Partida Rol por web

Dimitri volvió a disparar contra el pelirrojo errando el tiro y dándole tiempo a descargar la escopeta contra Christ, que le acertó en el muslo haciéndole soltar un gruñido poco alentador.

Pese a que el calvo tras el vampiro también le había disparado y ahora se encontraba con una rodilla en el suelo por el dolor del disparo, ese apoyo le sirvió para disparar con mucha más precisión al pelirrojo, descerrajándole un tiro certero para terminar de derribarlo.

Se dió prisa en apuntar al tipo calvo que le había disparado. - ¡SUELTA ESA PUTA ARMA O NISIQUIERA ÉL PODRÁ PROTEGERTE DE SEIS PISTOLAS, HIJO DE PUTA! - rugió hacia él

-¡Ey, vale! ¡No dispares! -dijo alzando la mano sin llegar a soltar el arma al ver que el pelirrojo caía al suelo empapando la alfombra de sangre entre estertores-. ¿Qué queréis? ¿Dinero? ¿Droga? Puedo daros lo que queráis, de verdad.

El vampiro, que estaba delante con las manos en alto, puso los ojos en blanco y bufó.

-Cierra la puta boca, imbécil. ¿Quién de los dos en Hugh? -inquirió el Sgt. at arms con cara de pocos amigos sin bajar el arma. Y todo vieron cómo el vampiro alzaba el pulgar y señalaba hacia atrás sin muchos reparos-. Tú. Apártate si no quieres que te agujereemos.

Hugh masculló algo en la oreja del vampiro.

-No abras la boca si sabes lo que te conviene -le espetó a Hugh. Después ladeó la cabeza esgrimiendo una sonrisa torcida hacia el Club paseando la mirada por los cuatro presentes en la habitación-. Vais a necesitar más que unas cuantas pistolas, media ganguijuela y un chucho para quitarme de en medio. ¿Dónde os habéis dejado al resto de la jauría?

El President se abrió paso entre DImitri y Darryl pegándoles un empujón y resollando como un toro.

-No tenemos nada que ver con ellos. Danos al calvo y dile a tu jefe que nos deje en paz. -Y con las mismas remató al pelirrojo con un tiro en la cabeza.

Pese al empujón de Mark se permitió dar un paso hacia adelante manteniendo la mirada del vampiro durante el momento en el que él le miró. Sentía como sus heridas le dolían como cuchillas ardiendo sobre su piel. Tosió un poco, apretando los dientes. - Se ha metido donde no debía y le hemos cazado. Sólo queremos lo que es nuestro. - espetó Darryl

-Oh. Bueno. En ese caso... -dio una zancada a un lado para sorpresa de Hugh, que comenzó a protestar-. ¡Ey! Te he dicho que te calles si sabes lo que te conviene.

-¡No vas a dejarme en la estacada, bicho asqueroso! -bramó el hombre, apuntándole a él a la cabeza-. Te lo advierto. A ver si también sobrevives a una bala en la sesera.

Mark también alzó el arma contra Hugh.

-¡Baja el puto arma! -exigió el President.

El vampiro, como si todo aquello le pareciese terriblemente aburrido, negó con la cabeza lentamente.

-Qué irracional se vuelve la gente cuando hay armas de por medio, ¿eh? Supongo que ya no es decisión mía, después de todo. Pero me gustaría hacer notar que ahí vuestro colega -señaló hacia la puerta donde estaba Christ, que estaba rojo como un tomate-, se muere.

Darryl miró de reojo a Christopher. - Esto tiene que acabar ya. Hugh viene con nosotros. No se quién cojones eres pero si esto no es tu decisión agradeceríamos que no te entrometieses. -

Tomó una decisión y no quiso pensar demasiado si era o no una buena idea: alzó rápidamente la pistola apuntando directamente a la mano de Hugh. Sin más dilación apretó el gatillo. Al notar que la bala alcanzaba la mano del calvo se adelantó para llegar hasta Hugh y cogerle, intentando ignorar al vampiro pero con un ojo sobre él por si se le ocurría hacer alguna tontería.

- ¡Cojámosle y larguémonos! -

Un tiro limpio y perfecto que le destrozó la mano al tipo logrando que soltara la pistola y que el vampiro se encogiese abriendo los ojos como un cordero asustado ante el repentino pistoletazo. Pero la pistola no llegó a tocar el suelo, y cuando Mark y Darryl se encaminaron hacia el tipo hubo un repentino borrón y el vampiro ya no estaba al lado, sino detrás de Hugh y con la pistola en la sien de este, irónicamente.

-¡EH! ¡Eh! Eh...

Pero los ánimos estaban caldeados y alguien rugió con una fuerza descomunal más propia de una bestia que de un humano.

-¡¡Suéltalo de una puta vez!! -bramó Christ con una voz grave y antinatural. Darryl había visto antes a un hombre lobo totalmente transformado, pero no aquella mezcla peluda y de facciones toscas que resultaba tan grotesca como aterradora.

-Ch..Christ... Cálmate, Christ... -musitó una voz quejumbrosa tras él.

- Joder...  - murmuró Darryl al ver a Chris. Había comprendido que Christopher era un garou desde que el vampiro había dicho las palabras 'un chucho' pero no se esperaba que la cosa fuese a acabar de aquella manera. Dió un paso hacia atrás intentando tener tanto al lobo como al vampiro a un solo giro de cabeza

- ¡Mark! - exclamó esperando que el president les diera alguna órden que solucionase aquel entuerto, perdiendo ya el cuidado sobre no revelar la identidad de ninguno de ellos.

El President sostenía el arma con tanta fuerza que le temblaban las manos. O tal vez fuese toda la rabia contenida, que de repente estalló a gritos en medio de la sala.

-¡¡Me cago en la puta nosotros no tenemos nada que ver con la jodida manada!! ¡¡Dejad a mi gente a parte!! ¡¡FUERA DE MI CIUDAD!! -Y mientras la última palabra se alargaba en un grito desesperado comenzó a vaciar el cargador contra ambos movido por un sentimiento que quedaba muy lejos de lo racional.

El vampiro se escudó tras su víctima sin compasión alguna soltando una ristra de improperios que quedaron ahogados bajo el grito de Mark, el sonido de las balas y el baño de sangre de Hugh. Y cuando la última bala se disparó el mismo borrón rompió la ventana que le quedaba detrás haciendo saltar los cristales. Hubo otro rugido más, este de Christ, que se lanzó como una bala a la carrera pero infinitamente más lento de lo que había sido el vampiro. Darryl lo sabía.

Apretó con fuerza la empuñadora de la pistola al ver como a Mark se le iba totalmente la cabeza, temiendo que continuara así. Sin embargo parecía un poco más dentro de sus casillas y tras mirarle con preocupación se dirigió a toda velocidad hacia la ventana sin importarle las heridas que él mismo estaba sufriendo en el hombro y el abdomen. Cruzó la ventana y continuó avanzando mientras observaba si había o no movimiento para saber si aún tenía al vampiro o a Chris a la vista.

Tuvo que agradecer mentalmente el último trago, pues no sería capaz de ver a más de un palmo de distancia de no ser por él.

El ghoul salió a la carrera atravesando la ventana de un brinco y esprintó ignorando el dolor y las magulladuras usando la vitalidad que la sangre le daba para impulsarse. Notó los músculos ardiendo como brasas bajo el efecto y cómo los laterales de su campo de visión se emborronaban dejando atrás la figura del garou con cada zancada. Sin embargo, el poder del vampiro y su velocidad lo sobrepasaban, y aunque por unos gloriosos segundos estuvo convencido de que iba a cogerle, acabó por perder terreno y finalmente observar impotente cómo la figura se internaba en la arboleda llegando al límite del terreno.

Frenó del todo sabiendo que ya no había mucho que hacer, resollando por el esfuerzo y recuperando el aliento. Cuando miró hacia atrás quedó anonadado por la cantidad de terreno que había recorrido y divisó la figura de Christ bastante atrás, apoyando las manos sobre las rodillas. Más allá, los que quedaban salían de la casa llevando en volandas a alguien.

Escupió al suelo molesto por no haber alcanzado al vampiro pese a su buena carrera. Dió la vuelta al fin para dirigirse hasta Christopher, mirándole con expresión preocupada.

- Joder, tío. Buen intento, ¿cómo te encuentras? -

El garou tardó unos segundos en tomar el aire suficiente para responder. La sudadera negra goteaba sangre a la altura del estómago, y aunque la oscuridad no le permitía apreciar bien el agujero del abdomen a Darryl no le dio buena impresión.

-Vivo... -masculló escupiendo al suelo y después incorporándose-. Volvamos. Walter estaba mal.

Los dos moteros regresaron medio a la carrera hasta el camino, donde las luces frontales de la camioneta indicaron la posición de sus compañeros. Escucharon el grito de Mark metiéndoles prisa y montaron aceleradamente en la parte trasera. Walter estaba tendido en el suelo emitiendo quejidos y murmullos que se acercaban más al delirio que a la consciencia mientras Eliot trataba de hacer algo por su herida: tenía un agujero enorme demasiado cerca del corazón como para no ser grave.

-Llamad a Abbie YA -gritó Eliot desesperado al cerciorarse de lo mal que estaba la situación-. Hay que volver. Sino lo vamos a perder. ¿Tú no puedes hacer nada, Christ?

-No tengo esas habilidades. Pero conduzco yo. No dejéis que se vaya.

Y mientras se sucedía la conversación, Dimitri agarró por los hombros a Darryl mirándole fijamente con aire desquiciado. Podía leer en su mirada que aquello no debería haber salido así, y que no tenía mucha idea de cómo manejar la situación.

-Oye, hermano. Christ es mi familia, ¿vale? No... Es... Cuando lleguemos hablaremos de esto, ¿vale? Sólo... Pero primero él -señaló el interior de la camioneta y esperó queriendo obtener una respuesta afirmativa por su parte antes de soltarle. Casi hacía daño la forma en que se le crispaban los dedos sobre la chaqueta-. Por favor...

Darryl apretó los dientes sosteniendo la mano de Walter para infundirle ánimos. La cabeza le daba mil vueltas y todavía no parecía asimilar lo que le había ocurrido al viejo. Dimitri le sacó de su trance.

- ¡¡Cálmate, joder!! Me importa una mierda que alguien sea un lobo, un reptiliano o la puta Reina de Inglaterra mientras Walter se esté muriendo, ¿me oyes? ¡Tenemos que intentar que pierda la menor cantidad de sangre posible! - exclamó deshaciéndose de los brazos del ruso para colocarse junto a Walter. Se arrodilló para estar junto a él e intentó buscar algún trozo de tela o algo por el estilo con lo que poder taponar la herida de algun modo que le permitiera a Walter aguantar por más tiempo. - ¡¡No voy a dejar que te vayas, ¿sabes, viejo? Si te mueres nadie votará en mi contra en la próxima reunión y no podré cumplir lo que me dijiste!! -

Tenía esperanza en que conseguiría mantenerle hasta que recibiera atención de verdad. Al fin y al cabo, él mismo había recibido balazos y heridas muy graves que había tenido que tratarse y no siempre con la sangre vampírica.

Darryl hizo su mejor esfuerzo por ayudar al viejo. Algo había aprendido después de recibir tantas bales, y estaba convencido de poder hacer algo por él. Sin embargo no contaba con materiales apropiados, y cuando fue a taponar la herida para evitar que perdiera más sangre algo hizo, no supo qué, pero la hemorragia se agravó y por más que presionaba era como si no estuviese haciendo nada. Las manos se le resbalaban de la cantidad de sangre con la que estaban empapadas

-Lau... La... M-mi... -murmuraba Walter, pálido como la lápida que le iba a corresponder si no hacían algo. Tenía los ojos abiertos y movía la cabeza lentamente como si buscase algo. Todos sabían a quién.

Mark se sentó en el asiento de copiloto con alguien al teléfono, pegando voces. Dimitri cerró la puerta, ELiot trataba de darle indicaciones y alumbrarle con una linterna, y Christopher arrancó pegando un brusco volantazo para dar la vuelta y salir de allí echando hostias. Todo era un caos, olía a sangre, y no lograba entender cómo coño se habían metido en aquel berenjenal ni por qué la maldita herida no dejaba de soltar borbotones. Y su propia herida dolía, y apenas escuchaba lo que el resto decían más allá de voces lejanas. Algo se removió en su interior como una bestia desperezándose, y supo con certeza que haber regresado no era la mejor decisión del mundo.