estas tierras, calla y anda - Lo que si que me llamó la atención es la voz dulce y aterciopelada de una elfa que se unió a nosotros en el viaje, la cual iba esturreada en uno de los carros leyendo lo que parecía un libro - Mi señora, lamento comunicarle que aquí pocos sabemos lo que hacemos he he he, simplemente se ha dicho de ir hacia Ciudad Gris y, da igual el camino, seguro que algo nos retrasará... - comenté en tono serio.

Conforme hacíamos camino, un pequeño sentimiento me invadió - Noto como mi hermano me mira con tristeza, como si se sintiera solo... creo que el autillo se ha llevado parte de él, y con razón pues era una mascota magnífica - pero había que seguir hacia adelante, la Tierra Media tenía que librarse del mal que la estaba corrompiendo.

No dejaba de mirar a las monturas que tiraban de los carros y, tras una pequeña rectificación al soltar un pequeño golpe, golpeé levemente el brazo de Tritón - UUYYYY Tritón, casi te lo doy en la sesera.... a ver cuando pegas el estirón hermano he he he - comenté jocosamente - ¿le hacemos caso a Llorense?... - le comenté y nada más acabar la pregunta desenvainé mi maravillosa espada - ¿os quedáis más tranquilos si mando a Piolín a que eche un vistazo a la zona? - y conforme hablaba lancé la espada al aire y... - ¡Ahuwen, invoco tu poder de halcón! - al instante un pequeño halcón blanco se posó en mi hombro y picoteó un poco mi armadura - Piolín hazme un favor y, teniendo mucho pero que mucho cuidadito, adelántate a ver que tal está el camino por el que vamos... - y el pequeño halcón alzó el vuelo y empezó a tomar altura, la mayor posible para evitar ser visto y alcanzado por ninguna flecha enemiga - Tranquilos amigos, en breve sabremos que tenemos más adelante en el camino... -

Me había unido hacía poco a aquella caravana que contaba con un grupo de escoltas, necesitaban ayuda para proteger a las personas pues el asedio  de los orcos. Yo anduve un tiempo en solitario persiguiendo a aquellas criaturas pero un mediano en solitario puede hacer muy poco contra aquellas hordas infinitas, así que decidí hacer parte de un grupo y por suerte los aventureros que acaba de conocer estaban por el mismo camino. Mientras tanto seguíamos el camino a Ciudad Gris y se suscitó un pequeño debate sobre si seguir por esos pasos montañosos o tomar otros más "seguros". todo eso le recordaba a sus días Delagua, cuando de niño se escapaba a la posada del Dragón Verde y escuchaba las historias sobre caminos peligrosos y aventureros que se jugaban el pellejo trasegando por senderos peligrosos. Veo que el más despreocupado es Malleus quien piensa que los temores de los demás son infundados, pero para dar tranquilidad manda a su ave compañera para que otee un poco los alrededores y nos alerte sobre posibles amenazas.

—Confiemos en que Piolín nos de buenas noticias —digo—, pero estemos preparados, solo en Ciudad Gris podremos tener más tranquilidad.

Ya habían pasado varios días desde que partimos hacía Ciudad Gris con aquellas personas a las que habíamos rescatado de su maldición, se nos fueron uniendo más personajes a la caravana, aunque el camino que habíamos tomado no era excesivamente transitado siempre había algún caminante al que le entusiasmaba la visita a Ciudad Gris.

Los hermanos guiaban la caravana intentando no cruzarse con alguna tropa enemiga, yo por mi parte iba un poco más retrasado, me llamo la atención un mediano que se había unido hace poco al grupo, me recordaba algo al difunto Sam, como buen mediano no le faltaba hojas para fumar en pipa y ya hacía tiempo que no disfrutaba de ese placer.

Algún día visitare tus tierras, siempre he querido conocer hobbiton, Sam hablaba muy bien de todo lo que rodea esas tierras. Le iba contando a hobbit llamado Milo "piesveloz" cuando, como no, Malleus volvía a meterse con mi tamaño. 

Tu ríete gran Malleus que sabes de sobra la ventaja que me da la altura, enemigos mucho más altos que yo han sucumbido al poder de mi hacha.

La marcha seguía sin aparentes interrupciones, y si pudiéramos encontrarnos alguna dificultad en el camino, ya se encargo Malleus de mandar a su espada a visionar los futuros cruces.  

El ave vuelve a la hora.

Por el derrumbe creado por Undome media montaña está destruida y los caminos cortados.

Pero ha visto otros más al este que rodea y en laza con caminos de paso.

Había pasado más o menos una hora cuando Piolín volvió a la caravana y se posó en mi hombro nuevamente y lo volvió a picotear. Lo sostuve en la mano unos instantes y de repente recobró su forma original. El mango de mi maravillosa espada volvía a estar entre mis dedos. Una vez envainada me dispuse a remitir las buenas nuevas...

- Amigos míos, pues según Piolín informa da igual el camino que tomemos. Undome derrumbó media montaña y todos los caminos están cortados, pero sí que hay algunas sendas al este que rodean y finalmente enlazan con el camino principal que llega a la Ciudad así que..... ¡¡continuemos en esa dirección!! - comenté señalando hacia el este.

Miré de reojo a Llorense - ¿te pasa algo hermano? tu instinto está en horas bajas... espabila que en el combate no vas a poder corregir una mala decisión - le comenté al ver como la tristeza o soledad asomaba en su mirada - Sé que la pérdida de un ser querido es muy complicada, pero ya sabes que estamos los demás para ayudarte... - finalicé golpeando y colocando una de mis manos en su hombro.

Me quedo unos segundos estática, pensando si de verdad oí bien o si mis sentidos me fallan. ¿Cómo ha llamado a ese pájaro?

—Señorita —corrijo a ese hombre barbudo, que parece que se llama Malleus—. Y perdona mi atrevimiento, pero, ¿por qué has denigrado de esa forma a un ave tan noble, llamándolo así?
Lo miro ofuscada, levantando la vista del libro, pero sin cerrarlo aún.
—El grito de un halcón, por pequeño que sea, no es precisamente un "pío". Habiendo tantos nombres hermosos... Varda nos conserve.

Escupo a favor del viento y me seco con la manga.

Escucho a mi hermano Malleus. 

yo partiría hacia el clan de los cuervos, el camino sería menos montañosa por el momento. Pero ... Si te fias más de tu espada... No hay más que decir

​​​​​​Mire hacia atrás la caravana avanzaba y la gente iba callada.

Tal vez alguno mas tenga algo que decir.

Mire a la elfa me recordó a la Dunedain conjuradora Nurlane hacia un mes que partió con Radagast y no sabía nada de mi amada.

Luego mis pensamientos fueron hacia Pieveloz tal vez como explorador tuviese algo que decir 

Guthrid escuchó atentamente la propuesta del montaraz de cambiar el rumbo hacia el Clan de los Cuervos.

"Estais seguros de seguir por ese camino?" Interrumpió el mago. "Tal vez el camino sea menos montañoso, pero oido historias de que al caer la noche, extrañas criaturas acechan el camino. Mejor ir preparado".

Escuchando el debate que se ha suscitado , escudriño alrededor esperando sacar información de los senderos que se nos van revelando, mientras voy contado al señor Tritón sobre las maravillas de la Comarca, especialmente de mi natal Delagua ubicada al sudeste de Hobbiton, le describo la hermosa laguna que le da el nombre a mi hogar en donde muchos nos deleitamos pasando el tiempo pescando o jugando con amigos y familiares. 

Sabes que es zona montañosa peligrosa 

El corazón se te acelera lleno de adrenalina