Partida Rol por web

-Es la única opción que nos queda, el Replicante me dijo, la primera vez que lo vi, de forma enigmática que una vez estuviesen todos muertos sería demasiado tarde...- comenté mirando de nuevo a las dos Replicantes-Las amenazas no surtieron efecto y ahora que está ese N5 fuera de circulación no sabemos si mandarán a otro a terminar con Simonson o quizás ya esté con él...es sólo una suposición pero aquella Replicante de compañía podría ser otra N5 con órdenes de acabar con él-mis ojos se abrieron como platos-De una forma o de otra tenemos que ver a Simonson y contarle todo y no te preocupes Joy-dije con una sonrisa metiendo la mano en uno de los bolsillos de mi gabardina, sacando un pequeño cuaderno de notas.

-Aquí tengo las direcciones, llámame antiguo, pero siempre me ha gustado apuntar a mano los detalles importante o pistas de todos mis casos y las direcciones es algo que siempre guardo- miré a Desa-toma la dirección-la escribí en una de las pequeñas hojas en blanco, la arranqué y se la di-Guíanos, no tenemos tiempo que perder, quizás aún podamos sacar algo bueno de todo ésto-dije guardando la libreta en su sitio esperando a que Desea abriese el camino.

Desa cogió la hoja y la observó detenidamente durante un segundo. Después alzó la vista y sus ojos se movieron a gran velocidad mientras, parecía, analizaba algo, quizás...

-Ya tengo una ruta. Seguidme.

Entonces se dio la vuelta y empezó a caminar por las alcantarillas, esquivando a todos los replicantes que estaban allí.

El trayecto duró una media hora, durante la cual ninguno de los tres pronunció palabra alguna. Desa parecía saber hacia dónde iba porque no titubeó ni una sola vez, ni dudó al encontrarse con un desvió.

Finalmente, en un momento dado, se detuvo delante de una escalera.

-A través de esta escalerilla podréis acceder a la calle que me habéis indicado. Joy Blessing, ¿qué quieres que haga ahora?

Esa era sin duda una buena pregunta. Lo cierto era que ahora que les había llevado hasta el final del laberinto, poco o nada más podía hacer por ellos. No al menos algo que se le ocurriera a Joy Blessing. Ahora su principal prioridad no era otra que la de cerrar el caso y hacerlo de una manera favorable. Sólo de esa forma podría estar en situación de conseguir los pases que Desa y los suyos le reclamaban. No les había dado su palabra, pero si les había dicho que lo intentaría y a decir verdad, todavía no había hecho nada por ellos.

- Creo que lo único que puedes hacer es esperar.  Respondió finalmente la replicante. - Lo más sensato es que te reúnas con el resto y busquéis otro sitio donde refugiaros. No os quedéis quietos moveos constantemente. Llegado el momento, si consigo esos pases, os buscaré en las alcantarillas. - Posó su mano sobre el hombro de Desa. - Lo único que os pido es que no os rindáis.

Dicho eso Joy se dispuso a subir las escaleras hacia la superficie. Antes de salir trataría de echar una ojeada para saber donde se encontraban, si había vigilancia o policía cerca y sobre todo necesitaba hacerse una idea de a dónde se dirigía. Richard le seguía los pasos de cerca subiendo aquellas escaleras. Se enfrentaban a su última oportunidad de probar su inocencia y de salvar el caso. De lo contrario acabarían atrapándoles tarde o temprano, Richard sería condenado y ella reciclada. Y no estaba dispuesta a permitir un final así.

- ¿Preparado? - Le preguntó a su compañero.

Las calles no estaban vacías, pero tampoco había rastro de policías o agentes de la ley de ninguna clase. Solo el habitual tráfico de gente por todas partes, pasando más allá del callejón en donde estabais saliendo. El ruido metálico resultante de retirar la tapa de la alcantarilla no fue suficiente para ahogar el ruido del gentío y eso era una ventaja.

Más allá de la calle, el ambiente parecía cambiar y había un edificio alto elegante, sin duda, el que buscabais, y delante de él sí que había un vehículo de la policía.

- La policía ya está aquí... - Dijo entonces la replicante fastidiada ante aquel contratiempo. - ¿Qué estarán haciendo aquí? 

Que hubiera un coche patrulla a las puertas de aquel edificio podía significar muchas cosas. Podía ser que se hubiera producido un tercer asesinato. En ese caso estaba todo perdido, pero también podía haber otras opciones. ¿Un interrogatorio? ¿Protección oficial? ¿Una coincidencia?

- ¿Reconoces el vehículo por su matricula? - Le preguntó a Richard. - ¿Es el de Hobbart?

El trayecto se hizo bastante largo y el silencio que predominaba entre los tres, solo roto por el ruido del eco de nuestros pasos provocó que se alargase más aún, pero al fin llegamos a la salida prometida por Desa. Me mantuve en silencio pues se dirigió directamente a Joy y no vi necesario interponerme así que esperé a que mi compañera terminase de impartir sus órdenes, lo que me hizo pensar en algo bastante preocupante y que le preguntaría en cuanto estuviésemos a solas.

-Subamos, no hay tiempo que perder- comenté tenso. Salimos al exterior dejando atrás a Desa y miramos la calle, llena de gente como era lo habitual en una ciudad superpoblada como aquella y la casa de Simonson estaba realmente cerca, sin duda Desa había cumplido su palabra.

-Mierda, tenemos compañía, mira- susurré mirando a Joy observando el coche de policía-La entrada principal queda descartada, seguramente habrá un polo en la entrada y es muy posible que otro esté con Simonson- fruncí el ceño pensativo-busquemos las escaleras de emergencia o una entrada trasera, tenemos que llegar a Simonson lo antes posible...-dije mirando de nuevo aquel vehículo policial, estábamos jodidos.

- No importa que respondas...  ¡Son ellos! - Dijo entonces Joy, acababa de darse cuenta de que así era. - ¡Rápido, debemos impedir que acaben el trabajo! - Exclamó saliendo a toda prisa de las alcantarillas y dirigiéndose hacia el edificio.

De nuevo Joy había sido más rápida que yo y reconoció aquel coche, en efecto era el de Hobbart, así que eché a correr tras ella sin dudar un instante, si habían llegado antes quizás le hubiesen matado ya...

Entrasteis en el edificio con rapidez, pero el portero salió a vuestro encuentro antes de que pudierais continuar.

-¡Eeeeh! ¡Alto ahí! ¡No pueden acceder a las residencias! ¿Quiénes son ustedes?

El ascensor tenía sus puertas abiertas y sin duda, bloqueadas.

Miré al hombre y hablé con tono potente y autoritario-Somos policías y éste es un caso de extrema urgencia ¿Han venido otros dos policías antes que nosotros?-entonces miré el ascensor-¿Por qué está bloqueado? Contesta ¡rápido!- exclamé con urgencia.

-P-pues porque así nos lo han o-ordenado. Hay un asesino suelto y su compañero me ha pedido que asegure l-la puerta solo para los residentes.

El portero parecía estar diciendo la verdad y parecía bastante nervioso.

- ¡Evidentemente! - Exclamó Joy con tono autoritario. - Hay un asesino suelto y tiene que bloquear los accesos... - Hizo una breve pausa. - Pero no a nosotros. - Puntualizó. - Yo misma envié a Hobbart. ¡Soy Joanne Taylor, capitana de Blade Runner, idiota! - Le miró con desprecio. - ¡Ponganoslo fácil...!

¿U-usted... es la capitana? P-pero... p-pero...

El portero no llegó a terminar la frase. Estaba demasiado angustiado con la posibilidad de haber metido la pata. Así que se dio una carrera hasta la mesa de recepción, cogió una tarjeta  y marchó corriendo hasta el ascensor. Una vez allí, pasó la tarjeta por el lector e introdujo un código.

-Y-ya está desbloqueado el ascensor, capitán. El agente... su agente le espera arriba.

- Buen trabajo, hijo... - Le dijo dándole unos toquecitos en la espalda. - Le recomendaré si llegase a ser necesario... - Concluyó aquella conversación absurda, de una manera absurda y de introdujo en el ascensor. Cuando se cerraron las puertas volvió a hablar. - ¿Qué piso es? - Preguntó y cuando Richard respondió, pulsó el botón.

¿Nuestro compañero?-miré a Joy-Debe ser Hobbart... aunque no me fiaria mucho, ni sabemos si su compañero seguirá activo. Deprisa, tú, desbloquea el ascensor, ¡tenemos que subir y es a la orden de ya!-le urgí, era cuestión de tiempo que Simonson estuviera muerto y sino llegábamos a tiempo él moriría y no ido habría terminado...

La duodécima planta esperaba en silencio a que llegaseis a ella. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, todo parecía completamente normal. Había un vestíbulo iluminado muy bien iluminado y la puerta del apartamento de Simonson estaba cerrada, como si nada malo ocurriese.

No había ni rastro de Hobbart.

Cuando llegamos a la planta donde Simonson tenía su apartamento asomamos la cabeza con extrema cautela y con el bláster en la mano preparada para disparar, fácilmente podría estar esperándonos y no pensaba morir allí a traición-Ten mucho cuidado Joy-susurré a mi compañera mientras inspeccionábamos el vestíbulo con extrema cautela. Toda la planta parecía desierta y la puerta de la casa de Simonson permanecía cerrada, así que miré a Joy con extrañeza-Tú que crees ¿Estará dentro con Simonson? está todo demasiado tranquilo vayamos a ver...-seguí hablando con voz susurrante dirigiéndonos hasta la puerta del capullo ejecutivo.

Me pegué al marco de la puerta y avanzando la cabeza lo justo pegué la oreja a la puerta evitando el ángulo que podía tener la mirilla para no ser visto y agudicé el oído intentando escuchar cualquier sonido proveniente del interior.