Partida Rol por web

Al ver como el descerebrado chico del gorro de lana oscura echa y humilla a Yami, no puedo reprimir mi impulso. Antes de ir a buscar un sitio, decido acercarme a la mesa en donde ahora se sentaba el desgraciado ese. Miro a Yami, viendo que ya lo estaban ayudando a levantarse, y acto seguido miro al chico del gorro.

-Eh, tú. ¿Crees que son formas de tratar a un compañero de clase, palurdo? Yami se podría haber hecho daño. ¿Es esa la actitud de un futuro héroe? Levántate y pídele disculpas.

Le digo a mala gana al que se había labrado la fama de problemático de la clase.

Ya se había alejado del conflicto con Yami y vuelto a sentar en primera fila. No parecía muy cómoda con la situación que se estaba desarrollando pero sabía que tampoco podía hacer nada por calmar los humos sin usar su Quirk y eso... ¿No estaría mal? -Encantada Yami, yo me llamo Ann... Siento haber destrozado una de tus orejas. Dijo esto mientras con la goma borraba el tachón que hizo sobre la oreja dibujada de Yami en su cuaderno pero pronto dejo la goma sintiendo el peligro al escuchar a sus hermanos ir directos al meollo. No tardó en levantarse de golpe casi tirando la silla y mirando hacia esa zona para gritarles... -NO RESPIREIS casi al tiempo que su hermano soplaba aquellos polvitos... Pero llegaba tarde, ya algunos habían inhalado la sustancia y era posible que el caos se volviera aún mayor. -¿Se puede saber qué hacéis? Mamá pidió expresamente que no os metierais en problemas y es lo primero a lo que vais...

Suspiró pesadamente y se volvió a sentar, mirando a Yami y negando un poco. -Siento el grito, tienen buena intencion pero... la lian mucho. Dicho eso, siguió dibujando a Yami y al tenerlo cerca, con mayor detalle. -Oye, ¿Tu puedes volar? Si es así podríamos hacer alguna carrera alguna vez, es difícil encontrar a alguien que pueda hacerlo. Le sonrió mientras distraída terminaba el boceto rápido y empezaba a plasmar a los locos de sus hermanos.

¡¿Que si... puedo volar?!

Le pilló de sorpresa. Vio su dibujo, que estaba realmente bien, cuando pasa a dibujar a los gemelos (que, al parecer, eran sus hermanos).

- Es... está muy bien... Y sí, puedo volar. Aunque si me sobreesfuerzo, me dan agujetas ^^U - sigo admirando su calidad artística. 

Dibuja muy bien...

Miró a Yami con una sonrisa radiante y sincera cuando dijo que su dibujo estaba bien. -Gracias! Me gusta hacer esto desde pequeña. Volvió la vista a su cuaderno y siguiendo con sus cosas empezó de nuevo a conversar. - Me relaja mucho... Creo que sí fueras con el viento te sentirías mas liviano, sencillamente te dejas llevar como las velas de un barco. 

Para parecer una niña chica, tenía unas salidas algo maduras aunque seguia siendo cierto que su aire aún infantil la rodeaba.

- Ti... tienes razón. Bueno, no suelo volar mucho, pero eso se me ocurrió cuando tenía edad suficiente para saber como funciona el viento. Al principio creía que era un dios soplando ^^U - le contesto y, cuando me doy cuenta, estoy más y más cómodo. 

Hmmm, hasta se me ha olvidado el empujón... Bueno, no tanto, aún me duele el culo ^^U.

-A mí me encanta volar, estaría siempre en el aire. De pequeña solía creer que eran las nubes las que soplaban fuerte para crear las corrientes. 

Lo miro y se puso a reír bajito al recordarlo.

-Llegue a reñir a una nube por levantar mi bata de prescolar y todo. 

Me empiezo a reír suave al imaginarme la situación.

- Tuvo que ser divertido... ¡¡¡Es decir, no!!! Para nada, jo...

Muy bien, ya has sonado raro...

El bullicio de la clase se estaba desmadrando: algunos querían intervenir y evitar cualquier posible altercado de manera pacífica, otros hacian uso de sus singularidades y otros simplemente preferian observar en la distancia.

Souta y Shinji parecian cada vez más cerca de empezar una pelea, y para colmo Alberich había picado a Souta, a lo que este reacciono echando humo por las orejas. Otros como Takeshi, Hirotaka o Kyo intentaban interponerse pero el chico del gorro se había aferrado con fuerza a la camisa de Shinji, y más cuando este le escupio en la cara.

También hacia oídos sordos a los comentarios de la chica reptil, Reika, así como a los de Murasaki y el resto de compañeros.

Entonces actuaron los gemelos, o al menos uno de ellos, pero en el preciso instante en que los chicos (Shinji, Souta, Hirotaka y Kyo) comienzan a inhalar el misterioso polvo, algo sucede.

Este se desvanece de repente, y no parece surtir ningún efecto, además muchos sienten como si sus singularidades desapareciesen.

El ambiente de la clase se vuelve más sobrecargado, y todos sienten una fría mirada desde la nuca, donde se encuentra la mesa del profesor....

Desde detrás de la mesa del profesor, emerge lo que parece ser un gusano gigante, con dos perlas rojas brillantes como ojos.

Poco después, el saco se abre y de él sale un hombre con cara de pocos amigos. Llama la atención que tanto su pelo, que es oscuro como la noche, como la "bufanda" tan extraña que lleva puesta parecen estar levitando, y sus ojos, que brillan con un color rojo intenso.

-¿Es que acaso no saben hacer menos ruido?- dice con un tono ce voz ronco y sosegado -Tanto escándalo me irrita, ¿y ustedes quieren hacerse llamar "héroes"?.

Se apoya con los dedos de la mano sobre la mesa y se inclina ligeramente hacia delante -Tienen cinco segundos para sentarse, o empezaré a expulsar gente.

En el momento en el que lanzo su polvo, y este pareció no surtir efecto alguno, Akemi se mostró algo confundido, hasta que dirigió la vista hacia el escritorio del profesor donde se encontraba aquel hombre; no tuvo que esperar que pasasen ni siquiera tres segundos para sentarse bien, en silencio. Su hermano guardo rápidamente le pañuelo e hizo lo mismo.

Definitivamente tenía que ser el profesor, aunque esa apariencia era bastante descuidada... Igualmente, no le pondrían peros, mucho menos mientras los mirase con esos ojos rojos.

A pesar de que los polvos hicieron estornudar al príncipe...el poder del profesor Aizawa AKA: Eraserhead, detuvo los efectos, el joven no estaba muy seguro de que hubiera podido ocurrir, pero al girarse y ver la cara de aquel hombre…supo que era mejor no andarse con juegos.

-¡S…si señor!.-Exclamó con rapidez mientras apuraba el paso para sentarse en primera fila, junto a la ventana, en el lugar más soleado posible, incluso chasqueó los dedos haciendo desaparecer la bola de luz que le seguía desde lejos. Quería presentarse debidamente ante el profesor, incluso darle uno de esos regalos típicos japoneses, o practicar el saludo que le enseñaron los gemelos…pero desde luego no quería molestar a nadie más.

Tenía que comportarse y mantener la compostura, por ello se sentó recto, con los brazos sobre la mesa y mirada seria, tenía que comportarse…pero…pero…¿¡pero como iba a hacerlo con tantas chicas guapas a la vista!?

Tuvo que bajar la mirada y mantenerla fija en el pupitre, tenía que controlarse...por ahora.

Esa cara... esas vendas... No hay duda de que es Él. Esto si que es buena suerte, tener un profesor cuyo estilo de pelea usa tan poco su singularidad es casi perfecto para alguien como yo con una singularidad tan tan... bueno eso no importa, lo importante es no desaprovechar la oportunidad.

Acto seguido me siento en el lugar que he elegido pero esta vez no miro por la ventana, sino al frente y muy decidido.

La repentina aparición del hombre me sobresalta. Me despego rápidamente de la pared y procedo a sentarme en uno de los pupitres que tengo más cerca. La mirada del hombre tiene algo que me aterra, pero no se decir qué es. No me imaginaba que aquel hombre sería nuestro profesor. Mientras estoy sentado, no puedo evitar fijar mi tímida mirada en los rojos ojos del profesor.

E... Eraser...

No tardó el profesor en poner orden, si bien sentía la mirada penetrante mientras se sentaba tras gritar que no respiraran no le importó demasiado y siguió dibujando y hablando con Yami, no era realmente por pasar de lo que dijera el profesor si no más bien que no quería meterse en líos el primer día y prefería apartarse de esos problemas. Cuando este se hizo de presencia física visible le sonrió contenta al ver por fin quien era el que provocaba esa pequeña tensión de silencio en el aula. Ann se encontraba sentada justo frente a la mesa del profesor por lo que no tardó en girar la hoja de su cuaderno y empezó a bocetearlo con rapidez, siendo muy increíble lo que estaba haciendo en ese momento.

-Buenos días profesor.

No volvió a alzar la mirada por el momento, pues estaba enredada con dibujar la cara del superior de la clase. 
 

Murasaki se giró extrañada de que nada hubiera sucedido, porque había esperado que quirks comenzaran a volar de aquí para allá en ese momento. Pero su expresión cambió  al ver al adulto emerger del sobre de dormir a extrema sorpresa, y no de las que uno disfruta por su expresión. El profesor se imponía, de forma bastante esperable en una situación así, pero definitivamente no era como para que Murasaki reaccionara de esa forma: su problema era claramente otro, similar a como si hubiera visto un fantasma. La mirada se fijó en la base del cuello, al amarillo medio oculto entre el gris.

...lentes...chistosos...¿por qué?...

Inicialmente había pensado cambiarse de sitio para alejarse un poco del evidente bravucón de clases, pero se le olvidó por completo, y realmente solo reaccionó a atinar sentarse donde originalmente había establecido por el mero hecho de que la amenaza de expulsión el primer día era bastante real. Pero ahora presentaba una expresión evidentemente preocupada, como si se estuviera preparando para lo peor.

Viendo como Souta había ignorado mis palabras, me dispongo a agarrarle del cuello de la camisa para sacarle del embrollo en el que se había metido con el pelirrojo y que me plantara cara.

-¡Eh, no me ignores pedazo de...!

Pero justo antes de que fuera a tomar parte en el asunto, noto una extraña densidad en el ambiente de clase, como si algo o alguien nos estuviera observando. Justo entonces es cuando veo al profesor que entraba reptando en una especie de saco. Me siento extraña, algo pesada y como sin fuerzas ante la mirada atenta del profesor, el cual iluminó sus ojos de un fulgor rojizo poco después de acabar de hablar. Al darme cuenta de quien era, y con su fama, estaba claro lo que iba a hacer. Sin decir nada más, ni siquiera hacer un solo gesto que no tuviera que ver con lo que el profesor nos acababa de dictar, me dirijo a un pupitre libre, lo más retirado y pegado a la ventana que pudiera, y rápidamente me siento, notando como todo el cuerpo me pesaba bastante ante la atenta mirada de...

-¡Eraser Head...! ¿¡Eraser Head será nuestro profesor!?

El había permanecido silencioso ante la tensa situación que se encontraba el salon, el estaba sentado como había dicho en los ultimos asientos a lado de Shindou. El ver la persona que había aparecido y la manera en como había controlado la situación lo alegraba, con su habilidad tenia por seguro que su principal momento de trabajo como heroe seria en la noche por lo que tener como profesor seria una gran experiencia para el.

Se mantuvo calmado y estoico mientras esperaba que todo continuara como debía seguir. No podia creer todo el alboroto que estaba sucediendo en el salon, parecian mocosos de secundaria.

Al ver que no tenia la necesidad de intervenir, hizo feliz a Kyo por lo que sin decir nada camino hacía una de los mesabancos a lado de las ventanas y se sento justo enfrente de la chica con caparazon y cuernos, le hizo un leve gesto amistoso de saludo y procedio a sentarse sin hacer mayor ruido. Le gustaba tener vista al exterior, servia en ocasiones para mantenerlo concentrado en las clases... si se esforzaba en ello.

Las cosas se calmaron o mejor dicho, las calmaron, cuándo parecía que iban a empezar a soltar poderes y darse de hostias el aire se puso tan denso que parecía que podía cortarse con navaja.

Un adulto, asumo un profesor, salió de una bolsa de dormir a ponerle los puntos a todos.

Estando ya sentado miré hacia un costado y apoyé mi mentón en la palma de mi mano y el codo sobre la mesa.

Que esto empiece de una vez...ya me quiero ir...