Partida Rol por web

Trash se ocultó donde mejor pudo, aunque lo estrecho de la nave lo hacia complicado. Aprocechó un hueco en la melé que se había formado para disparar al electrovor mas cercano.

Con un poco de suerte no heriría a sus compañeros...

El golpe del electrovar fue doloroso, pero Kelgar estaba entrenado para manejar el dolor, en un rápido movimiento de arco hizo bailar su espada doble frente a la bestia alada, buscando cortar su carne dos veces.

Y rápidamente todo se descontroló, nuevamente estaban en combate y nadie en esa nave pudo decir que la vida era aburrida. Valaker retrocedió un paso para poder alejarse y disparar pero fue para cualquier lado el tiro cuando apretó el gatillo.

Trash disparó su pistola láser contra el electrovor que estaba atacando a Valaker, causándole un poco de daño. El pequeño Chiv-chiv, por su parte, pareció enojarse al ver cómo las criaturas estaban absorbiendo la energía del Tiburón Estelar.

-¡No comer electricidad! -gritó, señalando al mismo electrovor que había recibido el diparo de Trash

-¡Qué pena que éstas cosas sean inmunes a la electricidad¡ -se quejó el guitarrista- Habrá que usar fuerza bruta. ¡Toma ésto! -exclamó mientras azotaba con una des sus colas al electrovor que tenía cerca.

-Electricidad, no -observó el tecladista- pero no podrán resistirse a mi toque radioactivo.

Acto seguido, intentó tocar al electrovor con su mano encendida de ese resplandor verde, pero la criatura logró esquivarlo.

Starcleaner intentó atacar por sorpresa al electrovor, pero la criatura lo esquivó en el último segundo.

Kelgar logró cortar al electrovor, pero su segundo ataque no fue tan efectivo. Valaker disparó, pero falló el tiro. La criatura a su vez, lo persiguió e intentó atacarlo, pero el soldado lo esquivó. El electrovor que estaba peleando con Kelgar pareció darse cuenta de la amenaza. Comenzó a tembrlar, mientras cerraba sus alas y enrrollaba su cola. Su cuerpo comenzó a cubrirse de chispas y arcos voltáicos que lo recorrían de punta a punta. De pronto la criatura se estiró, abriendo sus alas y extendiendo su cola. Al hacer ésto, emitió varios rayos eléctricos en todas direcciones, causándole daño a Kelgar, Alan y Chiv-chiv y dejándolos algo aturdidos.

Alan, por su parte, intentó contraatacar con su cuchillo, pero la criatura lo esquivó.

Valaker se vio arrinconado una vez más por esta criatura cortesía de una reina pirata. Se desplazó hacia un costado buscando disparar nuevamente.

La electricidad recorrió sus huesos y lo desequilibró al punto en que, cuando lanzó su siguiente ataque, el mismo apenas si rozó la dura piel del electrovors sin hacerle daño.

Esto se había convertido en una ensalada de tiros... Una ensalada verde y peligrosa. Tenían que acabar cuanto antes con esos electrovor

-¡Ay, ay, ay, ay, ay! -gritaba el pequeñín mientras se agarraba el trasero con su par de brazos inferior. Luego señaló a la criatura responsable de su tortura- ¡Eso doler!

-No debemos dejar que hagan eso -dijo el guitarrista mientras azotaba con su cola al otro electrovor.

-Y si la electricidad no funciona, probemos con el viejo y confiable fuego -dijo el tecladista mientras disparaba un rayo rojizo contra la criatura, causándole algunas quemaduras.

Starcleaner sacó su rifle y disparó, pero falló el tiro.

Kelgar intentó atacar con su espada, pero aún estaba muy aturdido y falló. Valaker efectuó un disparo y, aunque sólo le causó un rasguño, el daño acumulado de los ataques anteriores comenzaba a debilitar a la criatura.

En su desesperación, la criatura se acercó a Valaker e imitó a su compañero, lanzándo una descarga contra Valaker y Trash. Afortunadamente, lograron esquivarlo a tiempo para sufrir sólo un poco del daño total.

El otro electrovor intentó atacar a Kelgar, pero el guerrero esquivó el latigazo de su cola a tiempo.

Alan por su parte, intentó atacarlo con su cuchillo, pero la criatura lo esquivó.

Valaker por los pelos pudo llegar a esquivar el ataque del electrovor y  volvió a desplazarse para poder atacar nuevamente.

Trash siguio saltando alredor de los guerreros enfrentados. Esa cosa chillona que había a su lado le daba la suficiente motivación para impactar a sus enemigos