Partida Rol por web

La mujer alzó la cerveza hacia Dimitri como saludo y después habló.

-Él es Darryl, la sanguijuela de las sanguijuelas. Y al parecer el que ha dejado que Christopher acabe entre colmillos. ¿No?

Solamente la entrada de Sarah ya le crispó los nervios, pero sus sentidos se pusieron alerta al ver a Paul. Realmente era la definición de un guerrero, como Dimitri la había dicho aquella mañana. Aun así parecía tener mejor humor aunque solo fuese con el ruso.

Pero, cómo no, la garou tuvo que abrir su bocaza para dirigirse a él, y de malas maneras. Tuvo que recordarse no una ni dos, si no tres veces que estaba bajo su techo y que si soltaba todo lo que quería soltar aquello se iría a tomar por el culo.

- Así es, Sarah. No pude rescatarle a tiempo y voy a salvarle, sea con ayuda o sin ella, es lo menos que puedo hacer por él. - la tensión en su voz era ahora latente y apretaba la cerveza - La heredera de Ogden ha prometido no hacerle daño: no se puede confiar en la palabra de alguien así, lo sé, pero ella también sabe que si le hace algo nada podrá parar la ira de una manada vengativa. -

Quizás apelando a su orgullo podría conseguir algo... - Christopher no ha sido secuestrado por un asunto de territorios. - ya no podía guardárselo mucho más - Roxane Ogden también ha actuado por venganza. -

Tras sus palabras hubo un silencio extraño en el que claramente estaba siendo evaluado. Hacia qué lado caería la balanza era algo que no pudo descifrar por parte de los más adultos. La tensión de Brooke y Roddik, por otro lado, era más que palpable. Especialmente la de ella, que le miraba con los ojos clavados como dos agujas. Menudo circo.

Pero el jefe no perdió el temple. Observó a Darryl con cuidado, del mismo modo que un veterano de guerra observa a su contrincante, evitando subestimarle y además aprender cuanto más pudiese de él. Ese era su trabajo después de todo.

-Darryl Emerson. Un placer tenerte en nuestra mesa -Y se levantó de la silla para estrecharle la mano también. Después tomó su asiento de nuevo y miró a los más jóvenes-. Primero la comida, y después se hablará.

Como si de una orden se tratase, Jim, Brooke y Roddik se levantaron y empezaron a colocar la mesa y a servir la comida. Cada comensal tenía un cuenco de sopa recién calentada y en el centro se colocaron dos bandejas de carne asada y troceada, aunque no deshuesada, y un bol con verduras también asadas. No había cubiertos y al parecer no los iba a haber.

Antes de empezar, todos tomaron asiento de nuevo y miraron a Paul. Este pronunció unas palabras en un idioma que no comprendió y que los garou repitieron. Después este se sirvió comida en su plato usando las manos y empezó a comer. Tras él, Merten hizo lo mismo y después Sarah. Luego llegó el turno de Brooke y Roddick, y después de Jim. Finalmente, Abbie y Dimitri empezaron a coger de los platos, aunque Dimitri le susurró que él debía esperar. El último, como indicaba la cadena de rango, pero había quedado más que suficiente comida para él también. No en exceso, pero sí pasara comer más que bien.

Estrechó la mano de Paul con firmeza, más todavía de lo que lo había hecho con Roddrik. - Igualmente. - fue todo lo que respondió, asintiendo ante lo que dijo justo después. Observó con curiosidad la cadena de rango, dándose cuenta que aquel era un ritual también habitual en las manadas de lobos normales. Aquellos por encima comían primero y el resto debía apañarse con las sobras.

Una vez todos se hubieron servido alargó la mano para coger algo de carne y colocarla en su plato con las manos. Era incómodo cogerla con las manos, pero comer carne sin cubiertos tampoco se le hacía tan extraño: ¿quién comía chuletas con cuchillo y tenedor, por ejemplo?

Necesitaba calmarse así que se dedicó en cuerpo y mente a la comida. La carne estaba deliciosa, y disfrutó de ella como si fuese su última comida antes de llegar al corredor de la muerte: no era tan diferente a eso al fin y al cabo. Pero si algo comenzaba a comprender es que si había sido la manada la responsable de la muerte de Ogden era algo que seguro que había quedado entre Paul, Sarah y Merten... y sería mucho más dificil hacer que esos tres reconocieran la verdad.

Poco a poco la conversación empezó a fluir a pesar de las diferencias que había sobre la mesa. La presencia de los Parentelas y el crío amenizaron el tiempo. Era interesante ver la dinámica de los garous desde un punto de vista sociológico. Tan pronto se hacían bromas como se imponían en rango sobre el resto, algo que en el Club se reflejaba a veces pero no tan notoriamente. No tenían maneras en la mesa, incluso Sarah las había perdido, y devoraban la comida como auténticos caninos. Para cuando todos hubieron terminado el ambiente estaba bastante distendido y los presentes reñían sobre si Los Águilas iban a ganar el siguiente partido o seguirían con su mala racha incluso en su propio estadio.

Después, los 'jóvenes' recogieron la mesa y trajeron una cafetera y una tetera para servir café y té a aquellos que desearan. El tema cambió a las últimas brutales detenciones en la frontera con Nuevo México, algo que despertó algo más las confrontaciones sin llegar a ser demasiado calurosa. Cuando los vasos se vaciaron, Paul se puso en pie.

El garou se arregló la barba y después carraspeó para aclararse la voz. En un tono muy conciliador y extediendo las manos hacia la mesa, se dirigió a todos los presentes.

-Camaradas. Estamos reunidos por un tema que todos bien sabemos. Vayamos al templo. Abbie, Dimitri y Darryl, sois bienvenidos para reuniros con nosotros.

Todos se levantaros casi al unísono y empezaron a salir. Entonces Brooke lanzó un aullido y algo sorprendente ocurrió delante de los ojos de Darryl. Sus cuerpos empezaron a contorsionarse encorbándose hacia adelante. Sus facciones se alargaron y retorcieron, y el pelo sustituyó las ropas y las pieles con tonos grises y castaños. Y ya no eran personas sino cinco espléndidos lobos que aullaron al unísino y un sexto, poco más que un cachorro trotando a su alrededor. Los seis abrieron la marcha dirigiéndose hacia la parte trasera de la cabaña. Allí había una estructura en forma de cúpula formada por varios árboles que se había ido uniendo formando una enredadera. Cuando llegaron allí, Merten estaba prendiendo fuego a la hoguera mientras el resto de los lobos y el pequeño cachorro correteaban y aullaban con jolgorio. Con señas y gestos les indicaron dónde debían tomar asiento mientras el anciano recitaba un cántico extraño que recordaba a viejas canciones de los nativos americanos. Cuando hubo terminado de encender el fuego, Merten recogió unas hojas verdes de los árboles que les cubrían y las estrujó  hasta pringarse los dedos. Con ello impuso el pulgar en la frente de los tres invitados y de cada lobo, terminando por él mismo.

Una vez los invitados estuvieron sentados, cada lobo se colocó en su posición para regresar a su estado normal. Todos sentados de nuevo en piedras y troncos de madera, esperaron a que la hoguera cogiese fuerza. Entonces Paul se levantó de nuevo.

-Hermanos y hermanas, que Gaia os guíe y proteja. El asunto que nos trae hoy aquí son los Mayhem, aliados respetados de nuestra raza a los que juramos proteger del mismo modo que hacemos con nuestra Parentela. -Miró directamente a Darryl con aquella mirada turbia-. Darryl, por favor, di cuanto tengas que decir. Pregunta cuanto tengas que preguntar. Te invitamos a que compartas tus dudas, temores, y todo aquello que desees compartir con este consejo. Ahora estás bajo la protección de Gaia y bajo mi responsabilidad, y nada te ocurrirá mientras yo esté presente. Por favor -y volvió a sentarse cediéndole la palabra.

Aunque prácticamente todo su malestar desapareció durante la cena lo poco que quedaba de ella se esfumó al observar aquella escena tan impactante. Los aullidos aunque casi le dolían en lo más fondo de su ser eran hipnóticos.

Miró fijamente el ritual y se sentó cuando se lo indicaron, algo nervioso pero decidido a saber la verdad sobre todo lo ocurrido. Alguien, fuese Ogden, Raven, el Club o los garou, quizás ninguno de ellos, pero alguien tenía que haber sido responsable de que las llamas de la venganza comenzaran a arder. Y si no encontraba otra nueva pista en aquel templo sagrado estaba en un serio problema.

Las palabras de Paul fueron respondidas con un asentimiento, pues ya era hora de sacar a relucir todo lo que pasaba por su cabeza. Miró a todos, sin excepción, antes de comenzar a hablar de forma definitiva.

- Con todos presentes quiero agradecer que me hayáis dado la oportunidad de hablar. Sé que es difícil confiar en un ser como yo, pero las cosas están por ponerse muy feas y lo ocurrido con Christopher y nuestro compañero Walter es solo la punta del iceberg si no arrojamos luz a todo esto. - y con estas palabras moría la diplomacia de Darryl Emerson

- Vine aquí por petición de mis hermanos, que estaban teniendo problemas con un club de moteros que parecían estar respaldados por un vampiro muy poderoso, Anthony Ogden. Tras casi perder a un hermano por el camino descubrimos que alguien había estado comprando gran cantidad de terrenos a nombre de una empresa que pertenecía a Ogden. Investigando su localización Christopher y yo llegamos a un local que le pertenece y allí fue donde encontré la verdad: Anthony Ogden murió hace poco más de un mes, y es ahora su heredera Roxane Ogden la que continúa el legado de su padre. - les miró a todos de nuevo, tomándose un respiro breve para continuar - Conozco a Roxane Ogden, o al menos a la vampiro que era antes de tomar el papel de la hija del empresario. Chiquilla de Ogden, el mismísimo Príncipe de los Vampiros en Arizona, que volvió a casa al encontrarse una serie de cartas que le pedían ayuda puesto que las cosas parecían estar muy tensas. -

- Al llegar, Anthony Ogden había encontrado la verdadera muerte y su investigación le reveló que esta manada fue la responsable, junto a los Mayhem, de la muerte de su Sire. - estaba luchando por mantener la calma todo lo posible e intentar decirlo de la manera más objetiva, sin reproches, como si fuese un simple telediario - Fue entonces cuando contrató al club que lleva un tiempo haciéndole la vida imposible a mi gente, y el motivo por el que ha secuestrado a Christopher. -

La historia había quedado clara y, sorprendentemente, nadie despegó los labios de forma incriminatoria, aunque pudo notar sus ojos clavados en él.

-Y crees que nosotros matamos a Ogden, por ende, nosotros causamos las muertes de los Mayhem. -dijo Paul.

- "Cree". Roxane Ogden lo cree. Fue lo que me dijo y vengo aquí para intentar descubrir qué hay de cierto en todo eso. Lo que es obvio es que algo mató a Ogden: quizás algún subordinado, quizás vuestra manada, quizás alguien en los Mayhem, quizás alguien que desconocemos. Yo no estoy en posición de juzgar nada con la información de la que dispongo. - respondió manteniendo la mirada de Paul, con determinación. No iba a hacer una acusación directa allí mismo, pero tenían que saber que Raven estaba convencida de que habían sido ellos

Paul asintió como su fuese algo razonable.

-Podemos resolver esa duda. Nosotros matamos a Ogden.

El ghoul mantuvo la mirada fija en el garou, cerrando los ojos para inspirar aire profundamente y soltarlo un segundo después. Quizás esperaba más reticencia a hablar de lo ocurrido, pero al menos el tal Paul parecía algo más directo que el resto, como Roddik. Aquello facilitaría las cosas o así lo creía Darryl.

- Gracias por la sinceridad. - la revelación arreglaba muchos problemas, pero generaba otros tantos - ¿Tuvo algún miembro del Club algo que ver? -

-Los hermanos de Mayhem nunca se ven involucrados en nuestros asuntos sobrenaturales. Nadie participó en esa lucha.

Sarah ladeó la cabeza.

-Parece que te afecta mucho la muerte de Ogden. ¿A caso tienes algún vínculo con él que debamos saber?

- Lo suponía, pero Roxane Ogden está convencida de ello y necesitaba oirlo de vuestros labios. - Su mirada ahora se dirigió a Sarah desde Merten, tras haber escuchado la respuesta del anciano. - Por supuesto que me afecta: ahora toda mi gente se ha visto salpicada por este asunto, uno de los nuestros está herido de gravedad y otro ha sido secuestrado, y no le van a soltar si no arreglo todo esto... No había oido jamás hablar de Anthony Ogden hasta hace cuatro días, Sarah, pero sí conocía a Roxane como os he dicho ya, aunque con otro nombre. -

- Ogden lleva años comprando cada vez más y más terrenos de la zona, como imagino que sabréis. En Julio compró éste Parque Natural, es algo que tanto Dimitri como yo hemos descubierto esta mañana. Debo suponer que lo sabéis también y que fue el motivo para acabar con él... el problema es que Roxane ha llamado a 'la Hermandad', lo que creemos que es una agrupación de vampiros que vienen aquí dispuestos a vengarse por lo ocurrido con Ogden. ¿Teníais esa información? -

Los presentes intercambiaron varias miradas.

-Desconocíamos lo de la Hermandad. Pero deberías escuchar nuestro punto de vista en este asunto.

El Alfa miró a Merten y asintió.

-Nuestra gente siempre ha tenido enemistades con los vástagos. Es un hecho. Conocíamos a Ogden desde hace generaciones y manteníamos un acuerdo de no intrusión. Tucson era su terreno, al igual que las demás ciudades, pero a partir de Lake Atwood hacia el sureste la línea se cruzaba a nuestro favor. No manteníamos contacto directo, pero siempre que uno u otro operaba al otro lado de la frontera se hacía notificar. Era un pacto de tolerancia. Todos éramos conscientes de que los tiempos de abundancia no iban a volver.

Este Enero un Parentela nuestro falleció al incendiarse su casa. Él tenía los papeles y terrenos más extensos de nuestra zona, y por un cambio en la leo hace varias década la posesión de esos terrenos pasó a formar parte del Estado. No nos preocupaba porque ya teníamos a nuestros Parentelas listos para poner una reclamación y recuperar las propiedades, pero los abogados nunca aparecieron y la siguiente noticia que tuvimos es que había sido comprado por Ogden. Fue una violación del tratado en toda regla.

-Aun así, yo misma fui a hablar con Ogden, quien accedió a firmar un acuerdo legal con nuestra Parentela. La pobre mujer fue merienda de los chupasangres cuando visitó a tu colega, y nos devolvieron una mano con su anillo de compromiso. Fue una mofa, y tomamos una decisión que deberíamos haber tomado hace mucho tiempo. Nosotros intentamos dialogar, Darryl, Dimitri. No nos movimos por impulsos como creéis. Intentamos hacer las cosas bien y a cambio hemos perdido cuatro Parentelas. No tenemos casa, o la perderemos en poco tiempo, y hemos tenido que reubicar todos nuestros contactos por seguridad de los nuestros. Así que deja de resoplar como si hubiésemos buscado la manera de acabar con el Club.

- No he insinuado nada como eso.  Escuchad... no pongo en duda que tuvierais motivos para darle caza a Ogden. Realmente me importa una mierda que esté muerto, no-vivo o clavado en una estaca. Pero hay algo que sí sé, y es que ha ardido una llama que no sé como se va a apagar. Con la muerte de Ogden no se ha solucionado el problema, más bien ha sido como echarle gasolina a todo esto - los ojos del ghoul estaban posados en Sarah, pero pronto pasaron a Merten y Paul - ¿Qué vais a hacer al respecto? Si la Hermandad está de camino aquí va a haber una guerra a muerte... ¿pretendeis luchar y jugaros a una carta toda la historia de vuestra gente en este lugar? Vosotros mismos habéis dicho que mantuvisteis durante generaciones un acuerdo con Anthony Ogden. ¿Por qué no intentar arreglar este asunto con su heredera e intentar volver a ese intento de paz del que habíais disfrutado hasta que todo se fue al traste? -

La verdad es que no sabía como coño podrían conseguir eso: Raven estaba totalmente mentalizada con borrar del mapa a los garous... pero confiaba en ser capaz de inculcar algo de sentido común en su cabeza. - No sé cómo pudisteis acabar con alguien como él, que parecía ser uno de los vampiros más antiguos de este país... pero espero que eso os sirva contra todo un regimiento, máxime cuando este terreno ya no os pertenece y podrán hacer lo que deseen aquí sin miedo a represalias de los humanos. -

Paul levantó la mano para dar señal de que él iba a tomar la palabra.

-Darryl Emerson. Vemos tu preocupación y lamentamos que esto haya caído sobre nuestra Parentela y los Mayhem, pero ya dialogamos y en numerosas ocasiones se nos despreció. No creemos que la muerte de Cody Waterlung fuese una casualidad. No creemos que los abogados que llevan desaparecidos desde Julio se hayan ido de vacaciones a Hawai. No creemos que la mano de Lisa Fergus vaya a ser unida de nuevo al resto de su cuero mutilado. Si la cría de Ogden quiere paz, estamos abiertos al parlamento, pero no cederemos una vez más a mancillar nuestro nombre con sanguijuelas. Si eso significa guerra, guerra tendrán.

Automáticamente pensó en las cartas que Raven había recibido de Ogden. Existía la posibilidad de que el vampiro hubiese cometido un error haciendo todo eso y suplicara a Raven que volviera para ayudarle a solucionar todo lo ocurrido. ¿Pero cómo de posible era que un supuesto tiburón de las negociaciones como debía ser Ogden hiciera algo así de la nada cuando tenía un acuerdo y ninguna parte parecía estar molestando a la otra?

Ahora sólo podía pedirle a Raven leer esas cartas: era posible que quizás alguno de los subordinados de Ogden hiciera arder la casa de Waterlung para comenzar toda la catástrofe.

- Entiendo... haré entonces lo que pueda para arreglar toda esta mierda de asunto por mi cuenta. - dijo con un suspiro. Al menos la información le había resultado bastante útil. - Si consigo hacer entrar en razón a Roxane Ogden lo sabréis. Por mi parte creo que he terminado de hablar: si hay algo que tengáis que decirme o preguntarme os escucho. -