Partida Rol por web

Abril saltó de la silla eufórica, olvidándose de todo el sueño que tenía hace unos segundos. Parecía una ardilla hiperactiva dando vueltas alrededor de un árbol. Dejé que hablase con nuestro padre mientras yo seguía desayunando, prestando atención a la conversación que estaban llevando. No tenía ni idea de que debía prepararse un disfraz.

Papá explicó que ayudarían cuando volviesen y que nos portásemos bien y hiciésemos la tarea, lo típico. Incluso nos avisó de que Nathan nos recogería. - _{Ese pesado otra vez...} - Mascullé en voz baja mientras masticaba cereales. Era una llamada habitual, pero no habíamos tenido tiempo si quiera de hablar con mamá. Parecían estar muy ocupados.

- Hasta mañana, papá... - Dije algo mosqueado. No me agradaba tener que ver de nuevo la cara al "niñero". Cuando papá colgó fui a por el teléfono y de paso le acerqué de nuevo los cereales a Abril. - Ya le has escuchado, mañana vienen y mañana tortitas. Parecen estar muy liados así que a portarse bien. Te tomas los cereales y a la escuela. Luego si quieres te compro un snack. -

No me gustaba mimarla, pero quizás así cediese un poco.

El camino a la escuela fue bastante aburrido, por que no tenía muchas ganas de hablar. Yo seguía pensando en que esta tarde tendría que aguantar a Nathan y acabaría encerrado en mi habitación, y mientras tenía que estar pendiente a que Abril no se acercase a la carretera. - Oye, no me has dicho nada de lo del disfraz. ¿Tienes una función o algo? - Quería intentar que el viaje fuese más ameno, pero de eso ya se encargaron unos chicos que nos encontramos en el camino.

Se trataba de un grupo de chavales acosando a una parejita, el niño parecía imponerse y los otros no iban a parar. La cosa podría no acabar bien.

- Abril, no te acerques. - Le dije seriamente mientras me dirigía al grupo.

- ¡Eh, vosotros, dejádles en paz y buscáos un hobby o algo! - Les grité intentando llamar su atención.

Abril tenía una amplia sonrisa en su aniñado rostro por tres razones. La primera, había conseguido que los aburridos martes lograra tener sus ansiadas tortitas, incluso pensaba que con suerte podría alargarse hasta el miércoles. Segundo, Nathan iba a volver y era algo que la alegraba en sobremanera, notándose cuando se subió a la silla de un salto y mecía los pies en alto. Por último, aparte de los cereales iba a ganarse un snack y sabía cuál, una barrita que le encantaba recubierta con chocolate, su favorita.

Esta vez, sin rechistar, comió los cereales tranquila y con ganas, deseando terminarlos para llegar al colegio y comprar su segundo desayuno del día.- Chocolate, chocolate ~ - Canturreaba antes de coger otra cucharada.

Al terminar subió a su cuarto corriendo y se cambió de ropa, cogiendo la mochila de ruedas con el dibujo de una serie infantil, LadyBug, que había preparado la anterior noche tal y como siempre le pedía su madre, y esperándole en la puerta para salir.- Venga, vamos a llegar tarde, ¡lento!

A pesar de las prisas le esperó para caminar juntos, adelantándose un par de pasos como si quisiera llegar la primera a clase, aunque los tirones que le daba su hermano la frenaban para que no fuera vilmente atropellada por un camión al acercarse demasiado a la carretera. Seguía tarareando su improvisada canción sobre el chocolate cuando detuvo a mitad de la única estrofa.

- Tenemos que representar a un país con un disfraz. Haremos una reunión en clase y diremos por qué molamos.- Recordó que tenía que estudiarse los datos que le habían asignado, un par de folios que para ella eran un mundo, uno la mar de aburrido.- Pero Betty se ha pedido Miami, dice que su disfraz será el mejor de todos y no quiero que ella gane.- Dio un pequeño salto para enfatizar su enfado, realmente detestaba a esa niña.- Nuestra profe regala galletas caseras al ganador.- Un premio insignificante a ojos ajenos, pero para unos niños de su edad era el Santo Grial.- Sé que tengo que decir “olalá” como si estuviera dormida.- Cuando pronunció el “oh lalá” se puso el índice sobre los labios, simulando ser un bigote postizo.

Cesó su intento de imitación al ver al grupo de niños meterse con otros, mirando a su hermano como si no supiera qué hacer. Por suerte Marcos pareció actuar rápido, asintiendo a su “orden” mientras veía cómo se adelantaba a reprimirles.

Sin poder esperar, se armó de valor inspirada por el coraje de su hermano, pero colocándose detrás de él para no recibir ningún golpe.

- Abusones, no sabéis con quien os estáis metiendo. Mi hermano es mayor, sabe pelear.- Cuando los chicos se centraron en ella y cruzaron miradas, Abril se escondió mejor tras Marcos, reduciendo la agresividad en su voz hasta que quedara un hilo.- En serio, parad ya. Lo dice él, no yo.

 -¿Qué? - Se sorprendió el chico ante tu ofrecimiento con las mejillas un poco afectadas - E-e-esto... yo r-realmente no... - Iba a mentir, pero se cortó antes de terminar la frase - Es d-decir que g-gracias por tu ofrecimiento y... - No sabía ya que decir, volvió al estado cero, pero parece que se cogió algo de confianza en si mismo cuando respiró hondo - Ya lo dije antes p-pero... Mi nombre completo es Mathew. Mathew Daniels - Al fin dijo la verdad al tranquilizarse. Parecía que el chico si que quería una foto con su admirada blogger.

Tras hacerosla pidió obviamente que os hicierais una con su movil también.*

Tras todo el encontronazo con el chico habia salido todo bastante bien. El se despidió diciendo que sus colegas tenían prisa y se fue con ellos dedicandote una sonrisa.

Poco más tarde llegó el camarero ya con todo tu desayuno servido. - ¿Quiere algo más la señorita? - preguntó amable y caballerosamente el dueño de la cafetería

 -Oh, Nathan. Tu eres el que apenas se junta con los demás los fines de semana - Al decirlo mostró una expresión como si metiera la pata - Bueno, osea, quiero decir... Teniendo en cuenta a los que salen de fiesta. Yo tampoco es que salga mucho... - Y de nuevo su cara cambió. Ahora mostraba una preocupación extraña y melancolica. Puede que sí fuera una de las marginadas de la clase y por eso apenas te recordaba. - Yo ya comprobé el correo, pero no hay nada... Quizás en la pagina de la facultad. - Dijo sacando su PC al mismo tiempo que tu hacias lo mismo con tu movil.

Ambos os metisteis en el campus virtual y ahí lo visteis, una notificación de ayer noche que no llegó a los correos:

Asunto: Modificación de la clase de mañana

Hola alumnos. Gracias a una empresa que va a hacer mañana una demostración medio abierta al publico, nos han invitado a ver la misma demostración a la clase. Por ello, en lugar de vernos a primera hora en clase como todas las semanas, nos veremos en el Empire State. Solo será durante la primera hora, luego volveremos a clase como normalmente

-Puff... El Empire State. Oh. ¿Lo has visto ya? - Dijo por si querías acercarte a leerlo. Luego miró el reloj de muñeca que llevaba con cara de preocupación. - Creo que no llegamos. Eso o llegamos para cuando estén terminando. ¿Tu que dices? Tampoco estaría mal hacer pellas solo una hora. ¿No? - Te preguntaba sin saber muy bien ella que hacer.

Rose, te miró alarmada y preocupada cuando el policía empezó a decir todo aquello, pero que tu te lo tomaras de aquella forma tan tranquila, en parte la tranquilizó a ella. Se rió ente tu proposición de pedirle asesoramiento y tras oirte decir que cerrarais los negocios ella asintió - Está bien. Tendré que recoger un poco antes de poder cerrar. Oh y Phil... Las rosas siempre son una buena opción, pero las orquideas a veces dicen más por si solas. - y sonrió antes de meterse en la floristería.

Tu casa no estaba muy lejos y por eso no hiciste antes uso del coche. Ahora la vuelta era un tanto corriendo, pero no perdías nada. Llegarías tranquilo y para poder saber que tu familia estaba bien. Al menos el lugar estaba más alejado de donde iban a ir los policías. Sin embargo por el camino te das cuenta de dos cosas, no eres el único que huia, y había un tanto de trafico en la dirección al Empire State.

No obstante por el camino que ibas tu, y en la dirección en la que ibas tu, veias pocos coches moverse y justo en un paso de cebra, un niño cruzando y un taxi que parecía no querer frenarse. Ya estabas muy cerca de tu casa ¿Por qué ocurrían otras cosas a tu alrededor que te hacian dudar de que hacer?

Cuando frenaste la chica se asustó, y se asustó mucho más cuando le mencionaste aquello de Dios, hasta tal punto de mirar la puerta y luego a ti con cara asustada y triste pensando que todo se iba a la mierda. Pero por suerte, la Zoe cogió aire de nuevo al ver que todo se trataba de una broma - N-no pasa nada. No se preocupe, si que es verdad que me he asustado pero, me agrada que solo haya sido una broma - Aunque ni dudo en mirar al salpicadero cuando mencionaste lo de la ametralladora.

Zoe ladeó un poco la cabeza mientras tratabas de darle tu punto de vista - Supongo... que en parte tiene razón. Todo el mundo necesita tener fe en algo. Algunos piensan en la suerte, otros en el karma, otros en Dios, y los cientificos como nosotros en el progreso y la evolución. Las expresiones están hechas a medida de la historia pero realmente, puede que si que haya un poco de fe en la ciencia. Aunque en mi caso, mi fe por la ciencia no quita que siga siendo atea. De nuevo... con perdón si le ofendo - esta vez tuvo más cuidado al decirlo y se notaba por su tono que ya había pasado bastante miedo.

Pero por suerte, consiguió reirse cuando mencionaste a su ex y lo gilipollas que era - En eso coincidimos. Pero en fin. Según el, la otra tenía más tiempo que dedicarle a él que yo. Dudo entonces que haya sido por belleza, o por dinero, sobre todo teniendo en cuenta mi trabajo. - Entonces se paró a escucharte todo lo que hacias además del taxi y sonreía a medida que hablabas de tu barrio y todo - Vaya... Así que eres todo un samaritano. Ahora entiendo que me haya sucedido este milagro. Personas como usted en esta ciudad hay pocas. - Dijo mientras al ver el Empire State tan cerca se giró hacia su maletín y empezó a sacar algunas cosillas pequeñas que no lograbas ver

-¿Yo esperanzas? Bueno... depende de para que. En la ciencia siempre, en no perder mi trabajo cuando me veo con el agua al cuello, y en cuanto a novios... Bueno, tan solo espero que el proximo tio que me encuentre no sea un imbecil redomado e infiel. Al menos por ahora - Y entonces a través de la ventanilla interna, pasó su mano con un billete de cincuenta doblado entre los dos dedos - Los milagros se pagan como se merecen ¿No? Y no se preocupe, haré el resto a la carrera que ya llego justa justa. Oh y, gracias por un comienzo de día tan bueno - dijo mostrando una cara realmente feliz y amable, antes de que cogieras el dinero y se bajara del coche.

Obviamente, significaba un, quedate con la vuelta. Tras bajarse, corrió sin más hacia el Empire State y tu tenias un pequeño camino por el que librarte del atasco a tu derecha. Dentro del billete había un pequeño papel con un número de telefono y un mensaje: "Me apunto a otra mañana igual"

Algo habías conseguido, al igual que algo conseguirías más adelante pues al fijarte bien en el camino que tomabas, viste que la gente estaba corriendo en dirección contraria al Empire State, como si estuvieran huyendo de algo y justo un poco más allá en mitad en un paso de cebra un niño salió por uno de los lados, sin dejarte tiempo a frenar bien.

Jack te sonrió cuando mencionaste lo de darte más merito. Parecía que el no lo pensaba, pero tampoco quería discutirlo. Igual que se mantuvo sonriente mientras te excusabas diciendo que eras una muleta y eras tan sincera con el - ¿Y quien es perfecto? - Te comenzó preguntandote - Cuando llegué al grupo, yo era incapaz de cuidar a mi hermana, y cuando me metía en un aprieto mi unica solución eran las drogas. Ahora sin embargo siento que soy más fuerte, pero a pesar de todo se que seguiré teniendo problemas.

Por suerte, gracias a ti, a saber que soy responsable de mi hermana, y a todos los que me habeis ayudado en estos meses. Se que no volveré a recaer en las drogas y bueno... - Se fue a rascar la nuca pensando en tu pregunta de cual sería su tesoro. - Si siento que me siento debil... siempre puedo llamarte para salir a tomar cafe y perritos. ¿No? Además me gustaría saber esos experimentos y juegos como son para saber cual es mi tesoro. - rió finalmente pensando con seguridad que sabía cual era.

Es entonces que un par de señoras pasaron por al lado hablando de algo, literalmente, no estaban susurrando, sino que se oia. Hablaban sobre una evacuación que estaban haciendo cerca del Empire State, y que les daba miedo que se extendiera hasta aquí. Que que harian si se trata de otro atentado como las torres gemelas o algo similar. Todo aquello os asustó de alguna manera, en especial a Jack que pensaba en su hermana - ¿Crees que se tratará de algo tan serio? - Poco tardasteis en comprobarlo cuando las sirenas de policía comenzaron a sonar cerca y pedían a todos los ciudadanos que fueran llendo a lujares alejado

Al gritar Marcos, los abusones levantaron las caras y le miraron, mientras que al mismo tiempo sus risas cambiabam a una mueca de enfado. Que Abril, gritase no mejoró la cosa, aunque eso sí, el que parecía el lider de los abusones avanzó y sonrió - ¿O qué? ¿Nos vas a pegar como dice la enana? O... ¿Te mearás en los pantalones como una nena dandole vergüenza a tu hermanita? - dijo esto último pisando fuertemente el suelo a modo de asustarte.

Los abusones tras el reian por la última pregunta que había hecho el primero. A su vez, el chico y la chica os miraban preocupados y sorprendidos. La chica ayudó a levantar al chico y este cabreado pegó un pisotón al suelo y les llamó la atención a los abusones - ¡EH! ¡Dejad de meteros con más hermanas pequeñas! Aún no habeis terminado conmigo ni yo con vosotros. - Ahí residía el quiz de la cuestión. Parecía que la parejita eran hermanos y que el chico estaba cabreado porque se metieron con su hermana

- William no. No puedes contra ellos. Por favor no quiero que te hagan daño - La hermana por otro lado, se encontraba muy asustada y preocupada tirando de la manga a su hermano hacia atrás más bien porque no quería que le hicieran daño.

Uno de los abusones se dió la vuelta y rió - Hazle caso a tu hermanita, nenaza. Además hemos encontrado a otros más divertidos que vosotros. - volvió a reir mientras os señalaba y os volvía a mirar - Será más divertido pegarle a un criajo tan asustado.

Ella ríe - Llamarme siempre será una opción, pero hablo de algo tuyo. - Lo que suponía. Sólo esperaba llegar a tiempo para que aquel chico no desarrollase una dependencia, por mucho que le agradara estar con él. Seguía siendo su paciente.... ¿O sería más acertado decir alumno? De un modo o de otro, no podía permitirse salir de su rol. No demasiado, al menos.

- Mm... no creo que sea tan serio... - Intenta tranquilizarlo, pero no podía quitarse la sensación de malestar de la boca del estómago. La idea peregrina de la actividad de los "tesoros", una de las que hacía de tanto en tanto en los talleres, se había evaporado de su mente. Finalmente resuelve con una sonrisa tranquilizadora, sacando el móvil - Caminemos un poco mientras escuchamos la radio ¿te parece bien? - Benditas aplicaciones todo-en-uno que incluían FM.

- ¿Quieres escribir a tu hermana para quedarte tranquilo?

Tras las presentaciones y un par de fotos -con ambos móviles- me despido del chico para poder disfrutar del desayuno. Estoy bastante convencida de que me olvidaré de su nombre, siempre sucede igual, pero al menos este momento ha sido divertido. Incluso mando un tweet del tipo 'Avecillas traviesas, que voláis demasiado cerca del sol... ¡menuda os espera en el próximo blog!'

No pido nada más con el desayuno, más bien lo devoro con avidez mientras tomo notas de todo lo que veo, todo lo que me llame la atención, incluyendo esa bollería seleccionada que es realmente exquisita. El lugar merece la pena, definitivamente.

Y tras un buen desayuno y pagar, doy una pequeña vuelta por el sitio y de ahí a casita. Me apetecía tumbarme y estirarme mucho, descansar y desconectar un rato del mundo. Con algo de jazz, sí.

No me gustó nada que Abril hablase con los matones. No sabía cómo iba a acabar la situación, y si salía mal, mejor que no estuviese muy involucrada. Al menos me obedeció en lo de quedarse tras de mi. Los chicos a los que había intentado asustar no solo no se alejaron, sino que ahora también se enfrentaban también a mi. - La cosa se está poniendo algo chunga, espero poder contar con el chaval de mi lado y que no se escape corriendo. -

La víctima, el pequeñajo rubio, parecía llamarse William, y la niña a su lado resultó ser su hermana. Los abusones se habrían metido en medio y él se habría interpuesto para defender a su hermana. Enterarme de eso me tocó un poco la fibra, el chaval solo estaba haciendo de hermano mayor y los otros se habían propuesto estropearles el día. Al chico se le veía bastante decidido a meterse de cabeza, y yo pensaba adelantarme.

La última frase de uno de los abusones fue el pistoletazo de saluda. - Ah, ¿Sí? Pues ven aquí a que te divierta un poco la cara. - Le dije antes de correr hacia a el que parecía el "alpha" con el puño en alto. Si lograba acercarme y le daba un buen golpe en la jeta lo mismo le quitaba un poco las tonterías con la hostia. Y con suerte el resto se achantaría.

-Sí, - sonrió Nathan. Le había hecho gracia esa forma de describirle, en ningún momento se lo había tomado mal. - ese soy yo. - confirmó, y cuando Claire le habló del aviso se acercó a ella para mirar la pantalla de su PC. Alzó una ceja. - ¿El Empire State? No recibí nada de esto. - comentó con un pequeño suspiro, dejándose caer después en el asiento más cercano al de la chica. - Este Campus Virtual falla más que una escopeta de feria. No recibo la mitad de los avisos, aunque tengo la opción marcada en preferencias. - comentó de nuevo, encogiéndose de hombros y sonriendo luego. - Sí, no pasará nada por una hora... aunque saliéramos ahora no llegaríamos, igualmente. - estuvo de acuerdo Nathan. - ¿Hay algo que quieras hacer? - preguntó, ofreciendo al mismo tiempo.

- Mi hermano ya no se mea encima, mi mamá compró unas lucecitas y una cama especiales para ello.- Aunque intentara ayudar parecía más que estaba ayudando al bullying de turno, aunque la inocente intención de hacerle quedar bien frente a ellos era sincera.- Y él tampoco se mea.- Señaló al chico que se hacía llamar William.

Dio varios saltos con cierta valentía inspirada por ser el grupo más numeroso, pero los abusones le daban respeto, haciendo que frenara los brincos mientras seguía detrás de Marco. Fue entonces cuando vio cómo su hermano se abalanzaba detrás del jefe, sonriendo con el puño en alto. Había visto estas situaciones muchas veces en la televisión o en videojuegos, el héroe cargaba contra los malos y en el momento en que iba a ser vencido aparecía los compañeros enmascarados.

- ¡Dale fuerte! – Miró alrededor buscando esa ayuda, ya fuera un profesor, sus padres, o el propio Batman.

Tras que Marcos se lanzara sobre el que parecía el lider de los abusones, este se puso en guardia intentando evitar los puñetazos del primero. Al mismo tiempo, William corrió hacia otro de los abusones para darle una tunda. Aunque después de un rato de tratar dar puñetazos a los abusones y que solo unos poco impactaran, estos os agarraron a los dos (Marcos y William) por el cuello de las camisetas y empezaron a amenazaros - ¿Qué? ¿Os creeis fuertes porque sabeis dar un puñetazo? Pues ahora os vais a enterar. - Nada más empezó a subir el puño para lanzarlo contra vuestra cara...

Una sirena de policía empezó a oirse muy cerca. Los abusones pararon tirandoos al suelo - Teneis suerte de que haya que ir a clase pronto, pero esto no se me olvidará. - Y entonces los abusones se fueron corriendo. La sirena de policía se acercaba más y más y ahora los abusones se alejaban poco a poco.

La niña ayudó a levantar a su hermano y este a su vez le ofreció su mano a Marcos para ayudarlo a levantarse - Gracias... - dijo un poco serio. Pero ya salio su hermana a hablar - Muchisimas gracias por ayudar a mi hermano, de verdad. Tenía mucho miedo de que le pasara algo. - William sin embargo se quedó sorprendido - Pero Sarah, si se estaban metiendo contigo - le respondió su hermano.

Sarah, que al parecer así se llamaba la chica se encogió de hombros - Me daba igual lo que me pasara. Y por cierto, veo que también la peque ha sido muy valiente. Oh, cierto. Me llamo Sarah, y este es mi hermano William - William tan solo alzó la mano en plan saludando, parecía ser un chico de pocas palabras. - Creo que vamos al mismo cole. - dijo con una sonrisa ahora que todo se había calmado.

Aunque esa sonrisa se iba a perder pronto, pues la sirena de policía pronto llegó al lugar donde os encontrabais en forma de coche con un par de policías dentro. Ni se bajaron, solo bajaron la ventanilla y os dijeron preocupados - Niños, iros al colegio directos y no os movais de allí. Vamos, vamos. - Si queriais preguntar apenas tendriais tiempo pues el coche empezó a correr de nuevo

La chica reia un poco con el tema del campus virtual - Sin duda un mono lo hubiera programado mejor. - Pero al ver que mejor os quedabais la chica empezó a pensar un poco, hasta que reaccionó ante tu pregunta. - Bueno... Ya que no llegamos al Empire State ¿Por qué no miramos que es lo que nos hemos perdido? - Claire comenzó a hacer una busqueda por google a través del Empire State y demas detalles que puso en la barra de busqueda, tratando así de buscar la información concreta que estabais buscando.

Al final abrió un enlace que mostraba que se iba a hacer una demostración de un cientifico y que iban a acudir las principales personalidades de cada sector. Medicina, derecho, ingeniería... de todo Nueva York. Y algunas de fuera. También había un pequeño informe de que se iban a dar pequeñas "excursiones" a las universidades para que pudieran disfrutar también, pero solo a unas pocas clases afortunadas.

Al final de toda aquella pagina, había un aviso seguido de: "Si quieres saber que está pasando haz click aqui" - Vaya, hasta tienen noticias en tiempo real. Esto es una pasada. ¿Te apetece verla? - aunque dijeras que no, la chica ya estaba clickando y justo se abrió una ventana en donde lo primero que se escuchaba eran sirenas de policía. - ¿Que? - se preguntó la chica:

Noticia de última hora: La presentación revolucionaria que se iba a presentar en el Empire State a manos de un equipo cientifico de Nueva York liderado por el Doctor Frank Robin, se ha descontrolado en lo que era la última fase de prueba que les faltaba alertando así a toda la ciudad de Nueva York, a lo que podría ser una catastrofe biologica. Las fuerzas policiales y los servicios de emergencia, recomiendan a todos los ciudadanos que se alejen lo más posible del Empire State a modo de una semi-evacuación.

Fue el primer mensaje que dictaba una reportera, y al no tener más información la repitió de nuevo para poder avisar a todos - ¿Evacuación? Allí están todos... nuestros compañeros... - Claire se quedó en Shock, sus manos temblaban y su mirada se quedó fija en la pantalla del ordenador. Pero tu tenias una preocupación mayor además de tus compañeros de Clase. Marcos y Abril, estaban en el colegio, y aunque los profesores pudieran saber esto ¿Quién aseguraban que estaban bien?

El grupo de matones se resistía a mis golpes incluso cuando el rubito se metió a ayudar. Ya me veía recibiendo una paliza cuando me cogieron por la camiseta, aunque por suerte escuchamos un coche de policía y esto ahuyentó a los chicos. Dudé unos segundos en tomar la mano del chico, después de todo, me había metido en problemas y no había sido de demasiada ayuda... pero le di la mano para ayudarme en él a levantarme.

- No ha sido nada. - Respondí a su hermana, que parecía un "poco" más agradable que él. Sarah se molestó en presentarse, y al final resultaba que íbamos al mismo colegio así que me tocaría hacer de niñero de 3 enanos por el camino. - Yo soy Marcos, y la que no se sabe estar calladita es mi hermana Abril. - Por más que hubiese querido ayudarme, si le hubiesen hecho algo no me lo hubiese perdonado. Y tampoco es que estuviendo apoyándome demasiado, más bien lo contrario.

Le eché una mirada enfadada a Abril, pero no hubo tiempo a reprimendas. La policía pasó para mandarnos a la escuela y se marchó apresuradamente. - Qué día más raro... - Parecía que esa mañana iba a pasar de todo.

- Bueno, andando. No quiero una bronca por llegar tarde. - Dije al grupo antes de retomar el camino a la escuela.

-¿Catástrofe biológica...? - murmuró Nathan mientras escuchaba lo que la reportera decía, sin poder creérselo. ¿De verdad estaba sucediendo algo así? Estas cosas sólo pasan en las películas... Pero aquello estaba sucediendo. Sus compañeros podían estar en peligro, y no sólo sus compañeros, sino también... - Voy a hacer una llamada. - anunció Nathan a Claire, levantándose del asiento para sacar su teléfono móvil más fácilmente del bolsillo. Sin embargo, no se alejó. A la chica se la veía afectada. - Si conoces a alguien que esté cerca de ese lugar... tal vez deberías llamar también... - murmuró mientras seleccionaba el número de la lista de contactos: Marcos.

Ese niño siempre tenía el móvil encendido, incluso en clase. Lo más seguro era que los profesores de su escuela estuviesen ya al tanto de todo, pero si no...

Mantuve en la mente el consejo de aquella simpática florista: orquídeas entonces.

Era problemático saber que algo estaba ocurriendo y no saber a ciencia cierta el qué, pero a medida que iba avanzando me desconcertaba comprobar como la mayoría del tráfico iba en dirección contraria mía, todo cada vez estaba más desolado, más tranquilo ¿donde estará el foco del problema?

Una parte de mi, la curiosa, quería dar media vuelta y ver que pasaba, pero la otra, la cobarde, la que no se atreve a hacer algo sin seguridad, decidió que lo mejor era continuar.

Fue entonces cuando el rechinar de unas ruedas me alertaron

¡El taxi!

un coche iba a toda prisa por la carretera y un crío iba a interponerse en su camino con lo cual el desenlace podría ser atroz.

- ¡Cuidado hijo!¡Sal de la carretera! - grité con todas mis fuerzas, pero no sabía a ciencia cierta si eso iba a servir de algo.

Después me intenté interponer en la carretera, agitando los brazos de la manera más brusca que podía interpretar para que el Taxi se percatase de que estaba a punto de comer un error, un fatal error.

Escuchaba a la chica y sonreía de vez en cuando, son apartar la vista demasiado de la carretera.

Era como si se abriera a una buena conversación. Interesante. Cuando la dan cuerda.... Ese pensamiento le hizo gracia y rio alegre casi guiñando un ojo de forma inconsciente. Puede que, según la forma en la que habla, su trabajo sea bastante importante. Bueno, al fin y al cabo, ¿cual no lo es?

Detuve el coche justo cuando me lo pidió y me volví en el asiento. Rápidamente me dio el dinero y  la propina sin dejarme mucho tiempo para decirle o replicarle nada.

- Que Alá te proteja... Zoe.- Dije al aire con su nombre en mi boca, como si fuera una amiga que se despedía. Y algo me decía que la iba a volver a ver. - Puede que si que nos volvamos a ver-. Masculle echando el seguro al coche, mientras desdoblaba el papel y sonreía ante aquella nota con su teléfono.- Puede...- Dije mientras la guardaba en mi bolsillo.

Estas cosas tampoco eran tan comunes. Normalmente los clientes pagan y se van. Incluso a veces no pagan. Entonces el morito es un maricón y, posiblemente, un terrorista solo por el hecho de quejarse. Malditos Neoyorkinos. Y algo de razón debía de tener porque la gente corría en dirección contraria al edificio.

- Hey! Quitaros de en medio!- grité algunos que osaron correr por la carretera. - ¿Pero que les pasa? ¿Es que nunca han visto a Matt Damon tomar un café en el Starbucks o que? Joder!!

Poco mas pude decir cuando pegué el volantazo al ver al niño. EL taxi subió abruptamente a la acera y yo casi me subo a la cúspide del Empire solo del susto. Malditos niños! Donde están sus padres! Apagué el motor y salí con el miedo en el cuerpo de quien sabe que era muy posible que hubiera dado al niño.

- Min ajl mahabat allah, hadha altifl bikhayr*- Masculle por lo bajo dirigiéndome al capó del coche.

Abril tenía todo calculado. Si no pegaban a su hermano, fardaría en el colegio de que él es fuerte y puede con todos, ganándose el respeto de su clase como si formara parte de la mafia. En cambio, si perdía, le diría a sus padres que se había metido en peleas y le castigarían, quedándose mínimo durante una semana con su postre. Nadie podía decirle que no a unas natillas caseras de mamá.

- Eres el mejor, más fuerte que ninguno.- Abrazó a su hermano mientras empezaban las presentaciones, saludando con una mano y una amplia sonrisa de dientes blancos a los dos niños que habían salvado.

Al pasar la policía a su lado ladeó el rostro sin entender demasiado, mirando a su hermano para que le explicara la situación. No hubo respuesta, sólo una orden de que continuara su camino, cogiendo con fuerza su maleta carrito y caminando rumbo a clase.

- ¡Nos vemos luego! – Corrió por delante de Marcos, despidiéndose al alzar una mano y girándose, no por poco se estrella contra el muro al no ver el camino.