Partida Rol por web

El brazo con el que embrazaba el  desaparecido escudo  cuelga   casi inerte  pegado al cuerpo   , no parece  estar roto pero esta adormecido y a duras penas  me siento  los dedos.  Levanto el martillo y lo dejo caer sobre el coloso mutante intentando  echar una mano al estaliano pero   veo como el arma pasa inofensivamente  al lado de  su pata derecha.

El maldito hombre bestia la había tomado conmigo, y eso que Leonard le estaba llenando el cuerpo de flechas, tanto que cuando acabáramos con él parecería un alfiletero.

Aparapetado tras el arbol podría aguantar toda la tarde, pero no era eso lo que se esperaba de un futuro cazador de brujas.

Me quité el sombrero de ala ancha, le tenía bastante aprecio, pero si tenía que elegir prefería que fuese él antes que yo.

Lo lanzé hacía la derecha confiando en distraerlo mientras rodaba por el suelo hacia la izquierda para tener a tiro al hombre bestia y disparaba, pero la dificil maniobra me mareo tanto que el vitore salió disparado directamente hacia las hojas más altas de los árboles.

Aquello era un torbellino de pelos, y nada contento por aquella temprana situacion solo habia una manerade terminarla, liquidando a aquellas criaturas estos bosques volverian a estar en paz y el Imperio podria seguir su "sino" teniendo algunos enemigos menos a los que combatir.

Alzando mi hacha ataque con frustracion al que portaba el arma a dos manos, despues de ver volar el escudo de Hans temi por el mio y por mi propia salud, y aunque el ataque fue bien medido no supe calcular el dano real que habia producido a aquella mole.

Aquello lejos de acabar y haciendose dano mutuamente cada grupo, aun seguian todos los contendientes en pie pero los nobles paladines del Imperio, aun tenian alguna baza por sacar.

Leonard lejos de todo y con su fiel punteria, consiguio hacer dos buenos impactos al hombre bestia que portaba aquel terrible arco, no solo dandole en que pensar si no marcandolo con un virote clavado en su cabeza y otro en su pierna derecha. Parecia en aquel momento un poste de pruevas para disparar, pero la pierna del pie cayo al momento como escupida por aquella dura piel.

Adalberto bailaba sin prisa pero sin pausa, aquello era un pribilegio para ver si no fuera porque estaban todos intentando consevar sus vidas, asi que paso relativamente desapercibido, incluido los danos que iba produciendo lentamente. Adalberto supo por la posicion aun mas encorbado del animal que estaba grabemente herido y que no tenia mucho mas que hacer que cobrar cara su vida.

Hans impresionado por la temible acometida, se preparaba para lo peor haciendo que su ataque pasara muy desapercibido, pero aquel no era momento de remilgos, era momento de rezar y darlo todo o no saldriande alli.

Otto hizo un movimiento inteligente, ofrecio su sombrero como pago por no recibir una flecha, habia que ser coherente aquella bestia tenia punteria pero era un poco corta, Otto aprobechando aquel despiste disparo su propia flecha pero ademas de errar el tiro escucho un "krack" en el arma que no le gusto nada. Mirando su nueva arma vio como un virote se habia salido del tambor de proyectiles y estaba cruzado en medio de todo el sistema, solo tenia ganas de maldecir pero el silencio fue su amigo.

En ese momento alguna criatura, bufo en la espesura del bosque y el eco recorrio toda la zona.

Gerard aun escuchando este animal sonido ataco, consiguiendo un impacto claro aquel animal que se entretenia en Hans habia dado un tiempo precioso para que el ataque fuera bien dirigido y sin restricciones consiguiendo quizas mal herir a la criatura que comenzaba a empaparse de sangre desde la cabeza hasta el cuello.

Kurdrim pese a su tamano, quien lo hubiera dicho, era un combatiente mas que experto y mas que capaz su longebidad podia ayudar a esto, pero tambien su cabezoneria no iba a salir de alli hasta terminar aquel trabajo eso era algo tan claro como que al dia siguiente saldria el sol. Ataco de soslayo y luego por lo alto aprobechando el movimiento de la bestia con alabarda, pero aquello fortalecio la idea de que estaba inbuido de alguna manera por magia, ya que aunque impacto no parecio que apenas sufriera, medio segundo despues se derrumbaba como si hubiera dudado de ello,  con la lengua saliendole de la boca aspiro su ultimo aliento y alli quedo desangrandose a los pies de un enano sudoros y de un Estaliano divertido.

El reboltijo de hojas continua de un lado para otro, mientras pies y pezunas se esquivan y se atraen, todos esperaban una manana tranquila en un pueblo no muy lejano pero ahora sin ayuda a los pies de ese pueblo sufren una emboscada que puede hacer cambiar todos sus planes de un solo plumazo.

Aquella bestia acometía con tesón aunque como diría su maestro, carecía de la técnica. Sus movimientos eran predecibles hasta el punto que al estaliano no le costaba imaginarse por donde vendrían los golpes, aunque si bien era cierto estos venían con mucha fuerza.

Criatura del infierno, hueles peor que las rameras mas baratas del puerto, y ya es decir...

Al espadachín le sobresaltó un escalofrío al pensar en tal cosa, aunque se recompuso rápidamente, se destrabó de combate y volvió a lanzar dos estocadas a su enemigo, fallando la primera de ellas, impactando con la segunda de manera pobre, quizás afectado por el hedor de la bestia o la dura imagen que acababa de recordar.

Sin duda hay cosas bellas en Estalia, pero las p**** del puerto no están dentro de ese grupo...

- ¡Vamos señores! ¡Acosad al enemigo!

¡Mierda, ese sombrero me gustaba!- Pensé al ver mi bonito sombrero atravesado por una fecha del hombre bestía. Auténtica mala pata, pero al menos la flecha no se había clavado en mí.

Mi mala suerte estaba lejos de acabarse pues acto seguido, la ballesta se encasquillaba dejándome de momento desarmado. Miré la situación del combate, el hombre bestia de la alabarda estaba completamente rodeado y pronto caería, pero el del arco era un oponente aún bastante poderoso, incluso con las flechas de Leonard clavadas en su cuerpo.

¡Decidido!- Corrí en su dirección esperando que mi movimiento le sorprendiera para poder llegar al cuerpo a cuerpo contra él.
 

Le propiné una fuerte patada al cadáver aun caliente del hombre bestia que yacía ante mi. Realmente había creído que iba a durar más, por fortuna los Dioses me han sonreído esta vez

(¡Déjate de pamplinas, viejo bobalicón, y gírate a por otro de esos seres!)

- ¡Tienes razón, vamos a por otro!- mascullé algo azorado mientras me lanzaba a la carga contra el hombre bestia con el arma a dos manos

Quizas no estaba tan bien preparado como creía ,en cuanto pueda debo mejorar mi formación marcial . Es lo primero que me viene a la mente al ver como mi ataque vuelve a fallar.Señor de los sueños debo de hacerme digno de llevar tu símbolo y hasta que esto no suceda acepta mi voto de silencio a modo de expiación.

El maldito hombre bestia seguía en pie pese a todo, al menos sus compañeros habían acabado ya con uno de los de cuerpo a cuerpo. Leonard intentó acabar con su objetivo con una o dos flechas más, pero la primera se clavó por poco donde se encontraba y logró eludir pese al daño la segunda. Al menos esperaba distraerle la atención, ya que mientras disparaba observó como Otto se lanzaba a la carrera contra él.

Aquello se convirtio en un batiburrillo de golpes, el hombre bestia viendose rodeado intento dar un golpe de gracia ha Hans, pero mientras sucedia esto Otto paso zumbando hacia el hombre bestia con arco, intentando trabarse con el en cuerpo a cuerpo.
 

Aquello sucedio muy rapido, y apenas se vio llegar el hombre bestia mirando fijamente al sacerdote y quizas resignado si un tipo de bestia como aquel podia resignarse a morir si es que entendia aquello, movio su arma lo mas fuerte que pudo para intentar matar y morir en un ultimo intento, el arma bamboleo por delante de la cara de Hans consiguiendo unicamente dos cosas; mover el aire y tirarle el sombrero, y asustar nuevamente a aquel devoto hombre por la inmensa fuerza que posea aquel astado animal. Mientras ocurria esto Adalberto con ojo riguroso, que venia de oficio, clababa dos estupendos golpes que desgastaban terriblemente al animal y que Kurdrim supo finiquitar, no exento de brutalidad enana muy necesaria y bien venida en estos momentos.

Antes que el pobre hombre bestia caiera al suelo rodeada por aquella turba y con un escudo roto en su haber. Dos flechas adelantaron al rapido de Otto, impactando una de ellas en un arbol cercano y la otra perdiendose en el bosque sin hacer blanco visible. El animal miro intensamente a Otto, con muchisimas intenciones de disparar o matar con sus garras a aquel humano, pero hizo algo completamente inteligente llegada a aquella situacion, dio media vuelta y comenzo a correr lanzando tierra que hacian volar sus pezunas en todas direcciones.

Medio segundo despues, el ultimo hombre bestia al igual que el primero se resistia a doblar la rodilla, pero lo hizo cual largo era, espirando su ultimo aliento al tocar el suelo, parecia que este dia y los proximos los bosques iban a estar un poco mas libres de bestia lo cual era todo un motivo para celebrar, pero a estos aventureros el trabajo se les acumulaba y no precisamente encima de la mesa.

Levanto al mirada hacia el cielo y elevo una plegaria muda para agradecer haber salido con vida del combate .Al terminar recojo mi sombrero del suelo y lo golpeo con ganas contra la pierna para quitarle la tierra antes de ponérmelo .Echo un último vistazo al maltrecho escudo y son un suspiro me dirijo había el profeta para ocuparme de sus restos .

¡Muere aberración!- rugí mientras clavaba mi hacha en el pecho de la bestia, provocando un fuerte chasquido de huesos rotos, antes de extraer el arma de un tirón y causar un estallido de sangre que salpicó en todas direcciones. Otra bestia menos, ya quedaba una... y el brujo, este donde este

Con el otro cadáver en el suelo y sin haber sufrido bajas clavo mi mirada en el hombre bestia restante... o donde se supone que debería haber estado solo para comprobar como aquel ser había emprendido una rápida retirada dejando tras de sí únicamente unas gotas de su negra sangre y el polvo de la tierra alzada en la fuga. Gruñí una maldición. Sabía donde estaban mis límites y desde luego el perseguir a un hombre bestia por mitad del bosque, llevándome ventaja, era uno de ellos

-¡ La próxima vez probarás el filo de hacha, bestia!- le grité desde la distancia, amenazante, dejando que el ser huyera pues dudaba poder alcanzarlo en semejantes circunstancias. Me giré al resto -¿Todos bien, humanos?- pregunté antes de agacharme junto al último cadáver y limpiar la sangre del arma en su cuerpo y en las pocas ropas que portaba, dedicándome entonces a registrar ambos cadáveres concienzudamente

El hombre bestia hizo lo más inteligente, huir antes de quedarse y correr el mismo destino de sus dos compañeros. Ahora me tocaba hacer lo mismo a mí. Dejé de perseguirlo, pues aquel engendro del caos conocía mucho mejor que yo el bosque y podría emboscarme en cualquier momento.

Regresé con mis compañeros con la esperanza de que el predicador estuviese aún con vida. Una vez pasada la excitación del combate me di cuenta que notaba cierto entumecimiento en mi brazo izquierdo, sobre todo alrededor de la zona donde la flecha del arquero había traspasado la armadura y hendido mi carne.

Cogí mi sombrero del suelo, la flecha lo había dejado inservible, comprobé disgustado. Lo deje caer en mitad de los árboles y fui por mi ballesta. Siempre me había servido bien, pero mientras la desatascaba me pregunté si no era hora de empezar a usar la que llevaba en el petate y tenía grabada el símbolo de mi orden.

Estoy bien. - Contesté a Kudrim que rebuscaba en ese momento entre los cadáveres.- Una flecha en un brazo no me postrará en la cama.

Cobarde... - musitó Leonard al ver como el último hombre bestia huía con un par de sus flechas clavadas en su cuerpo. Si sólo hubiera logrado clavarle alguna más, serviría de abono al igual que los otros... aunque al igual su sangre corrupta le haría más mal que bien a este bosque.

Mientras Otto se detenia, el hombre bestia que huia miro hacia atras clavandole una mirada como aquellas flechas negras que lanzaba. Al parecer Otto se habia hecho un amigo en el bosque, aunque el no lo entendiera en ese momento.

El grupo se concentro para registrar los cadaberes y para mirar el cuerpo del loco, tendido y en lento rigor mortis, algo nada agradable para quien no lo ve continuamente. Por un lado del mismo se encontraba su sombrero de copa caido, y un charco de pis caliente que salia lentamente.

Hans ya rezaba una plegaria, y mas que nunca si cabe lo hacia con verdadera devocion.

Como siempre, el estaliano soltaba estocadas certeras dirigidas a la muerte de su enemigo, y como muchas veces le había ocurrido, cuando mejor tenía a su enemigo tocado venía alguien a arrebatarle la gloria. El enano (o su amigo imaginario, o los dos) había reventado a su enemigo antes de que él pudiera rematarlo, y el estaliano se lamentó de su mala dicha.

Al ver como el arquero huía despavorido, pensó: ¿Por qué no?

Así que soltó su estoque, sacó la pistola de su cartuchera apuntó, y se encomendó a Mirmidia.

Y parecía que Mirmidia no estaba mirando en ese momento, porque su disparo fue al cielo

Creo que sería una buena ocasión de darnos una vuelta por el pueblo de al lado antes de seguir. - comenta Leonard al ver los costes del combate, el botín y que ya no podrían hacer nada con el Hombre Bestia huido.

- Yo tengo que vender todas las cosas que conseguí en el anterior pueblo, y convendría que reponiese el disparo que acabo de hacer. Si podemos hacer una paradita mejor que mejor, además, tengo que lavar la ropa.

Bien era sabido entre el grupo que el estaliano era un vanidoso, que no podía estar menos de una semana sin cambiarse la muda. "Limpio que es uno"