Partida Rol por web

Al llegar a la parte de atrás, habiendo logrado despistar momentáneamente a los rabiosos, Megan se encontró con algo fuero de lo habitual. Comúnmente la reja trasera solía estar abierta, lo que solía estar cerrado era el portal posterior, aunque también era cierto que probablemente Fred, el conserje, hubiese cerrado dada la situación.

Al apremiar el tiempo, la joven doctora se puso a buscar sus llaves en su pequeños bolso, dentro de su mochila, a la vez que llamó por el interfono para ver si Fred o Lucas, el jardinero, estaban en la garita de seguridad.

- ¿Fred, Lucas? ¿Hay alguien ahí? Soy Megan. Trató de hablar aunque en principio no se escuchaba nada. 

Cuando al fin encontró las llaves no tardó en hacer girar la cerradura, pero la escoba atrancada impedía el acceso, por lo que no tardó en decirle a John.

- La reja ya está abierta, solo deberíamos remover la escoba que la mantiene atrancada. ¿Por qué diantres no contesta nadie? El edificio es bastante grande y seguro, debería haber resistido hasta ahora. Comentó con ciertas dudas. ¿Quizà debieran partir la escoba a la fuerza? ¿Aguardar un poco más a una respuesta?

A Natalie aquello le olía muy mal. Mientras sus compañeros traqueteaban con la puerta, se giró para mantenerse alerta por si algún rabioso les seguía o se dirigía hacia ellos. Demasiada tranquilidad le ponía los pelos de punta.

—¿En qué piso decías que está tu apartamento? —susurró a Megan, esperando que no tuvieran que adentrarse demasiado en aquel edificio.

Por suerte pudimos llegar al edificio sin ningun percance. Al llegar vimos que la puerta de la valla estava bloqueada y aunque Megan abrio la cerradura con sus llaves, la escoba que la atrancava impedia que pudieramos abrirla.
- No se yo... Mira lo que nos paso a nosotros y eso que ibamos con cuidado. Un sitio tan grande... solo que una de las personas entrara con una mordida y se transformara, seria una trampa mortal para todos.-
Mientras Natalie vigilava decidi que lo mejor seria escalar la verja y quitar la escova para que el resto pudiera entrar.
- Voy a saltar y a quitar la escoba para poder pasar.-
Por alguna razon la valla estaba resvaladiza y no fui capaz de subir mas que unos metros antes de caer de ella.
-¿Alguna otra idea?

La reja estaba suponiendo un serio problema pese a que ya la habían logrado abrir con sus llaves. Al ver que el intento de saltar de John no estaba surgiendo efecto, Megan trató por su parte de apañarse con su ingenio. Solía ser una manitas y muy hábil, por lo que usando el fino bisturí, trató de hacerlo pasar por la fina ranura y levantar la escoba para que cayese, y abrir asi la reja, pero todos los intentos resultaban infructuosos y temió terminar perdiendo su invaluable utensilio en una de aquellas.

- Imposible. Que mal, no está siendo nada fácil lograr hacer que caiga la dichosa escoba, y saltar la reja ni siquiera lo contemplo, siempre fui la empollona e clase, no la atlética... - admitió con certeza. ¿En serio ninguno de mis vecinos está en el edificio? Cuesta creerlo. Comentó llamando a sus vecinos inmediatos de su misma planta, la primera. Vivo en el primer piso, en el 1C. Los del 1A son una pareja de ancianos que son un amor, y en el 1B vive un militar y su mujer, una funcionaria que trabaja en el ayuntamiento. 

- ¿Qué hacemos? ¿Intentamos ir rodeando el edificio para ver si hay alguna opción de entrar por la entrada principal? De alguna forma deberíamos entrar, en casa tengo agua, alimentos en conserva, las llaves del coche, e incluso una pistola. Vale la pena lograrlo, creedme. - No se escuchaba nada en absoluto, demasiado silencio para su gusto, pero mejor eso que no estar corriendo huyendo de rabiosos.

A cierta distancia, Natalie puede ver al joven rabioso que encontraron previamente mirándolos desde la distancia. Su comportamiento parecía casi más el de un animal que el de un rabioso. Dentro del edificio, pudieron ver a un muchacho de cabello rubio caminando por el patio rumbo a un edificio dentro. En un momento, el joven los ve y se acerca a ellos al trote pero antes de llegar, saca un handy de su cinturón y manda un mensaje que no logran escuchar. Finalmente se dirige a ellos con cautela. -Hola...-inicia diciendo. -¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen aquí? 

Al verlo más de cerca ven que el muchacho lleva un rifle en la espalda. 

Natalie no se anda con tonterías, intentando no perder al rabioso de vista, se inclina hacia la reja y saluda al muchacho.

—Natalie, Megan y John —les presenta, con gestos bruscos—. Mi amiga vivía aquí antes y veníamos a buscar provisiones antes de emprender un viaje. Somos dos doctoras, podemos seros de ayuda si necesitáis atención médica. Podemos intercambiar nuestros servicios por algo de provisiones y una noche de descanso. No hemos recibido ningún mordisco, pero obviamente podréis aseguraros vosotros mismos de que es así.

-Lo lamento -dice el muchacho rubio con expresión incómoda -pero no puedo abrirles. No puedo dar fe de sus buenas intenciones.

-Pero yo sí -termina una voz que surge de detrás del muchacho. Caminando entre la oscuridsd, con un cierto rengueo y una sonrisa amistosa aparece Gustav. Dejalos entrar, Phil. Son amigos míos. 

-Seguro, Gus. -respondw satisfecho el joven rubio. CCon prisa, destraba la reja y la abre para que pasen. 

Megan estaba a punto de perder la paciencia y cantarle las cuarenta a aquel muchacho. ¿Quién se creía que era impidiéndoles entrar a su domicilio? En aquel edificio estaba su casa y no iba a consentir que no le permitiesen entrar, más estando en peligro de ser descubiertos por más rabiosos.

Justo cuando iba a empezar a recriminarle, apareció Gustavo por detrás y les permitió la entrada. Volver a verle eran buenas noticias sin lugar a dudas, por lo que ignorando al mocoso, se dirigió a su compañero.

- Me alegra ver que estás bien, Gustav. No sé si lo sabías, pero yo vivo aquí mismo. - comenté levantando las llaves de mi apartamento. Espero que no me hayáis forzado la puerta, si no tendrás que vértelas conmigo. ¿Queda claro? Claramente Megan estaba bromeando, aunque esperaba que no le hubiesen saqueado la casa. El bloque era enorme, y estaba convencida que algunos de sus vecinos estarían con el grupo demGustav y el muchacho. ¿A quién reconocería?

Fue una sorpresa volver a ver a Gustav. - Me alegro de verte con vida Gustav, cuando no aparecisteis, nos temimos lo peor, estuvimos esperando y queriamos salir a buscaros, pero las cosas se torcieron. Ya veo que no acavasteis muy lejos.

-No te preoxupes- responde Gustav con una sonrisa. -En realidad hay una torre a la cual no hemos podido acceder. 

DIjo señalando la torre de departamentos donde vive Megan. Mientras caminan, Phillip cierra la reja y Gustav cuenta. 

-Cuando el auto en el que estaba se desvió, ese muchacho Nick perdió el control por el exceso de rabiosos y chocó contra un poste. Antes de que pudiéramos salir los rabiosos nos rodearon. Nick y Jack fueron víctimas casi inmediatamente. Yo tuve la suerte de poder salir por el parabrisas y trepar al mismo poste. Viendo que los rabiosos no parecían tener intenciones de alejarse, tuve que saltar por encima de ellos. Así fue que...-dice señalandose la pierna con la que cojea. -Pero estoy vivo y eso es lo que importa. Luego llegué aquí y esta gente me dejó entrar. 

Llegaron a la recepción de una de las torres en la que había unas 4 personas más. La única persona que Megan reconoció era una anciana mujer que vivía en el mismo edificio que ella. 

-La mayoría de los de aquí llegaron ddespués de aue empezaran los problemas. La mayoría los departamentos han sido saqueados excepto por ese que señalé antes. La puerta principal está llena de rabiosos.  Necesitamos encontrar una manera de entrar allí. Nos asegurariamos de tener sustento y refugio por un buen tiempo. 

¿Qué pasó en la comisaría? -pregunta finalmente Gustav

—Sin pretenderlo, metimos al enemigo en casa —contestó Natalie. La relató a su compañero todo lo que había pasado hacia apenas unas horas y como su refugio se había convertido en un verdadero infierno—. Hemos seguido investigando sobre esta enfermedad, es vital atender cuanto antes a cualquier persona que haya sido herida por uno de ellos. —Natalie temía volverse a enfrentar al mismo error—. Si alguien de esta zona ha sido herida necesita rápidamente de nuestra atención para evitar transformarse. Solo así estaréis seguros. —La doctora hizo una pausa para contemplar todo a su alrededor—. ¿Con qué planes contáis para pasar al otro lado?

-Ese es el probelma principal. Necesitaríamos hacer algo de trabajo de equipo -contesta Phillip. 

-Habría que buscar alguna manera de sacarlos y evitar que se dispersen por el complejo. Además, deberiamos evitar que llos de afuera entren. ¿alguien tiene alguna idea?

Megan escuchó con atención la explicación que les fue dando Gustav, mientras todos ellos accedían al complejo donde encontraron a un pequeño grupo más. Ninguno de los rostros le sonaba, hasta que reconoció a la vieja Marie del bloque2, la1ue siempre había ostentado una panadería dos calles más abajo.

- Me alegra verla, doña Marie. ¿Qué tal está de su espalda? - Le preguntó con amabilidad, preocupándose por la señora mayor como solía hacer cuando le compraba el pan y algo de bollería. Supongo que toda esta situación le parecerá una locura...y no es para menos...

Hechas las presentaciones, Megan escuchó la propuesta de sacar a los posibles rabiosos que estuviesen cerca de su bloque, y lo único que se le ocurrió fue un plan un tanto descabellado que tampoco sabía si sería efectivo, aunque al menos se podría intentar.

- Por lo que me decís, da la sensación de que todo esté bloque ya ha sido saqueado y quedan pocas provisiones, lo que la idea es salir de aquí e ir a ocupar el otro bloque. - Empezó a informarser, para ver si lo había entendido bien. Se que hay unos altavoces potentes en una de las viviendas del tercer piso de este edificio, de la que nos quejamos a la comunidad de vecinos hace ya unos meses. ¿Y si los hacemos sonar para que se acerquen hasta aquí y distraerlos, mientras vamos por detrás de los setos que rodean la piscina sin que nos vean, y nos colamos en el nuevo bloque?

- Básicamente sería una maniobra en forma de triángulo, tres puntos a tener en cuanta...

Punto A : El bloque 1, donde queremos acceder y en el que ahora mismo hay rabiosos cerca de la puerta.

Punto B : El bloque 2, donde estamos nosotros ahora mismo y al que atraeremos a los rabiosos.

Punto C : La zona de la piscina comunitaria y la caseta de mantenimiento.

En cuanto pongamos la música en los altavoces, los rabiosos irán de A a B, momento en que nosotros iremos de A a C. Y una vez B esté despejado, nos será mucho más fácil acceder y acabar con los pocos rabiosos que puedan quedar en el interior. ¿Qué os parece la idea?

Elplan de Megan parecia y seria complicado, paro tampoco es que tubieramos muchas mas ideas. - Sera dificil, per puede hacerse supongo. Pero, el que vaya a encender los altavoces debera salir rapido para no quedarse atrapado. Despues de pensarlo y al volver a sentirme seguro, el agotamiento empezo a pasar factura. - ¿Tenemos algo de tiempo para descansar antes? Llevamos michas horas sin descansar ni dormir bien.

-Por supuesto, no hay una amenaza apremiante.-respondió Phillip. -Pueden recostarse en los sillones del hall si gustan. Cuando estén listos, convendría que empecemos manos a la obra. Me agrada el plan de la doctora. Si sale bien, tendríamos un lugar para estar a salvo sin riesgo de invasiones de rabiosos ni de gente. 

Tampoco convenía precipitarse y poder descansar en los sofás del hall parecía una opción bastante necesaria. Asintió a las palabras de Philip y tranquilizó a Jon, quién como era comprensible al ser el más prudente de ellos, tenía sus dudas sobre el plan.

- Confíad en mí, chichos. Sólo puedo deciros que me conozco esta urbanización perfectamente, y estoy convencida que los rabiosos serán atraídos por los altavoces, despejándonos una buena ruta hasta mi bloque. Quién se encargue de poner los altavoces, no tiene por qué volver a salir por la puerta principal de este bloque, quedando acorralado. Lo suyo sería descender por las escaleras de incendios de la parte posterior o en caso crítico, descender con una cuerda por uno de los laterales, desde un balcón. - Quizá Gustav o Philip eran las mejores opciones, pero tampoco quería condicionar a nadie a hacer algo tan riesgoso. Ella necesitaba guiar al grupo por si las cosas se torcían, por lo que no era conveniente que fuese ella quien se encargará de aquello.

- ¿Tenemos walkie talkie? No estaría mal mantener comunicación en todo momento del avance. Estoy convencida que el chaval que trabajaba en electrónica del tercer piso debe de tener algunos. Y puede que encontremos alguna otra cosa de utilidad. ¿Quizá vehículos a radiocontrol o un dron? Nos vendría de perlas, la verdad...

Tampoco quería erguirse de líder, pero creía que sus ideas y aportaciones podían ser buenas, y nadie podía discutir que jugaba en casa, nunca mejor dicho.

- ¿Todo bien? Estáis bastante pensativos...

-Temo que no, doctora. -responde Gustav. -Cuando pudieron llegar a este lugar, ya habían saqueado la mayor parte de todo lo útil o de valor. La señora Marie logró esconderse mientras los saqueadores se entretuvieron en otros pisos pero me confirmó que se llevaron prácticamente todo lo que no estuviera atado al piso. Afortunadamente, no creo que se llevaran grandes equipos de sonido, por lo cual los podríamos usar. 

-Yo prefiero ayudar a guiar al grupo. Además, puedo usar mi rifle para cubrir a los que corren -comentó Phillip. 

-Yo puedo encargarme de los altavoces si nadie más se quiere ofrecer. Sugeríría actuar pronto, para aprovechar la oscuridad -agrega Gustav. 

Natalie asintió a las palabras de sus compañeros.

—Estoy contigo, Megan. —Estaba agotada, pero ese último esfuerzo podría facilitarles un lugar seguro y, más importante aún, un vehículo con el que poder moverse más libremente.