Partida Rol por web

Destinos Cruzados

Prólogo - Encargo urgente

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25/03/2011, 13:33
Director

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25/03/2011, 16:22
Director

Apenas sientes el frío tacto de la piedra bajo tus rodillas mientras juntas las manos entonando tu silenciosa oración. Ha amanecido y con el despertar del sol, el templo y sus habitantes comienzan a moverse. Tu primer paso, al igual que el de otros muchos como tú, ha sido asearse para reunirse en la capilla para recitar los primeros salmos del día junto a los demás. Los ojos cerrados mientras oras en comunidad dejan libre a tus otros sentidos, que se embargan de emociones provocadas por el latir de los corazones rezando por un día lleno de gloria y bienestar para la gente de bien.

Llegado el momento, todos alzáis la voz para cantar las alabanzas en un melodioso cantar que retumba por las paredes de la estancia, vibrando lleno de una fuerza clara y pura.

Una vez terminadas las oraciones, tú y el resto de acólitos os marcháis rumbo al comedor comunal para echar una mano en la preparación del desayuno para la orden. A ti ese día se te encarga colocar los cubiertos sobre las mesas y de buena gana realizas la tarea con una sonrisa en tus labios. Minutos después todos dais gracias por los alimentos que vais a tomar y disfrutáis de la frugal comida compuesta por leche, tortas de pan y fruta.

Y con el término del desayuno llega la hora de volver a tus obligaciones diarias. Te diriges a tu habitación a través de la galería del claustro mientras contemplas la belleza del jardín interior del templo tan lleno de vida y alegría con su fuente central y las flores rodeando todo el patio. No te das cuenta de que una figura te llama justo a tu lado hasta que no repite tu nombre por una segunda vez. Allí a tu lado te encuentras con otra acólita como tú pero que sin embargo entró hace poco tiempo.

- Tú eres Sylvia ¿no es así? Sí, yo soy Martha ¿me recuerdas? Perdona que te moleste pero el Padre Dustin me ha pedido que te busque para decirte que te presentes en su despacho lo antes posible. Ahora si me disculpas, tengo que ayudar a las hermanas con el cultivo. Nos vemos.

El padre Dustin es un sacerdote joven pero influyente en el templo. Siempre se muestra cercano a todos en su trato y sus palabras rebosan bondad y sabiduría. Él te había ayudado mucho en tu primer año como acólita por lo cual aún le estás agradecida. ¿Para qué querría verte? Sólo lo descubrirías de una forma.

El despacho del padre Dustin se encontraba cerca del dispensario del templo, un lugar habituado con camas para cuando había que tratar a enfermos o heridos. Sin querer pensar mucho en el asunto te presentas ante su puerta, que ya se encontraba entreabierta para cuando llegas.

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25/03/2011, 18:19
Sylvia Falken

-¿Para que me necesitará el Padre Dustin?

Con ese pensamiento aún en mi cabeza toco la puerta de su despacho, aunque este se encuentre abierto no me parece correcto entrar sin antes avisar de mi llegada.

-Disculpe Padre, ¿me ha mandado a llamar?

Permanezo fuera del despeacho a la espera de que me responda, la curiosidad del llamamiento a estas horas se puede ver reflejado en mi rostro.

 

Notas de juego

Excelente introducción.

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26/03/2011, 10:56
Padre Dustin

- Por favor Sylvia - te reconoce la voz en el interior - No os quedéis ahí fuera; pasad, pasad.

Encuentras al padre Dustin sentado frente a un sencillo pupitre sobre el que reposan varios pergaminos. Justo parece estar terminando de redactar un escrito mientras te presentas ante él. Cuando ya concluye alza la mirada hasta encontrarse con la tuya y entonces sonríe ampliamente.

- Ah, cuánto habéis crecido en estos últimos años. Venga, no os cortéis, tomad asiento. - te señala una junto a su escritorio - Gracias, por acudir con tanta premura.

Limpia cuidadosamente la pluma con la que estaba escribiendo y la aparta a un lado junto al tintero y gira su taburete para mirar en tu dirección en una postura algo más cómoda.

- Pero por favor, contadme cómo os va. Hace meses que no hemos podido volver a hablar como antes. ¿Qué tal os va la vida en el templo?

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26/03/2011, 18:28
Sylvia Falken

Tras las palabras de invitación del Padre Dustin para que entre en su despacho y me acomode, eso mismo hago.

-Con su permiso. Y tomo asiento.

-La vida en el templo es tranquila y apacible, mis quehaceres son sencillos, aunque a la vez agotadores, pero disfruto haciendolos. Sonrió. 

-Debo de daros las gracias por los libros que me prestastéis, tenían mucha información detallada y ya me conocéis, mi curiosidad y ansías ante conocimientos nuevos me desbordan cada día más y más.

-Pero decidme Padre, a que se debe esta llamada con tanta urgencía. La hermana Martha, me dijo que me presentase lo antes posible, así que algo ha tenido que pasar, ¿que ocurre?

Le miro con gran preocupación, ya que se que no se me requeriría mi presencia con tanta premura, sino fuera por algún acontecimiento o suceso importante.

 

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27/03/2011, 20:59
Padre Dustin

El Padre Dustin guarda silencio durante unos segundos cuando le formulas aquella pregunta antes de responder. Antes de hacerlo sonríe.

- Está bien, no me andaré por las ramas. Hace dos días que llegó a mis manos un escrito procedente de la aldea de Segibias, al norte, a pocos días de camino desde aquí. Era una petición de ayuda de su capilla local pues se ven incapaces de atender a un grupo de aldeanos que han caído presa de una desconocida enfermedad, por no mencionar que los medios de los que disponen no son los suficientes tampoco.

Hace una pausa mientras se coloca las gafas que se le habían resbalado un poco por su nariz.

- Como quizá ya sepáis, Segibias es una población que sobrevive casi en su totalidad gracias a la minería por su magnífica ubicación al borde de las Montañas Afiladas. Según me informan a través del comunicado, uno a uno la gran mayoría de los mineros han caídos afligidos por esta enfermedad de la que os hablo y no conocen cura o remedio que alivie su mal. Me han pedido que envíe a alguien de la orden para ayudarles - te dice sonriente aunque en su rostro y sus palabras puedes notar cierto tono de preocupación.

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28/03/2011, 00:26
Sylvia Falken

Escucha con mucha atención las palabras del Padre Dustin.

-Vaya pobres gentes, de seguro en sus excavaciones y extracciones de minerales han debido de encontrar algo ahí debajo y ese debe de ser el causante de sus penurias.

Me acaricio el pelo, una mala costumbre que tengo desde pequeña cuando estoy pensando.

-Entonces me estas pidiendo que sea yo quien vaya, ¿no es así? Ya sabéis Padre Dustin que debéis preocuparos por mi. Le sonrio.

-Será un placer ir a ayudar en todo lo que me sea posible para salvar las vidas de los enfermos, para eso he ingresado en la orden, para ayudar a los menos favorecidos.

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29/03/2011, 17:25
Padre Dustin

Como primera respuesta a tu contestación, el Padre Dustin te devuelve la sonrisa.

- Sabía que podía contar contigo. Sois una buena chica Sylvia; joven y sin embargo valiente y de carácter entregado. Pero hay un pequeño inconveniente que tengo que solucionar antes. Aún poseéis el rango de acólita y como sabéis no se os está permito el ausentaros de las dependencias del templo durante más de dos días y ese es el tiempo mínimo necesario para que podáis desplazaros hacia allí - su semblante se vuelve algo más serio pero sin empañar su simpatía hasta que finalmente prosigue - Tendré que tirar de algunos hilos y pedir unos cuantos favores quizá pero... sí, no creo que resulte mayor problema - vuelve a sonreir - Sé que esta será una experiencia gratificante y fortalecedora para tí y que contarás con la confianza de la orden para que te permitan ese viaje. "Los jovenes son el futuro y es en sus manos sobre las que recae la responsabilidad del rumbo que tomará" - concluye recitando un pasaje de un libro que has leido pero del que no recuerdas ahora su nombre - Vuelve mañana, sobre esta misma hora, creo que para entonces podré daros la buena noticia. Pero hasta entonces... ¿no te aguardan tus tareas? Vamos Sylvia, las hermanas te deben estar ya esperando. - termina sonriente.

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30/03/2011, 00:08
Sylvia Falken

-Muy bien, Padre Dustin, mañana vendré con el equipaje preparado para el viaje. Si me disculpáis como bien habéis dicho tengo aún muchos quehaceres por hacer.

Hago una breve inclinación de cabeza al Padre Dustin.

-Que tengo un buen día Padre.

Y me voy del despacho cerrando con tranquilidad la puerta tras salir.

-Esta noche no podré dormir, puff, sino podría salir hasta mañana no me debería haber dicho nada hasta mañana, sabe como soy...en fin...espero poder concentrarme en mis quehaceres.

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31/03/2011, 11:06
Director

Sin perder más tiempo y con tu cabeza dándole vueltas sin parar a todo lo que te ha dicho el Padre Dustin, regresas a tus labores diarias. Tu retraso es advertido por el resto de acólitos y sacerdotes pero por lo que parece le restan importancia. A pesar de que no preguntas el por qué, supones que el Padre Dustin ha tenido que ver con ello, le gusta tener las cosas bien atadas y para aquellas que no puede, su simpatía con el resto de hermanos del templo le vale para salir del paso.

Llega la hora de la comida y disfrutas de ella. La tarde promete ser larga sin tener que atender a más obligaciones en lo que resta de día hasta que al fin llegue la noche y puedas cerrar los ojos y abandonarte a tus oraciones y al sueño. Quizá sería mejor si mantuvieras la mente ocupada, por lo que piensas en que podrías hacer. Después de todo, hasta mañana por lo menos no parece que vayas a tener noticias ninguna.

Notas de juego

¿Qué haces hasta que anochezca?

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01/04/2011, 21:45
Sylvia Falken

Tras haber terminado con las labores del día y disfrutar de la comida empiezo a preparar mi equipaje para el viaje que está apunto de iniciarse al día siguiente. Tras tener ya todo preparado me acerco a la biblioteca en busca de libros con los que pasar el resto del día e intentar descubrir algo más sobre lo que le sucede al pueblo minero al que me voy a dirigir.

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03/04/2011, 18:24
Director

Decides hacer una visita a la biblioteca del templo para ver si puedes encontrar algo allí que contenga algo de información acerca del pueblo de Segibias. Saludas en silencio con la cabeza al sacerdote que te recibe cordialmente a la entrada y te diriges a la zona donde se encuentran los libros que hablan de geografía.

Notas de juego

Tirada de Inteligencia normal.

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04/04/2011, 23:26
Sylvia Falken

Me dirijo hacia la sección de la biblioteca indicada para los libros de geografía. Ya que tengo interés en buscaralgún libro que facilite mi trabajo de reconocimiento del terreno. Tras pasar unos minutos ojeando libro tras libro, no encuentro nada sobre el pueblo de Segibias.

-Parece como sino existiese en los libros de geografía. Me digo a mi misma mientras abro un nuevo libro haber si con éste tengo más suerte.

- Tiradas (1)
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06/04/2011, 23:22
Director

Te lleva cerca de cuatro infatigables horas el dar con algo de información en uno de aquellos tomos. Abres sus páginas y ojeas llena de esperanza pero esta se desvanece a medida que te das cuenta de que el libro trata de poco más que de la propia geografía física de Segibias y alrededores. Hay retazos acerca de la historia local de la aldea, pero poco o nada de valor de lo que ya de por sí conocías. Cuando te das cuenta un sonido familiar te saca de tu concentración: son las campanas del templo anunciando la hora del rezo antes de la cena.

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07/04/2011, 00:18
Sylvia Falken

-Vaya, creí poder encontrar algo más de información sobre el lugar y sus gentes al que voy a dirigirme mañana.

Me levante de mi asiento y observe el panorama de la mesa que había utilizado para buscar información. Casi en su totalidad la mesa se encontraba plagada de libros, sin darme cuenta había cogido bastantes libros en busca de información.

-Menudo desorden he montado, será mejor que ordene los libros con premura antes de ir al rezo, si no me ganaré de nuevo otra bronca.

Comienzo a ordenar los libros en la mesa, al menos los dejaré bien colocados para después de cenar venir y llevarlos a su correspondiente lugar en las estanterias. Una vez hecho, salgo con prisas fuera de la biblioteca para ir al lugar donde nos concentramos para nuestros rezos.

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29/04/2011, 16:16
Director

Las horas que restan hasta la puesta de sol y con él la llegada de la plateada luna transcurren rápidas para tí y el resto de la congregación. Una frugal cena y el lecho de tu sencilla cama son recompensas más que suficientes para los que allí habitan. Te dejas arropar por el manto del sueño aunque en tu cabeza aún revolotean esos pensamientos relacionados con lo que te deparará el nuevo día.

[...]

Los primeros rayos matutinos te sacan del letargo despidiendo fulgores dorados por cada rincón de la habitación. Había llegado la hora: el Padre Dustin te aguardaba.

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04/05/2011, 18:11
Sylvia Falken

Con premura me levante de la cama, tras notar que ya estaba amaneciendo. Tras un breve estiramiento de los músculos entumecidos y el crujir de varios vertebras en mi espalda por el sopor del descanso. Me diriji hacia la mesa donde anoche había puesto la ropa que llevaría en este viaje. Con rapidez me puse toda la ropa y recogí las pertenencias que llevaría conmigo, me dispuse a salir de mi cuarto, pero antes me gire para darle un último vistazo al cuarto que me había visto crecer, una sonrisa se dibujo en mi rostro mientras cerraba la puerta tras de mi y me dispusia al encuentro con el Padre Dustin.

 

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09/05/2011, 23:35
Padre Dustin

- Pasa, adelante Sylvia- te invita la reconocible voz del Padre Dustin nada más asomarte a su puerta entornada.

Nada tiene que ver la imagen del religioso de hoy con el que te encontraste ayer. Se encuentra caminando de un lado para otro inquieto, como si buscara algo en concreto sin demasiado éxito.

- ¿Dónde lo habré metido? - murmura para sí - Estaba convencido de que lo había dejado aquí. Sylvia, concédeme unos segundos - te dice finalmente con una sonrisa mientras te invita a tomar asiento en una banqueta - Estaré contigo en un momento.

Sobre la mesa de su escritorio descansan unos cuantos libros que por lo que parece ha ido apilando allí tras sacarlos de varios estantes. Aparte de ese hecho, todo resulta igual de exquisitamente recogido como siempre lo has recordado, sin embargo ese comportamiento del Padre Dustin con su afanosa, y poco fructífera, búsqueda te hace pensar que quizá no todo esté listo todavía para el encargo del que te habló.

Al final el Padre Dustin desiste y se gira hacia tí.

- Has sido muy madrugadora, no sé por qué no me extraña, siempre tan aplicada en tus tareas Sylvia. Haces que me sienta seguro con la decisión de confiar en tí para tu inminente viaje. Sí, me has oído bien, todo está preparado para que puedas dirigirte a Segibias. Los superiores han dado su visto bueno si bien te piden que no te extralimites y tengas sumo cuidado durante estos próximos días. Si hay algo que necesites saber, puedes preguntarme sin vergüenza ninguna. Con suerte mientras tanto pueda encontrar algo que tenía preparado y a lo que parece que le han salido patas porque soy incapaz de dar con ello.

Y dicho esto se vuelve a revisar con minuciosidad una cajonera esperando a que tengas algo que decir o no.

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23/05/2011, 18:03
Sylvia Falken

Acepto con una sonrisa el ofrecimiento del asiento por parte del Padre Dustin. Una vez sentada sigo con la mirada las idas y venidas del Padre por toda la estancia.

-¿Qué le pasará? No es normal en él estar así. Le miro con un poco de extrañeza y curiosidad por saber que busca.

Cuando desiste en su intento de encontrar lo que sea que buscase, comienza a hablar sobre mi misión en el poblado de Segibias.

-La verdad es que me preocupa más vuestro nerviosismo ahora mismo que la misión. ¿Qué buscáis? Tal vez pueda ayudaros a encontrarlo si me lo decis. Vuelvo a sonreirle y me levanto de mi asiento. -Mientras buscamos puedo hacerle las preguntas sobre la misión, así, ahorraremos un crucial tiempo que los habitantes de Segibias puedan necesitar para descubrir la causa de la enfermadad.

-¿Tendré algún mapa para llegar hasta el poblado por la ruta más rápida? Sería un gran inconveniente que me perdiese intentando llegar. Vuelvo a sonreir, aunque más para mi misma que para el Padre Dustin, quien actualmente anda centrado en uno de sus cajones.

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25/05/2011, 22:23
Padre Dustin

- Oh, muy amable Sylvia. Verás, se trata de un salvoconducto -  te responde mientras prosigue - sabes lo que es un salvoconducto ¿verdad? - se frena en seco para darse un pequeño cachete en la frente al darse cuenta de su pregunta - Claro que sabes lo que es, que estúpido. Perdona, deben ser los nervios. Sí, como te decía es un salvoconducto - pone manos a la obra una vez más para continuar buscando - Lo necesitarás para llegar a Segibias. Es un pergamino enrollado, tiene un lazo rojo y... ¡ah, mira! ¡Aquí está!

Ahora sí, el Padre Dustin parece volver a ser quien recuerdas, recuperando la calma en su semblante.

- Uff - suspira aliviado - me estaba volviendo loco - termina sonriéndote - ¿Qué más me preguntaste? ¿Un mapa? Ah, no, no. No te preocupes por eso. He dispuesto todo para que un carro te conduzca hacia allí. No te dejará directamente en la aldea, pero sí todo lo cerca posible, no tendrás problemas para llegar.

Mientras te comunica esto último te adelanta el salvoconducto para ofrecértelo.

- Aquí tienes Sylvia. Consérvalo muy bien hasta que alcances Segibias; una vez allí deberás entregárselo a las autoridades.