Partida Rol por web

Caid no descubre nada que le dijera que puerta había sido más utilizada, tampoco vio nada de huellas en el suelo, a simple vista todas las puertas le parecieron iguales. El suelo y las paredes no le reportaron ninguna información para poder diferenciarlas.

—Ya solo nos queda la opción de ir abriendo a ver que pasa.

Y diciendo esto Marcus abrió la primera puerta que se encontró.

Marcus y Caid, andáis por el pasillo que tiene anchura para dos personas. Caid se va hacia el lado Este examinando los alrededores de la puerta pequeña y el otro pasillo que hace esquina hacia abajo. Marcus de mientras se va hacia la puerta del lado Oeste, la puerta grande que caben dos personas y la abre la puerta no chirría... El Dr. Green está al final de la escalera y sin entrar en el pasillo horizontal detrás de él está Lamar. La zona de Caid se va oscureciendo, no pudiendo examinar el pasillo de abajo pues la lámpara que lleva Marcus está en el otro extremo. Lo mismo se puede decir del Dr. Green cuya luz está retenida por los laterales de la pared e irradia solo el frontal del pasillo.

A simple vista y sin entrar Marcus ve una habitación lujosamente amueblada, con luz natural de la ventana, y el interruptor también funciona pues la lámpara en forma de araña y haciendo imitación a diamantes decora el techo encendida. Los muebles impiden ver más a simple vista habría que entrar en la habitación...

El doctor Green entra iluminando las esquinas de la estancia, aunque parece que la lámpara sí tiene sus bombillas en esta habitación, así que no debería haber muchos problemas en encontrar lo que sea que hubiera dentro.

Aunque sus compañeros vigilan las escaleras, el candelabro proporciona algo sólido de que agarrarse, un recordatorio de la mundana realidad que, se supone, nos esperaba fuera de la mansión.

- Señores... creo que he encontrado a la novia... - avisó el doctor a través de la puerta. - No es un espéctaculo agradable, así que si no os veis con estómago, no hace falta que entreis.

Ronald no portaba su maletín, pero trataría de hacer todo lo posible por analizar el misterioso cadáver. Con un poco de suerte arrojaría algo de luz a las incógnitas que se les presentaban. Con las escasas herramientas de las que disponía, analizaria como pudiera el cadáver.

Iintentaría averiguar la identidad de la victima, así como la causa más probable de la muerte y cuánto tiempo hacía de esto. Albergaba sospechas sólidas de que había sucedido, pero nunca estaba de más corroborarlas antes de comunicárselas a sus comañeros. Dejaría el resto de objetos para la mente análitica de Caid o el conocimiento de la familia de Marcus, si es que se atrevían a entrar después de su advertencia.

Caid retrocedió de espaldas para evitar dar la misma a la oscuridad, y accedió a la sala con Doc y Marcus:

- No jodas... - Dijo mientras entraba en la habitación.- Lamar, Marcus, quizás podríamos necesitar de vuestra ayuda iluminando los pasillos y guardándonos el culo mientras Doc y yo sacamos algunas pruebas de la escena.

Marcus suspiró ante la confirmación del desenlace esperado.

—Les recuerdo, caballeros, que nuestra prioridad debería ser encontrar al muchacho. Quizás con él tengamos más suerte que con su madre.

Se volvió para probar suerte en otra de las puertas, quizás olvidando momentáneamente la amenaza de la criatura que parecía acechar en esa planta.

Lamar siguió a Marcus al ver que este se dirigía a otra habitación. Tampoco es que le apeteciera mucho ver el cadáver putrefacto  de la mujer.

- Mejor no nos separemos mucho, estimado Marcus.

Lamar intentaba controlar lo mejor posible sus nervios. Aquella situación le empezaba a superar.

Marcus abre la puerta Suroeste para ver a una criatura de unos tres metros. Era un monstruo con garras, alas membranosas, cabeza y cuerpo de insecto, que terminaba en unos pies palmeados.

Caid no daba jodido crédito a lo que estaba viendo. Todo lo que había visto en su vida de corte sobrenatural, las sectas de paletos satánicos o paganos, los asesinos rituales, los lugares "malditos" no eran sino una broma triste comparadas al horror de ver de cerca a algo que no debería existir.

- ¡Oh mierda, oh mierda, oh mierda! ¡Vete al infierno, engendro del demonio! - Dijo, mientras disparaba dos veces su pistola. Ambos disparos alcanzaron a la criatura en rápida sucesión. Esperaba que el calibre 45 fuese lo suficientemente duro para hacer mella en esa cosa.

La criatura era imposiblemente grotesca, y de seguro sería un duro desafío para sus habilidades. Rezaba para que al acabar el cargador de su pistola y del rifle de Lamar, la criatura yaciese en el suelo, de lo contrario, estarían en un aprieto.

—¡SANTO CIELO!

El cerebro de Marcus todavía no había tenido tiempo de asimilar lo que estaba viendo, lo cual era una suerte para él.

Caid hizo dos disparos letales uno perforó el ojo de la criatura, y el otro se incrustó en el pecho. La sangre le empezó a brotar a borbotones, con un color verdoso oscuro, el monstruo se veía gravemente herido. Aun así un monstruo como un animal salvaje en ese estado podía ser sumamente peligroso. No obstante, esa piel era como un cascarón pues si hubiera sido una piel humana la bala hubiera perforado el cuerpo.

Green estaba demasiado ocupado analizando la escena para enterarse de nada, pero cuando oyó los disparos salió corriendo a tiempo para ver cómo Caid le descerrajaba un par de tiros a un animal enorme. Y alado. Y con garras enormes.

Nunca había visto nada igual, pero despues de ver el cadáver semidescompuesto de la mujer vestida de novia ya había cubierto el cupo de náuseas de una vida entera.

Espero a ver cómo los expertos solucionaban la situación, procurando mantenerse apartado y no estorbar. Todavía se acordaba de lo que intentó atraparle en la escalera y esa cosa podía muy bien volver atraída por el ruido.

Lamar casi se quedó helado al ver aquella cosa. No podía creer lo que veían sus ojos. Había contemplado a muchas bestias salvajes en su vida. Había conseguido abatir a la mayoría, pero aquella cosa... Aquella cosa escapaba a su comprensión 

Intentó apuntar desdé su posición desfavorable, soltó el aire de sus pulmones lentamente, como tantas otras veces había hecho. Apretó el gatillo justo cuando creyó que la criatura estaba a tiro.

El sonido del disparo de la carabina retumbó por tasa la habitación. 

Había fallado.

El rostro de Lamar quedó helado al comprender que ahora serien ellos las presas.

Marcus abrió la puerta Suroeste para ver a una criatura de unos tres metros. Era un monstruo con garras monstruosas, alas membranosas, cabeza y cuerpo de insecto, que terminaba en unos pies palmeados. Su cuerpo era una mezcla entre lo antropomorfo y monstruoso, y no decir de aquellas mandíbulas que se cerraban por los lados y la parte de arriba que no tenían ningún tipo de definición. Su piel era un exoesqueleto más propia de un insecto, con un abdomen que parecía un metatórax de una avispa gigantesca del que salían tres patas.

La monstruosidad estaba malherida y goteaba pero se acercó acechando con sus garras y sus colmillos para desgarrar a Marcus... La garra derecha pasó desgarrando la madera de la puerta que se encontraba abierta. Pero no sucedió lo mismo con su mordisco, que se aferró al cuello de Marcus de una forma atroz, la sangre de Marcus salió goteando y manchando toda la pared. Un trozo de cuello fue desgarrado quedando Marcus inmóvil y muerto en el acto.

La sangre salpicada en la pared se llena de manos ensangrentadas, quedando escrito con la sangre de Marcus de una manera inteligible la palabra ayuda.

Marcus ni lo vio venir.

Aquella cosa lanzó su cabeza para encontrar la yugular y de forma brutal le arrancó la mitad del cuello. El contable voló por los aires para luego caer al suelo como una marioneta a la que le hubieran cortado los hubieran cortado los hilos que la mantenían unida a la cruceta. La luz de sus ojos se fue apagando rápidamente.

Los demás contemplaron horrorizados la escena: Marcus no era más que una carcasa vacía en el suelo, sobre un charco de sangre...