Partida Rol por web

-Gracias, signori-dijo David despidiéndose de los agentes-.

Se alejó del cadáver. Por su experiencia militar, intentó intuír de dónde venía la bala que había acabado con la muerte de aquel hombre e intentó alejarse buscando un punto ciego a aquel hipotético punto. 

Asintió como respuesta a las felicitaciones de Von Wagner. 

-Gracias. Pudo salir mal, pero en ese momento me pareció la opción más razonable. Y desde luego la única que nos permitiría tener acceso al maletín. Afortunadamente, salió bien. Es de hecho, la segunda vez que mi "pico de oro" nos saca de un apuro. No me gusta alardear de ello, pero tampoco que me acusen gratuitamente de lo contrario. En fin...sí, un hotel sería sin duda un lugar idóneo para revisar el contenido de este maletín. No debería ser difícil de encontrar uno en las proximidades. Pero manténganse alerta. Quien haya matado a ese pobre infeliz, estará sin duda interesado en averiguar quién tiene este maletín y qué pretende hacer con él. Y si el Arlequín está detrás de todo esto, no me cabe duda de que estamos en peligro. Alejémonos unas calles y busquemos ese hotel.

David seguía andando mientras hablaba, alejándose de la escena del asesinato. Su mirada estaba atenta a cualquier cosa extraña. Miraba los tejados cercanos y antes de doblar cada recodo, miraba hacia atrás para ver si los seguían.

Mantuvo la respiración hasta que finalmente los policías se despidieron. Caminó veloz, justo en ese margen donde andar se convierte en correr. Quería escapar lo más rápido posible de aquel lugar, tenía la sensación de que los carabinieri iban a pensarse mejor eso de dejarlos marchar tan fácilmente.

Comenzaron a andar, alejándose del barullo de una multitud curiosa que agolpaba para conocer lo sucedido. - ¿Qué os parece aquí? – preguntó adentrándose por una de las callejuelas, donde un escueto letrero de “ostello“ coronaba una pequeña puerta de madera castigada por el paso de los años. Fue al parar cuando se dio cuenta de que aún sostenía la mano de Rick entre las suyas, y la soltó rápidamente, como si le quemara el contacto con su piel. Miró instintivamente  a David,  sin saber si es que le daba igual, o no se había dado cuenta. – Cuanto antes sepamos que es, antes podremos decidir el siguiente paso a dar – dijo volviendo la espalda hacia Lobo, y empujando la pequeña puerta de madera.

-Será perfecto-dijo David-Vamos, entremos y hagamos los trámites lo más rápido posible. Una habitación doble y tres simples, salvo que lo deseen de otro modo. 

Solo había un inconveniente. Sus manos manchadas de sangre. Solucionó el problema poniéndose unos guantes. Luego en la habitación, intentaría quitarse las manchas con ayuda de un poco de alcohol.

El grupo prefirió seguir en movimiento, así que Rick se adentro en las callejuelas guiado por Madeleine que había decidido llevar la voz cantante, teniendo que contenerla para que no se lanzara a correr. Se detuvieron ante lo que parecía ser un hostal, la premura con la que Madeline soltó su mano le hizo alzar una ceja, a la que acto seguido le siguió la otra ante las palabras del pico de oro2.

-Le creía un caballero de la aristocracia británica mejor educado señor Harris – la voz del guardaespaldas sonó grave y rasgada como siempre, pero en su entonación había cautela y advertencia por partes iguales – Considerando que aún no están casados me resulta escandaloso escuchar semejante proposición1 ¿que le hace pensar que van a compartir lecho cuando no lo hacen en el tren, bajo el mismo techo que Sir Archer? - lo miró con severidad, su deber era proteger a Madeleine, eso incluía su virtud, que estaba seguro seguía intacta o más le valía.

De no se así, y el bueno de Douglas se enteraba que habían mancillado a su hija, podía despedirse de su amistad, haberle salvado la vida no le libraría de su despreció por no haber hecho lo que se le pidió.

-Claro que...- su mirada se desvió a Madeleine – no es asunto mio ¿me equivoco?...bueno entremos y acabemos cuando antes con el asunto del maletín

Avanzo con un par de zancadas y abrió la puerta para que sus compañeros pasaran y pudieran registrarse de una vez. Se reunirían en uno de los cuartos y podrían descubrir el contenido que su contacto les había dejado como legado.

-Coincido señorita Archer. Cuanto antes sepamos que hay dentro antes podremos avanzar. Aquí mismo. Me parece un lugar tan bueno como otro cualquiera.

Hans ladeó la mirada, dedicandole un gesto bastante neutro a la señorita Hinault cuando comenzaron a discutir sobre el tema de las habitaciónes. Parecía que, otra vez, iba a haber una discusión entre David y Rick.  Era un tema que ni le iba ni le venía, así que simplemente se desplazó a un lado, esperando un momento y una vez hubo terminado Rick, se adelantó un momento y acomodó las manos en los bolsillos de su chaquetón.

-Señores, no hay tiempo para estas disputas. Repartamos los cuartos como sea y centremonos en lo que es realmente importante- comentó dirigiendo una mirada a David y a Rick. Esperó a que los demás entraran para que alguno de ellos pidiera las habitaciónes exactas.

La tensión que había dominado el cuerpo de Anne mientras los policías hacían sus preguntas, ni siquiera se aflojó cuando al fin pudieron alejarse del cadáver y del lugar del atentado. Habían conseguido salir de esa gracias a la labia de David sin tener que dar más explicaciones, pero la mujer estaba preocupada al saber que alguien conocía su presencia en Florencia y si aquel maletín tenía información importante ellos volvían a estar en peligro.

Apenas escuchó lo que decían sus compañeros, hablando sobre algo tan obvio como ir a buscar un lugar discreto para conocer el contenido del maldito maletín. La parquedad en palabras de Anne venía precisamente por esa falta de necesidad de parlotear sin sentido así que, asintió simplemente y comenzó a caminar detrás del resto, manteniendo la atención en todo lo que los rodeaba, ya fueran coches que pasaran, la gente con la que se cruzaban o cualquier recoveco en el que pudiera haber un asesino esperándolos.

Cuando llegaron al primer hotel que encontraron comenzó, una vez más, el cruce de palabras entre los dos pretendientes de Madeleine. Parecían niños malcriados peleándose por un juguete, sin darse cuenta que ese juguete tenía voz y voto en aquel asunto, pero Anne no tenía pensando meterse en medio de ninguna trama amorosa así que, frunciendo el gesto molesta, movió la barbilla en dirección a Hans que, como era habitual en él, había puesto un poco de sensatez entre ellos.

—Sólo vamos a ver el contenido de un maletín no a pasar la noche —por lo menos Anne no había creído en ningún momento que fueran a perder tanto tiempo contemplando lo que fuera que hubiera dentro del maletín—. Entremos ya, aquí fuera llamamos demasiado la atención —quizás ellos no se dieran cuenta del grupo tan particular que formaban y que, a todas luces, resultaba bastante curioso para cualquiera que prestara un mínimo de atención.

Miraba exasperada desde el primer escalón del hostal, con la mano puesta en el tirador de latón redondeado. – ¡Oh!, el refinado guardaespaldas dando lecciones de moralidad y decencia -  se carcajeó Madeleine, echando una auténtica mirada de furia hacia Rick. – No creo que conozcas al por menor con quien dormía, o dejaba de dormir en el tren, ni a quién visitaba o dejaba de visitar por la noche  – replicó, retándole con la mirada a que contara algo si es que tenía valor. Calló un segundo, viéndose frenada por la repentina turbación de sus palabras. Miro alternativamente a Anne y Hans, como si acabara de darse cuenta de que estaban ahí, en medio de un fuego cruzado.

Para cualquiera que no conociera muy bien a Madeleine, aquellas palabras resultaban del todo inapropiadas para una persona de su posición. Apretó la mandíbula, furiosa tanto por el atrevido comentario de Rick delante de todos, como por su vulgar contestación, más a la altura de una verdulera que de una dama británica.  – Estoy segura que el señor Harris se refería a que una habitación sea para la señorita Hinault y para mí, mientras que la habitación triple sea para los caballeros – hizo una pausa empujando ligeramente la puerta,  satisfecha de haber recuperado el tono de voz y la compostura tan rápidamente – todas ellas con camas individuales, por supuesto – apostilló antes de darles al espalda, y entrar en el hostal.

-Siempre reservo una habitación doble para Madeleine-contestó David-pero de uso individual. Así lo he hecho siempre que me he ocupado. Obviamente no en el tren ni en otros lugares, donde no he hecho yo las reservas. Ya que te ocupas de asuntos que no son tuyos, como bien dices, deberías prestar más atención antes de lanzar acusaciones tan graves. Así no tengo que molestarme en darte explicaciones que no te debo. 

Dijo esto sin siquiera mirar a la cara a Lobo. De hecho, mirando a Madeleine.

-Dicho esto, por supuesto no tengo inconveniente en que compartas la habitación con la señorita Hinault. Así que queda dicho, tres individuales y una doble. 

Una vez dispuestas las habitaciones, el plan de David era reunirse en la doble para abrir el maletín y estudiar su contenido y ponerse de acuerdo en su siguiente paso. Ahora lo importante era no llamar más la atención.

Tomando una larga bocanada al cigarrillo, expulsando todo el aire y humo con exasperación, lanzando el cigarro al suelo una vez terminado. Procurando ignorara las afiladas palabras cargadas de doble sentido de Madeleine y la apurada explicación del prometido, siguió al resto al interior y tras realizar los arreglos correspondientes subieron a las habitaciones. En cuanto estuvieron seguros que el conserje, que les había guiado a las distintas estancias, había regresado a la recepción todos se reunieron en torno al maletín en la habitación de las señoritas.

-Bien ¿a que esperamos? ¿una invitación? – dijo tras unos instantes interminables en que había estado observando el maletín sobre la mesa de café

Entráis en el primer hotel que se aparece en vuestro camino. El hotel Duomo cuenta con tres estrellas bastante justas, en apariencia. Quizá por su óptima ubicación está bastante lleno y solo disponen de dos habitaciones libres, por suerte ambas son dobles y una de ellas es suficientemente amplia como para añadir una cama supletoria.

Mientras preparan vuestro alojamiento os sentáis en una íntima sala de lectura donde en estos momentos no hay nadie. A esta hora la mayoria de visitantes y turistas alojados en el hotel deben estar conociendo los encantos de la ciudad de Florencia.

Rick abre impacientemente el maletin que no cuenta con sistema de seguridad o cerradura de ningún tipo. El mecanismo de cierre se libera con un clic y el maletín muestra su interior.

Lo primero que llama la atención es una máscara plateada sin boca y con una lágrima oscura en la mejilla izquierda. Envueltos en papel de estraza hay varios paquetes que tienen toda la pinta de ser billetes. También hay un pasaje de tren con destino Berlín. Como ya os había comentado Sir Archer, ese es el destino de Helmut Zimmer y la misión de William era seguirlo hasta allí. Y por ultimo en un sobre hay varias fotografías tomadas desde una posición elevada, en ellas se ve a Zimmer estudiando unos pesados volúmenes en una azotea, con él se ve a una mujer de unos veintitantos años en poses cariñosas.

La forma que tiene la joven mujer de tratar a Helmut os recuerda más bien a como una hija miraría o trataría a un padre que a otra cosa.

Una mirada de cerca a la máscara os revela que se trata de un buen trabajo de artesanía. Además no cabe duda de que se trata de uno de los tipos de máscara usado tradicionalmente en el carnaval de Venecia, el cual se está celebrando en estas fechas.

Tras cerciorarse que no había ojos indiscretos pendientes de sus actos, David dejo el maletín sobre la mesa de café quedándose observándolo como si se tratara de una reliquia, sin tan siquiera mostrar la intención de abrirlo. Tanta parsimonia termino con la paciencia de Rick que de imprevisto tomo el maletín girando los cierres hacía él y tomando la iniciativa para abrirlo.

-¿que carajo?...-suelta abruptamente, sin alzar la voz, al ver la mascara...- mmm...una máscara veneciana poco usual...-masculla para sí mientras revisa el contenido, prestando más atención a las fotos y el dinero que al pasaje – esta debe ser la casa de Zimmer – dice revisando las fotos con detenimientos, alzando las cejas ante la joven en pose cariñosa con él – ¿les dice a ustedes algo de todo esto?...- después de lo de Abner y por la actitud de la joven y Zimmer en las fotos, bien podría ser su hija o una protegida – sin nuestro enlace la única pista que tenemos es esta máscara y la joven...-continuo dejando las fotos sobre la mesa señalando a la mujer, para que el resto pudiera examinarlas también – sería interesante contactar con ella o revisar la casa de Zimmer

Formó un semicírculo con sus compañeros, observando con impaciencia como Rick abría el maletín y descubría el gran misterio. Alargó la mano, desenvolviendo los paquetes que parecían contener dinero, intentando llevar una rápida cuenta mental de todo lo que ahí había. Observó también las fotos de Zimmer con la joven chica – Vaya, vaya… parece ser que Zimmer tiene un pequeño diamante en bruto al que no conocíamos- murmuró, pasando a revisar el pasaje de tren, que desechó con rapidez tirándolo encima de la cama.

- Va a resultar difícil encontrar a esta mujer sin tener ninguna otra pista – dijo mientras miraba detenidamente la máscara en busca de algún detalle que se le pudiera haber pasado por alto – podríamos intentar empezar por localizar el sitio donde se han hecho las fotografías – propuso con más convicción de la que sentía. Bien era cierto que al haberse realizado desde una posición elevada, el margen de maniobra se reducía a buscar azoteas altas. No cabe duda que una fotografía cenital de la ciudad les vendría de perlas. – En cuanto a la máscara… ¿sabemos algo aparte de que es veneciana?, podemos consultar con algún especialista de la zona, sin duda deben abundar por aquí -.

-Veneciana sin duda-dijo David-Y estamos en pleno carnaval. Pero esto, a parte de lo obvio, no me dice nada. Claro que si el Arlequín se interesó por ella, debe tener su valor. Me parece buena idea intentar localizar dónde se hicieron las fotos que entiendo, será la casa de Zimmer.  el Señor Archer nos sugirió que aprovechásemos la ausencia de Zimmer para intentar colarnos en ella. Siendo carnaval, no deberíamos tener problema para poder agenciarnos unos trajes que ocultaran nuestro rostro para poder entrar comodamente. Pero lo primero es localizar el sitio.

Revisó los paquetes y el resto de los papeles. Archer no les había dado la dirección, así que esperaría que se la diese su contacto. Pro o apareció
David miró por la ventana intentando localizar posiciones elevadas en Florencia que pudiesen coincidir con la orientación de la casa de Zimmer.