Partida Rol por web

El bosque de tumbas se antoja indescifrable por vuestros medios, y más ahora que la noche se empieza a cernir sobre vuestras cabezas.

El frío queda apaciguado por las ropas de abrigo, y es sólo en las partes expuestas al aire donde notáis esa sensación del aire cortando la piel.

El cementerio sigue abierto y hay gente entrando y saliendo, pocos, pero unos cuantos.

-parece que la noche comienza a caer, y la verdad despues de lo de Betton, no creo que este sea el lugar mas apropiado para pasar la noche, deberiamos volver al hotel, donde les presentare a mi conocida y de paso podamos tomar algo caliente, este maldito frio no va conmigo

viendo que parece que se han tomado la cosa con calma, y espera que con lo curiosa que es Enma , esta se haya dedicado a buscar algo..

-La tumba que buscamos está allí...

Y señalo un lugar concreto. El lugar que antes ha señalado el cuidador del cementerio, cuando le hemos preguntado.

-¿Recuerdan...? Dijo: "Gottwald, sí, muerto recientemente. Lápida allí. "

Idan mira inquisitivo hacia la lápida. Supongo que podríamos acercarnos y examinarla -dice sin volverse-, sin tocar nada a ser posible.

Ante la sugerencia de Idan el grupo asiente algo apático. Parece que la nieve está impregnando el carácter de los investigadores, dejándoles fríos y pesados, como una bota calada.

Atravesáis como podéis el bosque de lápidas y os adentráis en el bello cementerio encallado entre dos sinagogas y rodeado por el muro. Cuando llegáis a la zona que os señaló el tipo, encontráis la lápida de Gottwald.

No parece tener nada de particular, salvo que es bastante nueva. Por lo demás es como el resto, con montoncitos de piedra encima de la lápida y con poco espacio alrededor pues la aglomeración de tumbas llega también a esa parte del cementerio un poco (muy poco) más nueva.

Idan se agacha y observa, sin tocarlas, las piedras que hay colocadas sobre la tumba con la esperanza de que alguna de ellas tenga un rasgo distintivo que recuerde a la que vio por la mañana en la foto.

Las piedras que están sobre la lápida no tienen nada que ver con las de la foto. Son piedrecitas iguales a las que hay en el resto de lápidas.

Vincent, algo mas sosegado, camina hacia el lugar donde puede ver la tumba...

-vaya, vaya asi que la teniamos cerca..

agachandose y comprobando la lapida y los alrededores..

Vincent y Allan se disponen a la fea tarea de inspeccionar la lápida y alrededores. Ambos no hacen nada que pueda resultar ofensivo, pero aún así hay alguno de los visitantes al cementerio que echan miradas con ojos en los que os parece veros mal parados.

De todos modos el examen no está requiriendo nada escandaloso, por lo que nadie pasa de una fea mirada.

A los pocos segundos de iniciar en análisis Vincent encuentra algo. ¡Bingo! Bajo una piedra depositada en el suelo de tierra, en el poco espacio que queda entre lápidas, hay algunos papeles bien doblados de manera que ocupen poco sitio. Vincent lo coge de la manera más discreta posible.

No parece haber nada más que os llame la atención.

¿Qué hacéis?

con cierto disimulo y al amparo de la nocturnidad, recojo los papeles depositandolos en mi bolsillo, como quien se mete las manos intentando resguardarlas del frio que impera en la zona. Tras ello me reincorporo

-brrrr que frio hace aqui..si ya habeis presentado vuestros respetos al difunto, sera mejor largarse de aqui..

Con una sonrisa de satisfacción, Allan se dispone silenciosamente para abandonar el cementerio junto a los demás, fumándose su cigarrillo, que repentinamente tiene mejor sabor.

El encargado del cementerio con el que hablasteis antes sigue en su chabolilla. La noche es cerrada y sólo quedan unas cinco personas en el cementerio, en tres grupos. Todos están empezando a marcharse menos un tipo que permanece de pie frente a una lápida, a unos 20 metros de vosotros, aunque en el camino que os separa de la salida.

Es un hombre de unos cincuenta años, con pinta de judío. Abrigo largo y sombrero. Está de pie mirando a una lápida, bastante abstraído de todo. No te suena de nada.

Os dirigís a la salida del cementerio sin hacer caso aparente del resto de personas, aunque Vincent no quita ojo de encima al tipo que permanece de pie frente a una tumba. El hombre, sin embargo, no os presta nada de atención, y continúa ensimismado en sus pensamientos.

Salís del cementerio y pasáis por al lado de la bella sinagoga anexa, prestando mucha atención a todo lo que os rodea, por si alguien os sigue. Una vez cerciorados de que nadie repara en vosotros, os orientáis como podéis y ponéis rumbo a la calle Celetna, desde donde sabéis llegar al hotel Pariz.

La suave nevada os hace el trayecto más frío y bello, pero no os retrasa lo más mínimo. A las 20:40 estáis en el recibidor del hotel. Vincent busca con la mirada, pero no encuentra a nadie. Se va al mostrador y dice algo al recepcionista, para luego volver con el resto.

El grupo sube hasta la habitación de Vincent, donde hacen una exhaustiva búsqueda por si alguien espía, producida por la paranoia de Allan Grey. Seguidamente, al fin, miran los papeles encontrados.

Se trata de dos cosas diferentes:

La primera es un recibo de una casa de empeño de un tal Jan Hus con dirección en el nº3 de la calle Krasnohoroské.

Lo otro son unas hojas de papel, que parecen pertenecer a un diario. Están en checo. Idan trata de leerlo y puede entender que son anotaciones desde el día Lunes 13 al Viernes 17 de Noviembre de 1920. Idan entiende que el diario está escrito por Karel Urba, y que habla de la estatua. Dice que hay más gente que conoce su existencia y está interesada en ella. La última anotación es del Viernes 17 y dice: "Sean quienes sean, no me la quitarán".

Sin que tengáis tiempo a recuperaros de las nuevas noticias, suena la puerta de la habitación.

Toc Toc

Vincent se apresura a deciros que guardéis la calma, pues lo más probable es que se trate de su amiga Emma Dresden, a quien ha informado mediante el recepcionista que están aquí.

De todos modos Vincent guarda en sus bolsillos los papeles, y abre la puerta.

Efectivamente todos veis a una mujer joven, de unos veinteséis años. Bastante guapa, de mirada dulce pero inteligente. Muy alta para ser mujer, pero con un cuerpo bien proporcionado. Va vestida a la moda de americana, con un vestido informal, pero muy correcto.