Partida Rol por web

La actitud del granjero no era la que esperaba “A lo mejor debía haberle partido el cuello a su hijo” Pensé. Pero al final el tipo nos dio una localización donde poder resguardarnos.

Gracias. Espero que así sea. Digo mientras comienzo a montarme. Si no volveré y arrancare la cabeza a tus seres queridos delante de ti. Acabo diciendo para ponerme en marcha, aunque espere a que mis compañeros hicieran lo mismo.

Dejando caer unas monedas en la mano del mas anciano pongo mi mano sobre la suya y clavando mis ojos sin pupila en los suyos le susurro .Este es el premio por una buena información.Mi gente  no deja deudas sin pagar y tenemos todo el tiempo del mundo y una gran memoria .

El campesino toma los pocos cobres que le ofrece User con cierta incredulidad y la cabeza baja, pero cuando se da cuenta que os dirigís a los caballos y cogéis una sillas para prepararlos para el viaje.

- No, por favor. No pueden llevárselos, estos son los caballos de los señores.

El hombre insiste e implora para que no os llevéis los valiosos corceles sin permiso, pero si no salís de inmediato será imposible llegar al supuesto refugio a tiempo. 

Os esperan unos frenéticos minutos al galope. Un fallo siguiendo las indicaciones, un error en la descripción que os dio el mozo de cuadra o un tropiezo del caballo significarían la muerte definitiva bajo el alba.*

Decid a los señores que es por una causa mayor y que no estamos mas que cogiendolos prestados , prometo devolver estos caballos o unos de valor al menos equivalente .Digo subiéndome al caballo de un salto y  tirando de las riendas para hacerle ir en la dirección deseada..al ver que le caballo de Jäger se muestra remolón le agarro del bocado y le encamino .

Los tres bajáis al galope por el camino que os había señalado el campesino cuando un estallido seco resuena en la madrugada. El caballo de Sav relincha y se estrella por los suelos aplastando al gangrel en la caída.

Un hueso roto del animal y ambos habían resbalado montaña abajo. El resto no tuvisteis tiempo para evaluar las consecuencias, cada segundo era oro y el cielo empezaba a clarear peligrosamente.

Sav se enterraría y os alcanzaría la mañana siguiente.

Gracias. Dije a User por ayudarme con el caballo. Recorrimos el camino, había prisa, mi bestia se retorcía. Parecía que intuía el amanecer y no podía evitar que esa sensación de angustia me invadiera en cierta medida.

Al ver caer a Sav, no pude parar. Contaba con su fortaleza y sus talentos para sobrevivir, ahora quedaba que nosotros llegáramos al lugar y ocultarnos hasta la noche siguiente “Mañana deberemos volver donde Sav. Espero que este bien” Al final era un compañero y lamentaría que algo le hubiera ocurrido.

No hay de que compañero pero ahora debemos encontrar refugio pronto .Acelero el paso porque no sabemos cuanto falta para el amanecer y no quiero llevarme ninguna sorpresa .Daría algo por disponer de las habilidades de Savio pero imagino que no estaría dispuesto a compartir el saber de su clan con nosotros .

La mañana cae y ambos regresáis a vuestras cámaras de descanso. Allí la parálisis del sueño os lleva hasta la noche siguiente.

Os levantáis prácticamente al mismo tiempo, y coincidís en el pasillo de las habitaciones, la mayoría de ellas ahora vacías.

Temprano al anochecer me reuno con Aricia, no parece que sus pesquisas a última hora de la noche hallan sido mucho mas fructiferas que las mias

-Lady Meridie me dijo que no sabia que Ambrogino estaba escondido en el monasterio. Algún otro miembro de este grupo debio esconderlo, y la verdad que prefiero no quedarme interrogandolos. Creo que algunos no nos tienen demasiado aprecio-

Inclino la cabeza a un lado y asiento -si, el tal vez si, pero no cambia nada-

Y sigo hablando a Aricia -como decia. Deberíamos partir cuanto antes para reunirnos con nuestros compañeros, espero que no hayan ardido bajo el sol. ¿Descubristeis algo sobre la posible ruta de Ambrogino? Y yo hoy si aceptaría la hospitalidad de nuestros anfitriones en cuanto a la vitae, espero que la oferta siga vigente-

La cara de derrota es evidente cuando Giani me pregunta. La noche había sido poco fructífera, y mi compañero que se dedica a hablar con los espíritus no ayuda a un buen humor.

- Una pérdida de tiempo. - digo, dirigiéndome hacia Giani. - Lord Mendel no estaba muy por la labor de ayudarme mientras recogía sus libros, y yo por mi cuenta no pude averiguar absolutamente nada. No sé mucho de mapas, menos aún si voy buscando con prisas. Me temo que estamos igual que anoche, y tampoco se me antoja quedarme más tiempo del necesario en este sitio.

Miro alrededor. Me pregunto si nos estarían espiando. O como se tomarían nuestra marcha.

- Vayamos a pedir caballos frescos por lo menos. Luego veremos si también sigue en pie la oferta de vitae, aunque alimentarse del modo que lo hacen en este sitio no sea de lo más agradable.

Os dirigís a los establos tranquilamente y os sorprende ver al que reconocéis como encargado de los establos maniatado con una gruesa cuerda que cuelga de una viga del techo. Su torso desnudo esta cruzado de unas finas líneas purpura mientras profiere ruidosos gruñidos

 - ¡Ugh rgh!

La figura que está a su lado es Julian Sanders, con su impoluto uniforme de caza y un látigo entre las manos. Cuando os ve, os sonríe como si no ocurriera nada y si le pedís explicaciones os cuenta sin tapujos:

 - Anoche dejó que le robaran tres de sus caballos, fueron vuestros amigos claro.

Parece que poco vamos a sacar del monasterio por habernos quedado aparte de la seguridad durante el día, eso habrá de bastar

La escena en el establo no me preocupa demasiado, mas tras la explicación, cualquier señor castigaría así o peor a un siervo que se hubiera dejado robar tres caballos

-si, han debido de ser ellos. En defensa de vuestro hombre dudo de que haya podido hacer nada para detenerlos. ¿Ambrogino Giovanni también robo un caballo?-

Dejo caer la pregunta observando la reacción de Julian, me intriga saber quien sabía de la presencia aquí del Giovanni y quien no

Camino no sin cierto sentimiento de derrota hacia los establos, preguntándome que haríamos a continuación. No me gustaba hacer las cosas al azar ni tener tanta falta de control. Me daba miedo.

La escena del establo me para en seco, pero la vista de Sanders con el látigo parece explicar las cosas. Un castigo, que luego es aclarado por sus palabras. Niego con la cabeza cuando escucho que los otros han robado caballos tras haber sido invitados y acomodados. Una gran falta de respeto.

- Procuraré que den cuenta por su falta. - digo, con voz y mirada serios, ante las palabras de Sanders. - Sin respeto y sin honor, no somos más que animales o humanos salvajes.

A parte de eso mantengo silencio, viendo que Giani quiere tomar la iniciativa de la interrogación. A lo mejor el tiene mejor relación con Sanders que yo.

Tras el terrible tropiezo de Sav y el frenazo de User para ayudar a su compañero Jäger, ambos espoleáis los caballos y cruzáis la brisa matutina con el corazón en el puño. Encontráis el riachuelo y lo enfiláis sin pensarlo dos veces, pero a medida que subís y subís a su lado, no veis ninguna cabaña ni nada que se le parezca.

Las dudas os asaltan: podría ser que aquel diminuto cauce de agua se hubiera desviado, o que el señalado por el mozo de cuadra se hubiera sacado y hubieseis subido por el que no era ...o sencillamente el campesino se había inventado una historia por miedo a lo que le pudierais hacer.

El sol empieza a despuntar y el cielo se tiñe de blanca luz cuando al fin os dais cuenta: la cabaña. Esta camuflada entre el pedregal de la llera de uno de los picos que conforman la garganta de montañas que había mencionado el hombre. A primera vista parecen un montón de piedras apiladas formando un círculo tapado en el suelo, y realmente no debía ser mucho más que aquello, con lo cual las dudas de que pueda protegeros de la temida luz del sol son elevadas, pero no tenéis otra alternativa.

De hecho, el calor que empezaba a embargaros el cuerpo se torna en un ardor insoportable que os quema en la cara y las manos cuando os lanzáis a la carrera hacia el diminuto agujero lateral que da acceso al interior de aquel lugar. Os arrastráis hacia el interior oliendo a carne quemada y en cuanto llegáis a la parte más oscura del minúsculo recinto, os desplomáis inconscientes sobre el polvo.

Sanders sonríe divertido y responde primero a Aricia

- ¡Ja! eso deberíais contárselo a Haakon, menuda gracia le haría.

Al oír vuestras palabras bondadosas, el mozo de cuadra levanta la cabeza y profiere unos sollozos pidiendo clemencia en vuestra dirección, instantáneamente Sanders hace volar el látigo que con un chasquido seco en la cara, consigue que todo su cuerpo convulsione y caiga inconsciente al acto.

La expresión risueña del vástago no muda en ningún momento.

- Ese aburrido Giovanni que buscáis, ¿eh? ...no me consta ningún otro hurto últimamente, no. Pero puede que os interese saber que ya cogimos a ese pobre diablo de Intisar.

Un latigazo en la cara es algo que ya pasa a ser excesivo según mi opinión y tuerzo el gesto ante esta crueldad, al menos el desgraciado ha quedado inconsciente

-es una buena noticia- respondo refiriendome a la busqueda de Intisar -confio que sea castigada adecuadamente. Pero volviendo a lo que nos trajo aquí, creo que vos conoceis bastante bien los alrededores. ¿a donde puede haberse dirigido el Giovanni? Teniendo en cuenta que se alejaba de Italia. supongo que no habrán tantos lugares donde esconderse por estas tierras-

Asiento con la cabeza cuando Sanders habla. No recuerdo bien quien era ese Haakon. No habíamos cruzado palabra.

Cuando el siervo cae desmallado tras el golpe, doy un pequeño salto por lo brusco del gesto, pero no me repugna. Miro curiosa al sirviente, para ver si está muerto o sólo dormido, pero no digo nada. Incluso me permito dar un par de pasos para acercarme y verlo mejor.

Dejo hablar a Giani y preguntar sobre Ambrogino. No tengo mayor interés en llevar la conversación por lo pronto.

- Seth me reclama para participar en la gran cacería compañero  pero espero que caces al Giovanni y cuando lo hagas procura que sufra por mi.

Es lo poco que puedo decir antes de que el cuerpo se derrumbe en cenizas y una ráfaga de aire  de aire disperse al los cuatro rincones aquel que fue conocido como User Kuk el setita