Partida Rol por web

 - No avancéis todavía, esperad a que Rhazz nos indique que podemos hacerlo. Nuestra aparición podría sobresaltar a los gamorreanos y complicarlo todo. - Repliqué, al ver que mis compañeros hicieron ademán de avanzar hacia el otro grupo. Lo mejor sería esperar y ver lo que ocurre, ya que no sabíamos lo que estaba pasando.

Lamentabanen aquel momento haber perdido el modulo traductor universal pues su larga disertación habriabestadi interessante sitan solo entendiera una soka oalabra.

Entrare yo al palacio del hutt, luego nos reuniremos  

Sije sin saber si entenderian aunque habia acompañado mis palabrasb con gestos para reforzarlo.

Luego regreso con mis compañeros sin descuidar mi espalda.pornsi las dudas 

Las conversaciones no parecen demorarse demasiado, y Rhazz se despide de ellos gesticulando todo lo que puede, además de hablando por lo que podéis ver, ya que mueve los labios... En unos segundos, y vigilando de vez en cuando sus espaldas vuelve a estar con vosotros. 

Los gamorreanos por su parte obvian por completo a vuestro compañero y continúan su charla tranquilamente...

Tras acercarme a mis compañeros y continuando mi camino hacia la entrada les digo en voz baja.
Lamentablemente la barrera idiomatica no me ha permitido sacar provecho de aquellos dos gamorreanos, pero crei entender que no son los guardias actuales sino aquellos que quieren tomar venganza y muy probablemente esten esperando se lesnunan otros para hacer un golpe al palacio u algun objetivo local.
Era informacion exprimida con cuenta gotas pero era algo

Justo cuando comenzaban a moverse para apoyar a Rhazz, el zabrak volvió junto al grupo, parecía que había llegado a buenos términos con los gamorreanos lo cual resultaba un alivio, pero ahora el bothan necesitaba saciar su curiosidad y enterarse de lo que habían hablado, estaba en su naturaleza. ¿Qué habéis hablado? La verdad es que para haber aparecido por la espalda con un blaster en la mano parecen bastante calmados, me extraña que no intentaran vengarse.

Rápidamente Rhazz les explicó lo que habían hablado, lo cual concordaba con las sospechas del bothan, pero le extrañaba la forma de actuar de los gamorreanos, no estaban actuando como solían hacerlo los de su especie, demasiado tranquilos y organizados, aquello le daba mala espina. Será mejor que hablemos cuanto antes con el hutt, no me gustaría verme atrapado en medio de una guerra de mafias.

Finalmente ponéis rumbo al palacio de Bargos. Cuando llegáis a la puerta veis que el droide es un modelo TT-8L, un clásico entre los hutts, conocido por su más que irritante trato. Cuando llegáis ante él y os presentáis podéis sentir como sus oscliantes extremidades oculares os someten a una rigurosa inspección que se alarga durante casi dos minutos; hasta que finalmente lográis convencerle de que Bargos os ha convocado.

Cuando se queda convencido de ello, os abre la  puerta de la mansión; lo que os da acceso a un opulento vestíbulo, con paredes de terciopelo rojo. El suelo es de mármol pulido, aunque en algunos sitios podéis ver los sucios rastros dejados por los serpenteos de un hutt, u algún charco ocasional de baba de gamorreano. Dos guardias gamorreanos de gran tamaño se mantienen firmes al extremo de la habitación. Están armados con aparatosas vibrohachas y os lanzan miradas amenazadoras con sus ojos pequeños y encarnados.

Una puerta lateral se abre y Genko, el mayordomo de Bargos, entra revoloteando en la habitación. Es un toydariano con la piel color azul pálido y un mostacho extravagante, que flota sobre el suelo gracias a un par de alas en constante movimiento.

- Ah, bienvenidos. Bargos les espera, ¿verdad? Por favor, síganme - 

Koth estuvo un par de minutos peleándose con el droide de la entrada para que les dejase entrar, al parecer no comprendía el hecho de que su amo los había convocado al palacio y que debían verle, tras insistirle varias veces pareció ceder y dejarles pasar, dentro les esperaban un par de gamorreanos con pinta de matones, al igual que todos lo especímenes de aquella raza, y poco después un toydariano que les instó a seguirlo, sin preguntar nada el bothan fue tras él.

 Mientras seguíamos al toydariano en silencio, vigilé atento a mi alrededor, por si hubiera cualquier posible peligro oculto. No sería la primera vez que un hutt orquesta un ataque sorpresa a sus posibles futuros empleados, con el fin de comprobar de primera mano su valía...

Entré en la mansión del mafioso y no podía dejar de mirar todos los detalles. Hasta se me escapó un silbido al darme cuenta del mármol. Estaba impresionado por el nivel de vida de lo que allí se veía. Estaba claro que el Hutt manejaba muchos créditos. Eso hizo que una oleada de optimismo me invadiese.

Fantaseaba con que fuera un trabajo fácil y bien pagado. Pero entonces hice memoria del tipo de encargos en los que me había visto envuelto con Hutts en el pasado. Bueno, espero que al menos esté bien pagado.

Mientras avanzamos siguiendo al Toydoreano me quedo pensando en los guardias y sin más le pregunto al sirviente.

- Hemos oido rumores acerca de problemas con la guardia de Bargos, tu que estas aqui hace tiempo, sabes que ha sucedido? Dudaba que respondiera algo util, pero quiza su nerviosismo o no nos indicara suficiente para evaluar la gravedad del asunto. No iba a delatar a los conspiradores que esperaban fuera del palacio, no al menos hasta saber que trabajo nos propondrian y si era de fiar todo el asunto.

Genko se queda pensativo ante la pregunta de Rhazz, y niega con la cabeza.

- No han llegado a mi semejantes rumores Zabrak, será mejor que revises tus fuentes... - 

No dándole mayor importancia, os lleva por un corredor decorado con el mismo estilo suntuoso que la zona de recepción y abre la gran puerta doble del despacho de Bargos. Dentro, el hutt se levanta de su sofá para saludaros. Bargos es un hutt de apariencia un tanto extraña; es alargado, ágil (relativamente hablando) y excepcionalmente legamoso. Su piel es de un color amarillento, decorando su cara una especie de cicatriz color verde oscuro. Habéis oído que de joven estuvo a punto de morir a manos de un asesino armado con una pistola disruptora.

Detrás del sofá de Bargos veis dos enormes gamorreanos más y a C3-P9. Bargos alza sus dos brazos a forma de efusiva bienvenida y comienza a farfullar en retumbante hutt, que el droide de protocolo traduce de forma simultánea.

- ¡Ah, por fin estáis aquí!. Vayamos al grano- Se ríe entre dientes, y su voz es tan profunda que os hace retumbar los huesos - Acabo de convertirme en el propietario de una mina de oridio muy cerca de los gloriosos territorios controlados por Nal Hutta, hacia el núcleo de la galaxia. Su anterior propietario me indica que debería proporcionarme unos beneficios netos de 100.000 créditos anuales.

El hutt se golpea con su carnoso puño en el pecho antes de señalaros con un amplio gesto y continuar.

- Esto debería ser una buena noticia tanto para mí como para mis asociados, ¿no? -

Bargos hace una pausa esperando ver si asentís o no, aunque no deja tiempo para preguntas antes de proseguir.

- Tenéis que viajar hasta la mina y hacer un informe de sus operaciones. Nada demasiado detallado, pero quiero saber con qué activos cuenta, cuántos empleados tiene y esas cosas. Quiero saber si el personal esta adecuadamente equipado y si están haciendo su trabajo. Por último, quiero que recojáis mi primera comisión de 100.000 créditos; la mina debería tener este pago disponible.

En este momento se ríe otra vez entre dientes, de forma más siniestra.

- Bueno, ¿cuándo podréis partir?

Koth siguió al droide junto al resto del grupo, una vez en el despacho un hutt de aspecto peculiar se presentó y les dio unas sencillas explicaciones, el bothan no podía evitar sospechar, toda la galaxia sabía que esas criaturas eran taimadas y peligrosas, cuando acabó de hablar Koth levantó una mano mostrando la palma. Espera, todo eso está muy bien, pero se te olvidan ciertos detalles, para empezar no somos tus subordinados, así que tendremos que hablar del pago, el centro de la galaxia no es un lugar muy seguro en estos tiempos, y para continuar se me plantea una duda, ¿por qué enviarnos a nosotros, unos completos desconocidos, y no a tus empleados?

Un trabajo era un trabajo, y un hutt era tan buen jefe como cualquier otro hutt, así que lo mejor que podía hacer era aceptar el trabajo y tratar de obtener la mayor cantidad de créditos posible del mismo.

Escuché al bothan, espere a que el Hutt contestara y nos hiciera una primera oferta antes de comenzar a negociar nuestro pago.

 Koth había tocado algunos puntos interesantes. Esperé a que Bargos le respondiera, antes de que comenzásemos con el consabido intercambio de negociaciones por el dinero. Aunque, para empezar, el hutt no había mencionado para nada la guerra que estaba librando, seguramente esperando que no superamos nada y así lograr un precio lo más  barato posible por nuestros servicios...

Escucho atentamente toda la información, intentando no fijarme abiertamente en la cicatriz de Bargos. Si algo he aprendido es que no hay que enfadar a un Hutt.

Cuando menciona la mina no puedo evitar torcer el gesto. Me recuerda la cautividad de mi hermana en las minas de ryl y mi impotencia para sacarla de allí. ¿Tendrá el Hutt contactos en más minas?

Pero al escuchar la cifra de créditos que había que recoger, volví a prestar atención con renovado interés.

- Sin duda el poderoso Bargos ha tenido todos los detalles en cuenta y el pago de la misión es acorde al... valor de la misma - digo con una sonrisa inclinando la cabeza con respeto hacia el Hutt

Bargos ríe estrepitosamente, y comienza de nuevo su verborrea incomprensible mientras C3-P9 ejerce de traductor.

- ¡ Hahaha ! No tenía pensado que trabajarais gratis Bothan. La misión es sencilla, y sin riesgos, pero no puedo mandar a un gamorreano a hacer un trabajo que implique recaudar dinero y hacer un informe acerca de la mina. Además - Dice haciendo una parada y adquiriendo un tono mucho más serio. - Que sepa tres de vosotros no estáis aquí por placer, ¿verdad?. Yo podría hacer que vuestros problemas con Darga el Hutt* se esfumaran.

Bargos, toma algo de aire y prosigue. Una sonrisa se dibuja en su rostro.

- No obstante, entiendo que de eso no podéis comer. Por eso además os ofrezco pasar a formar parte de mi plantilla. Podríamos decir que como agentes externos. Os pagaría por realizar trabajos, y estarías bajo mi protección. Por este, creo que un 1% de la cantidad que debéis traerme es más que suficiente. Eso son 4000 créditos a repartir.

 Miré fijamente al hutt, antes de decirle, con un tono gélido, mientras le miraba fijamente a los ojos, indicándole que no me hacía ninguna gracia que nos tomase por tontos:

 - ¿4000 créditos a repartir por meternos en medio de una guerra de bandas?. Sube más... Sabemos la verdadera razón por la que no puedes enviar a un gamorreano...

 Si quería a unos primos, que fuera a buscarse a sus parientes.

Asiento a la respuesta de Gaheris.

- Sin duda estaríamos en deuda con esa... ayuda que nos propones. Limpiar nuestro pasado reciente con Darga sería de agradecer -  digo gesticulando con las manos y tocándome el corazón con el puño - No obstante, recién salidos de una prisión, comprenderás que mis compañeros y yo necesitamos un pequeño incentivo. Sin duda, esto podría ser el inicio de una larga y duradera relación comercial. No te arrepentirás, y mostraremos con creces nuestra profesionalidad y lealtad por un... 2%