Partida Rol por web

Merten miró a Paul y tras un asentimiento habló.

-Darryl, a pesar de tu condición eres miembro de Mayhem, y como tal se te ofrece la protección de Gaia. Por eso estás hoy aquí. Cuentas con la ayuda y sabiduría de este consejo si en algo podemos ayudar, y eres invitado a nuestro páramo cuando gustes. Sin embargo, cualquier intrusión de los vástagos será considerada amenaza si no tiene previa notificación. Aunque nos encontremos lejos, tenemos vigías a lo largo de todo nuestro perímetro. Tenlo en cuenta, no queremos confusiones.

Dimitri alzó la mano y se le concedió permiso.

-Esto todavía nos deja en desventaja. Mayhem entiende que no somos vuestra responsabilidad, pero vuestras acciones nos han debilitado, herido, y casi tumbado. Las leyes de Gaia dicen que protegeréis a vuestra Parentela y habéis consentido una grave negligencia para con los vuestros. El Clan siempre os ha apoyado y respetado, y ahora Mark y todos nos encontramos en una posición muy débil, más tras el secuestro de Christopher. Abbigail está siendo de gran ayuda con Walter, pero carecemos de efectivos, y no podéis negar que es debido a vuestras acciones, no las nuestras. Os pido ayuda como Parentela, no como miembro de este Club.

-La ayuda fu ofrecida y Mark la rechazó en un arrebato de ira. No nos concierne a nosotros interceder por vosotros.

Dimitri cayó por un momento. Mark no estaba facilitando las cosas.

-Hay algo que quizá podríamos estudiar. Chritopher está retenido y no tiene culpa de nada. Vino con intención de ayudar y ni siquiera eso ha podido hacer. No ha formado parte de nada de esto, en cambio vosotros habéis asesinado a Ogden sin notoficarnos nada, y sin aseguraros de que eso no iba a tener repercusiones. Sugiero que, con ayuda de Darryl, se acceda a un intercambio y se libere a Chris a cambio de uno de vosotros. Es prisionero de guerra, nada más. No ocurriría nada.

Los gruñidos empezaron a emerger como avispas del panal.

-¡Eso es intolerable! -gruñó Brooke, que parecía costarle mantenerse sentada.

-¡Brooke! Silencio -Bramó Paul aplacando a los más jóvenes-. O serás expulsada del consejo. Estamos bajo las manos de Gaia, que no se te olvide.

Tras ello hubo un incómodo silencio en el que Paul cerró los ojos como si fuese a meditar. El silencio se extendió por algo más de un minuto.

-Eso es una decisión que los nuestros han de tomar como Manada. Por favor, si no os importa, abandonad este santuario hasta que hayamos terminado de deliberar tu propuesta. Gracias por vuestra participación. Gaia está en vosotros.

Cuando Dimitri lanzó aquella propuesta los ojos de Darryl se abrieron como platos y se giró hacia el Parentela, totalmente estupefacto. ¿¡Se había vuelto loco!? Pudo sentir de inmediato toda la tensión que se generó ante aquello y ni él mismo conseguía decidir si la idea le gustaba o no.

Chris no tenía culpa, como había dicho el Sgt. at Arms, pero si estaba luchando por aquello con todas sus fuerzas era también por rescatar a Chris. Si Raven aceptaba y Chris era liberado...

- Gracias. - fue todo lo que dijo el ghoul, levantándose para salir del santuario junto al ruso. Esperó hasta estar lejos de la vista de los garou para girarse hacia su hermano y agarrarle por el pecho.

- ¿¡Qué coño se te ha pasado por la cabeza ahí dentro!? - exigió saber Darryl - ¡Tener razón no te da derecho a jugártela de ese modo! ¿Y si te hubieran dado la patada por proponer algo así? Es tu gente, joder, tú les necesitas. -

Antes de contestar, Dimitri miró a Abbie y esta entendió que necesitaban privacidad. "Estaré dentro" dijo señalando la cabaña. A fin de cuentas aquello ni iba ni venía con ello.

-Baja la voz, lo primero -dijo el Sgt. at arms levantando un dedo-. Mark no quiere tener nada que ver con ellos. No podemos decirles "largo" y ya, porque nos cortarian la cabeza. Pero ahora están demasiado ocupados con sus cosas y con esta mierda. Si sacamos a Chris de ahí es un asunto menos que nos liga a ellos. Si algo le pasase a Chris se nos echarían encima por haber hecho llamar a uno de los suyos. Si aceptan, que ya veremos, le tenemos de vuelta y el asunto con los garous se habría acabado, solo quedaríamos Mark y yo, y ese vínculo que tenemos con ellos. Tenemos que desvincularnos. Además, mientras sea una propuesta hecha bajo el árbol de Gaia, mientras no sea una falta de respeto no pueden hacernos nada. Las normas se cumplen y se hacen cumplir aquí para todos. Y creo que ha estado bien argumentado y justificado.

Le soltó poco a poco, bajando un poco la cabeza. - Vale, vale. Joder, sé que tienes toda la razón del mundo, pero... no sé, he perdido los estribos ante la idea. - negó con la cabeza, bufando un poco y dándole un par de golpes en el pecho a Dim con las palmas como si así fuera a arreglarle la ropa - Espero que salga bien. Si aceptan... quizás el Club pueda salir bien parado de todo esto. Pero no será agradable. -

No para la manada, al menos.

- Volveré contigo ahora mismo, voy a disculparme con Abbie como es debido ahora que no hay perros cerca. - le dijo con una media sonrisa cansada, dándole una palmada en el brazo antes de ir a la cabaña. Carraspeó frente a la 'puerta', asomando la cabeza después - Perdona, ¿puedo pasar? -

-Vale. Pero no metas las manos donde no debes -bromeó su camarada, que después se sentó en uno de los bancos de madera a esperar.

Abbie se volvió parar mirarle. Estaba sentada sirviéndose un poco de té.

-Claro. Su casa es tu casa mientras estés aquí como invitado. ¿Quieres tomar algo? A veces las deliberaciones duran horas.

- No le diré que no a un poco de ese té. - no es que fuera muy suyo, pero quizás el té pudiese calmarle un poco pese a la teína que solía contener. Al ver que no estaba sentada en el mismo lugar de la otra vez supuso que no habría mucho problema si él mismo tomaba otro asiento así que buscó sentarse frente a ella - Todo este asunto va a acabar conmigo. Siento otra vez las formas... pero es difícil mantener la cabeza fría cuando todo comienza a juntarse y se forma una enorme pelota de basura que amenaza con llevarte por delante. -

Se apoyó en la mesa con gesto cansado. - ¿Puedo preguntarte qué piensas de todo esto? Personalmente. -

-Ya imagino -dijo tratando de ser cortés mientras servía el té y le aceraba el azúcar. Su primera reacción fue mirar a Darryl directamente a la cara y abrir la boca para decir algo, pero pareció pensárselo dos veces-. La verdad, no sé. Lamento mucho lo de George y David. No los conocía mucho pero Janett siempre se ha portado muy bien conmigo. Sé que la manada no dejaría que nada malo le ocurriese a los suyos... Pero tampoco he conocido ningún vampiro. No sé, no conozco gran parte de la historia, la verdad, pero es una guerra fría que siempre ha estado ahí por mucha paz que se haya firmado. Siento que estéis en medio de todo.

Se quedó mirándole un momento, como si fuese a añadir un colofón. En su lugar, le dio un trago largo al té.

- Walter y Travers saldrán adelante pero sí: ellos no tendrán esa suerte... - suspiró el ghoul, asintiendo. Tampoco le pasó desapercibido el gesto de la parentela. - No tienes que sentirlo por mi, me temo que aunque acabo de llegar me he visto salpicado por ésto desde el momento en el que me fui de aquí hace ya seis años. -

Cuando Darryl descubrió que Raven era la mismísima Roxane Ogden (o más bien que Roxane era Raven) estaba deseando soltar ese peso de dentro con alguien. Chris fue la primera persona que se le pasó por la cabeza y ahora temía su reacción cuando se lo dijera, algo que quizás podía dinamitar aquella confianza y camaradería que habían llegado a forjar en tan poco tiempo. Pensó, a la desesperada, que quizás podía desahogarse contándoselo a Sahavala, mayormente porque debía de importarle una mierda. Quizás decírselo a Abbigail no era una mala opción después de todo.

- Si se te pasa algo por la cabeza no dudes en decírmelo. Prometo no cabrearme. - intentó esbozar una sonrisa conciliadora, aunque no sabía si resultaba demasiado convincente

La chica hizo una mueca triste.

-Hum. Yo no estaba aquí cuando tú te marchaste, pero he oído sobre ti. No quiero sonar entrometida pero, bueno, dicen que vendiste al club por una cara bonita y con colmillos. Supongo que no habrá sido tan así, pero eso es lo que he oído.

Le dió un trago algo más contundente al té antes de contestar. - Pues no te han mentido en absoluto. - reconoció el ghoul con una franqueza aplastante - Pero no es del todo acertado: las caras bonitas abundan en nuestro mundo y me habría ido mucho antes de dejarme llevar por algo así. -

- Más bien me dejé llevar por un mundo que no es tan diferente del de las motos. Buscar emociones fuertes, el peligro y querer comerse el mundo: la mayoría vestimos el parche por eso y la noche de los vampiros por fuera, muy por fuera, es así. - era el mundo que Raven le había enseñado, retorcido, peligroso y muy divertido. No fue hasta más adelante cuando descubrió que todo era infinitamente más político de la primera impresión recibida. - Lamento que te haya llegado esa imagen de mi, pero es el estigma que tengo que llevar por mis errores. Ese y la sangre de vampiro. -

-No pasa nada, todo el mundo habla de todo el mundo.

Abbie se recogió el pelo tras las orejas encogiéndose ligeramente. Se le veía en los ojos que algo quería añadir, aunque no sabía cómo decirlo.

-¿No te has planteado nunca... dejarlo? ¿Alejarte de ese mundo? No quiero ser entrometida, es solo que me resulta complicado comprender por qué alguien pondría en jaque toda su vida por... bueno, por algo así.

- Claro que lo he hecho. Pero no es tan diferente a lo que creo que es tu vida. Tú no has podido elegir nacer Parentela y yo si, pero ambos pertenecemos a mundos que quizás no han sido pensados para nosotros. Tú podrías abandonar a la manada e ir a vivir tu vida, al igual que yo podría luchar contra la adicción que provoca la sangre y dejar atrás todo lo que la noche implica. - de algún modo aquello cimentaba el argumento que estaba por dar

- Pero he vivido tanto que me resultaría demasiado difícil dejar todo atrás. Para bien y para mal se ha convertido en mi identidad y una parte de mi... Y estoy orgulloso de haber tomado la decisión que tomé: al menos ha servido para ahora poder ayudar al club mediando con los vampiros implicados en todo ésto. - por mucho mal que hubiera provocado su decisión, una sola cosa buena en todo aquello ya le bastaba para sentirse muy orgulloso de ello - Y... este caso en concreto se ha vuelto personal más allá del club. Ahora no podría dejarlo por nada del mundo. ¿Y qué hay de ti? -

Por primera vez Darryl pudo afirmar que la mujer estaba prestando absoluta atención a sus palabras sin reparo. Algo de lo que dijo le caló hondo, como esas conversaciones en las que se comparte más de uno mismo de lo que se espera, dejando un momento trascendental pasar.

-¿De mí? -preguntó de forma inesperada. Darryl pudo ver como su presencia empequeñecía y agachaba la mirada hacia la taza-. No hay nada de mi que merezca la pena ser mencionado. Siempre me he criado entre garous y fuí a la Universidad de Medicina en California pero mis padres no pudieron seguir pagándola así que mi tía Sarah me ofreció un lugar y aquí estoy. -Se encogió de hombros-. No sé qué más decirte... Yo no sería capaz de hacer lo que tu haces.

La muchacha de verdad parecía cohibida por su presencia, o quizá por sus palabras lo que resultaba extraño en la situación en la que estaban.

- No vuelvas a decir eso: le has salvado la vida a Walter. Si eso no es algo digno de mencionar yo no me llamo Darryl. - le dijo con severidad por aquella muestra de poca consideración con sus propias actitudes. Después relajó el tono. - ¿Qué es lo que hago? ¿Rebelarme contra lo que se esperaba de mi? No te creas que soy especial, Abbigail. Si no te gusta esta vida es tu decisión tomar otro camino... pero ten muy claro que vas a sufrir, vas a cometer errores y van a pasarte factura. Me pasó a mi, te pasaría a ti y a cualquier persona que decidiera buscar su propia vida. -

Tras pegar otro sorbo de té suspiró un poco, apoyándose en la mesa para mirarla mejor. - ¿Es por... todo eso de la familia Garou y lo que implica para las mujeres? - preguntó directamente fijándose en su rostro para buscar algún tipo de reacción

Su tono pareció amedrentarla al principio, aunque algo empezó a brillar en el fondo de sus pupilas. Miró hacia la puerta, probablemente cerciorándose de que nadie estaba ahí.

-Es una manera de pensar diferente. No lo entenderías aunque te lo explicase. Es una responsabilidad más allá de lo que nosotros somos como personas... Y es un honor poder formar parte de esta comunidad. Renunciar a ello te convierte en un traidor.