Partida Rol por web

 Eleanor oyó el grito mientras se disponía a regresar en busca de los demás, y se precipitó en dirección al comedor. 

- ¿Qué está pasando aquí? Oh, Jane, ¿qué es ese humo, por Dios? -preguntó, alterada- ¡Seguro que esto es una broma de Arthur!

La última frase sonó poco convencida. Ni siquiera Arthur tenía ese tipo de ocurrencias, aunque a saber... Lo cierto era que Eleanor empezaba a tener miedo. La casa en la que había vivido tanto tiempo de pronto le parecía una desconocida. Y lo único que faltaba era que el fantasma resultara ser real e hiciera de las suyas en su propia morada. Primero Arthur y ahora esto... Tras vacilar unos segundos, Eleanor decidió comportarse como anfitriona y se acercó a examinar la chimenea tapándose la boca y la nariz con un pañuelo, sintiéndose responsable por el resto de invitados. ¿Qué demonios podía haber caído para provocar semejante humareda de tan extraño color? 

- Caballeros, por favor, ¿les importaría asistirme en la tarea de detener esta cosa? Lamento mucho lo ocurrido, no sé qué está pasando, pero me empiezo a preocupar... 

- Lo-lo siento, en serio... siento ha-haberles asustado de esta forma tan estúpida.- Jane parecía un poco nerviosa todavía. No le gustaba llamar la atención, era una persoan muy discreta, y ese incidente no la había gustado nada de nada.

- Creo caballeros que lo mejor que podemos hacer es encontrar a Lord Arthur. Probablemente esto sea alguna broma, aunque si no le encontramos no podremos preguntárselo - reflexionó en voz alta - dividámonos, acabaremos antes.

Hilda Anne le puso una mano en el hombro a lady Eleanor en signo de apoyo e ignorando el humo azul y las fantasmales suposiciones, se encaminó a los exteriores.

Alexander se acercó a la cocinera y le cogió las manos entre las suyas, dulcemente.

- No se ponga nerviosa, señorita- le dijo con suavidad- No ha pasado nada. Ha sido sólo un suceso... extraño.

En ese momento entró William, nervioso, en dirección a Lady Adler.

- Lady Adler, toda la casa está registrada, la única opción es que haya salido al exterior - dudó unos segundos - además ha ocurrido algo extraño en...

Cogió cortesmente a Lady Adler de la mano y la apartó un poco del resto.

- ...en el lago pequeño han aparecido... bueno lo mejor será que cuando aparezca Lord Arthur le informe de una cosa. Mientras tanto esté tranquila, le encontraremos.

William le dió un cariñoso apretón de manos y se encaminó escaleras abajo. Se alejó murmurando frases inconexas donde la palabra "fantasma" era entendible.

- Sigo pensando que es el fantasma ¿ninguno recuerda la historia del fantasma? - preguntó en voz alta.

Miró a sus acompañantes indignado por su incredulidad.

- El fantasma hace cosas extrañas y deberiamos averiguar porqué, pero primero debemos encontrar a Lord Arthur.

Decide salir de la habitación sin dar explicaciones de su destino.

ismael nego tristemente con la cabeza al ver marcharse al señor winter.

-pobre hombre, las historias de fantasmas son divertidas, pero llegar a creer que existen realmente es lamentable-se giro tan bruscamente como se lo permitia su pierna- si toda la casa esta registrada, como dice william, entonces tendremos que buscarlo afuera...señor pevsner, creo que haremos esa excursion a la nieve despues de todo...

Ella está cerca de la puerta, ya que no ha entrado en la habitación y puede oír algunas palabras de lo que el mayordomo habla con la señora Adler. Sin duda ese asunto del lago parece preocupante y quizá debería irse a investigar... el asunto del humo azul también es algo raro y también debería investigarse aunque puede que se trate de una broma del sr. Adler y por tanto cuando aparezca podrá explicarlo.

Se decide por ir al lago... si no recuerda mal, al lago pequeño. Se aleja del comedor y se va hacia la salida de la casa para salir al exterior.

 Eleanor palideció, preocupada. ¿Qué más podía suceder? Se acercó una última vez a comprobar que nada extraño hubiera quedado en la chimenea que pudiera provocar otro altercado.

- Muchas gracias, William, yo... iré a ver... -dijo, distraída pero devolviéndole el apretón al mayordomo.  

Yo también voy con usted señora Adler-  se encamina hacia la puerta tras la anfitriona.

Al oir lo que dice el señor Winter, que camina un poco por delante de ellas, le pregunta - Pues yo no recuerdo que mencionasen ningún humo de color inusual en ninguna historia de fantasmas que conozca señor Winter, ¿por qué está tan seguro de que ambas cosas están relacionadas?,...disculpeme pues no quiero poner en duda sus conocimientos pero en el fondo, el humo en una chimenea no es nada extraño ¿no? tal vez haya sido algo que había dentro de la chimenea. Ay! en el fondo es que estas cosas me asustan mucho, ¿sabe? y verle a usted tan convencido no me ayuda a calmarme...

- Yo voy a buscar al señor de la casa por otro lado... las cocheras, por ejemplo- comentó Alexander.- ¿Alguien me haría el favor de ser mi acompañante?

No le hacía ninguna gracia tener que meterse en la nieve, con lo a gusto que se estaba en casa, así, calentito.

-deje que lo acompañe joven, las cocheras quedan cerca y un viaje mas extenso podria no hacerle bien a esta-golpeo levemente su pierna con el baston.

El comedor está vacio. Los invitados han decidido seguir buscando a Lord Arthur. Te intriga el hecho de que la estancia este vacia mientras un fuego de color azul crepita en la chimenea. Sólo una consternada jane se encuentra alli en esos momentos.

¿Habrá llegado tarde el señor Feisman? ¿donde se había metido el resto de la gente? Reginald observaba la estancia, preguntándose cuánto tiempo había estado en su paseo por la casa. Y también estaba intrigado por la situación, en la sala había un extraño humo saliendo de la chimenea y la pobre Jane, claramente alterada, se encontraba sola.

-Señora, ¿está usted bien? ¿Qué ha pasado aquí y a donde han ido todos?- se acerca a ella añadiendo- No deberían haberla dejado sola, ¿puedo hacer algo por usted?

También dirigió la mirada hacia la chimenea, por si podía descubrir qué podía causar ese humo azulón.

Jane seguía mirando la chimenea:

- No sé, yo he ido a encender... como siempre... y... ¡ay! no sé qué decirle. - Jane estaba bastante alterada- Los demás se han ido a buscar... a buscar al señor Adler..., pero no sé adónde se han marchado... fuera creo.

Se dejó caer en una butaca.

- No sé porqué ocurren estas cosas en la casa... santo cielo....

-Tranquilícese señora, averiguaremos qué pasa y encontraremos a Adler. Debe ser uno de sus juegos. Lo de la chimenea será un truco.

Feisman se acerca a la chimenea y busca algo que le llame la atención, ya sea un producto que se le haya echado o un aroma que destaque de los demás.

Al acercarte a la chimenea no encuentras nada sospechoso, salvo un polvillo que eres incapaz de identificar. Cuando postees de tu mano queda si contarselo a los demas o no.

Reginald tantea el polvillo, intentando identíficarlo. Pero es inútil, esa sustancia le es desconocida, aunque algo es casi segura, ésto es obra o truco de un vivo, ya que será una sustancia química... los fantasmas no necesitan de ciencia para hacer sus apariciones. Se guarda un poco de ese polvo en uno de sus bolsillos interiores.

¿Será una obra de mi buen amigo Adler para hacernos creer en fantasmas? ¿O es obra de alguien que quiere engañar a Arthur? Sea lo que sea, tendré que averiguarlo. Pensó Feisman.

-No se preocupe, señora, debe ser una extraña treta para cambiar el humo de color, los motivos los desconozco, pero descarto lo "sobrenatural". Así que tranquilícese- y pensando en que quizá realizar sus tareas la devolverían a la realidad, añadió- los que han salido tendrán un frío tremendo. No sería mala idea prepararles unas infusiones o un chocolate caliente, fuera hace mucho frío.

Después, Feisman se concentró en resolver este extraño asunto. Los otros encontrarían a Arthur tarde o temprano, él adelantaría trabajo con el misterio investigando en la biblioteca algo que pueda ayudarle a desentrañar lo del humo azulón.