Partida Rol por web

Le miró, cautelosa

-Suena a algo útil actualmente...tener suerte puede hacer cosas increíbles incluso en situaciones desesperadas...eso creo yo.

Meneo la cabeza, sopesando que decir.

-¿Mi quirk...? Yo...hago cosas...con fuego...suena mucho más "cool" dicho así realmente, aunque lo cierto es que no tiene nada de cool. Me gustaría conocerte un poco mejor para entrar en detalle...lo siento, supongo que estoy siendo irritante. La verdad es que mi quirk es... peligroso. Para otros...si es posible, por favor no lo comentes con el resto. Imagino que se enteraran eventualmente pero...me gustaría tratar de relacionarme de buena manera con la gente previo a ello.

Se tomo el antebrazo.

-¿Seria extraño preguntarte ahora si quisieras que seamos amigos? No tengo muchos, y menos con quiénes hablar de esto.

Mantenía una conversación amena con Murasaki hasta que la puerta del aula fue abierta de sopetón, un chico con pintas de macarra acababa de entrar al salón, venía algo desarreglado, entro con una actitud arrogante mirando a todos de forma despectiva, cuando llego a mi lado, miro a Yami y monto una escenita tumbándolo al suelo, viendo todo eso no puedo evitar levantarme del asiento.

-¿Te pasa algo idiota? Levántate de ahí - Digo en tono amenazante. 

Souta esta con los ojos cerrados, pensando en sus cosas, y mientras mastica chicle y cada cierto tiempo hace explotar una pompa bastante grande.

-Oye tú, chaval...- dice sin inmutarse -No se que te estarás pensando, pero yo no he venido aquí a hacer "amiguitos", así que callate y dejame en paz o tendrás un problema muy gordo- en es momento revienta uan pompa de chicle y mira desafiante a Shinji.

-¿Qué?, ¿acaso quieres pelea zanahorio?- de nuevo vuelve a mostrar la sonrisa burlona.

Mientras todo esto ocurre, algunos se percatan de que, desde que se sentó, Souta no ha parado de dar golpecitos en la mesa con los nudillos.

Murasaki se desconcento del tema, o más bien quedó algo descolocada con la seguidilla.

-Pero hay muchos otros asientos al fondo. No es necesario ser grosero...

La verdad no tenía mucha fe a que apuntar a la obvio fuera a disuadirlo.

Lanzo un suspiro antes de comenzar a hablar con el sujeto del gorro negro.

-Nadie está aquí para hacer amigos, seguramente todos estamos aquí para ser el héroe número 1, cosa que no vas a lograr si te expulsan por buscar pelea el primer día de clases.

Todo esto lo dije mientras seguía jugando con los dados de 6 caras.

-¿Una pelea de calentamiento? Me parece bien, después de que te patee el culo trasero le dejaras el puesto al chico - Digo para provocarle. ¿Quien se cree este chico para andar tratando así a los demás?

Se giró rápidamente al ver tal revuelo, en su garabato solo había conseguido plasmar parte de Yami y la cara de Shinji y Murasaki, se molestó al ver que al girarse tan brusca, había hecho un pequeño tachón en las orejas que estaba boceteando y suspiró levantándose del sitio, yendo hacia el fondo de la clase hasta ponerse frente al pupitre para verlo de cara directamente.

-¿Por qué te portas asi?... Somos compañeros y pasaremos mucho tiempo juntos... ¿No es mejor ser tranquilos entre nosotros?
Miro a Ymi, preocupada y al resto. Se había metido en el ajo sin pensárselo dos veces y ahora caía en la cuenta de que era muy probable el acabar en el suelo tambien...
-¿Cómo te llamas? ¿Quieres venir a sentarte conmigo? Aunque a lo mejor no te apetece estar delante...
Sonrió a Yami, intentando no ver directamente la mirada de aquel chico tan macarra.

-!Escuchame bien, pringado¡ !!ESCUCHADME BIEN TODOS¡¡, Aquí solo habrá un digno merecedor de ser el número uno, y ese seré yo gusanos, !!Y MÁS AÚN CUANDO OS HAYA APLASTADO A TODOS¡¡- se levanta energicamente de la silla mientra de un fuerte golpe sobre la mesa. En ese momento, se puede percibir como un leve destello azulado surca su piel en forma de onda desde el puño con el que da el golpe hacia arriba de su brazo.

Luego agarra a Shinji por el cuello de la camisa con la mano izquierda y con la derecha cierra el puño y lo coloca en señal de amenaza, a pocos centímetros de su cara.

-¿Calentamiento?, tu no me servirías ni para eso flacucho, ahora sientaté un tu puto sitio y cierra la boca, puedes ayudar a tu amiguito de las orejas si quieres- mantiene el contacto visual, sin pestañear, con las cejas arqueadas y los dientes apretados.

-No veo el interés que tienes en ser el rey de los lerdos. -Dijo Alberich sin siquiera inmutarse por las acciones o los gritos de aquel energúmeno que estaba haciendo una escena en el primer día. No tenía intención alguna de pelear, y mucho menos de iniciar un debate con alguien que más que una persona racional era un puñado de ardillas rabiosas metidas en una muñeca hinchable. -No eres más que un pez agresivo en un acuario pequeño, una mota de polvo en un estante frente a un libro que nunca nadie va a leer y que sin lugar a dudas tu no leíste. Un insignificante y delirante joven que busca la atención de los que le rodean para tapar sus propias inseguridades.

Quizás el Narrador estuviera equivocado, y quizás Alberich sí que buscaba algo de pelea, pues girándose sobre sus talones, este miró hacia el origen del conflicto, y aún con sus brazos cruzados tras su espalda, y sus manos posadas una sobre otra bajo los guantes de tela blanca. Alberich se quedó, ahí, quiero. Observando el siguiente movimiento. -¿A qué tienes miedo?.

Caminaba directo a su salon de clases, había pedido direcciones y había encontrado su salon con rapidez. Durante su camino había encontrado a un gran numero de lo que parecian ser alumnos que se encontraban conversando en diferentes grupos, no molesto a ninguno ya que no los conocia por lo que sigui recto a su salon. Estaba caminando cuando ve como una chica de piel palida entra antes al salon de clases, sin hacer ruido se acerca a la puerta y mientras la abre dice "Permiso" su voz no sonaba mucho. Al entrar pudo observar quienes estaban ya en el salon, decidio ponerse en un asiento en el fondo junto con la chica que había visto entrar antes. Mientra ponia sus cosas en su lugar le dirigio un saludo a su compañera "Encantado de conocerte, soy Yangoku Ikuto _nya" Al decir el ultima parte inclino ligeramente la cabeza. Tomando asiento empieza hacer una de las cosas que es un habito, con sus dos manos empieza a moverlos en una forma particular sin tocar el mesabanco, esto lo relajaba y lo hacia sentir comodo. No tardo mucho en dejar de hacerlo mientras esperaba al inicio de clases.

-¿Hm?

Al llegar al salón, los hermanos se encontraron conque se estaba llevando a cabo una escena protagonizada por un bravucón cualquiera. Parecía que la clase ya se estaba empezando a conocer..

-¿Crees que debas usar tu Quirk en él? -pregunto Akemi a su gemelo.

-Ni loco. Seguramente terminaría volviéndose un pesado -respondió Hikaru. -. Aunque...

La imaginación de los gemelos fue volando mientras aún seguían en la puerta. Al momento de haberse decidido, entraron al salón y tomaron asiento cerca del chico problemático.

-¡Eh, tu! ¡Gorrita Inestable! -le insulto Akemi para llamar su atención: En cuanto este voltease, se encontraría con una sorpresa...

Mientras su hermano insultaba al sujeto para llamar su atención, Hikaru sacaba un pañuelo de su bolsillo para cubrirse la boca y la nariz. Entonces, cuando Souta voltease, Akemi soplaría un polvo sobre la palma de su mano para lanzar una nube hacia su rostro, como si de perfume se tratase.

-¡Fragance! -dijo Akemi antes de soplar con fuerza sobre la palma de su mano derecha. Entonces, aquel polvo en su mano salió volando hacia el rostro de Souta; con suerte, aspiraría un poco y caería bajo los efectos del Quirk. Usar sus Quirks de esa manera el primer día de clase no era lo que tenían precisamente en mente, pero no iban a soportar que un tipo como él se hiciese el duro de esa forma; Akemi seria suficiente para darle su merecido, y es que bastaría con que el bravucón ingiriese una muy pequeña cantidad del polvo para caer en una realista y cómica mentira.

El objetivo principal era Souta, pero por la cantidad de polvo soplado y la pequeña distancia entre él y Akemi era probable que también pudiese ser inhalado por Shinji, pero Akemi se encargaría de que el pelirrojo, u otra persona que no fuese Souta, no sufriesen los efectos.

En el momento en el que Souta llegase a inhalar aunque fuese un poco del polvo, la situación cambiaría comicamente, pues absolutamente todo el salón se encontraría repleto de múltiples copias de Soutas que discutían unas con otras al grito de "¡Pringao!" "¡Apartate!" "¡Prestad atención¡" y otras frases que el chico utilizo antes; obviamente, solo él las podía ver, así que en caso de unirse a la discusión, seguramente estaría gritandole al aire.

Mientras, el resto de personas que aspirasen el polvo, verían a un héroe profesional entrar al salón haciendo de profesor; con suerte, tomarían asiento y se calmarían.

El macarra había perdido los estribos, ahora había comenzado a gritar hacia todos los presentes, se levanto de la silla y me agarro del cuello a la vez que acercaba su puño a mi cara.

-Golpeame entonces. - Dicho eso le lanzo un escupitajo en la cara para provocarlo.

Apenas entro el aula noto que hay revuelo, al parecer apenas habían llegado había un bravucón que estaba armando jaleo, un pelirrojo le escupió en la cara mientras otros parecían estar usando sus quirk desde temprano, me quedé en la puerta con una mano en el bolsillo y la otra en el bolso, prestando atención a esto último, el perfume, el nombre de la técnica, algo me decía que esos dos jugaban con feromonas.

La verdad es que prefería pasar de todo eso, no los conocía y ya no soportaba a nadie, me fijé en la silla más alejada del pizarrón, al fondo y contra la pared y me fui a sentar allí.

Llega a la puerta del salon donde entra, lo primero que logra ver son las personas que estaban en el salon. Sonrie y se prepara a entrar cuando logra ver lo que posiblemente sea la primera escena de conflicto, estaba sorprendido y se acerca. "Chicos calmaos, no es el lugar para peleas aqui. No seria bueno que terminaran expulsados en su primer día." Esperaba que hicieran caso a su consejo que seria una pena el que alguien terminara expulsado asi no más, realmente no merecia la pena cometer un error asi en su primer dia en la escuela de heroes.

Se acerco a la zona de conflicto, por el momento no iba a intervenir si se agarraran a golpes pero si no había opción intervendria.

-¡Esperen, esperen...! -hizo ademanes con sus manos para acentuar su deseo de que se detuviera la incipiente trifulca- ¡No debería haber amenazas con quirks de por medio entre nosotros!

Las cosas se veían bastante mal, y probablemente nadie quería iniciar el año escolar con una pelea en los primeros minutos en el salón, pero no parecía que Shinji ni Souta fueran a ceder, y esto estaba comenzando a ponerle extremadamente nerviosa, en especial porque no paraban de entrar más personas al aula que podían verse involucradas.

Por favor, por favor...este no es el primer día que estaba esperando...

Llego hasta la puerta y procedo a entrar en lo que será mi clase este curso. Nada más cruzar el umbral, puedo ver que un chico de rojos cabellos y otro con un gorro de lana parecen estar en plena trifulca. No se exactamente como reaccionar, así que decido no intervenir por el momento y ver como se desarrolla todo. Algunos de mis compañeros intentan calmar la situación, mientras que otros permanecen impasibles. Entonces el chico de la máscara parece unirse a la fiesta.

Dios, la que se va a armar.

Encuentro un hueco donde poder apoyarme en la pared, justo al lado de la gran puerta de la clase, y observo. De pronto, los gemelos le dicen algo al chico de la gorra que no llego a escuchar, aunque por el contexto, no sería algo agradable, y le lanzan una especie de polvo soplando.

-Esto no va a acabar bien...

Hirotaka se perdió un tanto por los pasillos antes de entrar a clase, se confundió con las señalas de las clases y casi se metió en el despacho del director, pero al final terminó por llegar a su ala, la 1-A, donde crearía preciosas y nuevas memorias con sus compañeros…y compañeras, claro.

Nada más entrar, se encontró con una chica con orejas de zorro, la cual se acercó decidida a el, ¿iba también a gritarle como la chica de afuera?, pero para su sorpresa, le dio las gracias por el regalo.

-¡Oh!...-De nuevo un brillo estelar apareció en sus ojos y aquella bola de luz que brillaba junto a el, comenzó a hacerlo con más intensidad.-Gracias a usted preciosa dama por regalarme la vista con semejante belleza…no tiene que dar las gracias por nada, si no yo a usted…-Dicho eso procedió a ponerse de rodillas y agarrarle con suavidad la mano.-Es usted una belleza entre un milló…no…-Sonrió.-Una belleza entre diez trillones, es la mujer japonesa más preciosa, sofisticada y…¿se están peleando?-Ya se había distraído con si discurso, incluso se olvidó de sacar el pedrusco de su bolsillo.

-Perdonad mi osadía querida dama…pero creo que este asunto requiere mi atención…-Murmuró por lo bajo antes de subir levemente la mano de Mizuki y darle un casto beso en la susodicha, poniéndose de pie después de aquello y dirigiéndose al meollo. Por lo visto se habían discutido por los asientos.

-Calma, calma muchachos…hay asientos de sobra…vale que el del final de la clase es un buen sitio para que el sol te de por la tarde, por eso mismo yo me sentaré en primera fila, así puedo estar soleado y bronceado todo el día.-Bromeó…pero aquello parecía ir escalando y el muchacho tenía cara de preocupación, eso no debía de ser una costumbre japonesa, todos se estaban poniendo tensos y amenazando con un quirk.

Fue solo cuando vio que al chico del gorro le salía un extraño destello azulado del cuerpo al agarrar al otro chico…no tardó en acercarse y agarrar el puño del chico, sonriendo con suavidad en el proceso.-Tu quirk, es bonito, ¿sabes cuanto puede llegar a iluminar?, no estoy muy seguro de que hace, pero…seguramente no es el momento exacto para ponerse a pelear, venimos a ser héroes, no villanos, ¿sabes?, estamos en una clase, hemos venido a aprender y el profesor se enfadará si…

De repente sintió como si algo estuviera espolvoreándose sobre el, al girarse vio a los compañeros, los cuales estaban tirando unos extraños polvos desde su mano derecha, dándole al príncipe, al de la gorra y a los demás de alrededor, provocando que el joven señor comenzara a estornudar de manera incontrolable. -¡Achu!, ¿¡pero que pasa achuuuuaaaaaaora!?

Al fin llego a la prometida clase. La gran puerta con el 1-A escrito en ella, de color rojo, solo hace que mis emociones se desborden. Sonrío con ganas de empezar las clases. Entro al aula, para ver ya a varios de los que serían a partir de ahora mis compañeros de clase. Reconozco varias caras, de hace unos minutos en el patio. No puedo reprimir una mueca de desagrado al ver a Hirotaka allí.

-Meeeh.... ¿Me va a tocar compartir clase con ese sujeto?

Miro alrededor. El aula era bien normal, como cualquier otra que hubiera visto. Pupitres, grandes ventanales, una pizarra... Me esperaba algo diferente, o al menos, tenía otro tipo de expectativa al ser un curso de héroes. Parecía que no me iba a librar de tener que estudiar algunos fundamentos de teoria.

-Y yo que pensaba que todo sería quemar y destruir...

Digo para mi, sin darme cuenta de que lo había dicho en voz alta. Busco algún sitio donde sentarme, a ser posible, apartado y al lado de la ventana, sin dar mucha cuenta de lo que los demás estaban haciendo. Tanta gente en un mismo lugar... No era algo con lo que me sintiera muy cómoda.

Llega un gili... un estúpido y me empuja al suelo, alegando que ese es "su sitio". Me quedo muy sorprendido ante esa actuación... Porque no me lo esperaba.
Esto es un instituto, qué te esperabas.
No soy de enfadarme, pero ha montado una pelea en el aula. Al menos, Ann se acerca a mí y me pregunta por mí estado.
-Estoy bien, gracias... - y, acto seguido, me propone sentarme a su lado. Me sonrojo sobremanera, aunque mi bello corporal lo oculta.
- Em... Vale. Mejor que aquí, junto al bestia de la clase... - me levanto y me alejo de Souta. No me molesto en parar la pelea. Aunque nos llevemos todos la bronca, Souta se merece una lección de humildad.
- Gr... Gracias ^^U Me llamo Yami, por cierto...