Partida Rol por web

Tras ver como las cuchillas cercenan las patas de las sillas, conseguis libraros del sistema de seguridad de las puertas. Ahora están las tres entreabiertas. Si os asomais veis que cada una lleva a un pasillo diferente.

Estupendo! y ahora qué...?

 Pollux deja la silla hecha añicos en un rincón del gran comedor a la vez que mira a su señor a la espera de las siguientes indicaciónes. Mientrastanto se acomoda el equipo, el odre casi vacío, de modo que no le estorve si fuera necesario moverse en alguna escena de combate. También se hace con el arco y saca la tapa del carcaj para tener a mano las flechas.

 - Cuando usted ordene, señor.

Conrad se pone en pie trabajosamente y con el ceño fruncido.
Gruñe una frase ininteligible que viene a significar algo así como:

- ¡Me voy a cagar hasta en la puta madre del cabrón que montó esta ratonera!

Pero que más bien suena como si un ogro dotado de una preciosa voz aguardentosa de bajo profundo dijese:

- ¡Grrrrrrrrmmpffff gggroarrrrrrrrrrrrrrr erjjjjjjjjjj grrrrrrrr!

Zaramama hizo un gesto de asentimiento ante la idea de Pollux. Parece que acá tenemos cerebro se dijo para sí mientras evaluaba al soldado.

Las trampas se liberaron, tan mortíferas como la primera, pero la silla fue quien se llevó la peor parte. Ya tenían las tres puertas abiertas. La mujer se giró con gracia hacia el jefe de la expedición, ignorando los gruñidos del persa.

-Bien Johannes... ¿que pasillo seguiremos?-. Su tono para con el joven era frío, profesional. Ella no era una sirviente más.

Ansobert habia recuperado su libro y continuaba tomando anotaciones sobre las trampas que habia en el lugar. En efecto estaba bien defendido el sitio, los ladrones no iban a entrar alli facilmente. Esperaba la respuesta de Johannes para poder continuar con algun camino.

- Muy bien Pollux. Creo que la opción más acertada es separarse en grupos de dos y explorar... Chike y Pollux irán por la puerta de la izquierda, Ansorbert y Conrad por la de la derecha, Zarama y yo por la del centro.

Si no hay salida volveremos atrás y se esperará en esta sala. ¿Teneis alguna otra idea?

 Pollux asiente ante la pregunta.

 - Del mismo modo que fue precisa vuestra persona para acceder, tal vez sea ncesario de nuevo de ella. O que una de las parejas cayera en otra trampa y no pudiera alertar a las demas parejas del problema hasta que sea demasiadao tarde, señor. En mi humilde opinión lo mejor sería que avanzasemos todos por un mismo pasaje, señor.- Tanto el tono de la voz, como los gestos que mostraba Pollux eran serviles y humildes para con su señor.

- Yo opino lo mismo que Pollux Johannes, creo que debemos avanzar juntos, asi en caso de otra trampa podremos estar precavidos.

En cualquiera de los tres seguro que hay alguna sorprendita esperándonos...

Se arrodilla y mira a su señor

Me debo a mi señor, lo que vos ordenéis... será!

-Tus hombres tienen razón.- Zaramama recostó una de sus caderas y parte de su cuerpo contra la pared del pasillo. -No es prudente separarnos con tantas trampas en ciernes. Elige una y avancemos. Cuanto antes exploremos, más tiempo tendremos para volver atrás y probar en otro pasillo.

La mujer se mostraba impaciente. No le gustaban los debates, ella era una chica de acción.

Ansobert procuraba no moverse mucho, asomando el hocico por los pasillos colindantes para poder ver como estaba la cosa y sin parar de tomar notas en su diario.

-Si todos creeis que es mejor ir juntos, iremos así...

Tras caminar alrededor de las puertas, al final el joven se decanta por la puerta de la derecha, la cual tiene sangre de su siervo esparcida por su superficie.

-Iremos por esta. Seguidme y cuidado con no tocar nada, no podemos permitirnos más incidentes.

La salud de su espadachín árabe era preocupante, pero había sido arrogante y no había respetado lo suficiente el honor de su predecesor, por una parte se lo merecía.

Te pnjoticé ya que tardabas en postear, espero que no te importe :)

Caminais en fila india por el pasillo angosto de la derecha. Las sucias paredes de piedra goteaban humedad poco a poco. Al fondo del pasadizo encontrais una circunvalación que desemboca en una sala muy extraña, adornada también por esas antorchas mágicas.

En el centro de la sala había una especie de palestra de unos cuatro metros cuadrados, con baldosines de color marfil, bastante sucios. En el centro de dicha plataforma descansaba un muñeco de madera y tela como los que se usan en las practicas de esgrima como blanco. El muñeco aferraba una vieja espada de color bronce.

Ansobert caminaba tras Johannes anotandolo todo con verdadera ilusion por poder estar ahi metido.

- ¿Será otra trampa?

 El guardia se mantiene atento, parece un tanto angustiado desde que descendieron por el gujero que había bajo de la estatua y se cerrara repentinamente el acceso por el que entraron a la verdadera tumba. Mantiene su posición en la retaguardia de la columna, lanzando furtivas miradas atrás por si más cosas extrañas sucedieran.

Mucho cuidado con el muñeco. Puede ser otra trampa. ¿ Porqué no le lanzamos algo a ver? dice haciéndose el interesante.

Ansorbert se concentró para que a sus ojos se revelase todo cuando permanecia oculto en aquel mausoleo.