Partida Rol por web

-Que hubiera sido un plan muy majo si no le hubieras volado media cabeza al tío.- Le digo señalándole el punto donde había disparado a quemarropa. -Sí pudieramos encontrar los putos trajes tendríamos más oportunidad.-

Desde el interfono escuché a mis compañeros, una ligera sonrisa asomó a mi cara al imaginarme la escena del cuerpo de McKenzie con media cabeza, asomado a la ventana tratando de ver que estaba vivo.

- Entonces, que les digo por el puto interfono?

Los nervios estaban a flor de piel y solamente tenía ganas de desencasquillar la mierda del fusil y liarme a tiros.

Llevé mi mano al comunicador. -Tú eres el rey de la labia, Susurro. Algo se te ocurrirá. Lo importante es que nos consigas tiempo-

Frente a la casa paran dos vehículos de la seguridad privada con las luces apuntando a la fachada. Cuatro agentes de seguridad se parapetan tras ellos y uno utiliza el altavoz para gritar: Salgan de la casa con las manos en alto, la policía ya ha sido avisada, su mejor opción es rendirse y liberar al señor McKenzie - de alguna manera se habían enterado de su entrada en la casa.

En ese momento Cables ve cómo Virus empieza a sangrar por la nariz, luego los oídos y finalmente los ojos...parece que vuelve a la realidad pero cae de rodillas y sólo puede dice"....negros" antes de caer al suelo muerta.

El tiempo cada vez era menos, cuando ocurrió lo que temía: habían jodido a Virus. Vi caer su cuerpo sin vida al suelo, y con ella la última esperanza de salir con vida. Saqué las granadas que me quedaban y se las entregué a Tanque. -Bueno tigre, es el fin.- Le dije, dándole una palmada.

Esperé a que saliera de la habitación.

... sin embargo no era mi intención acabar en una gloriosa refriega. Una vez Tanque y Susurro desaparecieran de mi vista, planeaba intentar encontrar algún escondite seguro, sin dejar de buscar desesperadamente alguno de los putos trajes. Si tan sólo lograba conseguir cambiar mi apariencia y pretender ser alguno de los matones, o incluso la apariencia de alguna chica que estaba en el lugar incorrecto en el momento incorrecto... Cualquier cosa, con tal de sobrevivir.

Agobiado y sin saber que decir frente al interfono vuelvo a subir a dónde mis compañeros.

-  Mierda! Está aquí todo el puto batallón de policía! Tenemos que salir de aquí bien rápido - miro a mis compañeros, todos agobiados - nos escondemos abajo, ponemos una granada adesiva en la puerta y cuando entren, boom! - agarro el puto subfusil - luego uso una granada cegadora para dejarlos aún más atontados y salimos por patas por la puerta de atras - miro al cadaver de McKenzie y de Virus - joder... habrá una puerta trasera no? Todas las putas mansiones tiene salidas al jardín!

Hablo rápido y agobiado, mientras manejo el subfusíl

- Y esta puta mierda que está atascada! Joder!

Tanque se reúne con sus compañeros. Y menea la cabeza. 

Nunca le hacia gracia enfrentarse a las fuerzas del orden. Era una vida dura, y aquellos maderos de medio pelo tenían familias y cosas que pagar. 

No era como aquellos cabrones que querían que un rico les pagara. Como las tropas de elite que había en la casa al llegar. 

Creo que habría que rendirse. Hemos intentando de todo para llegar a una salvación y no lo hemos conseguido. 

Si no queréis ir a la carcel, por los muchos delitos que nos imputan, lo entiendo. Aprovechadme como distracción y salir huyendo. No saben cuántos estamos aquí dentro. Y de momento no creo que nos relacionen con el tema del atentado a la corporación. 

En cuanto le dieran luz verde, saldría a dialogar con los pies planos. A su manera. 

Negué con la cabeza al escuchar a Tanque. Dudaba que los que estaban allá afuera le fueran a dar oportunidad de rendirse. Habíamos matado a un corporativo, un pez relativamente gordo.

Le di mi subfusil a Susurro. -Deja de pelearte con eso, anda.- Le dije. -Tanque, has lo que quieras.- Le dije, segura de estar mirando a un cadáver andante.

Mientras mis compañeros salen por detrás y buscan una manera de escaquearse yo empiezo a quitarme la ropa hasta quedarme desnudo.

Había que darles tiempo, y tiempo era lo que iban a tener.

Una vez completamente desnudo, coloco todas las granadas juntas y las apilo al lado de la puerta. La ultima, la cojo en la mano.

Y con mucha calma voy abriendo la puerta.

Suerte.

Digo a través del intercomunicador. Si es que aun funciona por la distancia.

Y termino de abrir la puerta de entrada en pelotas, esperando encontrarme de frente con el cordón policial.

Mi plan era sencillo. Sin ropa, no había problema con que alguno dudara que sacara un arma. Y teniendo una granada en la mano me invitarían con insistencia en que la soltara.

Y la solitaria y la lanzaría a la puerta de entrada. Y ya se sabe lo que pasa con tanta granada junta. Un pum muy fuerte.

Demasiada pirotecnia, y con suerte el resto podría escapar.

Agarro el subfusil de Cables y dejo a Tanque solo, caminando hacia la parte trasera de la casa. Compruebo que ese subfusil sí que está cargado y desencasquillado y miro a mis compañeras.

 - Queridas, hasta aquí ha llegado nuestra aventura. Por favor, aprovechar esto cómo si fuera un regalo de vuestros amigos y compañeros de fechorías. Correr y huir de aquí tan rápido cómo podáis, me quedaré cubriendo a Tanque antes de que esto se convierta en una ensalada de plomo y sangre.

Me doy la vuelta sin esperar ninguna respuesta y me oculto detrás del dintel de una puerta, viendo la silueta de Tanque mientras se desnuda. No le avisaré, sé que su orgullo quedaría herido y no quiero que se vaya así, en todos estos años he aprendido que lo que más aprecia es su propio orgullo.

Levanto la mirada y veo cómo prepara la “trampa” y se desnuda. “Joder, manda huevos, lo último que vea sea su culo peludo y desnudo”. Sonrío por lo dantesco de la situación, pero no me relajo. Agarro el subfusil y lo coloco sobre mi rodilla para tener mejor estabilidad, esperando lo inevitable.

Tanque sale a la puerta y enseguida un foco le ilumina quedando momentáneamente deslumbrado. Una voz aumentada por un sistema de megafonía grita: ¡Suelte la granada túmbese en el suele con las manos por detrás de la cabeza!

Tanque sonríe viendo que su plan va según lo que él esperaba hasta que empieza a escuchar las hélices de un helicóptero que se acerca.

Mantengo el subfusil apoyado, escondido a través del dintel de la puerta, intentado mantener la calma. “Respira hondo, exhala, respira hondo, exhala, …” me repito una y otra vez, mientras un vaso de vodka ronda por mi cabeza , “… joder, que bien me vendría ahora!”.

Compruebo que el seguro está quitado y mi dedo en el gatillo, mientras Tanque, desnudo, sale a la calle. El foco me ciega por instantes, pero al acostumbrarme a la luz veo un montón de pasma apuntando a Tanque. No abriré fuego, quiero ver las intenciones de la pasma, si me equivoco y disparo, provocaré que acribillen a Tanque y aún tiene una mínima opción.

“No puede ser, ese ruido es un puto helicóptero?” Me tenso y empiezo a pensar en que cojones voy a hacer yo si solamente detienen a Tanque.

Cuando los dos hombres abndonaron la habitación, comenzé a moverme frenéticamente en búsqueda de algún collarín. Revisé el cuerpo del imbécil que nos había metido en todo este rollo, antes salir para buscar en los cuerpos de los matones que había bajo su mando. No sabía cuanto tiempo serían capacez de comprarme Tanque y Susurro, pero esperaba que fuera suficiente...

Comienzas a registrar las habitaciones, tienes mucha prisa, no sabes lo que van a tardar en entrar a tiros en la casa pero cuando escuchas el helicóptero te dedicas a mirar por encima los lugares más evidentes buscando una caja fuerte o un escondite. No encuentras nada.

Mierda. La presión de lo que estaba ocurriendo afuera no me dejaba pensar con claridad, y finalmente me rendí a la evidencia de que no encontraría nada.

Puto Tanque. Puto Susurro. Malnacido hijo de puta McKenzie. Las probabilidades de salir de aquel lugar con vidas eras menos que cero. Respiré hondo, y me acerqué de nuevo hasta la cocina por donde habíamos entrado. Me tiré en el suelo junto a uno de los cadáveres, y me llené de su sangre varias partes del cuerpo. Quizás pretendiendo ser un cadaver lograría salir de allí. Y si no.... bueno, quedaban  solo unos minutos para averiguarlo.