Partida Rol por web

El maestro enano ha encontrado un punto que, según él, es el más débil de la presa. Si no se equivoca y encontráis el modo de dañarlo, el embalse quedará vacío. Solo queda pensar el método con las herramientas de las que disponéis, y llevar cuidado para que el agua no os arrastre.

Entre Leya y Dasron me ayudaron a salir rápidamente del agua, en la cual ya estaban las sanguijuelas esperando darse un festín. Empapado y cabreado, me quedé encima de la balsa sin moverme. Tenía todas las ropas empapadas y un fétido olor encima. Estaba claro que aquí no había ninguna entrada secreta, pero había uno de nosotros que parecía tener todas las respuestas... Desde que habíamos visto a lo lejos el Árbol Esmeralda, el hombre santo había hablado sobre este lugar y eso que nunca habíamos estado allí, parecía que sabía demasiado. Que hablara con sus dioses y le hubieran detallado lo que debíamos de hacer me había resultado cuestionable, pero tenía un pase. No podía decir que los seres superiores no hablaran con los mortales, aunque en el caso de Dasig era como si tuviera contacto directo con su dios, y eso que era un acólito. Ahora le había dicho que este sitio, que era un pantano, había sido hecho por la mano de alguien. ¡Y había dado en el clavo! Encontramos una presa en el perímetro de donde el árbol estaba hundido. Miré pensativo al clérigo, dado que empezaba a no confiar mucho en él.

-"Bien, has acertado en todo, Dasig. Tu Dios te protege y te informa de todo, debe de tenerte en alta estima." Le dije al clérigo.

Estuvimos observando la presa y el maestro enano supo cómo echarla abajo. Pero sería algo complicado.

-"Quizá si quitamos alguna de las piedras que dices, podamos hacer que colapse. ¿Pero cómo hacemos eso? No hemos traído herramientas de cantero ni nada parecido. ¿Y si cortamos algún tronco grueso y hacemos palanca?" Dije pensativo.

Lay tenía experiencia haciendo casas de campaña, y estrucroas de madera temporales además de trampas

-caballeros, si agregamos unos trozos de madera mojada y los hacemos cambiar de temperatura esta se contrae o se expande.... Aunque podría tardar

Me quedo observando como mis compañeros muestras su pericias para desarmar la presa que nos permitirá acceder a las raíces del árbol. Aquella iba a ser una acción riesgosa si la corriente luego liberada nos arrastraba. Así que me fijo en que puntos nos servirían para evitar aquella situación.

—Con cuidado compañeros —digo. la precaución de los medianos viene bien siempre—, ante todo evitemos ser arrastrados por la corriente luego de liberar el agua de la presa.

Dasig permanecía vigilante, pero centrado en los alrededores y cualquier potencial peligro oculto en las aguas o la vegetación, así que las miradas de sospechas del mago le pasaron desapercibidas. Así, sólo respondió al mago:

- Los dioses me hablaron de esa entrada bajo las aguas. Pero humildemente reconozco que nunca antes me mostraron el camino con tanta claridad. Sin duda debe ser una empresa de gran importancia. Ahora bien, lo de la presa no fue más que una conjetura que resultó ser afortunada.

Después viendo a sus compañeros que miraban el muro de piedra, comentó:

- No parece que hayamos traído las herramientas adecuadas para esta tarea, del todo inesperada cuando partimos... ¿o sí? ¿Alguien tiene algo que pudiéramos usar?. Respecto a la magia, tal vez Barrik tenga algún hechizo que le pueda servir en este caso, pero yo no. Me temo que manipular objetos o temperaturas no está entre los dones divinos que se me han concedido.

Saqué una maza y un cincel y se los mostré.

- Con ésto podremos hacer el agujero, lo suficiente hondo para que el cincel quede incrustado en la roca pero sin llegar a romperla por completo. Luego podríamos atar la cuerda en un extremo, colocarnos en un lugar seguro y tirar de ella para hacer palanca.

Igual que Dasron pongo a disposición aquellas herramientas que considero pueden ser útiles para derrumbar la presa. 

- Buen plan Dasron, creo que será la forma más segura de lidiar con esto. Eso sí en cuanto la presa ceda, habrá que soltar la cuerda para evitar que nos arrastre.

Con mucho cuidado Dasron ejecuta el plan. Perfora, asegura y se aleja. La piedra centenaria se resquebraja, primero con unas pequeñas grietas que segundos después se hacen enormes hasta que termina reventando toda la pared. Una tromba de agua se difunde por los alrededores, arrastrando consigo cuanto contenía el embalse. Empero, el proceso de vaciado tarda un buen rato hasta completarse del todo. Ahora lo que queda es un enorme barrizal, lleno de sanguijuelas, peces y anfibios. Todos ellos aturdidos por lo que acaba de suceder. Moverse por los restos será un reto, tanto por los seres vivos que todavía quedan como por el barro resbaladizo. Es posible que la entrada haya quedado más oculta si cabe a causa del estropicio. Será una larga jornada de búsqueda.

La presa reventó según lo planeado. Tardó un buen rato en vaciarse de agua, así que aproveché para descansar.

- Buen trabajo - felicité a mis compañeros. Ahora queda sortear éste lodazal. Bajemos lo más cerca posible que podamos de la entrada, así ahorraremos esfuerzos.

Me metí dentro de lo que había sido el pantano y mis pies se hundieron en el barro hasta los tobillos. Había anfibios, sanguijuelas y peces que se retorcían y coleteaban dando sus últimos hálitos de vida. Sentí pena por ellos, pero era un daño colateral necesario para cumplir nuestra misión.

- Ésto va a ser complicado. Tened cuidado, resbala mucho.

Aunque el inconveniente de la presa había sido solucionado todavía nos quedaba transitar por aquellos restos de pantano. Mis grandes pies me servirían además de mi peso liviano pero no era el caso de los demás. Y de igual manera no se reveló ninguna entrada ni nada parecido así que voy observando con atención intentando descubrir aquel posible acceso.

Dasig camina estoicamente por el barro junto a sus compañeros. Su determinación está reforzada ahora que está un paso más cerca del objetivo de su búsqueda divina. Cuando llega hasta la zona de las raíces del árbol, utiliza un palo para ir hundiéndolo en el barro con fuerza, para notar si hay algo duro, como sería el caso de un montón de piedras, tras la capa de lodo, pero sin mucho éxito.

Al igual que mis compañeros comencé a buscar la entrada, tanteando con la lanza en el barro. El terreno era traicionero y costaba mantenerse en pie. En un par de ocasiones estuve a punto de resbalar y caer de culo. Buscaba con la punta de la lanza, apartando peces muertos. De pronto noté algo duro, piedras quizás.

- Creo que he encontrado algo. Aquí.

Al romper la presa, el agua empezó a escaparse y a vaciar la pequeña laguna donde estaba el árbol. Cuando toda se había ido, los restos de peces y otros animales saltaban por el fangoso fondo. Tuvimos que meternos y transitar por este horrible lugar para encontrar la entrada oculta. Yo cogí un palo, más o menos recto, de unos dos metros de altura, para que me sirviera de bastón y de comprobador. Al igual que el clérigo, iba hundiendo el palo en el barro para ver la profundidad y por si golpeara algunas piedras. Pero el enano es el que al final pareció encontrar algo.

Mis esfuerzos son en vano, por más que observo no veo nada parecido a una entrada solo sanguijuelas y animales dando sus últimos alientos de vida. Luego escucho la voz de Dasron que parece ha encontrado algo.