Partida Rol por web

Natalie levanta las manos intentando parecer inofensiva aún con la tubería en las manos.

—¿Qué eres?—pregunta con curiosidad— ¿Un rabioso con consciencia? —Mira alrededor en busca de una escalera, un sitio por donde saltar. Algo, lo que sea, por donde escapar si consiguieran distraerlo lo suficiente.

Bob pensó un poco antes de contestar. -Podría decirse. Ciertamente son seres muy curiosos. Una vez que entran con la mordida comienzan a trabajar en la cabeza. Con el tiempo se hacen lugar y sus voces empiezan a clamar reproducirse, hasta nublarte el juicio, como al barbudo que trágicamente atacó a su hija ahí dentro. Pero yo aprendí que si les das lo que quieren, ellos se calman y puedes manejarte con libertad. Al sólo precio de infectar una persona cada cierto tiempo, tu tranquilidad está asegurada. Ahora ustedes se deberán quedar aquí para ser fertilizados. -termina de explicar Bob. 

Lloyd lo mira con gran enojo pero se limita a cerrar los puños con fuerza. Detrás de Bob, a su derecha, hay una escalera de mano que según recuerdan da a la calle. 

Aprovechando que Bob esta distraido con Natalie, con cuidado y intentando no llamar la atencion deslizo la mano hacia mi pistola. Aprovechando el sengundo en el que Bob gira la cabeza, saco mi arma y le apunto.
- ¡Maldita sea Bob, deberia haberte pegado un tiro nada mas verte! ¡Sabia que no podia confiar en ti, deberia haberle echo caso a mi instinto! Pero eso lo voy a arreglar ahora. - Sin darle tiempo a reaccionar apunto y disparo. - ¡A LA MIERDA HIJO DE PUTA!

De perdidos al río, si había que abatir a Bob, Megan lo haría sin dudar antes de que hiciese daño a más gente. En cuanto observó que John sacaba el arma, Megan hizo lo propio lanzándose hacía lado y buscando el disparo a la cabeza. Sabía que su disparo había sido certero en cuanto apretó el gatillo, lo que no sabía era si le habrían pillado por sorpresa o le habrían dado tiempo a reaccionar.

- Natalie, cúbrete! - Logró decir mientras se aseguraba que ya estaban a salvo y miraba a su alrededor. John, ¿Está muerto?

Natalie abrió los ojos de par en par al ver a sus compañeros abatiendo a Bob. Eso había sido rápido. Asintió a las palabras de Megan y se puso en guardia. Miró alrededor en busca de alguna otra amenaza.

Todo ocurrió en instantes que parecieron durar una semana. 

El disparo de John impactó en Bob y le hizo levantar la mano en señal de defensa. La bala del contador ingresó por el brazo del hombre alto mientras que el disparo de la doctora le hizo soltar la ametralladora al impactar éste sobre el arma. El hombre alto dió un paso atrás aferrandose el brazo herido mientras que su arma caía al suelo. Con un grito de dolor se abalanzó sobre el arma con intención de vovler a tomarla. 

Mientras tanto, en las espaldas de Nat se escuchó un fuerte rugido. Lloyd intentó bloquear la puerta pero un fuerte golpe lo voló hacia atrás. Parado en el borde de la puerta se encontraba Jesse, el gigantón. En su boca se podía ver restos de sangre que indicaban que ya no estaba pudiendo contener las voces en su cabeza. Había milésimas de segundo antes de que decidiera empezar con alguno de los presentes.

La situación apremiaba y era cuestión de tiempo que después de que Jessé ingresara rompiendo la puerta, otros tantos transformados pudiesen hacerlo después. Definitivamente la comisaría de policía había caído, y entre todos ellos también su hermanita, que por lo que más quisiera en el mundo, esperaba no verla cruzar esa puerta.

Megan no dudó en sus acciones, había que acabar con Bob a cualquier precio, por lo que sabiendo que aún quedaban balas en el cargador, volvió a dispararle múltiples veces en el momento que lo vio lanzarse al suelo a por la metralleta. La joven doctora tuvo un pensamiento que cruzó raudo por todas sus neuronas, ese engendro no volvería a levantarse del suelo jamás. Y disparó una y otra vez hasta ver sus sesos desparramarse por el frío suelo de la azotea, incluso después de muerto. Jamás debió confiar en él, y le haría pagar por lo que había hecho. 

- TE ODIO! TE ODIO! MUÉRETE! MUÉRETE CABRÓN! - Gritó Megan disparando las balas del cargador, mientras las lágrimas inundaban los ojos y descendían por las mejillas. Cualquiera que la viese podría pensar que era hermosa como un ángel, frágil como una muñeca de porcelana, letal y oscura como la muerte. HIJO DE PUTA! - Volvió a gritar una última vez, para terminar aplastando con los pies los sesos. Una escena dantesca, un hermoso cuadro de estilo surrealista se dibujaba en el techo de aquel complejo...

Al escuchar la puerta abrirse, Natalie se gira de repente y alza de nuevo su tubería. Era Jesse. O lo que quedaba de él.

—John, Megan. Ocupaos de Bob. Lloyd, necesitaré ayuda. —Natalie se acerca despacio hacia el rabioso, mientras a sus espaldas escucha el tiroteo que inicia Megan. Alza la tubería y permanece alerta a las acciones del rabioso. Al verlo dubitativo, se acerca a él y le intenta golpear en la cabeza.

El hombre alto esquivó el primer disparo de un salto y llegó sobre la ametralladora en el mismo momento en que un segundo disparo le surcó la cabeza. Con temblores, éste se desplomó sobre el arma y quedó tendido en el suelo con leves temblores. Era cuestión de tiempo antes de que muriera por completo. 

Por otro lado, Jesse se avalanzó sobre Natalie antes de que Lloyd pudiera incorporarse. Al caer, Nat pudo sentir un dolor agudo en el brazo izquierdo. Con su enorme mano, empujó a la forense al suelo con intención de morderla. Detrás de él, algunas sombras parecían comenzar a moverse. 

Ibamos de mal en peor, al ver a Bob parecia que todos nos habiamos olvidado de lo que realmente estaba pasando en la comisaria hasta que aparecio Jesse que nos devolvio a la realidad de golpe, sobretodo a Natalie. Con Bob en el suelo esperando la muerte ya solo quedaba salir de ahi, pero no pasaria con el gigante enmedio. - Megan, ayuda a Natalie. Voy a por el arma de Bob.- Sin esperar una respuesta me dirijo hacia Bob con mi arma en la mano. Delante de el, pongo el cañon de mi arma en su cabeza y disparo. "Ya no nos molestaras mas."
Con un poco de esfuerzo cojo el metralleta de debajo de cuerpo de bob y se la lanzo a Megan.- ¡Usa esto!-

Ver cómo John acababa definitivamente con la vida de Bob fue la mayor satisfacción que pudo tener la doctora. En cierta medida, sentía que se había hecho un poco de justicia, pero al mirar en dirección a Lloyd y Natalie, supo de inmediato que sus vidas dependía enteramente de ella, por lo que al coger al vuelo la metralleta que le lanzó John, no dudó en descargar una lluvia de balas a la mole que pretendía incarle el diente a su preciada amiga.

- Natalie, empújale con las piernas. ¡No permitas que te muerda! - Gritó al tiempo que disparaba sin cuartel, buscando apuntar a la cabeza de Jessé con la semiautomática. Debemos salir de aquí. ¡Ya!

La ráfaga de balas dirigia al gigante hace un efecto pequeño pero efectivo. La mayoría de las balas lo roza apenas, pero dos de ellas se alojan en su hombro, haciéndolo gritar de dolor. Quizás por reflejo, Jesse levanta el brazo y deja un lugar libre para liberar a Nat. Megan se apresta a intentar levantarla jalando de su ropa, pero desafortunadamente su mano resbala y cae cómicamente al suelo hacia atrás. Por la puerta de la terraza abierta ingresa una mujer rabiosa caminando aletargadamente. Lloyd, ya repuesto del impacto anterior, le propina un golpe con la intención de derribarla, pero sólo la empuja a un costado. 

-Super carajo...-murmura el calvo cansado. 

Todo pasa demasiado rápido, Nat está en el suelo y por un momento todo se relantiza. El sonido de la metradallora la despierta enseguida. No es momento para que el shock la domine. Se levanta a tientas, aprovechando el despiste del gigante e intenta apartarse lo más que puede de él.

—No perdamos el tiempo, no podremos contra todos. ¡A las escaleras! —grita al mismo tiempo que tiende la mano a Megan para ayudarle a levantarse y le sonríe, de nuevo agradecida.

John es el más cercano a la escalera de mano. Cuando llega a esta, puede ver que es una escalera de metal angosta que da a la calle. Debido a la vejez de la estructura, no sería prudente bajar todos a la vez...

Despues de que las doctoras se levantaran la una a la otra, ya era hora de irse de alli. - No creo que esta escalera vaya a aguantar mucho peso, Natalie ve tu primera y comprueba como esta la calle. Nosotros intentaremos detenerlos. ¡Corre! - Y seguido me puse a dispararle a Jesse con gran acierto. - Megan, ve acercandote y larguemonos de aqui.-

Natalie asiente a las palabras de John y aprieta el brazo que aún aguanta de Megan.

—¡Nos vemos abajo!

Natalie corre hacia la salida y, sin soltar su tubería, baja las escaleras. Al llegar a bajo, pone especial atención en busca de alguna amenaza.

Megan se incorporó de su absurda caída y le pareció perfecto que Nat empezase a descender por la escalerilla de incendios mientras ellos contenían a la horda de zombies que no tardaría en llegar. De inicio había que acabar con Jessé al igual que habían hecho con Bob, y con suerte Lloyd lograría empujar a la gorda escaleras abajo, cerrar y aguantar la puerta mientras iban escapando del lugar.

- ¡Lloyd, vuelve a empujar a esa gorda escaleras abajo y trata de mantener la puerta cerrada! ¡Nosotros nos encargamos de Jessé! ¡Hay que salir de aquí de inmediato! - Gritó la doctora mientras retrocedía hacia las escaleras de incendio y volvía a enviarle una nueva ráfaga de balas desde la metralleta. ¡Muérete ya, mastodonte infecto! 

Jesse se incorpora y corre hacia ustedes cuando la ráfaga de Megan le impacta directamente. Uno de los disparos impacta en el ojo del gigante quien cae frente a Megan y extiende los brazos casi sin fuerzas. Detrás de éste, Lloyd intenta forcejear con la rabiosa en la puerta pero esta lo sobrepasa y lo hace caer hacia atrás, lo cual mantiene la puerta abierta y un rabioso más entra en escena. 

La escalera es angosta pero permite que Nat llegue al suelo sin problema. En la calle, puede ver unos 3 rabiosos en las cercanías. Uno de ellos se encuentra a la izquierda y los otros dos a la derecha. 

Natalie llega abajo. Se lleva la mano los labios y les indica a los demás con gestos: 2 a la derecha, 1 a la izquierda. Agarra la tubería y se mantiene alerta a la amenaza, esperando no haber sido escuchada y que sus compañeros bajen pronto. ¿Por qué demonios no se había buscado un arma mejor?