Partida Rol por web

Tras terminar de comer, reviso un mapa y una guía para turistas para decidir a donde ir. No me decido entre un par de museos y un parque, así que arrojo un dado. Y me decido por el museo de Londres. Trazo en el mapa mi recorrido y me preparo para partir. Primero tiro los desechables y las servilletas en la basura, y regreso la charola al local. Felizmente reacomodo mi mochila y me limpio las manos con un poco de gel.

Craig observaba a Sophie con una sonrisa, sin interrumpirla. Le gustaba como se movía de forma tan natural y desenfadada, él era lo contrario. Su sonrisa se hizo más ancha cuando respondió con aquello a su advertencia sobre los desconocidos, por lo que asintió cerrando los ojos a su vez. Entendía de alguna manera a que se refería la joven.

-Yo también lo espero Sophie- se despidió mientras ella se iba ya con sus amigos. Aunque lo dudo, esta ciudad es demasiado grande…

Siguió con la vista en la joven hasta que desapareció- Una bonita distracción, pero tengo que volver al trabajo- Suspiró y miró su cuaderno en blanco- Aquí no puedo concentrarme- cerró los ojos para escuchar la “música” del lugar. Rió por lo bajo ante su intento- sin ella es imposible, solo es ruido. Mejor me voy a otra parte.

Se puso en pie y se dispuso a abandonar aquel lugar, nada le ataba allí y pese al agradable encuentro, aquel sitio no era e su agrado.

-Quizás un café, o una librería estaría bien, lo que caiga primero- murmuró para sí.

Aunque inconscientemente estaba ideando una historia sobre una mujer Daoine Sídhe que se adentraba en el mundo humano y se encontraba con un hombre solitario al que le ofrecía un “contrato” de los suyos. Claro está, cambiaría el supermercado por un bosque inhóspito.

Mientras caminaba hacia el restaurante no pudo evitar llevarse la mano al pecho, con suavidad cogió el colgante y miró a su alrededor con cierta curiosidad y temor "Demonios.... ¿Por qué aquí? ¿Y por qué ahora?" Su mirada volvió al restaurante y sin dudarlo salió a la carrera hacia dónde estaban sus amigos, no quería que ellos se vieran metidos en nada de eso... Quizás su padre fuera Samael, pero eso no hacía que fuera idiota y confiase en todos. Sólo quería asegurarse de que Lissa y Thomás estaban bien... Pero sobre todo quería saber que era lo que notaba.

Sophie comienza a alejarse tranquilamente, de repente escuchas que sus pasos empiezan a acelerarse abruptamente, giras y la vez correr algo ansiosa hacia el restaurante.

Has decidido a donde ir y te aprestas camino de allí, pero algo peculiar llama tu atención. Ves a una chica del otro lado que de repente se lleva la mano al pecho, parece que se hubiera asustado por algo, y de repente corre para hasta la entrada de un restaurante, parece ser un asado o algo por el estilo.

Aunque Craig ya se iba de aquel lugar, el ver como aquella chica de repente se pone a correr hacia algún lugar, decide seguirla. Quizás pasase algo y necesitase ayuda, o quizás no. Pero al menos lo comprobaría.

Comenzó a andar hacia ella a ver si podía ver a donde se dirigía. Si la pierde de vista aceleraría también el paso.

Mi sentido de alerta se activa y volteo a ver que es lo que ha ocurrido.

A medida que te acercas al restaurante el colgante vibra con mayor intensidad.

Agarró con fuerza el colgante y lo presionó contra el pecho. Al llegar al restaurante entró de manera casi atropellada. No se paró más que para buscar con la mirada a sus dos amigos. Aunque sus ojos recorrieron todo el local en busca de algo diferente, algo que le diera una pista, algo.

- Lissa, Thomás... - Su idea era sacarlos de allí.

Tomas acaba de ir para el baño- responde la sonriente Lissa-jajajaja, tía que te ha atacado el hambre...- se ríe a carcajadas al ver la cara de ...¿Que era eso?, hambre quizá...

Provenientes del baño, se escucha una serie de gritos y pronto veis que personas salen corriendo horrorizadas de lo profundo del local hasta salir a la plaza de comidas, algunas incluso se tropiezan, caen y vuelven a levantarse. El escándalo es muy notorio en esa parte de la zona de comidas.

Los primeros gritos llamaron mi atención, aunque al principio pensé que seria cosa de la gente de alguna clase de evento no lo eran, al levantar la mirada vi  a la gente salir corriendo del baño, donde se  habia metido Brett, rápidamente y sin perder un instante, me levanto del asiento  tirandolo al suelo y corro hacia los baños evitando a la gente y ver cual era el origen de todo esos gritos.

Estaba apunto de contestar a su compañera cuando sintió a sus espaldas las voces de la gente, de manera autnjou,omática se giró frunciendo el ceño ¿Qué demonios...? Sin preguntarle nada, agarró el brazo de Lissa y tiró de ella con cierta brusquedad.- ¡Sal de aquí, Lissa! -La animó a seguir hacia adelante y que saliera del restaurante. Aunque Sophie soltó el brazo de su amiga poco después.- ¡Voy a por Thomas, espéranos fuera! -Dicho aquello se giró para dirigirse hacia los aseos. Con cierta dificultad se abrió pasó entre la gente, no sin recibir golpes y empujones, pero no se paró. 

Una vez en la zona de los baños no se lo pensó demasiado, poco le importaba lo que la gente dijese o pensase. Su amigo estaba en el baño... Por eso mismo entró poco después del chico con el que se había tropezado.-  ¡THOMAS! ¡THOMAAAAS! -Gritó con fuerza, intentando que los gritos de la gente no cubrieran su voz.

De repente empiezan a sonar aquellos gritos. Sabía que los gritos de la gente y que esta saliese corriendo no era buena señal en ningún lado, pero sobre todo en centros comerciales.

Su instinto de auto preservación le hizo detenerse y a punto estuvo de echar a correr hacia el otro lado, como todas aquellas personas. Pero en ese momento vio a la chica con la que había hablado. Se dirigía al lugar del que la gente huía. Craig la observó con los ojos como platos.

Sus piernas empezaron a moverse solas, hacia los baños, detrás de ella.

-Mierda, ¿que estoy haciendo?- los gritos ocultaron sus palabras. No gritó el nombre de ella, estaba concentrado en llegar a Sophie a tiempo y poder impedir que hiciese alguna locura, como entrar al lugar del que tanta gente huía. Podía ser un terrorista o un chiflado y no iba a permitirle a la chica ir allí y ponerse en peligro, al menos no sola.

Al escuchar el ruido me asomé por la puerta solo para ver una estampida humana de gritos y movimiento. Con la mano en la puerta retrocedo, abriendo la puerta hasta su límite y dejando salir a la estampida humana... Por alguna razón esto me recuerda cuando fui de visita a la familia en España. En cierta forma, así eran aveces alguna personas huían como gamos, y otras... como aquel sujeto que intentaba avanzar contra la marea... 

Veis que Sophie y un chico rubio se pierden en un pasillo que va hacia el interior del local, van rumbo a los baños, eso es seguro. 

Veo lo que esta ocurriendo y aunque se que es imprundente tomo mi mochila en mi brazo como un escudo, mientras de una de las mesas tomo un cuchillo. ¿Qué estará pasando allí adentro?

Craig sin saber aún por qué estaba haciendo eso, siguió corriendo tras Sophie. ¿En qué estaba pensando la chica para ir hacia allí? ¿En qué estaba pensando él?

Vio a un chico fornido que también se dirigía a aquella zona, iba a decirle que se alejase, pero en ese momento cogió un cuchillo y Craig, alarmado, corrió aun más deprisa hacia la chica. Tenía que sacarla de aquel caos.

Un aterrador rugido se ha escuchado en lo más profundo del baño, como cuando una bestia ha conseguido su presa...

Seguido a esto unos gruñidos escalofriantes, de una criatura diferente a la primera.

Al terminar de recorrer el pasillo a lo que dejan los asustados clientes, os percatáis de la tétrica escena. Una criatura infernal se encuentra frente a vosotros. Enorme, mal oliente y jadeante dos de sus cabezas gruñen y buscan más presas, la tercera cabeza sostiene entre sus fauces la cabeza de algún infeliz que ha servido de entrante para esta aberración infernal, en tanto que sus patas delanteras aun están sobre el cuerpo decapitado del pobre desgraciado. 

Con una expresión de pánico en su rostro, una facción que parece gritar y los ojos en blanco, así se ve la figura del joven Thomas en las fauces de la bestia. Las otras dos cabezas ya se han comenzado a entretener con el cuerpo aprisionado entre sus patas y el frío suelo del baño, pero de repente veis una segunda bestia, más pequeña que la primera pero aún así es enorme, como de 1,50 a la cruz que confronta al demonio Cerbero, con su pelaje crispado, le enseña sus colmillos y se agazapa un poco , típica posición de los lobos cuando están prestos a atacar.