Croma suspiraba inconforme por las palabras de Emilia. -Me sorprende que se deje engañar tan fácilmente, señora Pentamina. Se de buena mano que el señor Clamfell no se dejaría atrapar así como así. Además, a la luz de los acontecimientos, le puedo asegurar que es posible entrar y salir del recinto sin ser visto. Seguro que sabe a lo que me refiero. Esos corruptos... jeje, seguro que deben de estar muy contentos brindando por haber interceptado la investigación de Thadeus. Lástima que se les esté atragantando la victoria por no haber podido liquidarlo, ni a mí tampoco. Además, yo no era el único que conocía dicha investigación. -entonces Croma relaja los miembros y se acomoda en la silla donde estaba sentado, adoptando una posición bastante informal. -Pagaría un millón de créditos solo por ver la cara que ponen esos impresentables al darse cuenta de la cantidad de cabos sueltos que han dejado sin atar. Por cierto, ¿sabe algo de mi socio Jonathan? Se suponía que era él quien debía venir a rescatarme.
Emilia mira a Croma entre una mezcla de confusión y escepticismo. Pero por su cambio de expresión, era evidente que no pretendía comentar el porqué de esa expresión.
- Jonathan Boake está a salvo, si eso es lo que te preocupa. Y lo seguirá estando siempre que no entre en contacto contigo. No queremos que lo conviertan también a él en un objetivo, es un hombre con recursos que puede ser de utilidad en el futuro. - Pequeña pausa. - Pero preferiría volver al tema que nos interesa, sobre cómo va a limpiar su nombre, Croma Juárez. Para comenzar, creo que hay dos posibles vías que podemos explotar conociendo los detalles de la investigación... La primera, es el origen de los PABOTs que están siendo enviados a los suburbios. La segunda, es el destino final de dichos PABOTs.
- Sí, algo me comentó Thadeus al respecto. Que de algún modo estaban llegando PABOTS modificados a los suburbios. Según me comentó y para mi sorpresa, yo era el principal sospechoso de estar realizando dicha operación, pues las placas base de los PABOTS en cuestión, tenían un diseño antiguo similar a mis primeros prototipos. No hace falta decir que yo no sé nada al respecto. ¿Se imagina que yo mismo me estuviera incriminando para desaparecer del mapa? Suena demasiado complicado y ostentoso para alguien como yo que solo trata de... sobrevivir a la monotonía del día a día. - Suspiraba, casi inmóvil en el sitio, tratando de atar cabos en su mente dispersada. Agachó la cabeza un momento tratando de ordenar los pensamientos y al momento la alzó de nuevo para mirar a Emilia. - Veo que usted también está bastante informada de la investigación del señor Clamfell. ¿Hay algo más que pueda compartir conmigo?
- Desconocía las acusaciones que recaían sobre su persona. - Comenta Emilia con interés tras el discurso de Croma. Tras eso, niega con la cabeza. - Pero no. No se nada más sobre la investigación que pueda resultarle de utilidad. Pero... - Medita unos segundos. - ... Puedo contarle mis propias sospechas. - Pequeña pausa. - Cómo sabrá, Thadeus sospechaba que los PABOTs estaban transportando a las personas secuestradas al interior de las ruinas que existen bajo los suburbios de Cele. Sea lo que sea que haya en esas ruinas, es algo que Cele lleva escondiendo durante hace siglos. Mi teoría es que hay un laboratorio allí debajo y que se está usando a las personas secuestradas cómo parte de algún experimento que se esta realizando allí.
- Suena interesante esta revelación del laboratorio. Es como un bálsamo para mis oídos, ahora las cosas encajan un poco mejor en mi cabeza. Dígame, ¿qué opinión le merece Francisco de Lince? Seguro que sabe de quién le hablo. - Preguntaba Croma observando como un obseso a Emilia. Ahora sí que estaba prestando toda su atención sobre su interlocutora.
Emilia levanta una ceja, extrañada, y visiblemente incómoda con la intensidad de la mirada de Croma.
- ¿Francisco de Lince? - Repite, cómo intentando recordar dónde había oído ese nombre. - Financio su laboratorio, al igual que el tuyo. - Dice sin darle demasiada importancia al tema. - ¿Que tiene que ver él dentro del tema que nos concierne?
- Francisco de Lince, otrora mi mejor amigo, está familiarizado con parte de mi investigación en materia de PABOTS. En la universidad, tomamos como base el mismo prototipo a desarrollar, aunque oficialmente, la investigación llevaba mi nombre. ¿Recuerda que antes le he dicho que los PABOTS que estaban saliendo de la ciudad, los que investigaba Thadeus, ¿llevaban mi "firma"? Bien, pues tengo sospechas para creer que dichos PABOTS son en realidad un diseño perfeccionado por Lince que toma como base mi trabajo. ¿Qué opina usted al respecto? - Decía Croma totalmente serio, atento al lenguaje corporal de Emilia. Necesitaba oír una respuesta que incriminara a Fran. Cualquier indicio sería suficiente para ponerlo en el punto de mira e ir a por él con todas sus armas ocultas, aunque Croma desconocía cómo iba a lograr incriminarlo ni cómo se cobraría su venganza estando en la situación tan fugitiva en la que se encontraba.
A juzgar por la expresión de Emilia, era evidente que no terminaba de ver esa sospecha con la misma claridad de Croma.
- No estoy segura, Francisco de Lince nunca ha sido parte de ninguna actividad sospechosa, al menos que haya llegado a mis oídos. ¿Tienes pruebas para corroborar dicha sospecha? - Pregunta intrigada.
- Es muy sencillo. Si la tecnología de la que hablo solo estaba a mi alcance y la de Francisco, y sé con certeza de que yo no estoy confabulando en contra de los intereses de Cele, por descarte, la lógica indicaría que el artífice de toda esta conspiración es mi antiguo compañero. - Decía Croma exponiendo sus argumentos. Necesitaba hacer creer a Emilia que Francisco estaba metido en el ajo para así ganar apoyo y crear un puente que le ayudara a investigar con mayor facilidad el asesinato de Mara.
- Entiendo tus argumentos, Croma Juárez. - Dice Emilia al tiempo que asiente. - Y yo puedo creerte. Pero eso no significa que otros puedan hacerlo. Pues de la misma forma que tu testificas esto, otros te podrían señalar a ti por los mismos motivos. Si quieres demostrar la culpabilidad de Francisco necesitamos pruebas de verdad.
- Créame, nada me gustaría más que pillarlo con las manos en la masa, pero por ahora eso parece una utopía inalcanzable. Como ya le he dicho, no tengo pruebas contra él, pero sí indicios que nos indiquen que es una buena idea seguir investigándole. Por desgracia, mi situación no parece compatible para ello. A menos que tenga una idea para cómo proceder con lo que nos depara los siguientes días, me temo que no voy a resultarle de gran ayuda aquí encerrado.
- Soy consciente de ello. Pero estoy segura de que ya has adivinado a dónde quería ir a parar con todo esto. Tienes tres opciones, Croma Juárez: La muerte, el exilio o luchar. Y luchar implica riesgo, un riesgo que debes estar dispuesto a asumir. - Se endereza, firma. - A mi parecer, las dos vías de investigación que he mencionado son las únicas posibilidades que tienes si quieres conseguir algo. Es decir... Encontrar los trapos sucios de Franscisco de Lince o quien sea que este detrás del envío de PABOTs o bajar a los suburbios y comprobar por ti mismo a dónde van dichos PABOTs una vez que han secuestrado a sus víctimas. En ambos casos tendrás mi total colaboración, pero sabrás ver los riesgos que conllevan cada una de las opciones.
Al oír las posibilidades que le ofrecía la matriarca Pentamina, Croma no puede evitar dar una sórdida carcajada de desprecio. Estaba cargada con malicia e ironía, pero Croma tarda pocos segundos en serenarse y recobra la compostura con convicción, adaptando de nuevo esa ridícula pose juntando las yemas de los dedos que tanto le gustaba.
- Le seré franco, Madame Pentamina. Ya que pretende arriesgarse por mí, creo conveniente sincerarme con usted. Qué menos que revelarle mi estado anímico y psicológico a la persona que se está jugando el tipo por protegerme, al margen de sus propios intereses, claro. - Añadía con reproche y sagacidad. - Hace años que perdí al único ser que me importaba en este mundo, por lo que ahora mismo transito por la senda de la inestibilidad, a un paso de distancia por igual de la "normalidad" y la depresión. Un hombre que no tiene nada que perder, es un hombre poderoso porque no está atado al miedo ni a otras inseguridades. Para mí la muerte no es un final, sino un principio para liberarme de este tormento y reunirme con mi amada. Pero antes de liberarme de este envoltorio mortal, necesito completar mi venganza, o de otro modo no podré morir en paz. Es la única motivación que tengo ahora mismo en vida y la única razón por la que no me he pegado un tiro. Así que respondiendo a su respuesta, elijo luchar. - Decía recuperando cierta comodidad apoyándose en el respaldo de su silla. - Arriesgaría todo porque nada es lo que tengo que perder.
Emilia mira algo extrañada a Croma durante su arrebato. Cuando el mismo termina parece serenarse de nuevo.
- Conozco tu historia y lamento tu perdida, Croma Juárez. Pero a parte de dejarme claras tus motivaciones, la misma no responde a la cuestión que nos debe preocupar ahora. Decidir que camino vas a tomar. - Deja las palabras en el aire y mira a Croma, a la espera de una respuesta.
-Ya se lo he dicho, elijo luchar. No pretendo huir ni apartar la mirada hacia a un lado. El problema es que mi situación es un tanto precaria y no me ayuda a conseguir mi objetivo. Que sea una máquina sin emociones no significa que sea un loco que se lanza contra el peligro. Evidentemente, necesito un plan, y ahí es donde requiero de vuestra ayuda. -esta última parte sonaba ligeramente en tono de súplica. Era evidente que Croma no conocía del todo los detalles de su reclusión, y menos el estado de cómo estaban las cosas fuera de la mansión de los Pentamina. Si alguien debía de proponer una primera idea, sin duda alguna tenía que ser Emilia Pentamina.
Emilia suspira, agotada.
- Te he dado a escoger dos opciones, pero si me pides un plan... - Medita unos segundos, en silencio. - No se si podrías llegar a descubrir algo para delatar a Francisco de Lince o cómo lo harías, pero aunque eso demostrara tu inocencia seguro que el responsable detrás de esto se ha cubrido las espaldas para que no le relacionen directamente con él. Y de todas formas, investigarlo lo podemos hacer por nuestra cuenta. - Mira a Croma fijamente. - Por ello, mi preferencia es que escojas la segunda opción, viajar a los suburbios y descubrir si lo que esconden las ruinas de Cele es un laboratorio cómo yo sospecho. Para dicho viaje te acompañaría un agente de confianza que se encargará de protegerte, aunque después de ver de lo que es capaz tu PABOT, creo que el mismo ya sería suficiente. No te puedo dar ningún punto de contacto en los suburbios, pero si quieres mi recomendación, quizás deberías buscar rumores sobre los "Jinetes del Renacimiento"... Tengo entendido que es un grupo que se encarga de ayudar a los niños y mendigos de los suburbios. Si les explicas tus motivos, deberían conducirte ellos mismos hasta las ruinas.
Croma arquea una ceja con su cara seria, desconforme con el plan de Emilia. No le apetecía nada viajar a los suburbios aunque el plan de desmantelar el laboratorio le parecía atractivo para incriminar a Francisco y de paso limpiar su nombre.
- He de confesarle que no me agrada ni lo más mínimo la idea de pisar esa pocilga, pero dadas las circunstancias en las que me he visto envuelto, no me queda otra opción que seguir su plan. Puede llamar a ese guardaespaldas en cuanto quiera. - Decía Croma satisfecho tras dar su consentimiento de forma más viva. Sus palabras denotaban un ligero deje de emoción por la posibilidad algo más tangible de completar su venganza. - Mientras llega su invitado, quizá pueda aclararme detalles respecto a cómo se desarrollaron las intervenciones en la sala de fiestas por parte de la guardia de Cele. Qué figuras públicas se vieron implicadas y cómo está su situación a día de hoy. También agradecería que me dijera, una vez más, en qué situación se encuentra mi laboratorio ahora que parezco ser el enemigo del mundo.
- Espera un momento. - Dice mientras escribe algo en el ordenador de su escritorio. Al cabo de unos minutos, vuelve a mirar a Croma. - El hombre que va a ayudarte, debo advertirte de algo sobre él. Pertenece a una organización externa y por ello no debes revelarle quién te envía o cuáles son sus verdaderas intenciones. Que se centre en su trabajo, ¿Entendido? - Croma simplemente asiente, algo aturdido. Emilia, a su vez asiente y luego adopta una postura más relajada. - En cuánto a tus preguntas... La seguridad del evento sin duda estuvo lejos de ser eficiente, sin mencionar que la mayoría de los guardias estaban comprados por Luther, o al menos eso es lo que puedo suponer. Cómo mínimo, desalojaron a los invitados sin causar bajas entre los mismos a causa del fuego cruzado. Por supuesto los detalles sobre el evento o lo que hayan hechos las figuras públicas al respecto del mismo se mantienen en la privacidad. Y en cuánto a su última pregunta... Lo poco que sabemos sobre su laboratorio es que algunos agentes fueron a hacer preguntas allí, al fin y al cabo a ojos del público cometiste varios delitos durante el evento, y seguramente entraron en contacto con su compañero, Jonathan Boake. No parece que dicha entrevista les fuera de mucha ayuda para encontrarte.
Croma asentía con la cabeza, de brazos cruzados mientras cerraba los ojos para concentrarse en lo que le estaban diciendo. Finalmente, vuelve a mirar a Emilia buscándole la mirada. -Entendido. Volvamos ahora con mi guardaespaldas. Afirmas que es un hombre de confianza pero sin embargo le ocultas información. No me encaja esa afirmación. ¿Por qué motivos debería mentirle? Vista la situación, lo mejor será que pensemos algo creíble que justifique mi viaje al inframundo. -decía dudoso planteando aquella posibilidad. Desde luego, le estaba dejando mucho espacio a Emlilia para que ella propusiera los planes. -Por cierto, anteriormente, trabajé con el señor Clamfell en pos de limpiar mi nombre, como ya le comenté. Monitoricé una de sus expediciones a los suburbios en busca de chatarra y ahí me presentó telemáticamente a un contacto suyo. Si no recuerdo mal, era un tal Hammer, un hombre corpulento que trabajaba en un taller. Quizá esa también sea una buena ruta de investigación para guiarse con más eficiencia por los suburbios.
- Es posible. - Dice Emilia al tiempo que asiente. - Eres libre de escoger el camino que consideres más adecuado. Y en cuánto a lo de tu acompañante... Te he dicho que le ocultes tus verdaderas intenciones, no lo que vais a hacer allí, sería ilógico pensar que te acompañaría hasta las ruinas de Cele sin hacer preguntas. - Pone una mueca unos segundos antes de seguir. - Cuéntale lo que consideres conveniente respecto a lo que vas a investigar ahí, pero no entres en detalles sobre a quién pretendemos derrocar aquí. Cuánto más gente lo sepa, más peligroso será.