Partida Rol por web

La oficial rió coquetamente y te dio una mirada de reojo cuando la tomaste por la cintura -La nave puede estar sin mí una temporada -acotó divertida -Y no todos los días se puede ver en agujero negro artificial que funcione como núcleo warp -te miró de lado y sonrió.

El romulano rió también -La chica tiene un punto, comandante -la miró algo encandilado -Si no les molesta creo que ya deberíamos irnos, no quiero que entre la jefa de ingeniería y me haga una llamada de atención... o  algo peor -puso la boca en rictus ante la idea.

Eclecson asintió al romulano.

Por supuesto Demethal, por supuesto. Lo último que querría es que le pasase algo al mejor amigo romulano que tengo.

Sonriendo se volvió a Edison.

¿Qué te parece Cecilia? ¿volvemos a la fiesta o nos buscamos un pasaje para regresar a la Excalibur? Seguro que allí también lo estan celebrando.

- Bienvenido, señor Laclau. Celebro ver que se encuentra mejor. Créame, esas heridas de guerra le irán muy bien para confraternizar con el sexo femenino. No hay nada que les atraiga más que un héroe herido.

El último comentario de Lightman le hizo reir. Y más estando su mujer presente. Compartió con ella una mirada bromista y añadió luego.

-Espero que no hable por experiencia propia, señor Lightman.

Se remojó los labios en la cerveza y vió que Daerx había vuelto a acercarse a ellos. Dejó el alcohol, por que ya tenía suficiente, y se concentró en el que iba a ser su próximo objetivo.

- ¿Y cómo cree que conquisté a esta preciosidad? - digo con una sonrisa - Aunque no le dije que mi herida fue un accidente casero hasta que no logré nuestra primera cita.

La rubia rió sonoramente -¡Este Karl es un pillo! ¿Cómo podría habérmelo imaginado? Y para cuando me contó a verdad yo ya estaba perdidamente enamorada de él...-lo miró con ojos soñadores.

En el bar todos terminaron su ronda tarde, el festejo era imperativo: Lightman y su esposa bebieron hasta estar bastante alegres, a Mertens se le fue la mano con la cerveza romulana y acabó siendo arrastrado hasta su habitación por Jamenson y Daerx, que entre risas oían los disparates que el comandante decía. Antes  de caer desmayado, el ocampa le había declarado su amor a la teniente, que solo atinó a romper en carcajadas y lo retó a repetírselo cuando estuviera sobrio.
Kunaar había desaparecido luego de la tercera cerveza con la excusa de que "Alguien debía estar sin resaca para hablar con el capitán Tova'Daq".
Luego de que Edison y Eclecson volvieran de su escapada no oficial a ingeniería, la teniente y el comandante se perdieron en una recorrida por la nave y fueron encontrados cerca de la enfermería, ambos bastante pasados de copas también.
Sin embargo, más allá del alcohol y de la fiesta en sí, la tripulación de la Excálibur allí presente poseía una certeza: la alegría circundante, un hito en la población romulana, era un triunfo para ellos; después de todo esa alegría provenía de la esperanza de la salvación y la promesa de un futuro más brillante para todos. Habían hecho historia y sus nombres estrían escritos en las páginas de la Federación y Rómulo de ahora en adelante.

A las 8 am de Rómulo la D'Ejiul Dar llegó a destino. Una imagen espectacular les esperaba en pleno espacio: el planeta Rómulo, antes enemigo de la Federación, ahora estaba rodeado por al menos 10 naves de la flota clase Sovereign y lo más maravilloso de todo eso era que estaban allí invitadas por las autoridades de Rómulo, en son de paz.
Antes de transportarse a Rómulo para las celebraciones públicas había detalles que arreglar, o al menos así lo había especificado el capitán. En la sala de teletransportación habían varios grupos de oficiales vestidos de gala esperándolos junto al capitán Tova'Daq, también en uniforme de fiesta, entre ellos estaba la doctora Nerys. Al materializarse en el espacio de esa sala el capitán los saludó -Bienvenidos a vuestra nave mis abnegados y honorables oficiales, no hay forma en que os agradezcamos la Flota y yo los riesgos que habéis tomado para poder completar exitosamente nuestra misión; sin vuestro arrojo y vuestra dedicación todo esto habría terminado en una situación deshonrosa para la Federación y de grave peligro militar con nuestro, ahora amigo, pueblo de Rómulo. Buen trabajo -finalizó y extendió la mano para estrechárselas a cada uno. Los oficiales allí reunidos se mostraron impacientes por estrechar sus manos también y la banda de la nave comenzó a tocar una melodía festiva en honor a ustedes.
Luego de unos minutos en los que se dedicaron a recibir cumplidos y felicitaciones la banda tocó una melodía más a modo de cierre y los oficiales fueron despachados a sus cargos nuevamente, quedando ustedes a solas con el capitán, la doctora se les unió.
-Bien, oficiales. Como les dije por mensaje subespacial hay detalles qué resolverse todavía. Mertens, Lightman, Kunaar, Eclecson y Nerys, síganme. El resto puede irse a sus habitaciones para descansar o reportarse con el jefe de su área de acuerdo con las instrucciones que se les hayan dado- y dicho esto comenzó a caminar hacia el turbolift.
Los condujo a la sala de conferencias que estaba varias cubiertas más arriba, al salir se mantuvo delante de ustedes pero curiosamente se detuvo delante de la puerta y al abrirse esta permaneció fuera esperando que ustedes entraran.
Lo que vieron al entrar los hizo detenerse en su lugar sin acertar a tomar asiento o mantenerse en firmes: frente a ustedes estaban tres de los representantes más emblemáticos de la Federación, de pie en la cabecera de la mesa: uno de ellos ya había cruzado palabras con ustedes, el embajador Spock; los otros dos les eran conocidos por sus hazañas por toda la Federación pero hasta ahora nunca habían podido cruzar palabra con ellos: en la cabecera de la mesa estaba la vicealmirante Katrhyn Janeway y a su derecha el capitán Jean Luc Picard de la USS Enterprise NCC-1701-E.

-Bienvenidos, oficiales. Por favor, tomen asiento -los saludó la vicealmirante y señaló los asientos alrededor de la mesa. -Esperamos que hayan descansado después de un viaje tan agotador, bienvenidos a casa -esperó a que hicieran lo indicado al tiempo que las tres figuras tomaban asiento en sus lugares. -El motivo que nos reúne aquí es simple: debido al éxito de vuestra misión el capitán Jean Luc Picard ha sido designado para explorar lo que hasta ahora ha sido la Zona Neutral y el espacio de Rómulo, especialmente los confines del Imperio. El Embajador Spock podrá ejercer libremente su puesto como representante no ya de Vulcano, sino de nuestra amada Federación y yo misma he sido designada como Almirante y bajo mis comandos están las naves de la parte del Cuadrante Beta integrado por Rómulo. Resumiendo, mientras estén aquí están bajo mis órdenes -bromeó, su rostro era cálido pero mantenía la seriedad del momento -Por lo tanto, es mi primer deber como vuestra superior decirles: Gracias. -sus facciones se suavizaron en una sonrisa discreta -Gracias por mantener los valores de la Federación y de la Flota Estelar en alto, son estos valores los que han guiado vuestras acciones desde la muerte de su anterior capitán hasta ahora: valor, ética, coraje, una sana curiosidad y... humanidad, empatía -se detuvo un segundo para que el silencio diera énfasis a sus palabras -Es gracias a ustedes que la crisis en el Cuadrante Beta pudo ser detenida y remediada; no lo duden, oficiales, los libros de historia de los Cuadrantes Alfa y Beta hablarán de ustedes y de lo que han logrado aquí, en este momento del tiempo y del espacio y de cómo una situación que parecía una tragedia inminente y el fin de una civilización se trocó en una nueva alianza, repleta de prometedoras colaboraciones.

Hizo un breve silencio invitando a sus acompañantes a hablar, el primero en hacerlo fue el capitán Jean Luc Picard -Es un honor y una alegría estar hoy aquí, reunidos con ustedes. La última vez que estuve en espacio romulano la experiencia no fue buena, pero sí aleccionadora. No creí que durante mis años de servicio llegaría a ver al Imperio Romulano aliado con la Federación, y sin embargo aquí estamos -hizo una pausa y dio una de sus típica sonrisas mientras entrelazaba sus manos al frente, sobre la mesa. -Toda mi vida he honrado los valores de la Flota y he sido un promotor de paz: ustedes han hecho justicia a esas premisas y es por eso que tienen el mayor de mis respetos -miró a la ahora almirante Janeway -Sin embargo, almirante, me veo en el predicamento: no puedo aceptar la misión de recorrer el espacio romulano ya que considero que debería ser el capitán Tova'Daq el que realice tal tarea, si lo desea; se lo ha ganado y, en cambio, ofrezco a la tripulación de la Enterprise y a mí mismo para que trabajemos junto a la Excálibur en la exploración de este punto del espacio. Claro, si el capitán acepta.
 

El capitán Tova'Daq, mudo del asombro y de la admiración ante sus anfitriones solo atina a mover la cabeza afirmativamente, es serio, es la primera vez que se queda sin habla. A los segundos reacciona: -Será un honor compartir tal empresa con usted y su tripulación, capitán.

Finalmente, Spock carraspea desde su lugar -Si me permite unas breves palabras, almirante, en nombre de Vulcano a quien represento también a pesar del nuevo nombramiento, debo expresarles que creo que lo que han logrado en esta misión oficiales -los miró directamente analizándolos -Es un hito en la historia de la Federación que llevará a una era de entendimiento, mutuo beneficio y aprendizaje, a estrechar los lazos de hermandad entre nuestros pueblos en busca de la paz. Esa paz por la que los que estamos en esta mesa hemos trabajado gran parte de nuestras vidas; en nombre mío y de Vulcano, les agradezco esta oportunidad que nos han brindado de acercanos a nuestros hermanos romulanos, por tanto tiempo reacios a cooperar con nosotros. Han traído al hijo pródigo a casa, vida larga y próspera.

Las sorpresas no habían terminado. El pequeño ocampa había hecho historia, algo notable en los anales de su raza y que le llenaba de orgullo. El reencuentro con su capitán fue cordial, y de hecho se abrazaron. Había tenido que asumir el mando sin él, y el asunto le tuvo en tensión hasta que esa carga fue liberada. Había tomado decisiones. Algunas malas, como las que propiciaron la pérdida de la Leónidas, y otras buenas, como las que les trajeron a casa con Sokar bajo el brazo. Pero ahora las cosas volvían a estar "en su sitio", por así decirlo. En su corta vida, no sabía cuanto podía aportar a la flota como capitán, pero si sabía lo que podía aportar trabajando con los mejores.

Y ahora se le ofrecía la oportunidad de trabajar con los mejores de los mejores. Allí, en aquella sala de reuniones, estaba lo más granado de la Flota Estelar. Figuras que le habían servido de inspiración en la academia. Estrechó sus manos al entrar, y se mantuvo a la escucha como una expresión jovial. Como un niño con un tricorder nuevo.

-Capitanes, almirante... señores oficiales. Ha sido para mi un orgullo contribuir en éste éxito histórico, que ha terminado felizmente con una alianza con Rómulo. Quién lo diría. No me gusta mucho hacer la pelota, como dicen los terráqueos, ni vanagloriarme de los éxitos alcanzados. Han servido para que estemos todos hoy aquí, y eso me sirve.

Parpadeó y tocó el bolsillo de su uniforme. La presencia del paquete de chicles le tranquilizó.

-Solo les diré algo. Como ocampa, mi esperanza de vida es corta. Pero ante la posibilidad de trabajar mano a mano con la Enterprise y su tripulación, en ésta misión de exploración, solo puedo reafirmarme en mis convicciones. Las convicciones que sacaron a los míos de mi planeta y les hicieron aventurarse en el espacio. La convicción de que mi deber es dar mis mejores años, mi vida, si es necesario, al servicio de éstos nobles ideales que hicieron libre a mi pueblo. Que han hecho libre a Rómulo del genocidio y la traición. Que hacen de éste universo un lugar mejor.

Se llevó la mano derecha al pecho.

-Por llevar éste uniforme, me siento honrado. Gracias. ¡Y a trabajar!

La cerveza romunlana subía mucho. Pero a pesar de toda la resaca, Eclecson se alegraba de como había ido la velada. Por fortuna acabaron cerca de la enfermería (empezaba a conocer demasiadas) y eso les irvió para conseguir algo para la cabeza. Y menos mal porque la cosa no había terminado, ni mucho menos.
El ingeniero jefe estaba deseando volver a su nave y a sus quehaceres diarios. Pues aunque lo que habían conseguido era importante el había sido un simple espectador en la mayoria de hechos. Los meritos se lo merecian todos. Fue por eso que cuando tantos oficiales empezaron a saludarles y estrecharles las manos sintió un poco de envidia de Edison que podía volver a su puesto.
Pero la sorpresa mayor fue el recibimiento de tres grandes nombres dentro de la Federación, tres leyendas, que les agradecían a ellos lo que habían hecho. No se lo creía. Después de escuchar a Mertens, no pudo sino sentir algo de envidia también por sus palabras. En verdad era un buen orador, y Eclecson no era así. Pero se sentía en la necesidad de decir algo, pues creía que eran demasiadas alabanzas y que debían volver a poner los pies en el suelo.

Señores. Es un honor estar aquí delante de todos ustedes. Pero creo que estamos exagerando un poco el tema.

No me malinterpreten. Es algo increible lo que hemos hecho. Por supuesto. Pero no es ni más ni menos que lo que han estado haciendo ustedes toda su carrera, y algunos incluso más allá después de ella.
Yo les doy las gracias a ustedes por haber señalado el camino, por habernos puesto el listón tan alto. Pues sólo cuando hay grandes metas hay grandes resultados.
Así que. Aunque sus felicitaciones es algo que recordaré siempre. Quisiera yo darles las gracias a ustedes, y recordar una vez más, con con todos mis respetos al capitán Tova'Daq, al capitán Francis T. Johnson.

Gracias.

Después de eso se sintió un poco tonto por lo que acababa de decir, por lo que sentó un tanto azorado. Aunque no lo suficiente como para no añadir un último comentario.

Si trabajamos junto a la Enterprisse quiere decir que podremos visitarla ¿verdad? E incluso puede que podamos comparar en algún momento prestaciones. Estoy seguro que podemos dar más de una sorpresa a una clase Sovereig con las modificaciones que hemos hecho.

Una enorme resaca habita en mi interior. Demasiada cerveza la noche anterior, y recuperar el tiempo perdido con mi mujer hace que casi no pueda levantarme para ir a la reunión.

No me sorprende ver a esos pesos pesados de la Federación, y me alegra que el capitán Picard ceda el mando de la exploración del espacio romulano.

Me parece bien que la Excalibur se encargue de la misión, sólo faltaría que después de todo lo que hemos pasado vengan esos chupatintas de la Federación y metan a un mequetrefe para que se lleve los honores de los nuevos descubrimientos, aunque tratándose de la Enterprise, no me importaría. Se han ganado mi respeto y admiración, pero este gesto honra al capitán Picard.

Prefiero no hacer este comentario en voz alta, no seria muy diplomático y no es un buen momento para decir eso.

- Si me lo permiten, es un gran gesto por su parte, capitán Picard. La tripulación de la Excalibur estará a la altura de las circunstancias y haremos un gran trabajo. Muchas gracias.

La vulcana, serena y controlada, parece apenas reaccionar ante la presencia de las tres caras conocidas. Aunque, un observador atento, podría ver que apenas dirige la mirada hacia el Embajador Spock, en lo que es una muestra de timidez en versión vulcana.

Sin duda, acabado nuestro cometido en Rómulo, una misión de ese calibre parece apropiada. Es más, incluso puedo decir que me resulta deseable. Aunque creo que habría que hacer unas modificaciones en el personal tal como indiqué en mi informe 38/411 cuando analicé el nivel de desempeño del personal con el actual cuadro de rotaciones y...

La joven Kunaar mira a sus compañeros, que en lugar de ofrecer el interés por lo que ella dice, parecen mostrar una cara de desconcierto.

Vaya, no parecen interesados en el tema... quizá no es el momento adecuado.

Bueno, hablaré de los detalles más adelante con el Capitán, sí.

Dicho esto, se relaja y sigue la conversación.

-Bien, me alegro de que todo haya quedado aclarado para ponernos a trabajar. Comandante Mertens, luego tendrá una charla conmigo sobre el destino final de la Leónidas, espero su informe yo ya que fue una misión extraoficial -aclaró. Los recorrió con la mirada -Ahora sígannos -los tres en la cabecera se levantaron.

Fueron conducidos varias cubiertas abajo, hacia la bahía de carga más espaciosa. Al abrirse las puertas, pudieron ver que la mayoría de la tripulación estaba reunida allí. También estaban los oficiales compañeros de misión de Mertens, Lightman y Eclecson en la primera fila de oficiales espectadores. Les indicaron que se alinearan en formación en un espacio libre rectangular que el resto de los tripulantes había dejado despejado, inmediatamente, se acercaron la teniente Daerx, la alférez Robirosa y otros tenientes junior con unas cajas rectangulares. Eran medallas e insignias.

La almirante Janeway dijo -Capitán Jor Tova'Daq, dé un paso al frente -esperó a que el capitán obedeciera -Por cooperar con el pueblo romulano mostrando una conducta ejemplar de respeto hacia otras culturas y procurar el entendimiento mediante acciones que desembocaron en la firma de un tratado de paz, le es otorgada la Medalla del Consejo de Paz de la Federación Unida de Planetas -le colocó la medalla y prosiguió -Por destacarse meritoriamente en su participación directa en las acciones humanitarias que llevaron a la salvación de Rómulo del desastre se le otorga la Medalla Humanitaria Anaxar -le colocó la segunda medalla -Y, por último, se le otorga la Medalla por Distinción en el Servicio por destacarse en el manejo de las difíciles decisiones políticas que debieron ser tomadas durante el transcurso de la investigación de la muerte del capitán Johnson y del brote de fiebre hemorrágica romulana. La Federación está en deuda con usted y su tripulación.

El capitán asintió y volvió a su lugar.

-Primer oficial Mertens, dé un paso al frente -el ocampa dio el paso visiblemente nervioso, Janeway le llevaba una cabeza y un poco más, lo miró desde su altura -Por su valor en el campo de batalla en el que demostró un remarcable liderazgo frente a situaciones adversas y una conducta meritoria sobresaliente al cargo se le otorga la Medalla Christopher Pike al Valor -hizo una breve pausa -Por destacarse en su gallardía al frente de la misión para apresar al desertor y genocida Phillipe Sokar para su juzgamiento y por sus maniobras en batalla con una fuerza enemiga se le otorga la Medalla de Honor de la Federación Unida de Planetas -le colocó las dos distinciones, antes de que volviera a su lugar la almirante se inclinó y le susurró -Trate de no romper esta nave, por favor -y le guiñó un ojo.