Partida Rol por web

Día 14, 6 de Noviembre de 1453 (46 a. A), mañana, Entrada de "La Retama Duélfica"

Caminamos dos días tras la pista que un día Bernard nos dijo. "Id a la retama", o al menos eso interpretamos en su mapa. Allí estábamos. No había ningun cartel ni disposición que nos dijera que habíamos llegado. Tan sólo con ver ese denso y magnífico bosque era suficiente para saberlo. Ahí la mano del hombre no se había atrevido a entrar: no había bosques talados ni chozas de ningún tipo (a primera vista); numerosos pájaros cantaban y el ecosistema albergaba vida en charcos, hojas, alturas y bajo tierra en madrigueras. Era un paraje singular, bello..., aunque siniestro por lo que contaban... por lo que la gente decía y los libros narraban.

Estábais en su "entrada". Ahí el camino acababa y el bosque característico os llamaba a la impresión. En esos momentos oísteis unos quejidos...

"¡Aaahh! ¡Aaahh! Nooo!", procedían de un poco más adelante. Parecían gritos de dolor o angustia.

Al llegar al lugar que parece el indicado por Bernard en el mapa dias atras, escuchamos unos gritos, ante el asalto de hace dos dias, y por estar de muy mal humor debido al esfuerzo de tantos dias que me habia traido como consecuencia que mis huesos no dejasen de molestarme ni un solo instante, decido tomar las cosas agresivamente.

Empiezo una salmodia de palabras con las cuales invoco al viejo hombre-sauce que utilice para arrancar la puerta de la casa de Bernard dias atras.

Entonces hablo a Alalonna y a Iphrus - Bien, yo ire por delante, ustedes utilicen al hombre-sauce como escudo, no sabemos que sorpresas nos podemos encontrar - a una indicacion, el viejo-sauce me toma con sus brazos y me eleva hasta sus hombros, donde me siento y comenzamos a avanzar rapidamente hacia el lugar donde escuchamos los gritos...

En esos momentos, ante la presencia del viejo hombre sauce, Alalonna, Iphrus y Húren miraron una escena insólita: había dos escuderos Túrik (jóvenes soldados de Rasbrook aún no profesionales) fustigando a un duelfo. El duelfo estaba atado a un árbol y los dos escuderos estaban azotándo al indefenso. El duelfo era aún un niño.

¡Habla! le gritaban los escuderos mientras le azotaban. ¿Dónde está tu poblado?

El duelfo no soltaba palabra.

La marcha había sido presurosa y ardua, pero por fin habían alcanzado su objetivo. Se encontraban en el lugar señalado pro Bernard. Ahora, lo que hallarían allí, Alalonna no podía adivinarlo.

Apenas reaccionó ante la actitud de Huren. Cansada como estaba por el viaje, no le molestó que el viejo ¿mago? (era algo que debía indagar cuando tuvieran tiempo para conversar) convocara un guardián para encabezar la marcha.

Ya iban a retomar su camino cuando se vieron ante la extraña situación. Dos escuderos torturaban a un niño... un niño duelfo.

-Guau, la leyenda se vuelve realidad- la visión del ser salido de un cuento la paralizó por unos momentos, más su deber se impuso. Fuera por el motivo que fuera, los escuderos no estaban actuando con honor.

-¡Hey! vosotros, los niñatos... ¿esa es la forma de combatir que os enseñan hoy en día? Dejad de torturar a ese niño de una buena vez- su voz sonó autoritaria, amenazadora, a pesar de que no había elevado el tono. Si los escuderos no querían broncas, prestarían atención a lo que la mujer estaba pidiendo.

Sonrio ante las palabras de Alalonna, su actitud ante lo que estaba ocurriendo era algo que ya habia notado iba perfectamente con ella, por mi parte, aunque nunca habia hecho ningun comentario en las ocasiones en que Iphrus hablaba de los duelfos, nunca pense en que tales criaturas merecieran ser tratados mal, es especial un niño... sin embargo, en esta ocasion tampoco me moleste en hablar, ya Alalonna habia dicho lo que hacia falta.

De todos modos no dude en indicarle al viejo hombre-sauce que avanzara unos pasos con actitud amenazadora hacia los escuderos Turik, dispuesto a que recibieran una pequeña golpiza si era necesaria. Mientras hacia esto, me dedique a observar los alrededores, "Estos escuderos seguramente no estaran solos..."

Húren percibió los alrededores. No había nadie excepto los intengrantes de la escena, incluido el hombre-sauce. No obstante era la parte más sombría del bosque bravoflorado...

Alalonna consiguió intimidar a los escuderos, los cuales pararon su fustigamiento. No obstante, uno de replicó..

¿Niñato?... -dijo uno de los escuderos como incrédulo... has dicho...¿niñato? -el tipo parecía enfadado mientras mostraba una sonrisilla sarcástica.

¿Con quién crees que estás hablando? Esta escoria está masacrando dia si y día también a los habitantes de los bosques. ¿Sabéis quién dirigirá los siguientes ataques? A vuestras familias... a vuestros amigos... ¡Todo el mundo lo sabe! ¡El señor VistaNegra lo hace saber! ¡Marchad de aquí si no queréis tener un agravio con Rasbrook!

Iphrus no mostraba expresión alguna. Parecía estar conteniéndose. Luego murmuró algnas cosas a sus compañeros.

Alalonna, Húren... no conviene descolocar a los soldados. Son heraldos de las pretensiones de VistaNegra. Recuerda que estamos en sus dominios y buscamos a sus tropas desaparecidas... sin contar a mi hija. Creo que deberíamos irnos sin más... estamos cerca del lugar al que vamos...¿para qué más problemas?

Sin duda desearía hacer lo mismo que estos dos tipos... ¡lo haría! Tan sólo su presencia infante es lo que me detiene. ¡Malditos duelfos!

Luego vi como continuaban fustigando al duelfo.

- No lo haremos Iphrus, no nos iremos, hemos venido hasta aca para averiguar el paradero de tu hija y tambien para saber quienes son los que estan causando tantos problemas a los demas - digo con rostro muy serio a Iphrus.

Volteo a ver a los escuderos - Ahora ustedes, escuchen bien, somos enviados del Sr. VistaNegra, él mismo Sr. VistaNegra en persona nos ha encomendado la mision de resolver los ataque que se han sucedido por la region... hasta hace unos dias estabamos acompañados por un peloton completo de sus tropas, las cuales por desgracia han desaparecido por algun ataque sopresa que recibimos en el poblado de Vanfinder, las cuales estaban bajo nuestro mando - miento sobre la situacion del peloton - Ahora, si ustedes estan aqui para cumplir ordenes del Sr. VistaNegra, entonces estan aqui para cumplir nuestras ordenes! - empiezo a elevar un poco la voz - Asi que empiecen a soltar a ese duelfo para que nosotros lo podamos interrogar, o tendran que verselas con VistaNegra cuando le reportemos su desobediencia - y hago avanzar al hombre sauce de manera amenazadora.

Mientras Huren habla a los soldados, intentando imponerse en autoridad, la mujer miró extrañada a Iphrus y replicó por lo bajo.

-Creí que estábamos aquí para hacer justicia y resolver la desaparición de tu hija, no para torturar o dejar que torturen a niños... No pienso consentir el comportamiento de estos soldados. Ellos justamente deberían ser quienes, con su ejemplo, llevaran el orden y la justicia a todos los dominios de VistaNegra. Y si e propio VistaNegra tolera o alienta este comportamiento... no creo que me interese trabajar para él. No dejaré que sigan lastimando a ese duelfo, te guste o no- las palabras sonaron duras. Alalonna no podía creer que el emisario realmente considerara dejar que ese niño, duelfo o lo que fuera, siguiera sufriendo.

No hablo de torturarle también, sino de no entrometerme en ello... no obstante, supongo que tienes razón.. no es más que un pequeño. -dije susurrándoles. Quizá ésto nos traiga problemas, pero...

Luego alcé la voz de nuevo a los Escuderos Túrik.

A ver, señores -comencé. Mi nombre es Iphrus, Iphrus Barjov... el agravio sería vuestro si no conociérais mi nombre. Soy amigo personal del Gobernador VistaNegra. Él me cedió su guardia personal hace hoy 2 semanas para un asunto personal... en realidad... estáis a mi servicio... Creo que este desdichado ha tenido ya suficiente. En realidad estamos aquí por las mismas pretensiones: acabar con el terror de esos duelfos... Yo mismo fui presa de sus emboscadas, y estos dos amigos me liberaron de la muerte. Pero no por ello habríamos de fustigar a un pobre desarmado, eso no es justicia, es venganza. Dejádle pues...

Pero no dijeron nada, ni dejaron de fustigar al duelfo, ni siquiera aún con la presencia del hombre sauce.

Tus palabras ya no valen nada.  -dijo el cabecilla de los escuderos. ¿No conocéis las nuevas? Vistanegra ha ordenado dar castigo INMEDIATO a cualquier duelfo que sea avistado en cualquier rincón de Bravoflorado. Los juicios son inútiles contra estas criaturas. ¡¡Ahora apartad!!

Los latigazos se contaban ya por decenas. El niño estaba a punto de desmayarse.

Al ver que las palabras no estan dando ningun resultado, me quedo pensando un instante, "Ya estoy metido hasta el cuello en esto" reflexiono mientras sigo con el mal humor que me ha traido con cara de perro desde hace dias, entrecierro los ojos y simplemente digo una corta frase - Bien, se acabo la discusion - y procedo a bajar del viejo hombre-sauce con un pequeño salto, que igualmente repercutio en mis huesos, quedando a las espaldas de mi criatura invocada.

Una vez abajo, le doy una palmada al hombre-sauce y le digo - Acaba con ellos y libera al niño... - y en lo que digo esto, comienzo una salmodia preparando un hechizo...

haces atacar a los escuderos con el hombre-sauce? (solo pregunto).

si, si huren, es perfectamente posible hacer batalla (es que no me había quedado claro tu último post).

Creo que deberíais ir haciendo tiradas 1d100. Asunto: "iniciativa"...

Si lanza iniciativa para él.