Partida Rol por web

Cuando los Caxtiltlacah asolaban el Poniente

I. Partiendo de Darién

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19/11/2012, 19:00
Joao Aveiro
Sólo para el director

Notas de juego

¿ Master en qué estado está el mar en este momento ?, ¿ sigue rizado o ya está más calmado como en la última imagen ?... Lo digo por evaluar la situación antes de tirarme al mar y hacer el ridículo ahogándome en el prólogo xD

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19/11/2012, 19:16
Director

Notas de juego

No es calma total, pero tampoco es la severa tormenta capaz de destruir un navío... Digamos que hay muchos "vaivenes" (tampoco sabría especificarte con un término específico). Está bravucón, pero ante algo desesperado no esta mal... (Dudas al off ;D )

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19/11/2012, 19:18
Joao Aveiro

- Mi capitán - dice Joao dirigiéndose a Valdivia - creo que en esa dirección hay movimiento, ¡¡ Viremos !!, ¡¡ creo ver supervivientes !! - dijo emocionado instando a la tripulación a dirigirse en la dirección que señala el médico.

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19/11/2012, 19:24
José/ Haine Yahí

Completamente empapado y con el regustillo a sal en la boca miró en la dirección que señalaba Joao pero no vio absolutamente nada, el mar estaba demasiado embravecido, pero quería creer a su compañero y por lo más sagrado que ojalá hubiera muchos más supervivientes y lo que era más importante... Tierra cerca.

- ¡VIRAD! ¡VIRAD! si en verdad están vivos no aguantarán mucho -y buscó algo , un trozo de madera con el que ayudar a remar y que fueran más rápido, pero al no ver nada a su alcance tuvo que contentarse con esperar.

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19/11/2012, 19:29
Director

Notas de juego

Tira Elocuencia (COM), Joao, con un +25% de bonus por las condiciones (pero no deja de ser tu capitán).

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19/11/2012, 19:55
Joao Aveiro

- ¡ Mi capitán, no podemos dejarlos ahogarse ! - rogó Joao dubitativamente - ¡ Podríamos ser cualquiera de nosotros ! - haciendo un gesto para que alguno de los otros marinos le apoyara en su ruego.

- Tiradas (1)
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19/11/2012, 21:12
Rui Feijoo Pedrafita

Tumbado, mareado y con el cuerpo lleno de magulladuras, muy debilitado, apenas podía hablar. Había sido la experiencia más cercana a la muerte que había padecido. Sustos en el mar había tenido varios en su niñez pero no de este calibre.

Estando en ese limbo de consciencia recordó súbitamente sus caudales y echo mano de su faltriquera hallando con gran espanto que lo había perdido todo, todo yacía en el fondo del mar. Sintió como si mil agujas se le clavaran en el fondo del corazón. Y ya no quiso saber nada más de nadie.

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19/11/2012, 22:17
Juan de Valdivia

El batel estaba realmente lleno ¡una veintena de personas para una barcaza tan diminuta! Valdivia entrecerró los ojos, divisó la misma dirección por la que señalaba el giro Joao, pero no dio órdenes de avanzar a los pocos que tenían los remos.

Además -dijo-, estamos heridos... seguramente sea un cadáver, muchacho -te dijo negando tu intervención-.

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19/11/2012, 22:24
Joao Aveiro

- Pero... - dijo Joao agachando la cabeza - ...podríamos ser cualquiera de nosotros !! - dijo en voz alta para que todos los marineros le escucharan - Lo siento mi capitán, pero creo que deberíamos acercarnos, además en esa zona se entreveen restos del naufragio y podríamos encontrar algo util, quizás comida o algún resto de vela que utiliza para navegar, Dios sabe que podría ser nuestra salvación.

Joao miró a los ojos al capitán Valdivia, pocas veces osaba entrometerse en los quehaceres de a bordo, pero esta vez parecía hablar en serio.

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20/11/2012, 11:38
José/ Haine Yahí

- ¡ No sea así Capitán! que aunque no quepan, si hay supervivientes pueden venir nadando asiéndose a la borda... ¡Sus vidas están en nuestras manos! -entendía al capitán pero no podía creer que los fuesen a dejar morir allí. Si tuviera un poco más de Mando podría hacer algo, pero ahora mismo era inútil.

De todos es sabido que cuando el miedo aprieta los hombres se vuelven torpes, mezquinos e intransigentes. El Capitán quería salvar su propia vida por encima de todo y no había manera de convencerle de lo contrario.

- Tiradas (1)
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20/11/2012, 22:47
Director

Y fue en estas que Valdivia, ahora como apaciguado de dudas con las palabras de José, mandó virar en redondo hacia el punto lejano que Joao advirtió. No duró mucho, casi unos diez minutos avanzando sin mucho saber el rumbo (hasta que no se hiciera de noche y poder ver las estrellas), y en seguida advirtieron lo que era... ¡Un perro!

Aquel animal, un buen mastín, era la mascota de Joao. La veintena de supervivientes se alegró de encontrar vida en aquella amalgama de penuria y deseperación, y pronto se acercaron al madero donde flotaba, desde el cual miraba al mar con el mismo temor que lo hacíais vosotros. Enseguida lo recogísteis, y éste se lanzo contra Joao, lamiéndole la cara con gran afecto.

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20/11/2012, 23:44
Joao Aveiro

Conforme la barca se acercaba a los restos de cascotes, en medio de la bruma como si de un fantasma se tratara, se escuchó un ladrido entrecortado y el médico portugués rompió a llorar - ¡¡ Es un milagro !! - gritó al cielo mientras se santiguaba una y otra vez y miraba con lágrimas en los ojos las caras de los atónitos marineros.

- ¡¡¿ Cómo es posible ?!! - ciértamente parecía algo imposible pues el can yacía en la panza del velero cuando éste se fue a pique - Mirad la obra de Dios, ¡¡ es una señal !! - dijo trastornado mientras abrazaba al entusiasmado mastín que parecía totalmente ileso.

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21/11/2012, 00:14
Orazio Escolano

Orazio no intervino en la conversación tensa que se había producido apenas unos instantes. Silencioso y sin levantar la vista del fondo de la pequeña barca, en la que se apelotonaban los escasos supervivientes de la nave, permaneció aparentemente ajeno a lo que ocurría a su alrededor. Convencido que aquello era todo por su culpa no podía hacer nada mas que maldecirse en sus pensamientos.

Para él, casi fue una sorpresa encontrarse de pronto en su miseria con los agudo ladridos de un perro que le despertaron de su ensoñamiento. Aunque debía de admitir que aun le causó mas sorpresa las palabras de Joao.

Ahora en su felicidad, no podía decirle que era la obra de dios precisamente la que les había llevado a esa situación. Probablemente morirían allí abandonados en medio del océano y teniendo que comerse a ese ufano mastín para agarrarse desesperadamente a lo poco que les restase de vida. Aunque era mas probable que acabasen muriendo de sed mucho antes de llegar a ello...

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21/11/2012, 00:33
Rui Feijoo Pedrafita

Me dejo mecer por las olas, mientras se produce el rescate del can. Incluso en mi debilidad no era partidario de volver para rescatar a nadie, es egoísta pero necesario. Ahora me alegro de haber tornado, al menos tendremos algo que comer si la cosa se pone realmente fea.

Alzo mi mano escuálida y temblorosa y pregunto al capitán:

- Capitán, ¿estábamos muy lejos de tierra cuando naufragamos?

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21/11/2012, 11:43
José/ Haine Yahí

No pudo evitar sentirse profundamente entristecido, había esperado encontrar a más supervivientes y sobre todo había esperado a encontrar hombres, no a un perro.

Pero en cualquier caso, al menos aquel trayecto había servido para reencontrar a un perro con su dueño y hacer feliz al menos a un hombre en aquel aciago día. Había que ver siempre el lado bueno de las cosas, así que José terminó sonriendo ante la visión del perro y de su dueño, aunque en absoluto creía que lo divino había tenido algo que ver en aquel reencuentro, si lo divino había intervenido, había sido para mandarles a todos a pique.

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21/11/2012, 22:58
Juan de Valdivia

¡Qué pregunta, muchacho! -decía desesperado Valdivia mirando al infinito vacío que dibujaba el horizonte- A la media de Darién y a la media de Almagro, más o menos... ¡Qué desgracia! -decíase una y otra vez, una y otra vez...-.

De entre todos los marinos, los cuales los más y los menos habían hecho gala de su presencia maldiciendo los vientos, blasfemando a lo "bajini", cuidando de sus compañeros o intentando remar, había uno de entre vosotros, que callaba. Apenas hablaba, y en realidad se dedicaba a escuchar las penurias y quejidos que emitían unos y otros. Intentaba tranquilizarles cuando parecían algo deseperados por la situación, remaba en silencio algunas veces, y miraba al cielo en cuantiosas ocasiones, con la vista cerrada, creyendo vuesas mercedes eso de que si estaba rezando o simplemente tomando el sol... aunque en realidad éste último abrasaba si lo mirabas fijamente...

Pasó un día, y aquella primera noche os aterrorizó: el mar abierto y los tiburones bajo vuestros pies... Por la mañana, tal marino formuló, por primera vez desde el naufragio, una frase:

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21/11/2012, 23:06
Gonzalo Guerrero

Véis allí... -decía el marino-, a media legua, en el rebatir de aquellas olas...: son tiburones, y saben que somos una presa atada de pies y manos... Y mirad ahí arriba -señalaba al cielo con un dedo entrecerrando uno de sus ojos como reaccion al tórrido sol-: buitres, nos siguen desde ayer, tras la tormenta... son muy rápidos y vuelan mucho; nos siguen la pista hasta que caigamos al mar, muertos ya, y los que vivan verán los cadáveres de los otros disputados entre tiburones en la superficie y "pajarracos" en el cielo...

Luego se incorporó un poco, dejó su remo, y se lo entregó a otro. Hacía como que miraba al capitán,pero en realidad hablaba a todos los del batel.

Si no queréis ser pastos de ellos habremos de beber de nuestros propios orines, para no perecer; y si alguno de nosotros muere se le enviará a la mar, aun sin entierro y dignidad, aunque si de Dios y la Patria, y esto habremos de cumplirlo "a rajatabla".

Aquel marino se llamaba Gonzalo Guerrero.

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22/11/2012, 00:47
Joao Aveiro

Joao sintió un regusto agridulce - Seguro que si hubiera sido alguna de sus pertenencias o amigos no se sentirían tan decepcionados... - pensó mirando a su nervioso perro que mantenía en brazos - Sin duda es un milagro - pensó para si mismo.

Pero fueron pocos los instantes en los que la esperanza parecía iluminar el rostro del médico Portugués que miró en derredor para visualizar sólamente cascotes y un oscuro mar sin fin apestado de tiburones - No había esperanza alguna en ese mar maldito.

La mañana pasó y la moral de los marinos parecía desvanecerse, el Médico trataba a los marinos heridos mientras el Capitán Valdivia interrogaba la mirada del médico en busca de una señal que sellara el destino de cada uno de ellos irremediablemente. - Rezadle a nuestro señor con todas vuestras fuerzas, sólamente él puede interceder entre nosotros y estas traicioneras corrientes.

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22/11/2012, 01:08
Joao Aveiro

Horas más tarde y tras la intervención del marinero Gonzalo, el médico empezó a cavilar recordando sus libros ahora perdidos de medicina. - En efecto deberíamos conservar nuestros orines, pese a lo que se pueda pensar, evitarán que nos deshidratemos, - continuó - mantened vuestra frente cubierta, es preferible que rasguéis vuestras vestiduras y las uséis para evitar que el Sol os golpee directamente la testa.

- Mi capitán, - se dirigió al Capitán Valdivia en otro momento de más tranquilidad - el marinero Gonzalo tiene razón, debemos evitar caer enfermos o pereceremos, - dijo con seriedad -  me da asco tener que decir esto pero, si la cura es esquiva para alguno de los marinos heridos, habrá que tomar una dificil decisión.

Joao sabía lo que esto significaba, el agua iba a escasear pero también la comida, en ese mismo momento se arrepintió de haber rescatado a su Can pues el destino una vez más había decidido ser caprichoso, todos estos Marinos llegaría el momento que tendrían que alimentarse de "algo" o de "alguien".

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22/11/2012, 09:46
Orazio Escolano

Las horas pasaban languidamente mientras la sed y el hambre se acrecentaban en su ser. Orazio se sentía miserable e insignificante. Había llegado a la obvia conclusión de que perecerían allí, en medio de ninguna parte, como pasto de los tiburones o las aves carroñeras. Poco mas que alimento podrido por las aguas y el sol, que observaría impasible el festín desde la órbita astral.

No le hacía falta mirar donde señalaba el experto marino, ya se había esperado eso desde el primer instante de caer a las frías aguas de ese cruento océano que les llevaría a su fin. Orazio era un hombre tímido, pero desde luego no era un cobarde, y no temía morir. Sin embargo, si que temía morir de una manera indigna, y las palabras de Joao le pusieron los pelos de punta.

- ¿A-a-acaso estáis ha-ha-hablado de lanzar a los heridos al agu-u-ua como si fuesen esco-o-oria?- Preguntó tartamudeando con el ceño fruncido.- Son p-p-personas, y merecen de nu-u-uestra consideración. Si tenemos que mo-morir al menos aga-a-amoslo manteniendo nuestra dignidad...-