Partida Rol por web

Bobby Joe estaba demasiado pendiente de la guapa pelirroja como para haberse percatado de aquellos dos, pero hizo caso a su compañero cuando llamó la atención sobre ellos. Lawrence no era un pueblo muy grande, y la mayoría se conocía, lo que ayudaba a saber cuándo alguien era forastero... y aquellos dos tenían toda la pinta de serlo. Esperaba que no fueran niñatos de la ciudad con ganas de juerga a los que tuviera que identificar en una morgue tras estrellarse contra un árbol. La noche se estaba convirtiendo en un aguacero, y conducir a demasiada velocidad podría acabar en tragedia.

- No creo que pase nada - dijo, restándole importancia. Se giró hacia la barra nuevamente y dedicó unos segundos a observar a la pobre Carla, para luego acercarse a su compañero y hablarle en voz baja - ¿Crees que algún día se atreverá a dejarle?

Una vez nos retiramos a una de las mesas del local es el momento de empezar con mi discurso.

- Bien Sr. Simmons como sabrá mi empresa se dedica a la creación y distribución de equipos deportivos de la mayor calidad. Premiando su diseño y evolución sobre cualquier otra marca disponible en el mercado. Lo que yo vengo a ofrecerle es un nuevo sistema de entender el juego los bolos, con un equipo tan novedoso como el nuestro su local ganará muchos puntos a la hora de atraer clientes. 

Saco el portátil del la bolsa y tiendo a encenderlo para que pueda revisar las imágenes previamente preparadas para este momento. Cada vez mas gente entra en el local pero por ahora para mi no hay nada mas importante que conseguir esta venta.

- Como puede ver en las primeras imágenes aparecen el nuevo tipo de bolas de bolos fabricadas con polímero y fibra de carbono, los bolos que intentan ir a la moda retro pareciendo similares a los antiguos bolos de madera que hicieron grande este deporte. 

Suspiro agobiado ante las palabras de mi compañero. Susurro:

- "Antes o después ese malnacido va a acabar muy mal..." -

Las dos últimas personas que habían entrado captaron la atención de Sam. El varón tenía todos la pinta de ser quién esperaba, además la hora coincidía plenamente. El resto de personas que habían entrado representaban a la perfección el tipo de fauna habitual en uno de estos locales incluido el policía y los niños dando gritos.
Tengo que vigilarlos atentamente a ver si hay alguna manera de captar algún nombre pensó Sam.

El encargado y ese vendedor estaban cerca de él y podía oir su conversación. No solía meterse en conversaciones ajenas pero esta en particular le enfadaba mucho por lo que soltó en voz lo suficientemente alta para que le escucharan:

Joder, primero cambian las viejas bolas y bolos por esas mierdas de plástico... o lo que sea, y luego quieren que se parezcan y respondan como las antiguas...Mierda, pues no lo quites en primer lugar, si algo funciona no lo toques. Siempre lo he dicho.

Vosotros mientras estáis pendientes de vuestras cosas en vuestra increíble y magnifica vida cotidiana, reparáis en una noticia un poco extraña. En una de las flagrantes televisiones nuevas del local, la que está justo encima de la barra, una mujer trajeada aparece en la pantalla con un semblante bastante serio.

Su mesa llena de papeles hace ver que el boletín informativo que va a dar le ha pillado por sorpresa, y no ha tenido mucho tiempo para estar lista.

Cuando ponéis un poco de atención podéis llegar a oírlo.

La oleada de gripe que asola Kansas está alcanzando proporciones nunca vistas antes. Los hospitales y centros de salud están repletos de gente preocupada por ésta nueva cepa, que parece querer resistirse a la mayoría de los medicamentos tradicionales. Las autoridades pertinentes recomiendan que, aunque siga siendo verano, estas cosas pueden pasar, y que beban abundante agua para filtrar los posibles gérmenes, y que no se queden fríos tras una jornada de deporte. Recuerdan también que las duchas cortas y con agua caliente previene éste tipo de enfermedades en verano.

Julia Stratchberg desde la KNTCNN.

Michael miraba tranquilamente las fotos del portátil del señor Harpper. Ponía cara de interesado, aunque no sabía si realmente el negocio podría serle de ayuda.

Veamos señor Harpper, en mis negocios estoy acostumbrado a que la gente me traiga cosas que puedo tocar, o probar, en éste caso espero que haya traído al menos una bola, o un pack de bolos para que nuestro campeón pueda decirnos si son realmente tan buenos como usted dice.

Roy!! Roy!! Ven muchacho, esto te puede interesar.

Michael cogió una silla, e hizo sentar a Roy. Señor Harpper le presento a Roy Munson, en su día éste chico fue campeón nacional de bolos, todo un orgullo para nosotros tenerlo aquí jugando. Ya sabe, nuestro prestigio aumenta con cada campeonato, y con el jugando por aquí.

Roy te da la mano buena, mientras que con la otra te señala el anillo de campeón que lleva en el dedo corazón de su mano de goma.

  ¿Qué tal hombre? Responde Roy. Parece que quieres hacer negocios por aquí. Si está relacionado con los bolos, yo probare tu mercancía, jajaja.

Me ato bien los cordones de los zapatos y les echo una ojeada a los dos recién llegados.

Brenda, quédate con papa un momento, que voy a ver qué tal anda Fluffly, que lo hemos dejado en el coche con una ventanilla un poco abierta, y no me gusta que se quede durante tanto tiempo solo. Vete tú a saber si no nos ha mordisqueado los asientos.

Orwen, aprovecha y ve pagando, que en breve nos vamos ¿vale cariño?

Cecille salió hacia el aparcamiento, y desapareció de la luz de las farolas, mientras la lluvia, seguía sin dar tregua alguna.

Cojo otra cucharada del helado, esta vez una enorme - Allá va, piuu piuuu- y se la acerco a mi padre - Las tuyas son más grandes porque eres un poco más grande, jijiji- sonreí picarona. La pequeña parecía realmente un conguito al lado de su enorme padre. 

- ¡Pero mamá!- dije con un tono agudo, aunque esta se giró con esa mirada típica de furia en los ojos no me amedrenté - ¡Que se llama Darwin! Darwin, ¡no Fluffy! Que siempre le cambias el nombre al pobrecito, Darwin, ¡como el de la teoría evolutiva! ¿Te acuerdas que era por eso? ¡Y llevate el abrigo!- repetí otra vez con tono estridente tendiéndole su chaqueta vaquera - No has oído lo que han dicho, que te puedes resfriar aunque sea verano- dije señalando a la tele. 

Cuando ya estaba llegando a la puerta me giré de nuevo hacía papá - Paaapiiii... ¿no nos vamos a ir aún no? Que íbamos a jugar a los bolos un poco, habíamos quedado que las dos cosas, ¿no? Venga, venga, venga, ¿por qué mamá siempre parece enfadada? ¿No puede divertirse un poco?- sin darle tiempo a que contestase le metí otra cucharada de helado en la boca, era una técnica que casi siempre funcionaba, sobretodo si sonreía, como era el caso. 

Cuando estás a punto de inspeccionar más detalladamente al  tipo que te da mal rollo, el hombre de la casa de cuadros y pantalones vaqueros se pone delante de él. Parece que el tipo tiene mucho interés en el recién llegado, pero no consigues oír la conversación. Si quieres puedes acercarte, eso sí, bajo tu propia responsabilidad.

Dwayne llevaba horas en la moto, tenia hambre y estaba cansado, tenía que hacer un alto en el camino.

Entonces vió un lugar llamado Bowling Paradise-Tengo que descansar y echar gasolina, ademas mis tripas empieza a rugir-Pensaba Dwayne mientras aparcaba la moto en el parking.

Avanzó hacia dentro del establecimiento, empezaba a anochecer y caían unas gotas de lluvia.

El lugar estaba bastante concurrido, varias personas se encontraban en la zona de los bolos y otros cuantos se hallaban en la zona del bar, al cual, Dwaye se dirigió-

Perdona princesa-Dijo Dwayne dirigiendose a la camarera pelirroja-Podría comer algo? estoy hambriento

Notas de juego

A ti el tipo que ha entrado junto con la asiática te da un mal rollo muy grande. Lo mismo es el ptipo que estás buscando, o lo mismo no, pero sin duda alguna no es alguien a quien se pueda molestar con tonterias. Tirame percepción de nuevo. Ésta vez puedes ver la tirada, pero marcala sólo para nostros.

Cada vez que miraba al tipo y a la chica asiática mas se convencía de que era su tipo. Pero también podía estar equivocado.
Mierda Sam necesitas mas datos, con quedarte mirando no vas a obtener nada. Tienes que acercarte con disimulo.
En ese momento el hombre de la casa se acercó y se puso a hablar con ellos. Era el momento perfecto, el tipo estaba a la conversación y no se fijaba tanto en su alrededor. Cogió su cerveza y avanzó con DISCRECIÓN mirando a la tele intentando parecer indiferente para colocarse e un lugar cercano desde que poder oir la conversación.
Lamentablemente eso era muy cerca porque su oído no era el de antes y requería estar mas cerca de lo normal para poder entender algo de lo que decían.

22:17 H

El hombre de la camisa de cuadros y pantalones vaqueros se acerca tranquilamente hasta donde está el tipo rapado y recién llegado. Tras una conversación rápida, los dos echan a reír, aunque manteniendo las distancias, y echándose de vez en cuando alguna mirada furtiva y amenazadora. Parece ser que hay dos machos alfa en el local, y los dos quieren marcar territorio. Mientras Orwen el corpulento padre de Brenda se encuentra cerca, en la barra, pagando la cuenta a Josh.

La tormenta parece que empieza a dar tregua, y poco a poco deja de llover tan intensamente, aunque todavía sigue cayendo algo de agua. Desde la ventana, Cecille con un chubasquero puesto, da unos golpecitos a la ventana donde se encuentra Brenda, saludando con la pata de su perro Darwin, mientras la niña sonríe.  Los dos ayudantes del sheriff comparten una noche tranquila, aunque siempre ojo avizor por si hubiera algún problema.EL hombre de negocios intenta cerrar un trato que le daría una oportunidad muy lucrativa, mientras el padre de los 3 niños, seguía sonrojado tras la pregunta del menor de ellos.

A lo lejos un vehículo zigzaguea de forma extraña y circula bastante rápido. Roza la carrocería con otros dos coches allí, después se estrella con una sacudida en la acera, y termina empotrándose en la parte exterior del restaurante. El cristal se raja y se esparcen esquirlas de cristal por toda la sala, el conductor cae sobre el volante y el claxon comienza a sonar ininterrumpidamente con el motor aún en marcha.

La leche!
De repente la tranquilidad había trocado en caos. El camión se acercaba golpeando los vehículos en la calle y venía directo hacia el local. Todo pensamiento racional desapareció de la mente de Sam, de repente ya no importaban ni el tipo, ni los niños ni los malditos bolos. Solo existía el afán de supervivencia. Pero en eso Sam estaba bregado y sus reflejos entrenados durante años entraron en acción intentando reaccionar a tiempo.

Tomo otro trago de mi pinta y me fijo en la gran puerta de cristal de la entrada de Bowling Paradise y me fijo como un coche se acerca a demasiada velocidad. ¡La Leche! Cojo mi cerveza y salgo corriendo, es entonces cuando el coche atraviesa la puerta y se oyen miles de cristales rompiendose. Me tropiezo pero consigo dar una voltereta y levantarme sin derramar una gota de cerveza del vaso.