Partida Rol por web

Darryl estaba dándole vueltas al asunto de Doggy cuando éste rompió su hilo de pensamiento con su voz. Se dió cuenta de que Chris ya se había ido y parpadeó un par de veces, asimilando la pregunta y lo que debía contestar.

- ¿Eh? Ah, Chris. Bueno, la verdad es que ha estado bien. Estaba bastante menos nervioso que yo, o eso parecía, pero se obcecó demasiado conque necesitábamos la droga en el momento. Intervine para relajar el ambiente y proponer lo del otro sitio, pero nada más.- comentó mientras sacaba un cigarro y lo prendía. Volvió a hablar al terminar. - Parece buen tipo, pero no sé, me gustaría conocerle mejor antes de opinar de verdad. Conocer algún trapo sucio, ya sabes. -

Soltó parte del humo por la nariz antes de mirar a un lado y a otro para ver si había alguien cerca. - ¿Sabes si está la corriente de qué son Sarah y el resto de esos perros? - le preguntó en un tono de voz más bajo

Max, apoyado sobre el asiento de su moto, se pasó la mano por la nuca.

-Hum... No creo. -Y hubo algo, quizá en aquel gesto o en el tono quedo, que no le terminaba de encajar a Darryl.

Darryl solo torció el gesto, a lo que, si se dio por aludido, nada respondió su compañero. Un instante después entraba la moto de Walter, quien llevaba de paquete a su hija. Desde los recientes altercados todo aquel que fuese preciado para el Club se mantenía vigilado, ya fuese por los Prospect o por los propios miembros. Laura, por supuesto, no iba a ningún lado sin el consentimiento de su padre y aunque pudiera parecer una actitud desmedida, en palabras de 'Junior', nunca es suficiente cuando se trata de tus propios hijos.

La muchacha se bajó y tras un breve saludo se dirigió adentro mientras su padre aparcaba la moto. Maxwell le palmeó el brazo al motero antes de seguirla, y cualquier intención de Darryl por imitarles fue aplacada por una seña que Walter le hizo. No habían tenido una ocasión muy clara para hablar sobre lo que había pasado en la mesa, pero el VP no parecía ir a dejarlo pasar.

-Aguarda ahí, hijo -le dijo mientras echaba el pie y se quitaba el casco colgándolo del manillar. Al bajarse puso las manos sobre los riñones y se estiró hacia atrás para estirar la espalda. Tenía ya sus años, después de todo-. Creo que te mereces una explicación.

Con un amable saludo a Laura se mantuvo algo mosqueado por la extraña reacción de Maxwell. Pero el vice llamó su atención y se extrañó en un principio. Temeroso de que fuera a aguarle de nuevo la fiesta, se cruzó de brazos y sencillamente esperó.

Dejó que Max se fuera y no le dijo nada, hasta que el anciano llegó a su altura. - Sí, bueno, tampoco pasa nada. - dijo por compromiso y Walter, que conocía a Darryl, lo pudo notar de sobra - Entiendo que es un asunto complicado. -

El Vice negó moviendo la cabeza a ambos lados y señaló una de las mesas de la entrada que estaban vacías. Por el camino dijo:

-Creo que tú más que nadie te mereces una explicación. Ya sabes que siempre tuve un ojo puesto en ti desde que llegaste.

Aquello no se podía negar. De hecho Walter fue de los que más abogó -con explicaciones fundamentadas- en favor de Darryl cuando todo el tema de Raven y la sangre empezó a salir a la luz. Algo que a los garou, como era de esperar, no les hizo nada de gracia. Pero como bien dijo el viejo una vez; los asuntos del Club pertenecen al Club y ninguna coalición mete las narices (término muy apropiado para la ocasión) en estos. Porque, a pesar de todos los lazos que tenían, el Club y las motos eran una cosa y la manada y el bosque otra muy distinta.

Con cierta pesadez Walter tomó asiento sacándose la braga por la cabeza y después refunfuñando por lo bajo en dirección a la puerta hasta que una muchacha joven salió a decirles que si querían algo.

-Sí, bonita. Saca una cerveza y lo que quiera Darryl -Esbozó una media sonrisa hacia este y procedió a sacarse los guantes estirando de la punta de cada dedo mientras hablaba-. No te mentiré diciendo que no te necesitamos. Y no voy a intentar excusar el haberte llamado diciendo que no fue esa la principal razón por la que te buscamos. Pero hay algo que quiero saber sobre ti y que si no te han preguntado todavía es porque son unos gallinas. ¿Sigues viendo a Raven o... tienes contacto con ella? -Lo preguntó sin titubeos y mirándole a los ojos, una de las cualidades más notables de Walter.

Pidió otra igual a la chica mientras escuchaba las palabras del vicepresident. Al recordar que ciertamente Walter había sido uno de sus mayores apoyos durante todo el asunto de Raven le hizo dudar un poquillo sobre lo incómodo que era todo aquello. Al fin y al cabo, si él había dado la cara por su pellejo ahora tenía todo el derecho a no aceptar tenerle de vuelta tan fácilmente.

Aquellas palabras duras no le dolieron tanto como creía, pues la sinceridad del viejo era tan aplastante que no lo veía como un desprecio. Cualquier par de brazos era útil en la situación que el club estaba pasando, pero realmente él no podía considerarse en absoluto especial.

- No. - dijo con seguridad manteniendo su mirada, antes de continuar - Supongo que Mark te puso al día de lo que le conté y si no, te refrescaré la memoria. Al principio todo era un juego divertido, yo estaba cómodo con ella y ella parecía estar cómoda conmigo. Pero cierto día quiso tomarse demasiadas libertades y me pidió que fuera en contra del club. Intenté disuadirla, pero insistió, nos peleamos y no la he vuelto a ver desde entonces. Hará por lo menos un año que no sé nada de ella. -

Escuchó con atención todo lo que dijo asintiendo cada cierto tiempo para mantener el hilo de comunicación. Cuando terminó aguardó un momento, tal vez reflexionando, antes de asentir una vez más. No estando de acuerdo o en contra, sencillamente para darle a entender que comprendía lo ocurrido.

-Gracias, Cherry -le dijo a la camarera, que se acercó entonces para dejarles la bebida sobre la mesa con una encantadora sonrisa dirigida a Darryl. Walter se sonrió ante el gesto con picardía- Todos apreciamos ese gesto, aunque no lo creas. Sin embargo, tengo otra pregunta. -Se tomó un momento para dar un trago-. ¿Sigues en contacto con ese mundo, hijo?

- Apenas. Durante este año he hecho algún trabajo para alguna de esas cosas. Yo ponía mis aptitudes y ellos me pagaban con eso. En la época de Raven me gané alguna enemistad y yendo por mi cuenta por ahí necesitaba estar listo para cualquier cosa. - dijo con un tono que le sonó demasiado a que se estaba defendiendo - Lo he hecho por seguridad y porque es útil. -

- Así que podría decirse que sí. Pero con matices. -

Aquellas preguntas, aunque entendía que las formulara, le molestaban sobremanera. ¿Para qué diablos le habían llamado si directamente no estaban deacuerdo con que siguiera ese camino?

Walter volvió a asentir con lentitud. No parecía querer juzgarle por aquello.

-Parece razonable -concedió. Después se recostó en la silla entrelazando las manos sobre el regazo-. Verás. Todos estamos muy contentos de tenerte aquí, y creo que la mayoría queremos que te quedes. No obstante... me pareció oportuno no darte el parche todavía, aunque todos queramos que eso ocurra. Las cosas han cambiado, hijo, y no quiero encadenarte a este lugar hasta que no lo hayas visto por ti mismo y decidido que realmente quieres hacerlo. Y hablo de hacerlo con esto -Dirigió el índice a la sien-, en vez de con esto -dijo cerrando el puño y poniéndolo sobre su pecho.

Darryl sintió que enmudecía ante la explicación de Walter. Apretó los labios y cerró los ojos unos segundos, visiblemente abrumado. Aquellas palabras le hicieron pensar sobre su lugar allí. De algún modo Walter estaba insinuando que no estaba tan claro que aquel fuese su lugar. Quizás debía pasar un tiempo allí, ver cómo estaban las cosas y decidir si quería volver a ser uno con el club o quizás volver a la vida que había estado llevando hasta ahora. Una vida bastante solitaria, sí, pero libre al fin y al cabo.

- ... - suspiró mientras abría los ojos y miraba a Junior - Siento haberme cabreado por tu voto. Pensé que buscabas cabrearme para que me esforzara más o algo así, no lo sé. -

Tuvo que mirar a otro lado, algo avergonzado. - Tienes razón. Casi como siempre, viejo loco. - le dijo con una media sonrisa - Lo tendré en cuenta. Y muchas gracias... de verdad. -

-Es mi trabajo, Darryl. Ser el cuervo desplumado que os vigila a todos.

Y dicho aquello alzó la cerveza hacia él brindando en silencio antes de mojar los labios. Se dejó escurrir en la silla respirando profundamente y dirigiendo la vista hacia el interior de local, donde Laura estaba sentada en la barra consultando unos libros. Parecía cansado, no solo de aquel problema que los acosaba sino de todo en general. Pero al mismo tiempo satisfecho con lo que había obtenido.

Club House de los Black Rangers, Tucson

17 de Abril, 1995 - 02:04

El dolor remitía poco a poco, aunque sabía que por mucho hielo que se pusiera contra la mejilla o en el brazo nada iba a evitar que mañana apareciese una notable hinchazón acompañada de un feo color morado. Dimitri había traído a alguien que le limpió las heridas y le dio un calmante para el dolor, pero poco efecto iba a hacer con la cantidad de alcohol que había consumido. El ambiente general remitía conforme la noche se alargaba. Ya no había ring improvisado, algunos ya habían caído donde buenamente podían, y la gente se reunía en corros cada vez más nostálgicos y menos eufóricos. Maxwell había vuelto con ellos, y también Kit que se acurrucaba entre sus piernas tan dócil como un gato medio adormilada. Nadie tenía mucho que decir. Permanecían sentados en silencio, bebiendo a intervalos con una sensación de pesadumbre sobre los hombros; y en honor a la verdad no eran necesarias las palabras. Era uno de esos momentos en que la compañía es más que suficiente.

Darryl permanecía con la vista perdida en algún lado cuando de entre la multitud distinguió la figura esbelta de la chica por la que se había ganado aquellos moratones. Se acercaba a ellos, pero no con la cabeza en alto y paso resulto; todo lo contrario. Dimitri también captó su presencia y saltó de su asiento como un perro guardián, mirándola por encima del hombro de la misma forma que hacía cuando se encaraba a alguien que escupía sobre el Club.

-¿Qué haces aquí?

Ella se quedó quieta manteniendo las distancias y miró a Darryl sin responder. Tenía el pelo revuelto y un restregón de lo que parecía sangre en la barbilla, además de salpicaduras escarlata que brillaban encima del cuero negro.

Se sentía en paz y calmado, más de lo que se había sentido en toda aquella noche desde que había llegado allí con el resto del club. Lo de Raven había sido un error, se dijo a si mismo, y podría haber ensuciado al club si hubiese llegado a más. Por suerte las peleas allí no eran algo muy ignoto y unos cuantos puñetazos aislados entre dos moteros no alertaron a nadie.

Allí tumbado le dió el último trago a la cerveza y cuando bajó la botella vió que Raven estaba allí de nuevo. El corazón le dió un vuelco (hecho que achacó a la sorpresa) pero Dimitri fue más rápido que él y se interpuso. Sin embargo las muestras de violencia en Raven le hicieron sentirse mal y se levantó junto a su hermano. Le puso la mano en el brazo y suspiró.

- Gracias, tio, pero parece que ella lo ha pasado peor que yo... - dijo el motero con seriedad - Iré a hablar con ella, si no te importa. Prometo no volver a pegarme con nadie en lo que queda de noche. -

Dimitri asintió y retrocedió sin apartar la mirada de ella, y Darryl supo que ya la había enfilado lo que causaría no pocas broncas en el futuro. Pero eso todavía le quedaba lejos a Darryl, que caminaba hacia ella con una idea muy diferente de lo que en realidad había ocurrido con su futura Domitora.

Cuando se acercó, Raven reculó unos pasos cabizbaja alejándose intencionadamente de los otros.

-Necesito salir de aquí -musitó en un tono apenas audible. Su mano se asió a la manga de Darryl-. Por favor...

Darryl frunció el ceño, asustándose, y cogió con suavidad los brazos de Raven por debajo de los hombros. - ¿Qué ha ocurrido, Raven? - preguntó, exigiendo respuestas - Vamos, dime la verdad. ¿Te ha pegado ese imbécil? -

Si así era aquello era un asunto bastante jodido. Su primer deseo era ir y reventarle la cara, pero visto lo visto creía que no podría hacerle frente, como en la anterior pelea. Pero si se la llevaba, podría ser un problema aún mayor. Por algún motivo ya no pensaba que haberse metido en aquella movida fuese un error y las palabras quedas de la mujer le habían vuelto a convencer con facilidad. - Respóndeme, por favor. -

Apenas se atrevió a levantar la mirada, pero cuando lo hizo realmente parecía desesperada.

-Él... Lo intentó -susurró con el terror marcado en la voz, sujetando sus brazos. Y Darryl supo lo que aquello significaba y lo que podía acarrear, no solo para él sino para ella. Tampoco supo por qué cuando pronunció la siguiente frase no pudo decir 'no'-. Por favor, sácame de aquí. Eres el único en que puedo confiar...

Y si le hubiese dicho 'ven conmigo al fin del mundo', Darryl supo que lo habría hecho sin lugar a dudas por aquellos ojos azules.

- Joder- fue lo primero que pensó el motero cuando la mujer le dijo que lo había intentado. Su corazón comenzó a palpitar con fuerza, no supo si por la presencia de Raven o por aquella noticia. Si descubrían a esa persona y él estaba allí correría sangre. Si se iba quizás hubiera oportunidad de explicar lo ocurrido o que nadie le cargara el muerto. Al fin y al cabo había estado todo el resto del tiempo con el club, ¿no?

- Va... vale. De acuerdo. Ve al aparcamiento, ¿vale? Espérame allí, voy en un minuto. -  le dijo antes de sonreirle para animarla y girarse a buscar a Dimitri.

- Oye tio... tienes que hacerme un favor. Voy a irme ya, ¿vale? Quiero que me cubras las espaldas y digas sencillamente que me he rallado por la pelea y quería irme solo. - le explicó a Dimitri aparte - No voy a hacer ninguna tontería, de verdad. Sólo sacarla de aquí. Ha pasado un mal trago, tío. -

La mirada grave de Dimitri advertía que no hiciera tonterías. Sin embargo asintió y le palmeó el hombro con camadería.

-Ten cuidado con lo que haces. Y recuerda que mañana salimos a las tres.

Un fuerte apretón fue lo que selló aquel pacto no hablado entre hermanos, y con ello se fue acompañado de una sensación agridulce poco placentera y la imperiosa sensación de que estaba haciendo algo muy bueno y muy malo al mismo tiempo. ¿Cómo podía eso ser posible? Y mientras caminaba entre los grupos le dio la sensación de que todos le miraban. Aquello sólo podía traer problemas, pero parecía tan asustada, tan frágil... Como su madre. Como una chiquilla descarriada que no tiene un techo bajo el que volver. Por la edad que tenía bien podría serlo. Como muchas croweater, pero sin acercarse a ellas... ¿Por qué?

Cada paso hacia el aparcamiento se hacía un poco más pesado, más firme. Él también había cometido errores; también cargaba con pesos en la conciencia que no compartía con nadie salvo con el Club en esos momentos de largos silencios. Pesos que solo se ahogaban en el fondo de la botella y que siempre regresaban a su memoria. Muertos difíciles de olvidar... Y la divisó de nuevo apoyada bajo una farola echándose el pelo hacia un lado, encogida. ¿Qué tenía que hacía que el corazón le fuese más rápido? ¿Qué había hecho? ¿Por qué él?

Con aquella sensación de incómodo malestar caminó despacio pero seguro hacia el aparcamiento, dudando sobre todo lo que estaba haciendo. Sin embargo echarse atrás sería algo que tardaría en personarse, como si hubiese dejado atrás a su madre antaño.

Al verla se volvió a preguntar todas aquellas cosas. No entendía nada de lo que había pasado aquella noche, pero tras tanto tiempo pasando por chicas que realmente no llamaban su atención sentía que por fin estaba ante alguien verdaderamente interesante, alguien que podría mostrarle algo que jamás había visto.

Aún no sabía nada de nada...

Con un suspiro reanudó su paso hasta llegar a su altura. La miró durante varios segundos, con pena, y le hizo un gesto con el brazo. - Por allí está mi moto. Venga, en cinco minutos estaremos ya muy lejos de aquí. -