Partida Rol por web

Se sobresaltó de repente. No era la primera vez que le pasaba aquello, estar distraído, sumido en su mundo y abstraerse de lo que pasaba alrededor. No se esperaba una voz tan cerca de él y casi se le cayó el cuaderno de la sorpresa.

-Oh… perdona- dijo casi como un reflejo. ¿Perdona por qué?. Miró a la persona a la que iba dirigida aquella disculpa y se encontró con unos ojos verdes que le sorprendieron. No es más que una niña- pensó- bueno, una adolescente- Sonrió mientras acomodaba la libreta bajo el brazo y con una mano se revolvía el cabello.

-Si… supongo. Gracias joven- ¿”Joven”?¿ Acaso he envejecido 20 años?- en realidad tenía que ser una reseña de un restaurante, pero se ve que mi subconsciente me ha jugado una mala pasada- sonrió ligeramente.

Cuando se sentó a su lado la contempló mejor. Es una chica muy guapa… podría utilizar este rostro para describir en alguna historia a una de aquellas mujeres que, en los cuentos, los viajeros se encontraban solas en el bosque y que siempre resultaban ser algo más... No, Los días de escribir han quedado atrás.

En el lapsus en que estos pensamientos cruzaron por su mente, Craig se había quedado mirando a la chica. Decidió presentarse.

-Mi nombre es Craig, Craig McDougall- le tendió la mano con una sonrisa- ¿te gusta el arte….?- dejó sin concluir la frase esperando el nombre de la joven.

El lugar era bastante agradable y algo concurrido - Viste que ha entrado la chica de hace un momento?- le dice a Mikel haciendo un gesto con la cabeza en dirección a la chica y sus amigos. En lo que ve pasar a una camarera y levanta la mano para llamar su atención. -!!Eh..¡¡, por aquí...-la chica se acerca sonriente -Quiero una hamburguesa doble, con adición extra de panceta muy crujiente, dos porciones de patatas y una Coca-Cola- Brett sonríe mientras la chica toma nota y levanta una de sus cejas haciendo un leve gesto de asombro. - Tú que vas a querer..?- pregunta a Mikel.

No te tardes que van a tomar nuestro pedido...-Alcanza a responder Thomas ante la salida repentina de su amiga. ¿Porqué tiene que ser tan displicente con todo? piensa para sí al tiempo que invita a Lissa a sentarse. 

Levanto la mirada ante las palabras de Brett y me giro para mirar a la chica que parece ser que se acerca a un hombre adulto, quizas uno conocido.

---Bien, mientras no me tire la comida no habrá problema- digo sin más mientras me vuelvo a centrar en la carta de comidas no puedo evitar sonreir ante las petición de Brett y la sorpresa de la mujer.

---Yo quiero una hamburgesa completa sin bacon con doble de queso, cebolla,lechuga y tomate, tambien quiero una ración extra de patatas fritas con queso fundido y para beber una Pepsi Zero-digo cerrando la carta y entregandosela a la mujer-Oh,tambien  queremos  entrantes, una ración de alitas de pollo estaria bien...

No pudo evitar sonreír divertida al ver cierta inquietud en el hombre al verla aparecer de la nada. Quizás por su edad o porque así era su personalidad, Sophie no se inmutó, ni tampoco se sintió avergonzada, al revés, parecía gustarle aquel tipo de cosas. Ver las caras de sorpresa, las sonrisas en la gente, el brillo de la emoción.... Tonterías, pero que a ella le daban la vida.- ¿Por qué? Debería ser yo.-Se deslizó hasta sentarse junto a él, dejando espacio entre ambos. Los ojos de la joven fueron de nuevo hacia el cuaderno, pero subieron hacia el rostro del hombre al ver que la observaba.

- ¿Supones? Pues yo creo que es una gran obra.-Una sonrisa divertida decoró el calmado rostro de la chica. Hacía mucho que nadie la llamaba así, era algo tan... ¿Anticuado? Tal vez. Se inclinó sobre las piernas, dejando los antebrazos descansando. Las trenzas que decoraban el cabello de Sophie se deslizaron sobre los hombros. Durante unos segundos desvió la mirada, pero no tardó en volver a mirarle. Sobretodo porque él parecía cautivado por ella y no lo comprendía.

- Sophie, Sophie Hathaway.-Respondió a la apar que tomaba la mano de él.- Sí. Desde que tengo uso de razón... Y bueno, toco el arpa desde pequeña. Pero... Sobretodo me gusta percibirlo a mi alrededor. Por eso me acerqué.
 

-Es un placer Sophie Hathaway- dijo de forma respetuosa, como si hablase con una persona importante en vez de con una adolescente.

Le parecía raro, mejor dicho, curioso, que precisamente fuese aquella chica la que hablase con más decisión y la que llevase las riendas de la conversación aun cuando se suponía que era él el adulto. Eso le hizo sonreír, justo después escucho el comentario sobre la música y el arte.

-¡Oh! El arpa es uno de mis instrumentos preferidos-Toca el arpa, cada vez se parece más a una mujer de cuento de hadas. Pensó con cierto humor- nunca he sido muy diestro con los instrumentos musicales, una vez intenté aprender a tocar el violín y bueno, el violín no acabó del todo bien… mejor dedicarme a la escritura o a la pintura- terminó con una ligera risa.

-Percibir… Hmm- se mesó la recortada barba- te entiendo, me sucede lo mismo, por eso no me suele gustar visitar este tipo de sitios- dijo mirando alrededor, a las grandes escaleras mecánicas, las pasarelas y las paredes de hormigón y sobre todo la multitud de gente- Aunque para verme a mí entre toda esta gente… debes tener un buen olfato para el arte- bromeó- ¿has venido sola?- Preguntó al ver que no aparecía nadie buscándola mientras estaban hablando. Y ligeramente preocupado de lo que la gente pudiese pensar.

Asintió a las palabras de Craig cuando este repitió lo del arpa. La joven no perdía la sonrisa, llevó con cuidado ambas manos hasta la cara y se sujetó el rostro con cuidado.- Y... Por lo que parece, hacer reseñas tampoco es tu punto fuerte. Quizás es que estás haciendo algo que realmente no te apasiona.-Ladeó la cabeza y lo escrutó con la mirada.- No llego a comprender... Por qué la gente se empeña en dedicarse a cosas que realmente no les gusta que los agobia, que los oscurece.-Pese a sus palabras, la joven no dejaba de sonreír, alzó la mirada hacia arriba, observando las cristaleras que protegían el lugar de las lluvias invernales, aunque ese día... Ni rastro de lluvia.- A mí me gustaría llegar a ser una gran concertista de arpa...¿ Lo conseguiré? No lo sé, pero al menos lucharé por eso que me hace vibrar. Creo que no sería capaz de vivir una vida sin música...

Escuchó las palabras del hombre a la par que bajaba la mirada hacia él, durante unos segundos se quedó en silencio. Para ella la música estaba en todas partes era parte de su día a día. Llevó una de sus manos hacia la frente de él y le golpeó con un dedo.- No, no vine sola. Mis dos amigos están en el restaurante, seguramente esperándome para regañarme por irme de aquella manera, pero no es lo que realmente importa ahora.-Lo golpeó de nuevo en el centro de la frente y con una sonrisa le habló.- Cierra los ojos. Deja que tus otros sentidos  tomen el control.-Esperó a que lo hiciera, tras eso habló de nuevo.- Siente lo que hay a tu alrededor... Los pasos, el ruido de las escaleras, las voces, sirenas... Todo tiene un ritmo, si escuchas más allá... Hay una melodía.-Se levantó y se puso de cuchillas delante de él.- Ya.-Dio un chasquido con sus dedos.- 1...2...3...-Chasqueó de nuevo los dedos y volvió a repetirlo. Cómo si marcase un compás y eso combinase con los sonidos que la rodeaban. Para ella era fácil.-Hay música en todo lo que nos rodea.-Tras unos minutos dejó de hacerlo para ponerse en pie.

Abrió los ojos de par en par a las palabras de Sophie, después se pasó la mano por los cabellos de la que esbozaba una sonrisa y asentía ligeramente, dando a entender que el comentario sobre su trabajo había dado en el clavo. No suponía que aquella chica fuese tan perspicaz, teniendo en cuenta su juventud.

-Supongo que es cosa de la edad-dijo suavemente, con un tono de voz en el que podía apreciarse cierta resignación- a veces la realidad golpea más fuerte de lo que uno puede aguantar… Es muy difícil lograr lo que uno se propone y al final acaba donde puede. Aunque no le guste del todo. 

Se dio cuenta entonces de que estaba hablando con una adolescente y que no debería hablar de forma tan pesimista.

-Pero tu debes esforzarte- forzó la sonrisa- pareces una chica muy despierta e inteligente para tu edad. Si le pones ese empeño que demuestras, no me cabe duda de que algún día oiré algún concierto tuyo señorita Hathaway- según lo iba diciendo su sonrisa se fue haciendo más sincera. En realidad creo que podrá conseguirlo. Supongo que yo ya me he llevado el golpe de realidad como para pensar eso de mí.

Al escuchar sobre sus amigos se relajó un poco, suponiendo que la joven se iría. Por ello le sorprendió que le golpease con el dedo en la frente y lo único que hizo fue poner una cara de duda ante las palabras que lo siguieron.  

-Hmm… está bien- dijo algo nervioso, aunque sin saber bien por qué hacía caso a aquella joven que apenas conocía. Supuso que había algo en ella que despertaba su curiosidad, quizás su forma de hablar o de moverse, o simplemente el carisma innato que parecía tener.

Y tenía razón, había ruido, un ruido que no le atraía en absoluto, las voces, sirenas, los diálogos banales de la gente, no le gustaba. Aunque cuando ella comenzó a chasquear los dedos y a repetir la cuenta parecía que enlazaba algo el ruido… o eso creía. Duró un instante y quizás solo fue real en su imaginación que quería creer en ese momento extraño. La cuestión fue que aquel hecho le llevó a abrir de nuevo los ojos y a reír ligeramente, esta vez sin forzarlo.

-Eres una joven muy peculiar Sophie, y he de decir que siempre es a mí al que le regalan dicho adjetivo. Pero si eres capaz de escuchar así- dijo observando a su alrededor- no tengo la menor duda de que el arpa no se te resistirá.

Cuando se puso en pie creyó que iba a irse con los amigos que la esperaban, por lo que decidió algo:

-Ten- arrancó la hoja del dibujo de su cuaderno y se la tendió- mi reseña culinaria- bromeó- te la regalo, por alejarme de la monotonía por un momento.

- ¿Peculiar? -Se quedó pensativa, pero finalmente sonrió.- Tal vez, nunca me he considerado cómo el resto de personas.-Alzó lligeramente los hombros a la par que guardaba las manos dentro de la chaqueta. Aunque cuando él arrancó la hoja del bloc y se la tendió esta se volvió a acercar a él, sin mediar palabra se sentó de nuevo en el banco y sujetó entre los dedos el dibujo que le estaba regalando.- Me alegra haber ayudado. Pero no me lo agradezcas a mi realmente... Yo no hice nada, sólo guiar un poco algo que aún late dentro de ti. Aunque te sea difícil de ver. 

Envolvió el papel y dejó la mirada puesta en la gente que pasaba.- Da igual lo fuerte que te golpee la vida...-Frunció el ceño ligeramente, pero rapidamente sonrió de nuevo.- Si la llama permanece, por débil que esté... Habrás ganado.-Se levantó de nuevo del banco y dio unos pasos.- Para mí nunca ha sido fácil nada. No tengo una casa fija... He pasado por más de cuatro casas de acogida y... El universo se las arregla para golpearme continuamente al no dejar que mi actual familia me adopte, pero no puedo evitar... Seguir sintiendo esa llama en mí. No sé lo que me depara el futuro, pero mientras tanto... Prefiero sonreír y ser feliz.

Lo miró sonriente.- Es fácil sincerarse con personas que... No te conocen ¿Eh? 

Una ración de alitas de pollo para los caballeros...- esboza en voz alta la mesonera al llegar con el entrante - Ya están preparando vuestro pedido, se los traigo en un momento.- dice para terminar la camarera al tiempo que se aleja para seguir atendiendo en las otras mesas.

Extiende la mano y toma una alita de la bandeja -Mmmm, esto está bueno...Ehhhh, trae otra de éstas por favor.-le grita a la chica que ya está un poco distanciada de la mesa- Que!, ¿no vas a comer?- dice el voraz comenzal - Que me las acabo todas y no te dejo alguna para ti... - y sonríe al tiempo que sigue masticando.

Hey, que ya vamos a comer- se ve salir del asador la figura de una chica rubia que hace señas en dirección a la pareja que está hablando en la parte externa de la zona de comidas, justo en frente de un restaurante de tacos.

Mis ojos se entrecierran cuando veo como Brett se apropia de mis alitas de pollo con un movimiento rápido le pego un manotazo más juguetón que en serio para quitarle  la alita que iba a coger.

---Deberia darte verguenza- digo mientras comienzo a comer la alita "rescatada"- Las he pedido yo y casi me quedo sin ellas casi, maldita sea tú anatomia ¿como eres capaz de meterte todo eso y seguir manteniendo tú cuerpo de modelo?- digo con fingido enfado- Yo para quemar todo esto tendré que entrenar todo el fin de semana.....

Una vez acabada,dejo los restos en sobre el montón de Brett.

---Más te vale no quitarme las patatas fritas o te juro que te meteré la estela por el gaznate jejeje-digo con tono serio aunque sonrio pero eso no hacia más que parecer un maniac.

Al contrario de lo que pudiese parecer, cuando la llamó peculiar era un cumplido. Le gustó la forma en la que se lo tomó.

-Eso está bien, de nada vale ser uno más- dijo con una sonrisa.

Cuando comenzó a hablar de nuevo Craig escuchaba mirándola. Le extrañaba mucho aquel comportamiento y aquellas palabras en una chica tan joven- es como si tuviese un alma muy sensible y viese todo desde una lente que nadie más tiene- pensó para sí observando los movimientos de la joven.

Le hubiese resultado extraño recibir consejos de una adolescente, incluso presuntuoso, si se tratase de cualquier otra chica, pero esta tenía algo en la forma de decirlo. Quizás era esa forma poética de explicarlo que tanto le gustaba a Craig. Solo respondió a las palabras de ella con un asentimiento suave de cabeza. Su mente no había desechado los consejos de Sophie, pero estaba ahora más pendiente de analizarla a ella que de ayudarse a sí mismo.

Cuando escuchó su pasado no se sorprendió. No puedes juzgar a alguien por su fachada. ¿Qué es peor? No haber conocido a tus padres o haberlos tenido y haberlos perdido… Se quedó reflexionando un instante.

-Has tenido una vida dura para alguien tan joven- sonrió- es una buena filosofía de vida- aunque yo no pueda llevarla a cabo. Una idea pasó por su mente: ¿Podría adoptar a aquella chica? Así le daría el hogar que quería. Le agradaba su personalidad, incluso podría reavivar esa "llama" de la que hablaba la joven… desecho la idea al pensar en el piso individual que tenía en la ciudad, en el que apenas cabía él solo.

-Así es, de alguna forma es más íntimo. Pero hay que tener cuidado al escoger al desconocido.

Escuchó entonces la voz de otra chica que se dirigía a ellos.

-Oh.. son tus amigos. Creo que te he entretenido más de la cuenta- dijo revolviéndose el cabello- Ha sido un placer conocerte Sophie- le dedicó una ultima sonrisa suponiendo que ya se iría con su amiga.

Termino de comer y relamiendome aún vuelvo a ir al restaurante de tacos, esta vez, poniéndoles un poco de las diversas salsas que allí tienen. Preventivamente compro una bebida fría y me siento a comer. Huelo un poco y tras murmurar una oración rápida muerdo uno de mis tacos. Trago y sonrío antes de dar un nuevo mordisco al taco. En ese momento, la salsa que llaman habanero comienza a hacer efecto y trago rápidamente la bola de fuego que es mi comida para poder dar un trago a mi bebida. Eso es lo peor. Como si de tratase un gasolina, el fuego se expande aún por mi boca. Dejo la bebida y volteo rápidamente a los lados para que nadie me vea y muerdo una servilleta. Volteo de nuevo y la envuelvo dentro de otra antes de tirarla en la basura. ¿Por que decidí ponerle tanta? Sin embargo soy un hombre valiente. Esta fue una prueba. Suspiro y comienzo de nuevo a comer, esta vez con mas calma y prudencia. Transpiro y con una mano me abanico para no morir por el calor. Sin embargo, después del primer intento parece que la comida no pica tanto. Y de hecho, me recuerda un poco a uno de los platillos de la abuela.

Voy al lavabo, no te vayas a comer toda la ración tu solo - dice Brett y en juego frunce el ceño, sonríe y se levanta de la mesa.

Su segunda ración de alitas - se aproxima la moza y deja una bandeja en la mesa - y el resto de su pedido - sonríe descargando de una bandeja más grande las bebidas- Hamburguesas, patatas...- y termina de enumerar cada uno de los elementos. -Que lo disfruten - inclina levemente la cabeza, sonríe y se retira.

---Oh, o sea que tú si puedes pero yo no?Eso no es justo!- bromeo mientras se levanta- Vale, pero sí tardas más de 5 minutos no te aseguro de que te espere es más tendré que ir a ver que te ha pasado y me fastidiaria tener que perderme la comida...- le advierto divertido mientras le veo marchase, me relajo un poco mientras abro mi movil mirando si habia alguna señal o rastro de actividad demoniaca, nunca estaba de mas comprobarlo, mientras lo hacia la mujer trae la comida,observo que todo esté correcto- Gracias- digo simplemente mientras espero pacientemente a que Brett retorne de su baño.

- Sí, parece que me llaman. Es una pena, estaba siendo agradable hablar contigo. - Le dijo de espaldas mientras le hacía una seña a su amiga para hacerle saber que le había escuchado y que ahora iba. Tras eso se volvió hacia Craig, se acomodó la chaqueta. - Por cierto, no sientas lástima por mí, que mi vida haya tenido idas y venidas... La hace más interesante. - Le sacó la lengua divertida a la par que se giraba y daba unos cuantos pasos hacia el restaurante, aun que se giró de nuevo para hablarle. - Cierto, debo tener cuidado, pero.. Sentí que tu no eras un desconocido total. Es difícil de explicar.

Se giró del todo y lo miró por encima del hombro con una cálida sonrisa. - Espero volver a verte, Craig. Ha sido un placer. - Tras eso se apuró para alcanzar a su amiga. 

Una repentina vibración comienza a perturbar al collar, esa vibración va intensificándose a medida que avanzas metro a metro hacia el restaurante.

Hay actividad demoníaca muy cerca de donde estás, eso quiere decir la vibración, mientras más cerca, más intenso.