Partida Rol por web

De alguna manera Bianca se las arregla para saltar hacia un lado y evita por los pelos ser arrollada por un enorme todoterreno negro. Poco después de que el monstruo mecánico se pierda en la espesura llegan Zoo y Cassandra, ambos resoplando por la carrera que han hecho para llegar hasta Bianca

¡Mira-al-alfa! - Cassandra cambia a su forma Crinos y adopta una posición defensiva. Zoo somete a Bianca a un rápido olfateo.

¡No-sangre!...

A pesar de que aún se sentía algo torpe en su forma Crinos logró apartarse del camino de aquel vehículo. Tras rodar por el suelo, acabó boca abajo, pero alzó la cabeza para poder ver al menos la matricula y modelo del todoterreno. Gruñó furiosa mientras su manada se acercaba.

Estoy-bien Mientra se levanta olfatea el aire de nuevo Busquemos-Dientes-serrados. Mal-presentimiento Sabía de lo que eran capaces los humanos cuando veían algo que se salía de lo que consideraban "normal". El garou estaba en su forma crinos. Era como un yeti vestido de negro, por poner uno de los múltiples ejemplos que le venían a la mente.

Intentó recuperar el rastro mientras en su interior no dejaba de repetirse que no se lo habían llevado los del coche.

La manada de Bianca encuentra rápidamente el cadáver de Dientes-Serrados. El Guardián del Clan del Prado yace en medio de un charco de su propia sangre. Su pecho y abdomen están abiertos por el inconfundible zarpazo de un Crinos.

Madre Gaia - jura Cassandra tras cambiar a su forma Glabro. Se arrodilla y examina las heridas del cadáver - Creo que su asesino lo sorprendió. No parece que pudiera defenderse.

Malo-malo-malo-muy-malo - Zoo está casi histérico - El-clan-culpa-a-nosotros

No digas tonterías - le recrimina Cassandra, no demasiado segura.

Por su parte Bianca no tiene dificultad en seguir la línea de pensamiento del lupus: los espíritus vieron cómo Dientes-Serrados ofendía a Bianca y su manada lo amenazó. Después salieron al bosque donde no hay testigos fiables, ni siquiera espirituales y poco después Dientes-Serrados es asesinado.Aún en el poco probable caso de que no los consideren los asesinos de Dientes-Serrados como poco serán los causantes de su muerte...

Para terminar de arreglar las cosas Bianca descubre que Dientes-Serrados sostiene una tarjeta de transporte del metro de Nueva York en una mano...

Aquello si que no se lo esperaba... Bianca cambió a su forma hominida rápidamente para poder arrodillarse ante el cadaver del garou de pelaje negro. Le cerró los ojos con cuidado mientras acariciaba su cabeza con pesar. No lo conocía de nada y había propiciado su muerte. Ahora se debatía entre devolverlo a los suyos o huir como cobardes, pero ¿que otra opción tenían?

Tenía ganas de llorar, de aullar de rabia, de golpear todo lo que se encontraba a su paso. Había metido a su manada en un lio y un garou había muerto sin poder defenderse siquiera.

- Lo siento. Debí pensar antes de actuar cegada por el orgullo. - cogió la tarjeta de transporte y la insepccionó confusa. ¿Se la habría quitado a su enemigo? No recordaba haberlo visto con aquella tarjeta. Además, ¿para que quería un Garou de Canadá usar el metro de Nueva York?

Tonterías - dice Cassandra - Nosotros no lo matamos ni le incitamos a insultarte. Lo que ha ocurrido es solamente culpa suya y mala suerte.

Clan-del-Prado-no-ver-igual - se queja Zoo

¿Quieres callarte? - le replica ella, nerviosa

Pero-también-creo-Bianca-nuestra-alfa-Dientes-Serrados-insulta-sin-razón - añade el lupus

Ya que sacas el tema ¿Cómo sabías que Bianca es homínida? - mira de reojo a Bianca para luego volver a seguir vigilando los alrededores - No te ofendas pero yo también pensaba que eres metis. Sólo que decidí que no me importaba.

Huelo-muchas-cosas - replica Zoo

¡Venga ya! Eso es imposible

Zoo pone una expresión que Bianca ha empezado a identificar como que el lupus le está tomando el pelo. Ha habido otros lupus antes que la han confundido con una metis tras haberla olfateado. O Zoo tiene un olfato extraordinario o sacó la información de otro sitio. Cassandra suelta un gruñido exasperado.

Que te den

La tarjeta pertenece a un chico llamado Terry Gallagher, un cachorro de los Moradores del Cristal que fue enviado al Clan del Prado el año pasado para su Rito de Iniciación. Terry era un Ahroun al que le gustaba ir por libre, algo frecuente entre los Moradores del Cristal, así que eligió pasar su Rito de Iniciación solo. Por desgracia las pruebas del Clan del Prado fueron demasiado duras y Terry murió durante el Rito. O al menos eso es lo que dijeron, ya que nunca se recuperó el cuerpo...

Aunque agradecia que Cassandra la hubiese aceptado a pesar de pensar aquello estaba enfadandose

- Un poco de respeto! - No creía que fuera el momento, con el cadaver de Dientes-serrados delante. Clavó los ojos en zoo en una muda pregunta. No pensaba convencerlo para que se lo dijera, pero esperaba que saliera de él. Leyó la tarjeta lentamente, con un mohín de su labios, pensativa y dandole tiempo al lupus por si quería añadir algo.

- ¿Habeis oido hablar de Terry Gallagher? Era un morador de cristal que supuestamente desapareció en su rito de iniciación... - se incorporó mientras miraba alrededor. - Vamos a preguntar por aquí a ver si tenemos suerte y nos pueden dar alguna pista más - sacó de su mochila su móvil y activó la app que convertía la pantalla en un espejo y se preparó para entrar en la Umbra

Zoo mira a Bianca con la cabeza ladeada. Sabe que su alfa quiere algo de él pero no entiende el qué.

Era un imbécil - espeta Cassandra ante la pregunta de Bianca - Un cachas de gimnasio que no tenía sangre en el cerebro porque se le iba toda a los músculos. Cada vez que nos veíamos me decía que mi tribu sólo sirve para quemar incienso y recitar mantras hasta que decidí plantarle cara y cortarle el rollo. No fue agradable... para él. Lo último que supe de él fue que el muy pretencioso iba a hacer su Rito de Iniciación solo. Intentaron convencerle de que se uniera a una manada pero no quiso escuchar. Por lo visto no era tan duro como se creía ¿Por qué lo preguntas?...

Bianca detuvo su avance al escuchar a Cassandra - Dientes-serrados tenia en su mano un ticket de metro a nombre de ese capullo - si ella decía que era un gilipollas no le hacía falta más. Se quedó un segundo pensativa mirando el cuerpo del garou muerto.

- Quedaros con él - lo señaló con la cabeza antes de proseguir - Voy a la Umbra. Si hubiera algún peligro lo cogeis y os largais de aquí cagando leches. A no ser que creais mejor ir los cuatro... - dejó la sugerencia en el aire. No le gustaba el ordeno y mando.

Cruzó el velo tras escuchar la respuesta de su manada

Bianca cruza la delgada Celosía con mucho menos esfuerzo de lo que le cuesta habitualmente en la ciudad. Ahora se encuentra en la Penumbra, la zona más próxima de la Umbra al mundo físico. Si ya ahí el bosque era una visión impresionante aquí es sencillamente espectacular: los árboles son mucho más gruesos y están repletos de vida. Pequeños espíritus de animales y otros imposibles de identificar sin una vida de estudio se mueven de un lado para otro enfrascados en sus tareas. La Luna Llena brilla aquí con luz propia bañando a Bianca en una fría luz plateada que le permite ver con la misma claridad que si fuera de día.

Pronto resulta obvio que algo ha perturbado la paz de tan impresionante lugar: muchos de los espíritus animales que pasan junto a Bianca están huyendo de algo. Cuando la chica se da la vuelta se encuentra con el reflejo umbral del sitio donde Dientes-Serrados fue asesinado. Aquí hay un enorme espacio de negrura atravesado por unas amplias huellas de neumático que parecen haber sido grabadas a fuego en el fértil suelo. Flotando sobre esta mancha negra hay un extraño espíritu que lanza agudos chirridos. Se trata de un Scrag, un tipo de Perdición asociado a la violencia y a la muerte sin sentido. Se trata de espíritus muy estúpidos, violentos y peligrosos cuando se les encuentra en gran número. La criatura se gira hacia Bianca y tras lanzar un alarido mezcla de grito humano y chirrido de frenos se lanza de cabeza contra ella...

Se sorprendió de la facilidad con la que traspasó la Celosía. Maravillada ante la cantidad de espiritus distintos que había allí comenzó a moverse. No se veía atisbo del tipo de seres que moraba en Nueva York. Sus sentidos se pusieron alerta al ver el comportamiento de muchos espiritus animales.

En cuanto sus ojos se posaron en aquello cambio a su forma Crinos. Estaba solo así que a pesar de ser el primer siervo del Wyrm al que se enfrentaba pensó que podría con él, aunque estuviera sola. Embistió contra él intentando clavarle las garras en la zona baja, o lo que parecía la zona abdominal, más blanda y carnosa.

El zarpazo de Bianca desequilibra a la Perdición, que al intentar golpearla con su afilada cola sólo consigue girar y quedar de espaldas a la Garou

El furioso ataque de Bianca termina por deshacer la esencia espiritual del Scrag, que se convierte en un charco de líquido maloliente. En pocos segundos sólo queda un mal recuerdo...

La inmensa mole nivea y peluda de Bianca observaba la asquerosa mancha jadeando. No por el esfuerzo, sino por la rabia que había empleado para acabar con aquella perdición. Pronto esa rabia fue transformandose en una placentera sensación de triunfo. Había acabado con su primer enemigo.

Dejó que su aparencia volviera a ser la de siempre - Necesito vuestra ayuda, habitantes de la Umbra. Habreis visto al ser que contaminaba vuestra morada. Alguien le hizo aparecer. Alguien que sirve al Wyrm. Tengo que localizarlo, pero necesito saber si estaba solo y qué aspecto tenía - iba girando despacio a medida que hablaba, en busca de alguien que estuviese prestando atención a sus palabras

- ¿Podríais ayudarme? -

Los espíritus se asoman tímidamente mirando a Bianca con curiosidad. Por su actitud sabe que algunos de ellos están hablándole, pero ella todavía no ha desarrollado la capacidad para comprenderlos.

Yo sí puedo - dice una voz infantil. De la espesura sale un espíritu que tiene la forma de una niña pequeña con un sencillo vestido verde y un tocado de hojas doradas en la cabeza - Dientes-serrados era el Guardián del Túmulo del Prado. Su muerte facilita el trabajo de quienes desean destruirlo. Se estaba acercando demasiado a ellos y por eso uno de ellos le asesinó. Su muerte no es culpa vuestra, pero ahora tendréis que seguir donde él lo dejó.

Larissa advirtió a Bianca en varias ocasiones que siempre que un espíritu ayuda a alguien siempre espera recibir algo a cambio. Pobre del Garou que no respete esta ancestral tradición...

Bianca había pensado que la muerte de Dientes-serrados era solo una muerte sin sentido a manos del Wyrm, no que estuvieran pensando en destruir un túmulo, por lo que aquella idea transformó, en un gesto de horror, el níveo rostro de la muchacha.

Se arrodilló delante de la niña para poder estar a su altura mientras apoyaba ambas manos sobre sus muslos -¿Pero cómo?- era más bien una pregunta de impotencia, no porque creyera que ella pudiera ayudarla. Sentía el corazón encogido y algo de miedo, pues el ser hablaba en plural y no solo de Terry
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Dejó escapar un suspiro pesarso antes de erguir la espalda en la misma postura en la que estaba -Desearía ofrecerte algo como agradecimiento a tu ayuda. ¿Que os gustaría, gran espíritu del bosque? -

La niña se cruza de brazos sonriendo con diversión - Dientes-Serrados nunca me mostró tanto respeto, pero cometió el mismo error que estás cometiendo tú: quiso encargarse del problema él sólo y llevarse toda la gloria ¿Crees que habría muerto de estar su manada respaldándole? Tienes dos hermanos que confían en ti y en los que tú también debes confiar, pues tu vida estará inevitablemente en sus manos en algún momento al igual que las suyas dependerán de ti. Ve a buscarlos y háblales del pacto que quieres hacer conmigo. Después ven a verme. Estaré esperándote...

Bianca enrojeció violentamente. Ella no había dicho en ningún momento que fuera a hacerlo sola. Tampoco que quisiera la gloria. Solo quería justicia para el pobre Dientes-serrados y limpiar su conciencia y la de sus compañeros. Cogió aire despacio para intentar calmar su enfado. No podía dejarse llevar por la ira delante de un espíritu. Si lo cabreaba sería peor el remedio.

- Yo confío plenamente en mi manada. Pensé que ya me habías dado la información y solo quería mostrar mi gratitud - soltó ese mismo aire sintiendo que se iba calmando - Volveré - cruzó al otro lado por el mismo sitio donde lo había hecho con anterioridad.