Partida Rol por web

Ahora los Centuriones estaban a la vista todos. Eran, efectivamente, dos que caminaban rumbo este a unos cincuenta metros de vosotros. Entonces la sorpresa se refleja en vuestros rostros cuando aparece el tercer acompañante. Una mujer rubia y atractiva que andaban entre los robots como si fueran amigos de toda la vida. Apolo conocía la verdad, pero el resto de sus compañeros no.

-Capitán ¿Qué significa esto? ¿Es una prisionera?

Fulmino con la mirada a Spartan. Cualquier ruido nos puede delatar, así que guardo silencio y pido lo mismo llevandome un dedo a la boca. Agudizo el oido para oir a la recien llegada hablar con los centuriones, si es que dicen algo. Las explicaciones tendrán que esperar a que estemos en un lugar más seguro...

Continuaba consumida en el eterno silencio, era consciente que al decir una palabra ellos nos interceptarían y adiós misión. Por eso al escuchar como Spartan abre su bocaza, aprieto su brazo con fuerza para que aguarde silencio mientras esperaba las indicaciones de Apolo. 

Dos centuriones y una mujer, nada bueno se traía todo esto. Además tenía mis dudas, según los informes había descubierto que tenían partes orgánicas, lo cual todo lo que reluce puede que no sea oro. Aún así, prefería mantenerme en estado de alerta y no cometer errores que me costarán el trabajo a futuro. 

Muy cercana a Apolo, continúo observando la situación mientras en mi cabeza un millar de pensamientos se contraponían a la vez.

La piloto seguía por la mirilla de su arma, un fusil de francotirador, a la rubia. Una imagen de ódio se plasma en sus mejillas. La ira hace que enrojezca su tez. Toca la pierna del capitán. Se toca un mechón de pelo y lo estira cláramente. Hace un gesto con dos dedos tras lo que se señala un ojo y hace la señal otra vez. La de los dos dedos, y sin dudarlo se tira otra vez del pelo.

Mira al oficial con su encendida faz y tras esto hace un gesto de disparar pero en el aire.

El equipo está tenso. La mitad no sabe lo que está pasando realmente, y la otra mitad... bueno, parte de esa mitad es dificil de controlar. Hago un gesto negativo a Starbuck con la cabeza y levanto la mano pidiendo paciencia. Un ataque ahora delataría nuestra presencia y no da la sensación de que sepan que estamos aquí o de que nos estén buscando. Vuelvo a observar al extraño trio, con el arma preparada pero sin realizar ningún movimiento, aguantando la respiración y la posición viguilandoles.

Empuña firme el arma, pero el índice está fuera del guardamonte. Lejos del diparador. Así ningún despiste, impulso o accidente daría en un disparo no controlado.

Asiente a la órden, pero no es por falta de ganas. Sabía que tácticamente era un error asesinar a esos trastos, pero eliminar tostadoras, la teniente, lo veía como una obligación necesaria que no se tenía que dejar escapar.

El trío avanza unos cuantos metros más hasta llegar a un pequeño claro. Allí esperan un par de minutos hasta que otros cuatro Centuriones aparecen entre los árboles. La mujer rubia parece estar hablando con ellos. Luego, las seis máquinas se dividen en parejas de dos y se marchan todas por caminos distintos. La rubia se queda unos momentos pensativa antes de desaparecer ella también entre los árboles. Volvéis a quedaros solos.

Atenta a los movimientos y al darme cuenta de que estábamos solos de nuevo, le indico a Apolo que avancemos ahora. No estábamos en condiciones de perder el tiempo ya que ni siquiera han notado nuestra presencia. Mientras espero que nuestro capitán dé la orden, doy mis primeros pasos hacia nuestro objetivo.

Lynch miraba a Apolo con expectación. El capitán se había quedado parado sin reaccionar cuando aparecieron las malditas tostadoras y ahora que se habían ido, seguía ahí mirando hacia la nada ¿Por qué no se movían? ¿Qué pasaba allí? Miró hacia Starbuck y Boomer enarcando las cejas.

Relajo los hombros, sin dejar de vigilar los alrededores. Parece que el terreno está tranquilo y cuando me vuelvo hacia el equipo noto la mirada interrogante de Spartan. Con un suspiro me acabo de derrumbar y me apoyo contra el arbol que me servía de cobertura, cerrando los ojos, pensando y escogiendo las palabras.
- Se supone que es información confindencial... pero teneis que saber a lo que nos enfrentamos. - comienzo hablando directamente a Spartan y Boomer. - Esa rubía... es dificil de explicar, pero es un cylon. Un cylon con aspecto humano.- dejo un momento de silencio para que asimilen la información. A mi todavía me cuesta entenderlo a veces - En la Galáctica tenemos un prisionero cylon, y es posible que haya más infiltrados en la flota. - Me vuelvo a mirar hacía el lugar donde han desaparecido los cylons, y decido que es hora de quitar hierro al asunto antes de continuar. - No se puede decir que los cylons tengan mal gusto diseñando módelos humanos, ¿verdad, Spartan? - comento con un guiño y una sonrisa, que duran poco en mi rostro, antes de terminar. - Será mejor que continuemos y busquemos un sitio seguro y resguardado, aquí estamos demasiado expuestos.

- Al fin. Se ponían en marcha y se relajaba un poco. No habían empezado la misión y había tenido que dejar escapar a esa tostadora con disfraz, y encima no tenían visos de saber como estaba la cosa. Se puso en pie con cuidado, para no hacer ruido y recuperó el fusil que portaba como arma. A ver si tengo suerte, y por lo menos mientras escapamos me dejar "romper" uno o dos.

El grupo siguió avanzando por el bosque en dirección a la ciudad. Recorrió el par de kilómetros de la floresta sin toparse con ningún otro enemigo. Llegó hasta la carretera que iba hacia Nueva Delphi y la siguió por el arcén para pasar desapercibido. Al poco divisaron su perfil urbano. O al menos lo que quedaba de él

Según los cálculos, la señal provenía de algún punto situado unas tres manzanas más adelante. Todo se encontraba en silencio. Sólo el sonido del viento y el graznido ocasional de algún pájaro se escuchaba. Los contadores de radiación instalados en vuestros trajes indicaban nivel amarillo.

Mientras avanzaba a paso firme observando todo escucho los comentarios de Apolo, nada de lo que estaba diciendo me llamaba la atención. -¿Seré una cylon? -pregunto en silencio, era muchas las situaciones extrañas que sucedían a mi alrededor y siempre estaba implicada en ellas aunque no recordaba absolutamente nada.

Vivía en un mar de confusión existencial y en cierta forma me afectaba luchar contra ellos, como si una parte de mi en el fondo los defendiera a cualquier precio. El problema radicaba en que no tenía con quien hablarlo, pocas personas serían capaz de comprender la raíz de mi conflicto. 

- Por ahora todo está tranquilo pero no es una buena señal. - respondo a Apolo luego de tantear el panorama y darme cuenta de que es muy inusual tanto silencio sepulcral.

Kara mantenía el fusil encarado para disparar, pero su longitud era demasiada para ser un arma cómoda para hacer eso. Esperaba que en cualquier momento surgiera un peligro y quería poder estar lista para reaccionar, pero temía que lo que apareciera fuera a quién venían a rescatar y le metiera un tiro sin poder evitarlo.

El grupo avanzó por la calle en ruinas un par de manzanas. No se veía ningún ser viviente en los alrededores. Al llegar a la esquina del lugar donde provenía la señal, se escuchó un zumbido en el cielo. Dos cazas raider pasaron sobrevolando la ciudad a baja altura para luego perderse en dirección a las montañas. El lugar indicado era un local destruido, tal vez un restaurante. La señal provenía de su sótano.

Entonces de las puertas del local salieron dos Centuriones cylon que se quedaron inmóviles escudriñando la calle...

Si nosotros hemos detectado la señal ellos también.

Se lanza al suelo buscando cobertura entre los escombros. Disparó. Se tiró con cierto cuidado de no dañar las ópticas de su arma, y en cuanto el rostro de uno de ellos estaba centrado en la retícula se escuchó la detonación del proyectil al abandonar el tubo.