Partida Rol por web

Diara detuvo el coche cerca de donde estaban un par de hombres armados, supuso que esos debían ser sus compañeros o unos locos cualquiera.. pero sería demasiada coincidencia. Se bajó del coche, dejandolo en marcha, no había tiempo que perder, y caminó hacia los tipos. Se la veía demasiado tranquila para encontrarse en la situación en la que estaba, incluso vestía tan bien como hacía siempre: su traje de chaqueta y falda con unos tacones altos, cualquiera diría que trabajaba como secretaria o en alguna oficina, pero no es exactamente ese su trabajo.
Se detuvo enfrente de los hombres.

- ¿Sois "amigos" de Pacheco?- dijo con ironía, con el semblante serio y sin quitarse las gafas de sol.

-¡Ey ven aqui, mamon, dame las llaves!- hizo ademan de echarse a correr tras el tipo, pero no, no tenía que perder el tiempo. Gruñó y giró sobre si mismo, cansado de todo eso. Una chica se paró ante ambos y dijo algo. Sean miró a Tronick y luego se acercó a ella, enseñándole la pistola.

-Yo no soy amigo de ese mierda. Pero mi pipa si, y quiere meterse en su culo y soltar una bala ¿lo pillas?.

Dijo, con la vena de la frente inchada, se notaba que estaba enfadado, y mucho. Tenía mala cara, como si estuviera colocado y algo le debilitara. Logicamente, tenía "veneno en la sangre".

- Ya somos dos..- dijo sonriendo de medio lado- mejor dicho.. tres. Soy vuestra nueva compañera y.. como podeis suponer,estoy tan jodida como vosotros. Tengo coche, y vosotros la PDA,¿verdad?.

Miraba a ambos hombres esperando sus respuestas, aunque tuviera esa apariencia tan tranquila y de ser tan fría, en el fondo estaba tan aterrorizada como ellos, pero no se podía permitir llegar a ese punto, para hacer las cosas bien hay que tener la mente bien despejada y dejar los sentimientos a un lado.

Tronick se mete en el coche lo mas rápido que puede.

- Buenos dias, señorita. Por favor, llevenos al jodido numero de la jodida dirección que indique el jodido PDA. Enchufe el jodido taximetro dandose jodida prisa... o estaremos jodidos.

Lo curioso de esto es que lo dice "aparentemente" sin alterar el tono de voz. Aunque esta atacado de los nervios no parece realmente consciente de que pueda diñarla.

Cada vez se preguntaba más a menudo si Tronick era un tio con dos cojones bien puestos o un loco, si realmente estaba furioso o solo estaba pirado. Respiró hondo, tranquilizandose, y asintió, se subió al coche y le tendió el PDA a la "taxista" como Tronick la llamaba. Empezó a sentirse mal, igual la falta de emociones fuertes le hacía morirse más deprisa, resultaba ironico.

Se subió al coche y miró con mala cara a Tronick por el retrovisor, no le gustaba el tono de voz de aquel hombre y como hablaba..parecía que se estaba burlando de ella. Se quitó las gafas y cogió la PDA para ver cual era el primer objetivo.

En el PDA aparece escrito lo siguiente:

Nombre: Vladimir Glushenko.
Concepto: Cabecilla de la mafia rusa.
Edad: 34 años.
Aspecto:

Suele vérsele en: Club Odessa, 42º de Parkington Lane (Berverly Hills), discoteca Future.
Tiempo máximo para liquidación: 6 horas.

El policía puso la radio, una musica fuerte, para no perder adrenalina. Miró el PDA y luego le dirigió una mirada a la chica y luego a Tronick.

-Mierda...vamos a convertirnos en unos asesinos.

Sacó la pipa del pantalón (la de hierro eh) y la amartilló, con un movimiento seco.

-Sugiero un despiste y al objetivo, dos de nosotros tiroteamos y otro despista, o acaba con el fulano. ¿Qué decís?

No tengas reparo, colega. Lei en una revista cientifica que cuando esos hijos de puta de Europa del Este tienen la cara cuadriculada, si de un ojo a otro la distancia es el mismo ancho que su nariz, se trata de proxenetas y pederastas.

Tronick mira alrededor como si se distajese con cualquier cosa...

No me preguntes porqué, pero sus sufridas madres los paren asi. Supongo que será una señal de fábrica, o algo parecido. Son movidas chungas de la naturaleza, y sus misterios asombrosos, como el de la puta droga que tengo corriendo por mis venas y que esta haciendo que me den ganas de volar la cabeza a esa vieja de ahi que esta paseando a su cerdito domestico... Asi que os aconsejo que salgamos pintando.

Tronick saca la cabeza por la ventanilla como si fuese un perro mirando a su alrededor.

Conducía en dirección a la discoteca que indicaba la PDA. Frunció el ceño molesta por el volumen de la música que había puesto su copiloto y le bajó un poco el volumen, sentía como si martillearan su cabeza. No apartaba la vista de la carretera.

- Opino que sería mejor que uno de nosotros le distrajera mientras los otros lo cogen y acaban con él, de todas formas.. para sujetarle tendríais que hacerlo vosotros, yo perfectamente puedo pegarle un tiro.
Miraba por el retrovisor a Tronick, era un tipo de lo más extraño..

- Creo que no me he presentado, soy Diara.

Diara miraba a Tronick por el retrovisor y lo que veia era al pirado moviendo la cabeza de un lado a otro, como si todo lo que hay a su alrededor le distrajese, sacando la cabeza por la ventanilla para meterla rapidamente. En algun instante hasta le veia mover el labio, y se preguntaba si estaba murmurando o hablando solo, o solo era una impresión.

- Yo me llamo Mickey Tronick. Trabajo como director del departamento de recursos humanos en una empresa de comestibles congelados, deshechando el personal invalido. Solo podemos contratar a los mejores, no aceptamos vagos ni desequilibrados... o esos pijos bastardos de Wall Street dejarian de invertir en nuestras acciones. Y por supuesto, no podemos permitir que manipule alimentos un sucio marica, por motivos de higiene... Pero no creo que os interese esto, es un coñazo. Si quereis le puedo distraer yo, a menos que mi timidez os suponga un handicap o tengais prejuicios raciales contra los blancos...

Acto seguido, pega la cabeza a la ventana del vehiculo mirando hacia el cielo. Acaba de pasar volando un pajaro y le llama la atención.

Seguía pensando en lo raro que era el tipo que iba detrás, no sabía si era a causa de la droga que estaba así.. o era su estado natural. Su otro compañero parecía más normal, un hombre normal y corriente, que por lo que dice no ha matado a nadie en su vida,se le ve buen tipo y desquiciado.. seguro que no tomado nada. No quitaba ojo de la carretera, de los semáforos y stops, pero también intentando ir lo más rápido posible, el tiempo iba descontando.

Sean parecía en su mundo, ausente, sudoroso, pensaba en su vida como poli, si era justo o no el estar a punto de morir, pero siempre llegaba a la misma conclución: la ley es la ley y ÉL es la ley. Miró a la chica y asintió.

-Supongo que solo tenemos que hacerle salir del agujero, y tu te lo cargas al salir de la madriguera, espero que tengas buena puntería. Tronick se viene conmigo, vamos a montar tanto escandalo que esto va a parecer Saigon.

Diara conducía deprisa, y eso no estaba mal en la autopista, pero ya no estaba tan bien cuando se internó por la salida de Beverly Hills hacia la pijotera discoteca Future. Diara la conocía bien. En aquel garito había que ir vestida de diseño para arriba, y a parte de unas copas carísimas y un local de superlujo, se pasaban toda clase de drogas de diseño. Era el lugar preferido por algunos "mafiosos" para relajarse, tomar algo y aceptar a alguna que otra fulana pagada por sus amigos o por ellos mismos.

El coche derrapó al entrar en las calles del mejor barrio de Los Ángeles. Se había dado cuenta de que si iba despacio, ella y los del coche se relajaban, y entonces la droga comenzaba a hacer efecto. La cuestión era bastante jodida, y más contando con que la poli solía patrullar aquel barrio con frecuencia, y que les llamaria la atención un camaro que iba a toda pastilla.

Diara controla el coche al entrar en el barrio, tiene que reducir algo la velocidad al ir por ciudad pero tampoco demasiado. Conoce la ciudad por lo que intenta ir por las calles menos transitadas y por las que cree que no pasará la poli para evitarla.

Las calles de Beverly Hills, a esa hora de la mañana, no parecen transitadas en exceso. Los ricachones ya se han ido a trabajar, y escasas patrullas de la LAPD recorren un barrio bien vigilado con cámaras y seguridad privada.

El camaro maniobra con velocidad y cierta pericia. En un cruce, pasa rozando a un pijotero monovolumen cargado de chicas ociosas, blancas y emperifolladas. Es el único "incidente" a destacar, mientras el coche va abandonando la zona más rica y segura del famoso barrio, e internándose en el espacio reservado a ciertos negocios y zona de fiesta del barrio, que es una ciudad en si misma: la ciudad de los ricos.

Al fin, el coche llega a aquella zona, y pasa por delante de la conocida discoteca Paradise. Dos enormes seguratas, uno blanco y otro negro, montan guardia en la puerta vestidos de traje. Allí la fiesta es día y noche, y a esas horas no se sabe si se prosigue la juerga de la noche anterior o comienza una nueva.

Detuvo el coche en la entrada de una calle perpendicular a la discoteca, lo más cerca posible por si tenían que salir corriendo. Apagó el motor y miró a sus compañeros.

- Trazemos el plan. Sigo diciendo que es más fácil que entre yo, sobretodo porque hay que ir bien vestido.. y vosotros.. pues no es que vayais de traje.. ¿Os parece bien?- miró a ambos hombres para saber la respuesta- Puedo atraerle hasta aquí, al coche y todo vuestro. Al final de esta calle está la puerta de atrás del local, no tiene seguratas, y podemos huir con facilidad, con los minimos daños.

Doherty se agarró a donde pudo durante esa carrera, lo cierto es que la adrenalina se le subió por las nubes y eso, tal vez, le salvaría la vida. Cuando llegaron al destino, ella dijo su plan, el poli se rascó el mentón.

-Humm...si quieres cambiar el plan, por mi perfecto. Entra ahi y sacalo. Uno de los dos tendrá que quedarse en la puerta delantera y otro en la trasera. ¿qué dices Tronick?

Sean miró hacia atrás para comprobar que decía su extraño acompañante.

Que oleadas de paranoia, miedo y odio. Aquellos dos gorilas parecían salidos de un maldito programa de discriminación positiva de alguna agencia gubernamental soplapollas y progresista. Blanco y negro. Parecían un café con crema. Escuchó la voz del musculitos dando la idea.

-Xacto tío, xacto. Yo por detras. No me gustaría terminar sodomizado por esos cerdos interraciales de la entrada.

Sacó un poco de coca de su bolsillo, y dijo su primer comentario con lucidez.

-Si hay que esperar de pie mejor será que nos metamos unas rayas, para que no nos de "el bajón".

- Sí, tiene razón, necesitamos tomar un poco..- dijo

Sacó de su bolso un neceser con un espejito donde colocó la droga y de donde la tomó, se la ve experta en ello. Se miró en el espejo para comprobar que no tenga restos en la nariz y para ver que tal tenía el peinado. Se desabrochó un botón de la camisa para que se le viera más escote, hacía captaría fácilmente la atención de los hombres. Y por último, alargó el brazo para sacar un arma de la guantera echándose sobre el poli.

- Lista, procuraré no tardar- antes de bajarse miró el tiempo que les quedaba.

Caminó hacia la entrada de la discoteca, con apariencia tranquila y decidida, como si de verdad fuera al local a tomarse algo. Caminaba directa a pasar entre los seguratas diciendoles "Buenos días", sin intención de detenerse.