Partida Rol por web

Hank no sabía si el lanzallamas modificado servía como lanzallamas o como refrigerante. Así que acercó a una llama (seguro que hay cosas ardiendo por ahí), separándose de sus compañeros para no afectarles y proyecto el hidrógeno sobre la llama para ver si este prendía o si la llama se apagaba.

Lo primero que vió William (con el ojo bueno) al despertar fue la cara de alberto cubierta de barro y sangre. Le sonrió a pesar del dolor. los conocimientos del español habian sido valiosisimos y no habia sido la vez que salvaba la vida de uno de sus hombres. Miró hacia el kit que usaba el medico para vendarle el otro ojo.

La masa de higos (*) - dijo debilmente, sin saber si habia perdido el ojo o no. Lo unico que sabia es que le dolia la cabeza como si hubiese explotado y que los balazos en el costado y el brazo le impedian usar un arma de furma eficiente. De poco le valia a sus hombres en ese estado salvo para guiarles.

Piensa - se obligó a pesar del dolor

~~Ahí dentro tiene que haber algo bien gordo y bien caliente...

El sargento se sentó con dificultad contra los sacos de arena que protegian el emplazamiento de la artilleria.

Eso solia decirme tu madre, McMannis - le respondió. Tenia que mostrar a sus hombres que no estaba rtan acabado como realmente estaba. - Cuanto tiempo he estado durmiendo?

Una hora. Por los clavos de Cristo. Y huyeron algunos alemanes.

Tenian que salir de alli. Y rapido. Se levantó ayudado por el medico.

Sullivan, Tall... No. - se acordó de una cosa y rectificó - Showalter. Coged los otros lanzallamas y apuntad hacia el bunker. Lo que dice McMannis tiene mucho sentido.

No iba a dejar que Showalter condujese otra vez.

Tallenbaum, prepare un camion para escapar de aqui. Si encontramos alguna patrulla, engañeles en aleman.

El resto, atentos a lo que pueda salir de ahi. Se acerco con dificultad hacia la puerta y rompio el candado de un tiro a bocajarro. Cuando sus hombres le dieron la señal de que estaban listos, la abrió de par en par.

El "lanzallamas" apaga la llama sin dificultad.

Los chicos estaban vivos, había empezado a sanar y el español se había puesto a ello en seguida. Genial. El sarge y Alberto estaban muy heridos, pero todavía quedaban Hank y él... y Hayden para volar cosas. Y Carl para volarse con ellas. 

Hablando de Carl... —Oye, perdona por lo de antes, de pasar de eso de largarnos, parecía lo más prudente curar al resto... 

Suponía que después de las vendas chupi que le había puesto, el nuevo no le guardaría rencor, tenía valor, aunque era un poco estúpido. 

Hank comentaba algo Fatty se rió —Jajaja, ¡estos son los congelahuevos! —pero de pronto el Sargento comenzó a escupir órdenes. 

—Ha estado durmiendo casi una hora, Sargento. estaba como un angelito durmiendo, desde la carga suicida de Carl con el coche. Digo la carga heroica. ¡Destruyó la radio! ¡Y seguro que encontramos su ojo por algún sitio de estos, señor! 

Le ordenó tomar el congelahuevos y apuntar al búnker. 

—No son lanzallamas, señor —se apresuró a corregirle— ¡Son congelahuevos! Y ya estamos listos... 

No pasa nada. - respondió con una sonrisa cansada a Fatty mientras se ajustaba uno de los lanzallamas. - En el calor del combate no pensé con claridad y, claramente, supistéis decidir un rumbo de acción más lógico.

Se colocó separado de sus compañeros, tratando de cubrir el mayor radio de acción entre todos.

Los hombres se colocan siguiendo las instrucciones del sargento mientras él revienta el candado y apuntando con sus armas entran en el bunker iluminando con sus linternas la oscuridad.

Desde la entrada pueden ver unas escaleras que bajan a su derecha un montacargas cuadrado de poco más de un metro de ancho.

Las escaleras bajan unos 4 metros hasta una gran estancia rectangular donde se apilan más de 200 proyectiles de los cuales unos 50 están apilados juntos rodeados de carteles con una llama y la leyenda "Atchung Brandgefahr". A diferencia de los otros el exterior de estos proyectiles están cubiertos por unas extrañas runas pintadas en alguna tinta de color rojo ligeramente intranquilizante.

Desde la retaguardia del grupo, a Johnson le llaman la atención los proyectiles... pero los posibles enemigos y el no tener ni idea de qué significa el cartel lo mantienen inmovil. 

¿Alguien habla nazi? - pregunta Showalter mientras no deja de apuntar a los proyectiles con su lanzafrio, intranquilo ante la sensación que desprende ese almacén.

Y hacer explotar esto - mira alrededor - puede terminar enterrando varias millas a la redonda...

Miller abrió el bunker y bajó, ayudado por Alberto. El olor a cerrado y polvora le mareó, seguramente por toda la sangre que habia perdido. Vio unas sombras correteando cerca de los projectiles pero huian de la luz de las linternas.

Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo (*). - pensó - 50 proyectiles, 3 demonios por proyectil...

Los malditos nazis tenian alli un ejercito. No podian llevarse toda esa munición y desde luego no podian dejarsela a los nazis.

Hayden, nos queda alguna carga con temporizador?

Hank se quedó encañonando con su "congelahuevos" los obuses marcados con runas, mientras los demás decidían qué hacer.

Hank al principio no se presenta voluntario pero cuando ve que uno de los voluntarios se acerca a uno de los obuses dice:¡Quita, no tienes ni idea! Se coje así.

Suelta el congelahuevos y se pone a cargar el obús.

La decisión es difícil, la verdad es que le gustaría estar en todos los lados, entre los que cargan con los proyectiles porque podrán echarles un vistazo y estarán fuera del bunker antes y entre los que montan la traca final porque no se vio un crater así en mucho tiempo....

Hayden, nos queda alguna carga con temporizador?

Por suerte alguien toma las decisiones por él, así que niega con la cabeza y mira a Carl que parece estar pensando lo mismo que él.

- No, señor. Utilizamos la mayoría de ellas contra el barracón y las restantes durante la batalla. Pero podremos arreglarnoslas con lo que nos han dejado de reyes los alemanes al huir.

Carl avanzó nada más alguien se presentó voluntario* para cargar los proyectiles que necesitaban para completar la misión y, cuando Hank decidió que ahora era un experto en explosivos, apretó los dientes y continuó la tarea en silencio**, teniendo especial cuidado en la manipulación.

Cuando acabase, vería qué es lo que había encontrado el viejo que les sirviese para preparar un temporizador y dejar la zona con un bonito recuerdo americano.

~~:¡Quita, no tienes ni idea! Se coje así.

Cojones, McMannis! - gritó el sargento - Con cuidado!

Mientras los demás preparaban la explosión y tomaban un par de obuses, Fatty acudió a por una de las ametralladoras de las torres. Se la llevarían en la parte trasera del camión con una buena cinta de munición. También prepararían dentro del camión un rincón con sacos de arena para llevar entre ellos los proyectiles.

—¡Cuando quiera, señor, Helmut y yo ya estamos preparados.