Partida Rol por web

Como bien os fablaba, sir Cadwallon, no habemus orden del Rey Idres de Cornualles de atacar et invadir aquestos terrenos, pero las disputa contra los vecinos cornicos abundan. Distamos et mucho de ser vecinos amistosos.

Temome que no fabra guerra oficial, et cuando Uther quiera darse cuenta Idres tendra sitiada la región. Cosa nostra est, aguantar et resistir asedios et trabas, et en aquestas andamos.

Me sorprende la situación que están viviendo en estos lares, pero es lo normal. Las fronteras son difíciles de defender y son las zonas de guerra más indicadas para las batallas.

- La situación es difícil, y supongo que la diplomacia ha fallado,  no solo con el Rey Idres, sino con sus condados cercanos a vuestras tierras. Difícil situación. Pero aunque seamos pocos los venidos, al menos tenéis tres Caballeros más para defender estas tierras en caso de problemas.

Afirmo a la palabras de Loren. Por supuesto, cuenten conmigo. La hospitalidad requiere de un pago, y estoy dispuesto a ayudarles en lo que sea menester. Yo y mi caballo, claro digo con un cierto tono de orgullo mirando a mi destrero antes que mi escudero lo guarde en la cuadra.

Camino a la par de mis compañeros, pero realmente miro más con curiosidad cuanto me rodea que prestar mucha atención a la conversación. Al final, ellos son los que realmente le conocen, no yo.

Agradezco el vuestro impetu Sir Flaín de Figsbury et Sir Loren Leblanc, et presumo que el de el de Cadwallon, no ira a la merma con esta.

Hagamos aquesto que sus diré:

Echad unas semanas al mi servicio, descansando en las mis tierras, tierras de Logres.  Amoldaos a la disciplina del mi castello, et disfrutad de la mi hospitalidad. Aprendereis de mi et yo de vos, et puede que mancheis la espada de roña cornica.

Cadwallon asintió. - Nada nos complacería más, Sir Bradwen. - había sido sorprendentemente fácil, lo cual podría ser un poco sospechos... aunque también podría suceder que realmente estas tierras estuvieran muy necesitadas de buenos caballeros. - Pues pocas cosas son más gratas a un buen caballero que servir a un buen señor.

Asiento con la cabeza las palabras de mi compañero. 

- Le serviremos lo mejor que podamos, pues estamos deseando ver sangre cornica en nuestras armas.

Sonrío ante las palabras del castellano, asintiendo. Nada me complacerá más que ayudarle en su problema, mi señor. Cuente con mi espada.

Claro, que eso nos lleva a la inevitable duda, ¿tan necesitados están de gente? Igual pendragón está equivocado y debería prestar más atención a este condado, antes de preocuparse de otros frentes. Interesante.

Un apreton de manos de sir Bradwen a nuestros caballeros, parece cerrar el trato. Tendrian trabajo en este castillo y condado, a cambio de hospitalidad y gloria. No obstante, ellos tendrian que poner su parte, claro esta.

Nuestros caballeros, reciben tambien el saludo del otro caballero residente en el castillo, sir Portius, que ademas les dirigirá hasta sus aposentos. Mientras sir Bradwen da instrucciones a su servicio para que acondicionen la estancia.

Los sirvientes marchan a paso acelerado y los caballeros siguen a paso tranquilo a sir Bradwen, que les hospedará en una de las torres del castillo.

- ¿Como son las damas por esta zona? Tengo curiosidad.

Comento para enfriar un poco los ánimos, ya que la conversación que habíamos tenido había sido muy intensa. 

- ¿Y el vino? ¿Como se ha dado la cosecha?

Jaja me río, siguiendo un poco la estrategia. Sir Loren, vos siempre pensando en lo mismo. ¿O debería decir lo único que realmente importa? digo, guiñánddole unoñ ojo divertido.

Sir Cadwallon estaba acostumbrado a las preguntas de Sir Loren, así que simplemente sonrió. La cosa había ido muy bien, y estaba satisfecho con la llegada al castillo y el recibimiento. Ojalá pronto se ganaran la confianza de Sir Bradwen y sus compañeros.

Si, además, ganaban gloria luchando contra los córnicos, mejor que mejor.

- ¿Y el vino? ¿Como se ha dado la cosecha?

¿Una persona tan frugal 17 como sir Loren preguntando esas cosas?

que tire sir Loren por frugal y que saque más, osea que falle la tirada o ganara +1 en el rasgo contrario de sibarita. 

Cierto  sir Loren habemus en esta región gusto por las muxeres. Al preguntar por las muxeres, entiendo que non sus place , perder tiempo con damas et casaderas.  Entiendo la vuestra  sutileza, et non será raro preguntar a la mi soldadesca, muxeres del pueblo expertas en el retozamiento. Los mis soldados os diran.

Vino habemus, et para mi no hay malo ninguno, salvo el aguado.

Al día siguiente amanecéis en vuestros aposentos, no muy fríos pues hubo prevención en la gente del castillo de abastecer con generosidad al fuego de vuestra estancia.

Asiento mientras habla nuestro interlocutor, con una sonrisa seria en el rostro, si eso es posible. Cuando termina, pues no es mi intención interrumpirle, comento mi punto de vista.

- Más bien me refería a las damas, querido amigo. Dicen que la belleza de las damas de alta cuna en estos lares son dignas de observación, más me encantaría charlar con ellas y tener algún que otro encuentro. Eso si, - me río, - también es bueno saber la buena labor de las campesinas y su atención por y para los Caballeros. 

me temo q ue se queda Sir Loren con un 16 en frugal y 4 en sibarita.

Vuestros aposentos estan en una torre leñera en sus niveles inferiores, y algo despejada en los superiores, en los que sin mucho esfuerzo se puede hospedar. 

 Hay jergones cómodos para vosotors tres, los caballeros, y unos lechos de paja un poco distantes y arreglados con mantas donde se espera que descansen vuestros escuderos. Hay un baúl grande a modo de cofre en el que podeis meter vuestras pertenencias.

El fuego esta encendido, y el calor y el humo que desprende, ayuda a secar al estancia un poco humeda.

Sir Portius, que fue él mismo el que os condujo hasta aqui, se despide, con la promesa de haceros llamar a la hora de la cena. Os arrimais al fuego mientras decidir, que cosas vaias a hacer hasta la llegada del llamado para cenar.

Sir Cadwallon miró a sus compañeros y sonrió. - Parece que hemos encontrado un lugar donde van a apreciar nuestros servicios. Cosa buena es, sin duda. - dijo, mientras examinaba sus aposentos... en busca de lugares donde se pudiera esconder un espía. - Ahora, amigos míos, hemos de demostrar que esta gente ha hecho bien en aceptarnos, y servir lo mejor que podamos. Es bastante probable que nos asignen a algún tipo de patrulla fronteriza; algo peligroso, hasta que confíen en nosotros lo suficiente como para asignarnos a la guarnición de un castillo.

Afirmo a las palabras de Cadwallon, mientras miro a mi alrededor disimuladamente, como si examinara la habitación pero realmente buscando, en concreto en las paredes, agujeros o cosas similares donde poder pegar un ojo u oído inquieto.

Como decís, seguramente que obrarán de aquella forma. Más eso nos dará la posibilidad de demostrar a esos córnicos de qué pasta estamos hechos, ¿no pensáis?

Camino hacia mi lecho para inspeccionar la calidad y el descanso que puede ofrecerme. Luego me acerco a las ventanas para ver el exterior. Estaba claro que mis compañeros están revisando de forma experta el lugar, pero tampoco creo que sea necesario, pues en esta estancia no deberíamos de hablar nada, más el mejor sitio para hacerlo es campo abierto. Me preocupa más la comodidad y las vistas.

- Estoy deseando entrar en combate. Esta gente necesita nuestra ayuda y creo que podremos estar aquí una larga temporada. Puede ser que acabe gustándome este lugar para vivir. 

Luego me acerco al fuego, me pongo cómodo y me siento cerca de él.

- ¿No tenéis hambre?