Partida Rol por web

La criatura cae, decapitada por Ryo.

Cuando cae al suelo, observais que llevaba un amueto al cuello.

Respira aliviado al rebotar la cabeza de la bestia contra el suelo, pero no se permite desfallecer, duda que esto haya acabado.

Aprovecha el momento de respiro arduamente conseguido para curar las heridas de sus compañeros y las suyas propias, y una vez Seelah recupera la conciencia le ofrece una de sus posiciones de curar heridas moderadas.

Una vez hecho esto observa con atención el amuleto de la bestia, claramente es mágico y parece mejorar la defensa. Probablemente les sea más útil a nuestros paladines, piensa.

-Magnífico golpe, Ryo.

Me detengo a respirar mientras Lem nos va curando. Como siempre, me sorprende que sea tan fácil deshacer heridas y arañazos. Rehúyo los ojos de Seelah y de Namine, no puedo evitar sentirme culpable de no haber hecho más en el combate.

Mientras nos reponemos, me acerco a la trampilla y busco por si hubiera alguna trampa. Ya sería lo que nos faltaba.

Satsifecho por el golpe final Ryo sonríe. 

No siempre será así pero hoy Iomedae nos ha sonreído.

Tras el pensamiento Ryo vuelve a la cruda realidad. Acercándose a Seelah saca su varita para curarla.

Iomedae está contigo, no te preocupes que saldrás de esta. 

Quédate mejor con el amuleto que de momento creo que aunque lo necesitaremos cualquiera de nosotros dos, ahora mismo estás más maltrecha que yo.

Tras la recuperación hace una oración por la loba caída y se dirige a la trampilla que está inspeccionando Merisiel sin acercarse en exceso hasta que confirme que no hay trampas.

Seelah recupera la consciencia gracias a los cuidados de sus compañeros. Agradecida les da las gracias y su bendición - Gracias por vuestra ayuda chicos, creo que no lo habría conseguido sin vosotros. Que Iomedae os bendiga y os de fuerza y precisión para afrontar esta ardua tarea. Lem tengo una varita de curar heridas leves la usaré para curarme, gracias de nuevo. -  Seelah usa la varita consigo misma notando el ya conocido calor mágico que tantas veces le ha salvado la vida. Tocandose donde antes tenía la grave herida que poco a poco va desapareciendo piensa en lo cerca que ha estado de fallecer. recuperandose de ese pensamiento funesco pregunta al grupo - ¿Alguien necesita más curaciones? - 

La trampilla esta cerrada con llave y Merisiel no encuentra trampa alguna.

Me levanto y me dirijo al grupo:

-No he encontrado nada peligroso, pero está cerrado. ¿Me pasáis la llave para ver si hay suerte? Si salta algo que se me haya escapado, podré esquivarlo - digo con confianza.

Normalmente me daría igual si otro lo hace saltar, pero no voy a endeudarme más por tener más fallos. Mi libertad es lo primero.

La puerta se abre mostrando unas escaleras que descienden...

Hileras de hongos pálidos crecen a lo largo de las paredes revestidas de ladrillos de esta catacumba. Hay una gruesa capa de barro en el suelo, numerosas huellas de tamaño humano a lo largo del centro mientras ovillos de setas amarillas crecen cerca de los bordes.

Viendo que Namine continúa malherida por el combate Ryo le acaba de curar con su varita. 

Tras esto pregunta al resto de compañeros.

Desgraciadamente no veo en la oscuridad, ¿alguno de vosotros tiene alguna antorcha o algo que pueda iluminar?

me levanto secandome las lagrimas por la perdida de mi amiga. Ahora no es momento de llorar hay que seguir adelante.

-Gracias por la ayuda ryo, ya estoy mejor. Yo no llevo nada que alumbre. Igual podemos hacer un apaño con algo de aqui.

-Yo tengo una linterna.
Dice mientras rebusca en su mochila. Una vez encendida la alza, iluminando la angosta sala.

Al avanzar y doblar el recodo veis a unas criaturas humanoides, con tiras de carne morada pegadas a los huesos y ojos rojo sangre que aparecen entre las sombras para acercarse a vosotros ... van bestidos con restos harapientos de habitos y notais como la temperatura desciende ...

-Uno detrás de otro. Masculla mientras retoma su danza guerrera.

-Maldita sea! -exclamo mientras me coloco para arrojar una daga a la criatura más cercana. Siempre puedo recuperarlas, y tiene sentido que quien tiene armadura pesada se ponga delante. Sobre todo si no soy yo.
 

La daga impacta en una de ellos.

percep