Partida Rol por web

¡Alto en nombre de Castilla!

Parte I

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17/09/2020, 10:50
Director

Breve ambientación acerca del conflicto del Reino de Murcia (1243-1284)

En el año de 1243, el Infante don Alfonso de Castilla (que en no mucho sería llamado Alfonso X el Sabio), acordó con el emir hudí de la taifa de Murcia (Baha al-Dawla, en los Terceros Reinos de Taifas del Califato de Córdoba) una relación de vasajalle de la ciudad mediante el Tratado de Alcatraz. Éste tratado describía la relación de vasallaje de los gobernantes de la taifa, que incluía la retención de tributos y la ocupación de fortalezas por parte de las tropas castellanas a cambio de permitir el culto y conservar a sus gobernantes. Unos años antes ya se había originado el reino nazarí de Granada.

Años más tarde, en 1266, el territorio que comprende la región de Murcia es finalmente anexionada a Castilla tras las revueltas mudéjares de la taifa murciana. A partir de entonces comenzó una repoblación de campesinos castellanos y aragoneses. Sin embargo, los nuevos repobladores de las muchas regiones murcianas no se identificaban con Castilla, sino con el Reino de Aragón, el cual veía a su vez a Murcia como un apetitoso plato a degustar para sus ambiciones políticas y comerciales posteriores.

En 1284, Alfonso X murió dejando tras de sí un problema hereditario. 

Su hijo primogénito, Fernando de la Cerda, debía ser su legítimo heredero. Pero al morir éste en en Ciudad Real mientras marchaba a la guerra, los derechos de sucesión recaían en su segundogénito, Sancho (IV de Castilla), según las leyes de Castilla. Sin embargo, en las Siete Partidas escritas por El Sabio, se designaba otra forma de sucesión: la entrega de la corona a los hijos del primogénito, es decir, en este caso al Barón Alfonso de la Cerda (hijo de Fernando), que residía en Aragón. Y he aquí el comienzo de los envites y partidarios de uno y otro lado del bando.

Ahora bien, el Rey aragonés Alfonso III apoyó entonces al Alfonso de la Cerda en el litigio a cambio de la cesión de Murcia para anexionarlo a su reino. La resistencia castellana en el territorio murciano fue desigual, dependiendo de las guarniciones en cada ciudad, villa o pueblo, de la mayoría poblacional aragonesa de cada territorio o incluso de la empatía del Rey don Alfonso con los nobles locales castellanos para derrocarlos.

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17/09/2020, 10:52
Director

Año del Señor de 1284. Mes de Marzo.

Estando todos por unas razones y por otras en la única posada de Alarcón (un poblado en mitad del Reino castellano de Murcia que apenas contaba con unas pocas casas y una iglesia), habéis sido contratados por un hidalgo de unos cincuenta años llamado Jimeno de Arguilla. El tipo, peinando ya canas y no sin antes preguntaros humildemente por vuestra disponibilidad para un discreto encargo (al cual habéis dicho que sí), os reunió una vez convenido el trabajo en una de las habitaciones de la posada, que había sido preparada por el dueño del negocio. El tal Jimeno os comentó que el trabajo procurado consistiría en escoltarle y protegerle hasta la localidad de Alaurico, muy cerca de la frontera nazarí, puesto que allí debía transmitir un mensaje a un conocido suyo. Como todos sabéis, las cosas no están muy tranquilas en la zona murciana por el conflicto de don Alfonso de la Cerda y Sancho de Castilla.

El pago por el viaje, estimado en algo más de una semana, parecía suculento: ochenta maravedíes por cabeza (ochenta...), de los cuáles os entregó en mano una octava parte del mismo. Hacía tiempo que no recibíais tanto dinero junto (aunque de momento tuvíerais sólo una parte). Tras los oportunos preparativos (los únicos que llevaban monturas eran el caballero Chenaro y la sierva Elvira, siendo esta última dueña de una mula con un carruaje que aguantaría vuestros fardos), tomásteis algunas provisiones de la posada y partísteis de Alarcón más pronto que tarde. 

Tras varios días de viaje rumbo suroeste del pueblo, Jimeno os confesó algo más de su identidad; por lo visto, el regentea una posición nobiliaria, pero de las más bajas habidas y por haber. Y además, también es vasallo de un hombre llamado Bermeo de Alcarrás y Villegas, allá en el reino de Aragón (muy lejos de casa), el cual es, a su vez siervo directo de Su Majestad recién coronada Alfonso III de Aragón. Por lo tanto, tantos datos que os daba Jimeno no eran por tirarse flores a sí mismo, sino estremeceros un poco para que guardárais discreción en vuestros actos y palabras, es decir, ahora todos os encontrábais en una misión para Su Alteza aragonesa (ni más ni menos) en un territorio fronterizo cuajado e nobles castellanos partidarios de Sancho IV (su rival directo). Por ende, lo más sensato y cauto no sería sino andarse con cuidado dada la afiliación del don Jimeno, partidario del Infante Alfonso de la Cerda y el rey aragonés.

Como muchos dicen en esta época: "cuanto más cerca del peligro, más lejos del daño". Ojalá esa máxima se cumpliese durante vuestra empresa de viaje.

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17/09/2020, 10:53
Jimeno de Arguilla

Bueno, aparte de estas enjundias de nobles y reyes -decía Jimeno mientras andaba junto a la carreta de Elvira y detrás del caballo de Chenaro-, no sólo el conflicto de espadas y escudos es lo preocupante. Malditos sean los bandidos que enturbian los caminos... Esos siempre acechan, y seguro que sabéis de lo que hablo -miró ahora al padre Cándido y a Bras, el cazador, que seguro que uno había perdonado a unos cuantos y el otro habría ensartado a alguno con su arco. Y bien, ¿y qué opinan vuestras mercedes de todo ésto? -preguntó en general Jimeno, para amenizar un poco el camino, pues el polvo y las rocas del mismo aburrían ya sus pasos-.

Notas de juego

Comenzamos.

Os hago un resumen de la situación de época: viajáis por el reino murciano (anexionado a Castilla) lo más discretamente posible, pues no está demás evitar llamar la atención o atraer bandidos en los caminos. Dicho territorio castellano está reclamado por la corona aragonesa, ya que Alfonso III de Aragón apoya a Alfonso de la Cerda en su intento de investidura real en Castilla con la intención, ahora, de reclamar ese territorio para Aragón como pago del apoyo. Claro que, el reino murciano está plagado de resistencia castellana de don Sancho (el segundogénito del Sabio), por lo cual es harto peligroso el levantar cualquier sospecha (más bien, el peligro es para don Jimeno, que sirve a Aragón). Pero para eso os ha contratado: discreción y protección ;)

Recuerdo el tema del ritmo: dos post semanales (esta semana el mínimo será uno puesto que hemos comenzado a mitad de semana, pero en la siguiente serán dos, y más el que quiera). Si viera que no se lleva más o menos, podría días límite para posteo.

Y a la hora de escritura, propongo (que no obligo), a escribir normal la narración, negrita el diálogo y cursiva el pensamiento. Y en primera persona (pero como ya digo, cada uno escribe como quiere). Eso sí. Por favor: signos de interrogación y exclamación al principio y final ;)

A jugar.

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17/09/2020, 23:11
Padre Cándido

- Me he topado con algunos bandidos, sí. También acabaron sanando en mi iglesia y fueron absueltos de pecado, buscando una mejor vida alejados del pillaje y la escaramuza. 

A lo largo de su trayecto con su nuevo grupo de compañeros, Cándido se había pasado la mayoría del tiempo rezando mientras caminaba, comía, y previo a dormir. Buscaba siempre su momento de paz y meditación, además de intentar bendecir siempre aquello que comieran o bebiesen. 

- Respondiendo a su pregunta, Don Jimeno, pienso que cualquier bandido, yo prefiero llamarlo descarriado, tiene de nuevo oportunidad de arreglar su vida pudiendo pedir perdón a solo Aquel que puede realmente juzgarnos. Siempre habrá trabajo honrado en algún lugar que proteja nuestro Señor - se santiguó - y se pueda mantener bajo su ala.

Cándido tenía muy clara su posición respecto a los bandidos y otra gente que se ganaba la vida de manera similar. Él en algún momento de su vida, también  lo fue y no culpa a nadie más que a la vida misma. No puede llegar a conocer del todo la historia que lleva a una persona a cometer semejantes delitos y, por ende, no puede más que dejarle el trabajo del perdón a su Dios.

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18/09/2020, 11:26
Bras "O Xabarín"

El cazador hizo lo propio uniéndose al gesto del páter y apoyando sus palabras con un asentimiento acompañado de una murmuración. Su viejo que no ha mucho que había dejao aqueste mundo para irse junto al altísimo (quería creer) había tenido por afición los bolsillos ajenos, más tuvo a bien cuidarse de que sus vástagos no siguieran sus caminos.

–Mi señor, tenga a bien disculparme si os importuno con mis palabras, pero el asunto pagado como está me place así que mi opinión no viene al caso –dijo tras dejar pasar un largo silencio que se apresuró a cortar con la intención de no incomodar al buen pagador–. No obstante, os aconsejo no fozar en asuntos de bandidos y malas xentes, que al final usté va a ser pájaro de mal agüero y nos los va a traer.

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18/09/2020, 16:22
Chenaro de Castellot

Chenaro escucho las palabres de su  generoso empleador con atención , el descubrir que su aportación engrandeceria de alguna manera la corona de Aragon le hacia sentirse de buen humor para contestar cualquier pregunta que de el recibiera.

No vos preocupeis mi señor  por impios bandidos, cualquiera que ose dedicarse a la pilleria y asesinato en los caminos , conocera como se la gasta un caballero de verdad  hasta las ultimas consecuencias, le tendras que pedir disculpas al altisimo cuando cumpla con mi deber para vos y acabe con sus miserables actividades- comento socarro mientras cabalgaba disfrutando del paisaje de los alrededores

- Respondiendo a su pregunta, Don Jimeno, pienso que cualquier bandido, yo prefiero llamarlo descarriado, tiene de nuevo oportunidad de arreglar su vida pudiendo pedir perdón a solo Aquel que puede realmente juzgarnos. Siempre habrá trabajo honrado en algún lugar que proteja nuestro Señor - se santiguó - y se pueda mantener bajo su ala.

 

 
No estoy de acuerdo con vos padre, un bandido es un bandido siempre y el arrepentimiento de hoy se convierte en el pecado del mañana- si fuera por Chenaro un bandido colgaria en la plaza del pueblo todos los dias hasta no quedar ninguno. la piedad que le ofrecia la iglesia hacia un flaco favor a la erradicación de aquella lacra social- Padre el hombre que mata y roba nunca se arrepiente de verdad solo bajo pena de muerte o salvar su vida, yo por mi parte prefiero mandarlos al lado de nuestro señor Dios  sin miramientos y que el estime que hacer si desea perdonarles .

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18/09/2020, 22:06
Elvira

Elvira conducía y se ocupaba de la intendencia de la pequeña marcha. Habia empleado su propia mula, Tunanta. Si llegaban a un villorio tumultoso en el camino de vuelta, la vendería, pues ya era vieja. Recoge leña para la lumbre, cocina unas migas, zurce calzas. Una persona lista, observadora, pero desde luego, poco acostumbrada, a que un hombre de alcurnia, aunque sea de las más bajas, pregunte opinión sobre asuntos de reyes cristianos. Ya lo decia el refranero popular, tesoro de las gentes sencillas: Somos dueños de nuestros silencios, esclavos de nuestras palabras. Castellana era ella, enrolada en una expedición para el Rey de Aragón. Tanto daba lo mismo.

- A bien puedo ver, que hace buen tiempo. Con suerte, no habré de abrirme de piernas en este viaje.

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19/09/2020, 22:39
Moraima

Moraima caminaba con la cabeza gacha, pronto había aprendido que siendo mujer y mudéjar más valía tener la discreción de no dar su opinión a los hombres cristianos de alto linaje. Pero tampoco sería de buena educación ignorar cuando se le había hecho una pregunta directa. Se estiró el pañuelo que cubría su cabeza, intentando pasar un poco desapercibida o restar importancia a su respuesta.

- Yo poco sé de afrontar bandidos mi señor, suelo, con suerte, esconderme de ellos. Pero sí puedo deciros que si alguno ha de salir malherido tras un encuentro desafortunado, puede contar con mis manos para sanar sus heridas. Mi abuelo fue médico y aunque no me atrevería a llamarme con tan honorífico nombre, aprendí de sus quehaceres lo suficiente para salvar a un hombre de morir desangrado. 

La mujer agachó la mirada de nuevo. Aunque tenía más opiniones respecto a lo que Jimeno les había desvelado, no por el tema de los bandidos sino por el embrollo en el que aquel tunante les había metido, decidió guardar silencio. Si había algo que de chica bien había aprendido, es que hay veces que es mejor parecer ignorante a hablar más de la cuenta. 

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20/09/2020, 11:37
Jimeno de Arguilla

No le reprocho padre... -respondió Jimeno a Cándido-; sólo espero que cualquier bandido cambie de opinión antes de abalanzarse contra cualesquiera. Eso sería lo ideal. Después escuchó la opinión del cazador gallego, muy a la par del capellán-. Claro, mejor no allanar el terreno a la mala suerte. Mejor hablar de otras cosas... Por cierto Padre: creyente soy, y si no les importa al resto del grupo, cuando quiera dedicar una oración, por mi no es problema ninguno.

Entonces el caballero de Montesa Chenaro, al que Jimeno asintió ante su propuesta de protección, habló sobre su caballo (al trote suave) en opinión con respecto al tema, pero el de Arguilla no volvió a pronunciarse sobre el tema. Por su parte, parecía que Elvira también quería pasar página de aquello, enrolada en su pequeña estación de viaje con carro y mula, y fardos tras de sí.

Suerte la nuestra pues, muchacha, de teneros con nos -respondió luego Jimeno cuando Moraima anunciaba la posibilidad de sanar a cualquiera en caso de peligro-. Siendo así, tan bien acompañado de todos nos -miró a Elvira, al cazador, al caballero y al padre-, que nada puede pasarnos, he dicho.

El viaje, pese a lo desgarrador y seco del paisaje, se hacía ameno, con ciertas conversaciones de tanto en tanto (de cosas banales y cosas de cierta importancia) pero todas ellas aderezadas con la felicidad vuestra por delante gracias a los maravedíes adelantados de vuestro nuevo benefactor aragonés.

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20/09/2020, 11:38
Director

Las horas pasaban, el traqueteo de la carreta de Elvira y los cascos del jamelgo de Chenaro era el ruido constante del viaje. Todos teníais los ojos puestos en el camino, tras las advertencias de los peligros de los nobles castellanos en una tierra gobernada por su rey, pero cuyo pueblo sentía en su piel más identificación con la corona aragonesa. Aparte, el miedo a los bandidos era siempre reticente. Y tal que así, que estando el sol justo en el cenit de su posición, llegásteis a una aldea ubicada en la falda de un monte árido y rocoso, de cierta altura, en cuya cima se dibujan unas ruinas dispersas. Se veía antes de adentrarse en él (y es que el camino que seguíais pasaba paralelo por el lugar) que el sitio constaba de unas pocas casas aquí y allá, con una pequeña iglesia y sin un castillo visible en las cercanías. Un arroyo ancho y claro discurría también a una centena de varas de la aldea. Vísteis que para seguir por la zona, habríais de cruzar un puente de sillería, como lo hacía los campesinos y otras gentes que componían el trasiego del lugar.

El puente de piedra tenía un solo ojo, y era lo suficientemente ancho como para que un carro y casi otro igual lo cruzaran, por lo que Elvira no tuvo problemas en dirigir a su mula por allí. A Jimeno le pareció buena idea hacer un alto en las afueras del pueblo, aunque fuera para sacar un poco de carne y almorzar, mientras veíais cómo los aldeanos, otras carretas y bestias de carga entraban y salían continuamente de la aldea.

 

Notas de juego

Estáis justo atravesando el puente. A unos ochenta metros comienza el pueblo (justo al lado del arroyo que cruzáis).

Con vuestra siguiente intervención, haced una tirada con el d100 de Descubrir (y en caso de no tener esa competencia, utilizad la Característica PERCEPCIÓN). Tenéis que sacar un valor igual o más bajo que el porcentaje.
 

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20/09/2020, 16:39
Elvira

- Me parece buena idea Sire. En un periquete sacaré algo de almorzar para nos. Cecina con algo de pan. Allí a la sombra de ese alcornoque sería buen lugar.

Dijo la sierva ante las palabras del patrón de la expedición, mientras hablaba, se fijaba sin embargo en el ir y devenir de los aldeanos sobre el puente. Los cascos de la mula sonaban en el empedrado. Clo-cloc, clo-cloc.

- Tiradas (1)
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21/09/2020, 11:58
Bras "O Xabarín"

–Como gustéis –contestó el cazador escogiendo una roca cercana, suave y bastante pulida, para asentar sus posaderas.

Viendo a los demás prepararse el almuerzo decidió el cazador facer lo propio, para ello extrajo de su zurrón un queso envuelto y con ayuda de su cuchillo empezó a cortar varias porciones que iba depositando con sumo cuidado sobre el trapo que había utilizado para envolver la pitanza. Habiendo fecho las distintas porciones, se llevó la primera a la boca y mientras la saboreaba, extrajo un pedazo de pan que ya empezaba a estar pasado y lo despedazó con mimo para finalmente, servirse vino directo desde el odre, el cual se mezclaba en la boca con el pan para reblandecerlo. Una relamido y repasada su barba, dióse por satisfecho y ofreció a los demás:

–¿Gustaría a alguna de vuesas mercedes darle una probada a mis avíos? Es un queso que compré allá de donde salimos, potente como me gustan.

No alcanzó a oír la respuesta, fíjose de pronto en algo que acaecía varios pasos más allá…

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21/09/2020, 12:21
Chenaro de Castellot

Chenaro seco el sudor que le corría por la frente, pese a ir sobre su montura el sol pegaba con despecho en aquellas áridas tierras y cuando la promesa de  llenar el buche a la sombra de camino surgió, no pudo más que estás de acuerdo.

Bien recibido será ese almuerzo y un poco de sombra, antes de atravesar este pequeño pueblo - dice bajándose del caballo y agarrándolo por las riendas para cruzar el puente hacia el alcornoque que la muchacha había señalado, mientras lo hacía observaba los aldeanos que pasaban por el lugar y fijo sus ojos en las ruinas de la cima  amusgando la mirada en busca de identificar lo que eran

-Podría Parecer que otrora el lugar ha sido más próspero, viendo las ruinas de la ladera, ¿Que opináis vos mi señor Un castillo quizás o los restos de algún otro pueblo  es lo que vemos en esa ladera?- pregunto el caballer a don Jimeno en busca de opinion

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21/09/2020, 12:44
Padre Cándido

Al Padre Cándido le pareció bien el descansar un tiempo. El sol apretaba y el calor les hacía divagar aún más sobre sus propios pensamientos, mareándolos y ralentizando así la marcha.

El traqueteo del paso de los aldeanos y otra gente que transita por esos caminos le relajaba a Cándido. Sentado ya a la sombra y con el almuerzo a mano, tranquilamente dedicó unos minutos a bendecir aquella comida que iba a ser ingerida para restablecer sus fuerzas. Una vez acabó sus oraciones, agradeció al resto de sus compañeros su compañía y comenzó a comer.

- ¿A qué hora les parecerá bien continuar el viaje? Estando en la zona en la que estamos, pienso que deberíamos continuar cuando baje un poco el sol. ¿Alguno conoce a cuánto está la próxima aldea? puede que nos interese estar en esta el día de hoy. ¿Qué le parece Don Jimeno?

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21/09/2020, 13:16
Moraima

Moraima agradeció la oportunidad de parar, ya no estaba acostumbrada a andar por los caminos. En los últimos años había tenido a bien establecerse en una pequeña aldea donde agradecían sus servicios, más por una u otra razón que prefería no recordad hubo de marcharse y en su caminar le surgió aquel encargo.

- Bueno es el descanso para los pies del viajero cansado -suspiró.

Se sentó bajo aquel alcornoque que Elvira había propuesto y extrajo también algunas viandas de su zurrón. Un poco de pan, algo más fresco que el de Bras, y unas zanahorias que le había regalado una anciana, unos días atrás, por sacarle una dolorosa espina del dedo gordo del pie.

- Si alguien gusta -ofreció también la muchacha posando ambas cosas en un pañuelo que había colocado sobre la hierba.

El viento movió las hojas del alcornoque y un rayo de sol le iluminó el rostro, cerró los ojos y respiró relajada. A pesar del caluroso día, aquella sombra era un cobijo de paz para su cansancio.

Se dispuso a sacar el odre de agua del zurrón, cuando vio a su lado un arbusto de ajenjo que bien habría de servirle de utilidad si alguno de ellos enfermaba del estómago. Aunque necesitaría unas cuántas hierbas más... fuera como fuese, sacó sus tijeras del zurrón y recolectó varias ramitas y flores, metiéndolas en un saquillo de cuero.

Tras guardar de nuevo todo en su zurrón, levantó la vista y algo un poco alejado de ellos llamó su atención...

 

- Tiradas (1)
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21/09/2020, 20:43
Jimeno de Arguilla

El cazador Bras apuntó su vista a una roca cercana, justo al lado que Elvira había propuesto en aquel alcornoque joven y solitario, ni muy lejos del puente, ni del arroyo, ni del comienzo del pueblo. Jimeno asintió ante la propuesta de ambos, pero negó con la cabeza el ofrecimiento del queso de Bras.

Pues no se yo, don Chenaro -respondió el de Arguilla ante las ruinas que se alzaban más allá de la aldea, en lo alto del cerro, y desde allí se veían-. Como bien decís, un castillo mal avenido, tal vez. O algún palacio moro derruido, que no ha mucho que reinaban los infieles en esta tierra.

El caballo de Chenaro y la mula de Elvira quedaron al lado de la roca, bajo la sombra del alcornoque en aquel mes de Marzo, ya caluroso para la época.

Pues me parece bien -respondió Jimeno al padre Cándido-. Podíamos descansar y cuando mengüe un poco el sol continuar, a riesgo de andar un poco de noche. Pero para eso estamos varios y bien pertrechados -decía orgulloso de vuestra adquisición profesional, oséase, vosotros mismos-. Por lo que sé y pude averiguar, Alaurico es destino directo desde Alarcón, de donde venimos. Quizá haya alguna posta de por medio. Bueno, ya estamos en una -señalando con la cabeza la aldea que teníais delante, en la que el trasiego se sucedía a esas horas del ya recién pasado mediodía-.

Después, Jimeno agradeció también a Moraima su ofrecimiento, mas negó con la cabeza, pues no quería engrosar el hidalgo su estómago a base de vuestras viandas. Entonces el tipo se fijó en cómo la curandera recogía un ramillete un poco más allá, cerca del alcornoque, pero también de la orilla del río, no muy lejos del puente.

Entonces, mientras lo hacía, la joven advirtió algo. Y también lo hicieron los ojos de cazador de Bras, que bien acostumbrado andaba a escudriñar el terreno, fuese donde fuese, pues en eso también se basaba su oficio. Ambos dejaron "sus quesos y sus zanahorias" y levantaron su vista hasta la orilla de esta parte del puente, a unas quince o veinte varas de vosotros. Jimeno de Arguilla se dio cuenta del interés de ambos.

¿Qué ocurre, amigos? -preguntó el aragonés con interés-.

Notas de juego

Moraima y Bras superan la tirada. Les desvelo algo más en privado.

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21/09/2020, 20:44
Director

No muy lejos del puente de piedra, en la misma orilla del arroyo, un pequeño saco como de tela o piel flotaba sobre el agua (más bien estaba enganchado entre unos matorrales que crecían entre la tierra el y el arroyo, y allí habían quedado). No era tan grande como un fardo de viaje de los que llevaba Elvira, pero no tan pequeño como una bolsa de monedas. Digamos que, un término medio.

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21/09/2020, 22:27
Bras "O Xabarín"

—Hay algo allá tirao, paréceme un saco —contestó el cazador dando un par de pasos hacia adelante mientras valoraba sus opciones—. Perdóneme pero voy a fochicar1 un rato por allá a ver qué puede ser.

Sin mediar palabra más, marchó hacia la orilla del río donde parecía haber localizado lo que había descrito como un saco.

Notas de juego

1Fochicar: Hurgar, concretamente “en algo que no debes”

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22/09/2020, 11:39
Chenaro de Castellot

—Hay algo allá tirao, paréceme un saco —contestó el cazador dando un par de pasos hacia adelante mientras valoraba sus opciones—. Perdóneme pero voy a fochicar1 un rato por allá a ver qué puede ser.

¿un saco?, abrasele olvidado a cualquier muchacho que al rio a ido, deberiamos dejarlo ya volveran por el- comento el caballero mientras se llevaba a la boca un de laz zanahorias que la tal Moraima les habia ofrecido, se habria levantado y acompañado al Gallego pero la curiosidad por las cosas banales como un saco olvidado no eran una de sus cualidades, aparte que debia mantenerse cerca de Don Jimeno en su labor de protector asi que seguiria sentado a la sombra mientras observaba al gallego apartarse siempre y cuando Don Jimeno no se moviera

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23/09/2020, 12:18
Moraima

Moraima estaba en la orilla del río, recolectando algunas hierbas, cuando vio aquel saco flotando en el agua, enganchado entre algunos matorrales. Al parecer el gallego también lo había visto, pues se acercaba a ella, mientras por su parte Chenaro les decía que seguramente alguien lo habría olvidado y sería mejor dejarlo allí dónde estaba.

Aún sin decidirse en si dejarlo o no, también dependería de su contenido, aquel no era un buen lugar, como mucho, lo dejaría en la orilla, lejos del peligro de que la corriente lo arrastrase río abajo.

- Aún así, deberíamos sacarlo de la corriente.

Guardó las últimas hierbas que había recogido, en un saquito de cuero y aprovechando que ya estaba descalza, pues se había quitado el calzado para coger las ramas más frescas de la orilla, se levantó un poco la falda para no mojarla y llegar a aquel objeto que había llamado su atención.