Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Festival.

Acto II. La Propuesta.

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28/02/2021, 09:30
Crodos Mornward

Crodos echó mano de su bolsita de cuero para revisar el magro contenido.

— Hum, me temo que por mi parte adquiriré tan solo una redoma de curar heridas leves. — se giró hacia Lasar y Lerissa — A no ser que vosotros también queráis alguna.

Mientras esperaba a que sus compañeros contaran sus monedas y le dieran una respuesta, el paladín volvió a dirigirse a la herbolaria mirándola a los ojos con amabilidad.

Gracias por atendernos. De camino a la ciudad fuimos emboscados por unos hombres-pez. Tuvimos suerte esta vez, pero creo importante portar alguno de estos brebajes que pueden salvar la vida. — explicó innecesariamente — En los últimos tiempos el mal campa a sus anchas por los caminos. Aunque me temo que también tras los muros de las ciudades... Hemos escuchado algunos rumores acerca de que los honrados comerciantes de esta ciudad, como vos, están sufriendo chantajes. De ser ciertos, tal vez podamos ayudar. ¿Os dice algo el nombre de Von Kammerstein?

El paladín observó la reacción de la semielfa, mirándola a su vez como alguien honesto en quien confiar y pedir ayuda.

- Tiradas (1)
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28/02/2021, 11:15
Lasar Etreri III

Me pareció divertido cuando el chucho peludo intentó amenazarme, seguramente quería olerme el ojete, como suelen hacer los de su especie. Tal vez debería de mearle en la pierna, para marcar mi territorio. Con el orín en su cuerpo, ya podría decir que olía a hombre. Aunque algo en su tono no me gustó, parecía que se había enfadado de verdad y su amenaza iba en serio, así que dejé de bromear con él.

Después de este pequeño interludio que había hecho para no aburrirme y quedarme dormido, después de toda la cháchara de mis compañeros y del tipo calvo, cada uno decidió irse por su cuenta. El malhechor y sus dos seguidores por un lado, la clériga que había comido lengua y ya hablaba más que yo, por otro; así que yo me uní a la exótica Lerissa y al buen Crodos para ir a comprar algunas bagatelas.

En la tienda de una joven vendedora, Crodos estaba comprando alguna poción de curación, además de intentar obtener información. Yo le puse ojitos y una pose sensual para atraer la atención de la mujer; quizá así, obtuviéramos alguna rebaja en el precio final.

-"¿Y dice usted, bella dama, que son cincuenta monedas de oro las pociones? ¿Qué le parece si le compro dos más y nos deja las tres por ciento treinta monedas y una cita conmigo?"

Sonreí para enseñarle mis blancos dientes y que se quedara deslumbrada por los reflejos que en ellos se veían. Me quedaría casi sin monedas, pero si íbamos a entrar en combate, puede que mis compañeros necesitaran esas preciosas redomas de vitalidad.

- Tiradas (1)
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28/02/2021, 10:40
Akta

Confusa y dolida por no entender que me pasaba, ni lo que le pasaba a Crodos conmigo y mucho menos por sentirme impotente para gestionar todo aquello delante de Mitil, me vi obligada a dejar el grupo. Si bien era cierto que no esperaba que la tiefling me ayudase a comprender algo, si lo esperaba de Crodos, pero sin duda esta se vio influenciado por la lengua viperina de aquel demonio venido a la tierra y Lasar ni se molestó en decir nada.

De golpe sentí que realmente era lo que querían. Deshacerse de mí, no del bardo como decían... o como decía esa endemoniada mujer, puesto que Crodos siempre le había defendido.

Mi intención era ir al comedor, desayunar algo y marcharme a ver al pobre Jonsy, aunque claro, siendo ahora yo sola, correría un enorme peligro si me enfrentaba sola a los fieles de la diosa del placer y del dolor si veía que al inocente gigante le estaban tratando mal. Pero el dolor por lo que había pasado abajo y la confusión por lo que parecía sentir por aquel criminal me cerraron en estómago por completo y sin darme ni cuenta, salí al exterior, cabizbaja y sin saber que hacer ni que rumbo tomar.

Tal era mi malestar que no me había puesto ni el casco para ocultar mi rostro lo máximo posible, pues a parte de usarlo para protección en combate, lo usaba para que no se me viese la cara. No me gustaba como me miraban los hombres cuando me veían... mirada que en ningún momento obtuve por parte de Ironsar, aunque era normal... él ya tenía a "su pequeña" y si no comulgaba con la diosa del lugar, era normal que no se entregase a los placeres de la lujuria ni compartiese cama con alguien más que no fuese su mujer.

¿Por qué estaba pensando en aquello en ese momento? ¿Qué me pasaba con ese hombre que no me había ocurrido antes con ninguno? Sacudí la cabeza, bastante aturdida con aquel tema. No conseguía aclararlo y no sabía si lo lograría ahora que no tenía a Crodos cerca para preguntarle. Pero no me gustó como me hizo sentir ni como me dolían aún sus palabras cuando las recordaba. Sabía que tendría que perdonarle en algún momento, pero ese no había llegado aún. No mientras me doliese y ni me entendiese a mí misma.

Quien dijo que no había quien entendiese a las mujeres no se equivocaba en nada...

Y en ese momento una figura me hizo detenerme en medio de la calle y alcé mi mirada al tiempo que reconocía su voz. Mi rostro se sonrojó de nuevo al tenerle frente a mí sin poder evitarlo y sus preguntas me desconcertaron inicialmente. Miré a mi alrededor, dándome cuenta en aquel momento que estaba en la calle. Quizás si Mitil no me hubiese parado, hubiese seguido caminando sin parar hasta salir de la ciudad y mi equipo estaba en la habitación de la posada. Solo mi fiel espadón y mi armadura me acompañaban en aquel momento.

- Yo... lo siento... - Le dije a Ironsar al darme cuenta de donde estaba. - Me he separado de los demás... y caminaba sin rumbo fijo pensando en que había pasado y en porqué sentía todo lo que sentía... yo... mi intención no era seguiros, os lo aseguro. - La verdad era que no sabía como tomarme la segunda pregunta. Mi cabeza me decía una cosa, mi corazón otra y su mirada otra completamente distinta y no sabía ni por donde pisaba.

- Salvo a recoger mis pertenencias a la posada... no... creo que ahora mismo no tengo a donde ir... o mejor dicho, me encuentro tan perdida que ni se hacia donde ir. - Le dije al hombre nerviosa ante su presencia y mirando a mi alrededor con inquietud. La fiesta del placer parecía no tener fin. - Pero si tengo claro que quiero salir de estas calles. - Habían cosas que no me gustaban de lo que veía en ellas, pero no era de piedra y otras me excitaban y tener a ese hombre delante de mí no me ayudaba en nada a que se apagase mi fuego interno.

Pero por supuesto que no iba a hablarle de eso.

Me coloqué el casco y mantuve mis guanteletes en mis manos sin colocarlos aún, ocultando de nuevo mi rostro a la multitud y sabiendo que si me sonrojaba de nuevo, se notaría menos. - Lamento haberos molestado e inquietado con mis pasos... ahora que se que os seguía inconstientemente, buscaré mi camino por mi cuenta. No quiero ser una molestia ni que penséis que busco perjudicaros... - ¿Realmente le seguía de manera inconsciente? Eso parecía, pero... ¿por qué se lo había dicho? Que mas daba, ya estaba hecho. Ahora solo me quedaba apechugar con mis palabras, como me tocó lidiar con Crodos y perder... porque en el fondo sabía que había perdido. En ese momento me puse los guanteletes en mis manos. Estaba sola con mi Dios y necesitaba la mayor protección posible en aquel lugar. No llevar la armadura puesta podía ser un precio alto a pagar.

Pero lo que más me dolía era que me hubiese dejado marchar con tanta facilidad. Creí que le importaba mucho más... que trataría de hablar conmigo sin Mitil delante... a solas... ¿no era así como arreglaban las cosas los amigos cuando uno de ellos se perdía de tal manera que su juicio se nublaba? Y sí, era consciente de que mi juicio se había nublado frente a Mitil. Pero seguía sin entender el motivo.

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28/02/2021, 14:35
Lerissa

A pesar de no tener dinero para comprar, prefería acompañar a Crodos y a Lassar a la tienda que quedarme en la posada o dando vueltas sin rumbo fijo. No me parecía que fuera una buena opción ninguna de las alternativas y en cambio, moverme me permitiría ver con los ojos más descansados el lugar en el que nos hallábamos.

Para Crodos, era sobre todo una excusa para obtener información. No estaba mal pensado, sobre todo porque a mi entender, las pociones que ofrecía la tienda eran caras, bastante, Claro que si alguien quería algo, también debía pagar por ello. Mientras tanto, Lassar, como siempre, intentaba atraer con su labia lo que no conseguía con su música. 

No dejaba de ser divertido, a su manera.

-Mi querido bardo; y quién te ha dicho que le interesan los hombres dotados como tú y no las mujeres interesantes como yo -le apunté, mirando los ojos de la muchacha a través de los finos cristales de sus lentes.

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01/03/2021, 01:42
Herbolaria

¿Von Kammerstein? - Miró a un lado y a otro de la tienda tras susurrar aquel nombre como pregunta. 

Parecía algo nerviosa. Sin duda aquella pregunta le había alterado bastante. Tan solo cuando comprobó que nadie escuchaba lo que tenía que responder se atrevió a hacerlo.

Le pagamos por su... - Dijo de nuevo en un susurro e hizo una breve pausa. - ...por su protección. Ya me entiende... -Confesó evidentemente resignada y sin decir todo lo que en realidad hubiera deseado.

Entonces, llegó la pregunta en tono más desenfadado del bardo y la intervención de Lerissa en tono de broma. Porqué... ¿Era una broma, no?

- ¿Ciento treinta monedas por tres pociones? - Se llevó la mano al mentón. - ¿Y añade usted una cita conmigo o... - Miró a la tiefling. - ...con ella? - Sonrió. - Me parece un precio adecuado. Aunque lo de la cita, ya es excesivo. No quisiera estafarles a ustedes.

Notas de juego

Lasar: La tirada que has hecho no se corresponde con la narración. Más bien has tirado un persuadir, que en eso tienes un +8 para un total de 20.

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01/03/2021, 02:06
Mitil Ironsar

Me desconcertáis. - Respondió Mitil realmente confuso, aunque trataba de no aparentarlo. - No me molesta que vengáis con nosotros. - Dijo finalmente. - Al final, si vamos a trabajar juntos, quizás será mejor que nos conozcamos un poco... - La miró de arriba abajo. - ...más. - Ladeó la cabeza. - No creo además, que sea conveniente que transitéis sola por éstas calles. Se ve que podéis defenderos sola sin problema alguno, pero aún así, hay muchos ojos que os observan. - Hizo una breve pausa. - Si lo queréis así, podéis venir conmigo. Recoged antes vuestros enseres. Aquí os esperamos.

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01/03/2021, 03:11
Akta

- No entiendo porque debería hacerlo. La que está desconcertada y hecha un lío soy yo ahora mismo y me temo que vos sois la causa. - Le respondí a Mitil con esa sutileza que no tenía en cuanto a los temas del corazón ni las conquistas. Me habían enseñado a decir la verdad, a ser directa y sincera, a pelerar y a seguir la ley y el orden impuesto por Seyran.

No quise tomar el camino del celibato porque quería probarlo antes de saber que me perdía y quedó claro que me gustó lo suficiente como para no tomar esos votos. Aunque una familia no fuese mi prioridad ni para lo que me educaron, y menos aún después de ser abandonada, el sexo era algo divertido y desestresante, sobre todo cuando no habían cabezas que cortar. Y por supuesto, jamás me instruyeron en los temas del corazón pues este debía permanecer en su totalidad para Seyran.

- Lo siento. Se que soy muy directa y poco sutil, pero... una es lo que le enseñan y me crié en un Templo de Seyran desde que me dejaron en él de pequeña. Así que hay cosas que se me escapan. - Le conté al hombre al ver como me miraba y su interés por conocerme algo más. Supuse que se refería a eso.

- En cuanto a los ojos que me observan... es algo más habitual de lo que pensáis, por eso procuro no quitarme el casco, pero está claro que una armadura completa donde la gente va casi desnuda, llama demasiado la atención. Y más aún si es una mujer quien la porta. - Le dije dibujando una sonrisa en mi rostro tras decirme que podría ir con él. No sabía porqué me invadió aquel sentimiento de felicidad, pero verme sonreír por esa causa era algo complicado.

Quizás mandarme a recoger mis cosas, fue la forma más sútil de hacerme alejarme de él y así poder seguir su camino sin mí, pero si quería confiar en él totalmente, la mejor manera era accediendo a su petición. - No tardaré. - Le dije a Mitil sin ser capaz de borrar aquella sonrisa de mi rostro y no tardé en girarme y comenzar a moverme tan deprisa como el gentío y mi armadura me permitían.

No tardé en alcanzar la posada, subir aprisa a mi cuarto y coger mis cosas. Miré al enano antes de marcharme. - Iré a ver a su hijo en cuanto resuelva un asunto más... no me he olvidado de él. - Le dije antes de salir de allí y retomar mis pasos en busca de Mitil y sus hombres, esperando que realmente siguiesen allí que no me hubiesen abandonado a mi suerte. Si lo de Crodos me había dolido, estaba segura que lo de aquel criminal me dolería mucho más  y seguía sin entender el motivo.

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01/03/2021, 09:39
Crodos Mornward

Una sombra cruzó el rostro del paladín.

Os entiendo. No hace falta que digáis nada más. — asintió gravemente. La reacción y palabras de la semielfa fueron todo lo que necesitaba.

Se apartó para dejar a Lasar hacer su magia. El honesto paladín jamás regateaba. Le parecía un acto deshonroso y bajuno... Pero siendo sinceros tampoco pondría pegas si otro regateaba por él y se ahorraba así unas monedas. Había que ser práctico.

Cuando la herbolaria respondió a la oferta de sus compañeros, Crodos sonrió divertido. Era evidente que el bardo había llegado a la ciudad del putiferio reinante con esperanzas de dar rienda suelta a su virilidad, pero sospechaba que iba a seguir a dos velas un poco más.

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01/03/2021, 09:55
Lerissa

La sagacidad de Crodos nos permitió ir conociendo algo más acerca del perfil del sujeto contra el que teníamos que ir. No es que me importara demasiado. Si era malo y pagaban bien, era bueno para mí. Y si no era tan malo pero pagaban igual... pues también.

Pero supuse que los demás se sentirían mucho más tranquilos con aquella idea.

Resultó mucho más interesante ver la respuesta en el rostro de aquella mujer, al ver los comentarios de Lassar y de mí. Al mirarme, le guiñé un ojo.

-Quizás no seáis vos quien estafe, sino nosotros. No me parece un mal negocio conseguir tres pociones... y un ingrediente adicional -añadí, acercándome al mostrador y apoyándome en él, sin dejar de mirarla directamente a los ojos. Durante unos segundos, no hice otra cosa más que mirarla, hasta que finalmente, me separé, lentamente, con la misma sonrisa traviesa que le había lanzado.

-Tampoco me gustaría que perdieseis dinero. Supongo que no es una buena oferta. ¡No se puede ganar siempre! -comenté, suspirando fingidamente, como si estuviese hastiada de ser rechazada, dándole la espalda y mirando a Lassar.

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01/03/2021, 16:04
Lasar Etreri III

La cosa se ponía muy interesante. Al entrar Lerissa en el juego, mi imaginación voló por otros derroteros, visualizando a tres cuerpos totalmente distintos entre sí entremezclados con las sábanas, en una habitación perfumada e iluminada con velas, que olía a sexo. Los pelos se me erizaron al pensarlo.

-"Si le parece adecuado el precio, trato hecho. Lo de la cita, no creo que sea excesivo, si no una propina por mi parte. Si mi querida Lerissa también quiere acompañarnos, no diré que no a eso."

Saqué de mi bolsa del cinturón unas noventa monedas de oro, que le tendí a Crodos, para que terminara de pagar las tres pociones. Le había rebajado la suya diez monedas.

-"Mi buen Crodos, aporta cuarenta monedas y encárgate de las tres pociones. Os confío las mías y sé que hago bien, ya que si hay que entrar en batalla, yo puede que no esté en primera línea. Repártelas como bien veas."

Notas de juego

La tirada la hice porque me la pediste anteriormente, pero me di cuenta que ya no valía para nada. Si quieres usarla para persuadir a la semielfa de que se quede prendada de mí, adelante. Jejejejeje

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01/03/2021, 23:49
Crodos Mornward

Crodos se mantuvo al margen de los flirteos que volaban por la tienda en todas direcciones como si fueran saetas. Por un momento pensó que la herbolaria pudiera tomarse a mal la osadía de Lasar, pero ah, ignorante de él, olvidó que se encontraban en una ciudad de vicio y depravación, y hasta la herbolaria de más inocente apariencia respondía a los coqueteos, esta vez no del bardo, que era lo esperable, sino de la tiefling. ¿Y planeaba volver a traer a Seyran a los corazones de estos ciudadanos? Por lo pronto le parecía una batalla perdida.

Con esos pensamientos Crodos recibió las monedas de Lasar y añadió cuarenta más de su bolsita de cuero.

— Tres pociones curativas, pues. — dijo pagando el precio acordado, dando por finalizada la transacción. Al menos por su parte, que no contemplaba propinas ni ingredientes adicionales — Así lo haré, Lasar el Tercero, y gracias. Podéis confiar en que mantendré estos viales a salvo para quien más los pueda necesitar. Pero quiera Seyran que no tengamos que llegar a ello.

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02/03/2021, 02:57
Narrador

Akta se marchó con el temor de ser rechazada, de que la hubieran mentido y durante el tiempo que transcurrió entre que regresaba a por sus enseres personales a la posada y regresaba junto a su nuevo jefe, mantuvo ese temor. Esperaba que no le hubieran mentido y así fue. Mitil junto a Bloj y el ser con rostro canino, se encontraban allí esperándola. Cuando se reunió de nuevo con ellos siguieron su camino.

Fueron hasta la otra punta de la ciudad, pasando antes por una pequeña plaza. Fue allí donde Mitil le comentó que iba a tener lugar la reunión del cabecilla de la banda rival, con la iglesia de aquella depravada diosa del dolor y del placer. Le contó que en principio se iban a reunir en el interior de una posada, la cual se encontraba en esa misma plaza, donde también estaba el templo de Seyran de la ciudad.

Después de aquello siguieron avanzando hasta una callejuela oscura. Se plantaron ante una puerta y Mitil tocó con los nudillos sobre la misma, martilleando con una clara sucesión de golpecitos predeterminados, una contraseña. Unos pocos segundos después la puerta se abrió un un hombre de pelo largo trenzada les dio la bienvenida con una sola mirada.

Acto seguido y con Mitil a la cabeza, pasaron a una sala contigua, bastante bien amueblada e iluminada con lámparas de aceite. Mitil le ofreció asiento a Akta en un sillón de apariencia cómoda, mientras Bloj y Zhaghun tomaban asiento también. Allí había otras dos personas y una mesa llena de fruta fresca y una botella de vino. No estaban solos, además del tipo que les había abierto la puerta, había otras dos personas, una chica y otro joven.

          

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02/03/2021, 02:58
Mitil Ironsar

La chica se llama Tilla, él es Zacchari y el que nos ha abierto la puerta se llama Rufus. - Le presentó Mitil al grupo. - Puedes coger algo de fruta y si quieres quitarte la armadura... - Cogió un racimo de uvas mientras se recostaba en uno de los sillones. - ...estás entre amigos. Aquí estás segura. - Le dijo.

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02/03/2021, 03:00
Tilla

La mujer no pareció ver con buenos ojos la llegada de una intrusa. La examinó de arriba abajo sin muy buena cara y finalmente se acercó a Mitil. No parecía demasiado contenta y si dispuesta a rebatirle a su líder la decisión de llevar hasta su guarida, a una ajena a la organización.

¿Quién cojones es esa tipa? - Le preguntó por lo bajo, aunque fue escuchado sin mucha dificultad por Akta. - Podrías estar comprometiendo la operación. ¿Sabes algo de ella? ¡Por todos los dioses, Mitil, es una seyranita! ¿En qué estabas pensando?

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02/03/2021, 03:06
Bloj

Hazme caso, encanto... - Le dijo Bloj a Akta. - ...y siéntante. Relájate un poco y come fruta y bebe vino. No vale la pena discutir con Tilla. ¿Sabes?

Acto seguido fue el propio Bloj quien hizo caso de sus propios consejos y agarró la jarra de vino y se llenó un vaso hasta arroba agarrando también una manzana y sentándose en un sofá situado en una esquina, junto a una estantería y sin más. comenzó a comer, pero sobre todo a beber.

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02/03/2021, 03:08
Mitil Ironsar

¿Vas a rebatirme mis jodidas decisiones, Tilla? - Le preguntó enfadado Ironsar. - Confío en ella. No creo que nos vaya a traicionar y más teniendo en cuenta precisamente, que es una jodida seyranita. - Alzó la mirada y se encontró con la de Mitil. Parecía que aquel hombre sufría en cierta medida porque su invitada tuviera que presenciar aquella discusión. - Si quieres discutir ésto, lo haremos en otro sitio. Hay suficientes habitaciones en esta casa, como para no tener que hacerlo aquí. ¿Queda claro?

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02/03/2021, 03:15
Herbolaria

- Nunca he tenido una cita con... - Se ruborizó. - ...con una mujer y menos con una mujer de... - Miró a los cuernos de Lerissa. - De esas características. Pero tampoco he tenido muchas citas con hombres... - Sonrió y se puso definitivamente muy roja. Se intuía que era bastante inexperta en aquellos temas y eso a pesar de vivir en aquella depravada ciudad. - Podemos tomar algo si quieren después... - Tragó saliva. Era evidente que se estaba metiendo en un camino que pocas veces había transitado. - ...esta noche todavía dura el... - Dudó. - ...festival. Pero ahora tengo que trabajar. Ya me entienden...

Notas de juego

Pues nada. Si queréis tenéis una cita por la noche... eso si sobrevivís al encuentro que tenéis al atardecer jeje.

Y ahora qué? Dónde vais?

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02/03/2021, 15:22
Lasar Etreri III

Todo fue de perlas.

-"Yo tampoco lo espero, mi buen Crodos, pero mejor ir preparados y con el arma cargada, como suelen decir." Dije tocándome el enorme paquete mientras hablaba.

Una gran sonrisa surcó mi rostro cuando habló la semielfa.

-"Por supuesto bella dama. Esta noche usted tendrá la cita más maravillosa de su vida. Además, intuyo que nuestra querida Lerissa no dirá que no a esa cita, ¿verdad?"

El sueño o visión que había tenido instantes antes podía hacerse realidad esta misma noche. Saqué mi laúd y empecé a tocar una alegre tonada que se me acababa de ocurrir. Mirando a una y a otra mujer, mi corazón bailaba alegre y desbocado.

Quienes aman por necesidad,

semiocultos,

sin barreras en sexo ni en edad,

raza o condición.

A quienes piden un beso

como yo,

cuando os deseo...

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02/03/2021, 16:53
Akta

Mi temor no se desvaneció hasta que vi que Mitil continuaba allí, donde lo había dejado, junto con sus dos compañeros. Estaba claro que podía confiar en él a pesar de ser un criminal, algo que empezaba a dudar sobre Crodos y eso que era un paladín y de mi misma orden. Tenía que aclarar mi cabeza con respecto a él y lo mejor por ahora era estar lejos de su lado, aunque no estaba segura si seguir los pasos de quien parecía ser el centro de mi discoria con el paladín fuese la mejor de las ideas. Pero tampoco es que tuviese más opciones y... realmente quería estar a su lado.

Mitil aprovechó para enseñarme la parte de la ciudad donde nos moveríamos y observé en silencio el Templo de Seyran mientras lo dejábamos atrás. Evitaba las miradas directas de aquel hombre, pero también las de los lugareños, ocultándome bajo mi armadura. No le pregunté a donde íbamos pues supuse que sería a su refugio y simplemente me dejé llevar, mirándole cada vez que podía a escondidas y desviando mi mirada cuando este lo hacía.

Al llegar frente a una puerta y la forma de golpear, no tardé en darme cuenta de que era una contraseña. No tardamos en entrar en el lugar. La verdad es que esperaba algo más... pobre, pero se lo tenían bien montado. Mitil me ofreció asiento y vi la fruta fresca y el vino. Observé los gestos de Mitil  mientras me hablaba y me presentaba a los demás, como se acomodaba y cogía aquellas uvas. - Encantada... yo soy Akta y... - Comencé a decir algo tímida, por la presencia de Mitil.

Sin duda era él quien me afectaba de aquella manera.

Pero la mujer enseguida comenzó a dar queja sobre mí a Mitil y la observé, retirándome los guanteletes y luego el casco, dejando ver mi rostro a aquellos nuevos desconocidos. Por la forma de hablarle y quejarse, bien podría ser su mujer, "su pequeña" como él la había llamado y estaba claro que desconfiaba de mí... - Su mujer sin duda y la desconfianza los celos... debí seguir mi camino, fuese el que fuese. - Me dije a mí misma para luego escuchar los consejos del tipo con cara de beodo.

Mis dorados ojos miraron a la mujer con cierto pesar, pero recuperaron su brillo al escuchar como Mitil decía que sí confiaba en mí. - Gracias mi señor. - Le respondí entonces. - No le decepcionaré. - Le dije en cuanto a su confianza depositada en mí. - Creo que seré yo quien aproveche una de esas habitaciones, si no os importa, para quitarme la armadura y ponerme mi ropa normal... Solo que necesitaré algo de ayuda para retirarme el brazal derecho completo y soltar los cierres de ese mismo lado de la armadura... Hasta ayer no tuve problemas, pero nos emboscaron de camino a la ciudad y a pesar de que Crodos hizo un gran trabajo cerrando por completo mi herida, la piel y el músculo aún me tiran y duelen lo suficiente como para no llegar yo sola a soltar esas piezas... - Dije a los presentes.

- Si alguien pudiese hacerme el favor... no tardaré mucho en cambiarme con esa ayuda. - Y así Mitil podría discutir libremente con su mujer sobre mi presencia allí. Pero a pesar del consejo de Bloj, tuve que hablarle a la mujer. - Y creo que ya es tarde para dar esa queja... Ironsar hizo bien. No voy a fallarle. No cuando me ha abierto la puerta de su casa cuando... da igual. Solo puedo darle mi agradecimiento por su confianza y su ayuda... y si alguien me ayuda con la armadura, no tardaré en volver sin ella y responderé a las preguntas que consideréis oportunas, para saber de mí y si soy digna de vuestra confianza. - Repliqué a Tilla y miré a Mitil deseando que me acompañase al menos a quitarme ambas piezas de la armadura, mientras sostení mi casco y mis guateletes en mis manos.

Pero le vi demasiado cómodo tirado allí, con las uvas y con esa discursión pendiente, que parecía molestarle tener delante de mí, como para saber que no me acompañaría. - Si me indicáis que habitación puedo usar... - Solicité y esperé la correspondiente respuesta. Me iba a costar estar sin mi armadura y mi espadón ante ellos. Iba a sentirme completamente desnuda... pero si Mitil decía que estaba entre amigos y que confiaba en mí, debía mostrar que yo confiaba en él... y ese era el único camino.

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02/03/2021, 17:13
Lerissa

La chica parecía demasiado apocada para aquella clase de citas que al bardo le gustaban. Mis ojos giraron en sus órbitas y lo miré como siempre hacía, medio con cara de hastío.

-Yo mis citas las organizo sola y las tengo sin ayuda de nadie, Lassar -le dije, aproximándome a la muchacha y colocando una mano bajo su barbilla -. Si todavía estamos por aquí esta noche, tienes una cita, pero me temo que tendrás que escoger entre el ruido... y la melodía.

Obviamente, cuando dije "ruido" miré a Lassar y al decir "melodía", me refería a mí. A continuación acerqué mis labios a los suyos y le di un dulce beso, suave y tierno, antes de irnos.

Cuando salimos, miré a Lassar.

-Si quieres un trío será mejor que te busques a otra. Estoy segura de que con tu música atraerás a quien quieras.