Partida Rol por web

Mierda, me había olvidado de Sam, estaba en el comedor. Pensó en voz alta Virya

Sam, rápido, vente a la sala de chuches, van hacia ahí ! Dijo en su muñeca.

Leni acudió a la puerta que comunicaba con el comedor. La abrió y llamó a Samuel de manera acuciante.

- ¡Vamos Kowalsky! ¡Entra aquí, rápido! Se aproximan invitados indeseables - dijo, imaginando una marabunta de asquerosos escarabajos trepando por sus rodillas, sintiendo el tacto puntiagudo de sus rígidas patas a través de la ropa.

Un escalofrío recorrió la espalda de Helene y miró a Samuel con urgencia imperativa.

Amara apenas siente el mordisco del frío, atenta al descenso de temperatura reflejado en el computador de muñeca. Tal y como indicó el doctor Torricelli, motores e invernadero mantienen unas temperaturas comparativamente más altas, especialmente la primera, que es donde parece que se dirigen todos los insectos.

-Allende, la puerta.

Amara comienza a trastear de nuevo con el computador, intentando contectarse al circuito interno de vídeo. Si fuera posible podrían observar el movimiento de los insectos. Termina de teclear y lanza la rutina.

-Veamos si se puede.

-Demos unos momentos para que todos los insectos huyan del frío.

-Extremad precauciones: una larva ha salido del insecto que hemos abatido. 

-Sisto, aquí la capitana Ren, dirígete hacia popa y controla a los insectos, no realices ninguna acción agresiva. A nemico che fugge, ponti d'oro.

-Corto.

Uf deseaba esa cerveza y que el hermano de Adrian me contase cosas, su hermano era una persona lista pero bajo las fuertes tensiones se rompio, esperaba conocer un poco más al hermano, esperaba que en ese aspecto tuviese más templanza, cuando me comunicarón que los bichos esos estaba avanzando hacía nuestra posición.

Estoy al lado, en dos pasos estoy con vosotros, informe a Virya y a Leni  Poniendome en marcha. mire aTryss y a los demás, mientras tras nosotros escuchabamos los ruidos de los bichos en inminente intercepción a nuestra posición.

Tenía mi compañera una tablilla ideal para aplastar "cosas", Mire a Adrian y a Sammuel, este parecía presuroso tras la llamada de Leni, la visión de los insectos llegar no era agradabl, yo preferí no dar la espalda a ningún bicho con el arma improvisada en alto avance con cuidado hasta los demás. 

Adrian podía intentar predecir el comportamiento de los insectoides en base a sus equivalentes terrestres. Una fisiología tan parecida ameritaba un comportamiento similar. La inquietante idea de que cada ser muerto pudiera crear uno nuevo no era muy halagüeña, aunque en el caso del que Harlan tenía en su bote no había ocurrido. Aún.

—Creo que podríamos dejarles paso hacia la zona de máquinas —sugirió Adrian—. Si el doctor Lobsang tiene razón y es allí a donde están huyendo, no debemos interponernos, sólo ocultarnos.

Adrian buscó un lugar donde poder parapetarse de la nube de insectoides que recorrían la nave en una alocada carrera hacia un objetivo que solo podían aventurar.

Leni cerró la puerta rápidamente (tras la entrada de Samuel, si estaba entrando por ahí). Se quedó al lado de la entrada, pistola en mano, preparada por si los insectos entraran por alguna rendija.

# Sito a la petición de la capitana dejo el puesto de mando y fue hacía popa.

le mando los datos por el cominicador

Cuando llegue al comedor vi al señor Adrian como parapetado y cinco de esos bichos hacía la sala de maquinas, pero a su paso como por instinto dos de ellos se habían quedando intentando abrir las puertas.

cogí un envase del comedor y lo intento atrapar a uno de ellos, logre atrapar a uno de esos bichos, y encerrarlo en el recipiente encontrado comunique a la capitana en canal abierto lo que hice,

- Señor adrian y apuede salir se han ido, solo son insectos con gusanos dentro... 

comente a Adrian para animarle a salir.

Me he permitido traerles algunos trajes espaciales  por si alguno no tiene puesto el suyo, espero haber acertado en la talla. 

Ah, muy bien Sisto, buena  idea lo de los trajes, y también el haber atrapado uno de esos insectos, ahora por favor deja los trajes al lado de la puerta y aléjate fuera del comedor y cierra la puerta por si al que tienes dentro le diera por salir justo cuando estamos cogiendo los trajes.

Se espera hasta que Sisto sale del comedor y cierra la puerta con él fuera para abrir la puerta de la sala de control y coger los trajes, cerrando de nuevo tras de si.

A ver - dice mirándolos bien antes de ponerse uno para descartar visitantes indeseables - éste parece que me viene bien.

Se encasqueta el casco como último paso y respira aliviado.

Creo que ya podemos ir de caza.

Alguien necesita ayuda con el suyo? Tu Sam, con esa mano... ya voy.

Ayuda a Sam a ponerse el suyo y le da una palmadita al acabar.

Listo, genial, dos en uno, aislado hacia dentro y hacia fuera, no olvidemos que eres el único que ha sido picado y no sabemos las consecuencias a largo plazo, ¿como te sientes, fiebre, dolor, entumecimiento, ves bien ?

Mira a Sam fijamente a los ojos buscando algún indicio sospechoso.

Adrian Harlan escuchaba las órdenes y consejos del doctor Lobsang a través de intercomunicador. De alguna manera, una idea había surgido en su mente: ese hombre era como su hermano Andrew en la consecución de ser el centro de atención de todo el mundo. Siempre había envidiado (por no decir «odiado») esa capacidad innata de la que había hecho ostentación en los círculos científicos.

—Sólo insectos con un gusano dentro —repitió las palabras de Sisto con cierto alivio mientras cogía su traje espacial que casi parecía hecho a medida.

Harlan se puso el traje y, más tranquilo frente a la infección, se dirigió a Kowalsky.

—Sammuel, no se preocupe por las palabras del doctor Lobsang —dijo y le sonrió ligeramente—. No creo que está criatura haya provocado ningún tipo de contaminación en su cuerpo, pero es cierto que el traje aislante será tan útil para usted como seguro para nosotros. Si tiene algún síntoma, no dude en comunicármelo a mí o al doctor Lobsang —Aunque evidentemente esperaba ansiosamente que Kowalsky contase con él y no con Andrew.

«¿Con Andrew? Con Virya Lobsang», pensó para sí, «No entiendo cómo me he equivocado de nombre».

Me siento alagado por la atención de los doctores y no era para menos, una cosa rara me había picado, veo como virya me observa con esa mirada medica que solo los de su oficio logran desarrollar.

En eso comienza a dolerme la cabeza, un sudor frío recorre mi mente, y antes de terminar de ponerme el traje vomito, tal vez sea los sintomas de la hibernación, pero en el mismo vomito hay algo que no había comido, o no lo recordaba, era como la piel de una larva negra. 

Comienzo a convulsionar sin control como si me hubiesen dado una carga electrica, me tiro por el suelo y el traje se pringa del mismo vomito y pierdo la consciencia.

los ojos se me cierran y al último rostro que veo es al de los doctores...

me quedo quieto.

Adrian intentó sujetar el cuerpo de Kowalsky antes de que tocase el suelo, pero su fuerza no era suficiente como para soportar su peso y tiene que dejarlo caer, aunque con mayor control. Estaba claro que los peligros de los que hablaba el doctor Lobsang eran ciertos y sus precauciones totalmente necesarias. ¡Una vez más, el doctor Har... Lobsang le había superado! Debía esforzarse mucho para poder recuperar el respeto de sus compañeros.

—Sammuel, espero que me escuche —dijo suave y tranquilamente a Kowalsky—. Tenemos que llevarle a enfermería y hacerle una tomografía computerizada de alta resolución de todo el cuerpo. Especialmente esa mano. Y análisis de sangre y orina lo más completos posible.

Como sospechaba - dice mirando el vómito y la piel de la larva en él - hubiera deseado equivocarme, pero no, por eso el bicho que picó a Sam no soltó larva después, la sueltan al picar o al morir, quién sabe los efectos que puede tener en un cuerpo humano una larva asi por dentro...hay que ponerlo en cuarentena inmediatamente, ya que no se hizo antes - y mira intensamente a la capitana.

Ignorar las recomendaciones de seguridad de especialistas sanitarios no es prudente - dice manteniendo la mirada con la misma intensidad.

Busca algo en lo que meter los restos del vómito para estudiarlos mas tarde, sobre todo esa piel de larva.

Esta larva podria haber puesto huevos dentro de Sam, debe ser aislado de inmediato, por si no ha quedado claro.

Que nadie lo toque sin protección.

Me puse el traje comprobando que no hubiese bichos. Comencé a SOSPECHAR del doctor Virya era nuevo en el equipo y además parecía estar atento de los posibles, es como si Lobsang nos ocultase información.

No terminaba de fiarme

No se preocupe Virya recoja las muestras, yo ayudare al compañero a llevarlo al Laboratorio B. EntreAdrian y yo podríamos con Sammuel.

Nick está en el laboratorio le hablo por el comunicador.

Nick Sammuel necesita atención médica es por el bicho ese que le picó prepare el equipo.

Era un caso médico, de emergencia, no obstante cargando con Sammuel mire a Amara, por si quería añadir algo al plan de llevar a Sammuel a observación.

Tras comprobar que no hubiera defectos ni insectos en el traje, Leni se colocó también el equipo de protección. Estaba a punto de acabar de enfundarse cuando Kowalsky se desplomó. La muda de piel que expulsó el mecánico daba a pensar lo peor. Sin embargo, el hecho de que la expulsara vomitando, daba una pequeña esperanza.

- ¡Rápido, a enfermería! Debemos hacerle un lavado de estómago - indicó. Esta era el primer tratamiento de urgencia que se daba a sus pacientes cuando ingresaban por intentos de suicidio en los que la víctima utilizaba el método de sobredosis de fármacos por vía oral. - Si la larva aún está ahí podría ser que la expulsara con la limpieza. Debemos conseguir también algún fármaco antiparasitario e incluso laxantes. Quizá alguno de estos métodos sea efectivo también.

La psicóloga ayudó a transportar al paciente, sumándose al equipo médico como auxiliar. La situación era crítica, ya que la medicina actual aún no conocía la solución a males endémicos de otras partes del universo. Eso les obligaba a actuar de manera improvisada, sin garantías.

Lobsang: Como sospechaba - dice mirando el vómito y la piel de la larva en él - hubiera deseado equivocarme, pero no, por eso el bicho que picó a Sam no soltó larva después, la sueltan al picar o al morir, quién sabe los efectos que puede tener en un cuerpo humano una larva asi por dentro...hay que ponerlo en cuarentena inmediatamente, ya que no se hizo antes - y mira intensamente a la capitana.

Leni coincidía con la opinión del psiquiatra. Ella había llegado a la misma conclusión con respecto a la ausencia de larva.

- Hay otra posibilidad más oscura - sugirió, haciendo una breve pausa por lo delicado del tema. - Es posible que la larva ni siquiera sea de la misma especie que el insecto, sino que controle la mente de este para infectar a otro huesped - algunos parásitos terrestres eran capaces de jugar así con la mente de algunas especies. - De hecho, - y esto lo sabe bien Kowalsky-, no es la primera vez que un parásito extraterrestre toma el control de un cuerpo humano. Tras el tratamiento de urgencia, tenemos que aislarle. Una vez contenido este peligro, le haré una evaluación psicológica para comprobar si su mente está siendo alterada.

La novelista había tenido la oportunidad de conocer a Samuel en el pasado. Eso la ayudaría a detectar incoherencias en su línea de pensamiento.

- Por lo pronto, mientras llevamos a cabo el tratamiento de urgencia, necesitaremos que los demás nos cubráis - miró a Amara fijamente. Ella sabía que si se trataba de una especie parasitaria de naturaleza similar a la de la primera misión, necesitarían algo más que una zapatilla para contener la amenaza. - Todos con traje, por favor.

Amara permanece observando el traje que ha dejado Sisto a sus pies. El frío empieza a ser intenso, su respiración forma nubecitas de vaho. Los otros examinan sus trajes, se los ponen. Ella no, sigue pensando.

-Los problemas de uno en uno.

Se decide. Examina meticulosamente el traje, está frío al tacto. Antes de ponérselo, lo aplasta, como exprimiéndolo para asegurarse de que no hay nada dentro. Si los insectos han reaccionado tan pronto a la bajada de temperatura, no debería quedar nada en los trajes, pero continúa, despacio, la inspección.

Justo cuando ya se siente segura, Kowalsky colapsa, vomita. Se desata un pequeño caos controlado a su alrededor. Enseguida parten para llevarlo a enfermería, Amara no se altera: era previsible. Son todos profesionales, saben lo que hacen.

Asiente a la mirada tácita de Tryss: llevadlo a la enfermería. Recuerda, por un momento, aquella sobremesa de tequilas. Justo antes de que todo empezara.

-Señor Lobsang, asegúrese de que lo ponen en cuarentena. Allende, por favor, quédese.

Termina la inspección del traje y comienza a enfundárselo. Siente la mirada interrogativa de Leni a sus espaldas, pero le salvó la vida, así que le da un voto de confianza a la capitana y espera. Leni oye cómo murmura:

-Una trampa tendida hace más de diez años. En la Nicolás Monarde.

Las referencias de la siempre controlada capitana se le escaparon a Adrian Harlan, pero no se le iba a escapar la salud y mucho menos la vida de Sammuel Kowalsky. Tal y como había mencionado con anterioridad y había confirmado el doctor Lobsang, había que ponerle cuanto antes en cuarentena. «Maldito Lobsang, tenía razón desde el principio», pensó Adrian con odio.

—Ayúdeme, doctor Lobsang —pidió Harlan tratando de levantar al hombretón—. Nos lo llevamos a ponerle en cuarentena y a estudiarlo como necesita. Espero contar con su ayuda.

Un doctor tibetano no podía robarle el protagonismo que merecía en el ámbito de la medicina por mucho que hubiera acertado al principio. Había que localizar un parásito y extraerlo cuanto antes.

—Una larva como esta, señorita Allende —comenzó aleccionador Adrian recordando las palabras de la joven y con el mismo tono de voz que hubiera empleado su fallecido hermano—, no puede ser tratada como una indigestión —pensó en las Tenias dentro del organismo humano—. Estarán preparadas para sobrevivir los vómitos y diarreas de sus anfitriones. De lo contrario carecería de importancia cualquier invasión. No obstante, es encomiable que trate de ayudar en un asunto tan complejo como la medicina.

Se volvió hacia Lobsang. Debía llevar la iniciativa como fuera.

—Debemos llevar a la enfermería inmediatamente —dijo, casi como si fuese una orden—. ¿Me ayudará a realizar la exploración, doctor?

Termina de ponerse el traje. Se han quedado solas, con la puerta cerrada tras la marcha de Virya y el resto.

-Allende, Leni -su voz es suave-, los insectos no pueden manipular los ordenadores, pero algo o alguien lo ha hecho.

Teclea en el computador de muñeca y proyecta una visual con las dos capas de programación, la accesible desde las terminales que indica que se dirigen hacia los soles trillizos.

-Es una capa superpuesta. Falsa. Muy bien programada.

Proyecta la segunda: refleja el rumbo contrario, con la nave habiendo tomado impulso en estrella negra pero hacia sol rojo.

-Esta es la capa verdadera, Leni. Estamos volviendo. Tengo que terminar de comprobar cómo será el siguiente impulso en sol rojo. Querían bajar a la Tierra ¿recuerdas?

Una imagen cruza la mente de Amara: Allende flotando en el espacio, a la deriva. Se agarra el antebrazo izquierdo, aprieta fuerte hasta notar la presión. El traje es resistente pero logra sentir una pizca de dolor.

-Esos insectos pueden ser la primera fase del ciclo de las cosas que abordaron la Nicolás Monarde, un parásito. No estoy segura. Pero son una aberración que hará cualquier cosa por sobrevivir. 

-Leni, Sisto insiste en que todo es correcto. Está mintiendo. No sé cómo está programado pero no debería poder hacerlo.

La crispación en Ren comienza a ser evidente, le está costando exponer sus ideas.

-Un trampa tendida en los archivos de la Monarde. Para que fuéramos. Pero si nos han abordado ya, ¿a qué despertarnos? Sólo tenían que alterar el rumbo y dejar que llegáramos a casa. A menos que...

-Nos necesitan como huéspedes. ¿Controlan a Sisto? Nos despiertan, nos infectan y nos hibernan.

-Es una infiltración, Allende.

El lenguaje corporal de Amara es claro: necesitaba compartir aquello. Nunca habían hablado de ello, pero eran las únicas de la expedición que habían visto lo que podían hacer las metamorfas. Quizás es lo que le ha llevado a contárselo a Leni. Si Kowalsky y Tryss vieron algo, nunca lo compartieron.