Partida Rol por web

¡Mierdaaa! ... no solo han conseguido subir, sino que han mandado a Oliver al barro, y no se mueve!!!  Ahora mismo en cubierta, tenemos a dos de esos, uno de ellos forcejeando con Hugo... tengo que decidir a quien intento atizar...

Busco golpear con el bichero al que está frente a Hugo, considerando que dado que está cebado con él, no me hará tanto caso y tendré mas fácil acertarle, y luego seremos todos contra el otro, y podremos pensar en ayudar a Oliver...

... eso sobre el papel... higiénico

Para el pensamiento pacifista y tranquilo de Stacey lo que sucedió al poco la llenó de terror y pánico. La violencia que tenía lugar debajo suyo sobre cubierta hizo que se quedase paralizada, medio agachada agarrada con frenética fuerza a la barandilla, los ojos abiertos como platos y sacudida por temblores de pies a cabeza. Vio a Oliver caer por la borda, se le escapó un grito de espanto y luego ahogó un bronco suspiro de horror cuando apreció lo mal que lo estaba pasando Hugo. Estiró el cuello para intentar ver dónde y cómo estaba el capitán del barco y al momento regresó a su posición medio escondida en lo alto sobre el puente.  No podía creer la escena de la que era testigo de primera mano

-Son como los profundos…-musitó para ella misma recordando ciertas lecturas. Se llevó una mano a la boca reprimiendo un grito de miedo y sorpresa, y se cayó de culo. ¿Y Lian, dónde estaba su Bizcochito? Echó un vistazo aterrada hacia la cubierta buscando a su intrépida amazona.

Aunque Hugo trató de quedarse en la retaguardia debido a su arma de corta distancia, uno de aquellos seres apareció de la nada y logró llegar a él. Tras unos angustiosos segundos en los que no consiguió hacer uso del cuchillo, terminó bajando la guardia e impactando contra el suelo.

Desde el frío del barco, logró ver como Oliver caía por la borda sin que nadie del grupo pudiera hacer nada.

- ¡Oliver ha caído! - gritó de forma automática con la mano en su aun dolorida cabeza.

Esta segunda distracción, a todas luces, había sido un nuevo error, ya que se encontró en una situación aun mas expuesta. Golpeado y aturdido, el extraño ser que se había obsesionado con él volvía a estar muy cerca.

- ¡Joder! ¡¡Hijo de puta!! - maldijo desesperado mientras retrocedía torpemente sobre su propia espalda. El sonido de su propio respirar agitado retumbaba en su cabeza, casi no podía escuchar nada más. El resto del barco había desaparecido, solo parecían quedar el monstruo ese y él. Cada intento de alejarse terminaba en un nuevo resbalón de sus manos, hasta que apareció John en su ayuda, bichero en mano.

Dios... por qué poco. 

Aprovechándose de la entrada en escena de su amigo, se levantó como un resorte. Esta vez si, con la nueva situación asimilada y con el corazón un poco menos acelerado, empuñó con firmeza su cuchillo, tomó una gran bocanada de aire y fue decidido a vengarse del inesperado invitado.

Después de la parálisis que había tenido por el miedo, la rabia y la adrenalina invadieron el cuerpo de Lucie, sobre todo cuando vio como aquellos asquerosos seres marinos atacaban a Oliver y a Hugo. Como una loca, comenzó a dar cuchilladas a diestro y siniestro intentando alejar a los bichos aquellos de sus amigos. Eran peligrosos, muy peligrosos, y no podía permitir que hiciera daño a ninguno de ellos, aunque Oliver, después de aquella caída desde la borda, tenía que haberse llevado un gran golpe.

—Cabrones. Venid a por mí si os atrevéis —comenzó a gritar, intentando llamar la atención de aquellos dos que quedaban en el barco y a los cuales no podía permitir que se acercaran a Hugo.

Cuando acabaran con esos dos tendrían que ir a buscar a Oliver que había quedado, casi con toda seguridad, malherido y a merced de los que no habían subido a bordo. Sin menguar ni un ápice la rabia que sentía, Lucie siguió asestando cuchilladas sobre aquellos repugnantes seres cubiertos de algas.

La escena fue dantesca, Oliver había caído por la borda tras la violencia de uno de los bichos y Hugo estaba en el suelo al lado de otro de ellos, por suerte Lucie había herido a uno de ellos y otro lo consiguieron tirar del barco, aún así, había dos bichos cerca del barco y otros dos dentro, así que, viendo que sus amigos se centraban en atacar a uno, ella se centró en el otro, apuntó con la pistola del arpón y disparó - ¡toma cabrón! - primero lo ensarto y luego le doy con un culatazo que lo ciego - ¡sujetadme que lo mato! - qué tensión, qué tensión. Trato de arrojarlo del barco, si puedo rematarlo en el barco lo hago y luego lo arrojo del barco. 

¡Stacey, me ayudas a recargar el arma?

Oliver se mantuvo en el suelo unos instantes. Nada parecía hacer entrever que reaccionaría. ¿Podía ser que estuviera...muerto? Desde luego la caída desde lo alto del yate podía bien haber acabado con cualquiera. Sin embargo, de pronto el joven capitán de aquel yate abrió los ojos. Vio que se encontraba en un lugar extraño y sobre un lecho de algas. Trató de moverse, pero estaba muy dolorido. Miró a un lado y a otro y entonces los vio... 

¡Dos de aquellos seres con aspecto marino estaban sobre él y trataban de atraparlo! Oliver olvidó enseguida el dolor que sentía su maltrecho cuerpo y se puso inmediatamente en pie. Su idea era la de escapar, pero antes debía zafarse de aquellos monstruos marinos de aspecto humanoide. De conseguirlo trataría de regresar al interior de la embarcación. Esa era su única oportunidad de regresar con os suyos.

- ¡Atrás demonios! - Les gritó mientras daba manotazos y patadas sin ton ni son.

A ras de suelo, Oliver trataba de zafarse de los seres marinos que le habían acorralado contra el casco del barco. Parecía que en vez de matarle, más bien parecían querer atraparle con vida. Aunque fuera una cosa o fuera otra, Oliver no pensaba dejar que se salieran con la suya. Los dos seres le miraban con sus oscuros ojos negros y trataban de agarrarle con sus poderosos brazos acabados en manos palmeadas. El entrenamiento de futbol americano había dado sus frutos, pues el joven capitán estaba logrando evitar ser apresado. Si bien también era cierto que de momento, no se podía decir que estuviera a salvo.

Mientras tanto en cubierta, el combate se intensificaba. Hugo se defendía como podía de su agresor. Ya había recibido un golpetazo y ahora tan solo trataba de no volver a ser golpeado. Lanzó varios cuchillazos a diestro y siniestro, pero finalmente lo que recibió fue un mordisco en el cuello. El ser cayó sobre él y el joven Petersen acabó por soltar su arma mientras gritaba desesperado de dolor. El shock y la pérdida de sangre, sumado al intenso dolor que estaba recibiendo, provocaron que empezara a perder la consciencia.

Quien también recibió un golpe en el rostro fue la preciosa Lian. El otro monstruo se cebó con ella mientras recargaba el arpón. Stacey, paralizada por el miedo, no atendió a sus sugerencias. No obstante, aunque el golpe podría haberla aturdido, tan solo sirvió para que acabara de encajar un nuevo arpón en la pistola y sin apuntar demasiado apretó el disparador. La suerte no estuvo de su parte, el arpón salió desviado por poco, pero no alcanzó su blanco y ahora quedaba a merced del ser marino que tenía encima.

Fue entonces cuando el bichero que empuñaba John atravesó por completo el cuello de aquel ser desde la espalda, bañando a la joven asiática con la sangre de aquel monstruo. John desclavó su arma y el atacante acabó desplomándose sobre Lian. Acababa de matar a uno de aquellos seres marinos y casi ni se lo podía creer. John no era alguien violento por naturaleza, pero en las peores circunstancias había sacado su yo más animal y brutal. Lian logró sacarse de encima el cadáver de aquel bicho, no sin esfuerzo.

Lucie vio como John salvaba a Lian de un nuevo ataque, pero también vio como Hugo estaba en mayores problemas, así que sin pensárselo demasiado corrió por la espalda de aquel monstruo y saltando sobre él hinco su cuchillo un par de veces haciéndole sangrar. El monstruo se puso en pie alejándose de Hugo y saltó por la borda. Su caída no fue muy ortodoxa, pero logró ponerse en pie. Entre los cinco habían liberado la cubierta del Sant Louise, aunque Hugo había quedado malherido, y Oliver... bueno Oliver seguía en problemas.

Las cosas parecían empezar a decantarse a favor de los extranjeros en aquella extraña isla compuesta por un lodazal putrefacto de algas y peces muertos, una montaña central y una gran sima. Estaban logrando desembarazarse bastante bien de los atacantes y estaban conservando el control de su nave. Aunque Hugo estaba herido, al igual que Oliver y además este todavía se las veía con dos de los hombres pez, estaban mejor que unos momentos atrás en gran parte gracias a John y sobre todo a Lucie, que habían demostrado apreciar su vida hasta el punto de convertirse en letales asesinos si el destino así lo requería.

Mientras tanto y aunque Stacey no era ni de lejos la que mejor vista tenía, el destino, la providencia, los dioses o los dados, llámese como uno quiera, le desvelaron que la amenaza no se acababa con esos cuatro engendros marinos que les habían asaltado por sorpresa. La joven pelirroja, fue la única, quizás también por ser la única que no estaba enfrascada en combate, que vio lo que se les venía encima. No eran cuatro, sino ¿cuatrocientos? Era imposible calcular, pero como viera en primicia momentos atrás a los cuatro asaltantes en la lejanía, ahora podía ver un sinfín de siluetas similares que se acercaban a la carrera hacia el yate encallado y que estarían allí en pocos segundos.

Pese a que Oliver estaba en serio peligro, y Hugo bien jodido, y Lian también había recibido un golpe, por un momento John estaba exultante: habían rechazado a esas cosas... o sea, podían con ellas!

Pero tan pronto le llegó ese concepto victorioso a la cabeza, le salió por el culo disparado como un cañonazo, pues... una horda de esres como los que habían rechazado aparecían en lontananza no, un poco más cerca...

-¡¡¡hooostia, tíos, que vienen mogollón!!!!!!

Apenas unos putos segundos... y Oliver está separado del resto, joder, piensa, tronco, piensa...

Rápido, se acerca a la borda, en el lado en que Oliver está peleando con dos de esos, y agarrando el bochero por el extremo opuesto a la punta, lanza un golpe buscando la cabeza de uno de esas cosas; dado que el bichero tiene un garfio cerca de la punta, como le acierte le revienta los sesos....

... cosa que no llega a pasar; el muy mamón se ha movido y no le he acertado ni de lejos... Oliver se está enfrentando a dos ahí abajo, y no consigo ayudarle!!! Mierdaaaaaa!!!!!!

Sonrío, por un momento veo la victoria cerca. Al instante siguiente me aterro, estos bichos nos van a comer. Mis esperanzas y expectativas están sujetas a una veleta a merced del viento.

¿Que recargue qué..? Niego con la cabeza hacia Lian. Lo siento, yo de aquí arriba no bajo hasta que se hayan largado del yate.

¿Y qué sucede? Oliver luchando allá abajo, Hugo recibiendo hostias de una criatura horrible...vamos a morir. O, dios, vamos a morir. Incluida yo, aunque me sienta segura sobre el puente.

¡¡No!!

Me pongo en pie de un salto, temblando, cuando veo los apuros de mi chica. Y con ojos abiertos, desmesuradamente abiertos la reacción inmediata y furiosa de Lucie y John.

¡¡Sí!!

Todo va a mejorar, va a mejorar...Si hubiese llevado las bragas las habría mojado con lo que aparece a mi vista...Al menos de vigía soy buena. Desciendo a toda velocidad, chillando, gritando, cagada de miedo, en modo pánico on.

¡¡¡Cientos, decenas de cientos, miles cargan hacia aquí!!! ¡Como los orcos del señor de los anillos!!

Giro alrededor, corro de aquí para allá, zarandeo a Lian, a Lucie, ¡muertas, tías, muertas, nos violarán, nos follarán con sus miembros babosos de algas!! ¡¡Aggghhhh!!! No,no,no,nooooo!!!

Me tiro de los pelos. ¡Ya se, ya se, hay que quemar el barco, que explote cuando suban, nos vamos por el otro lado, estribor o vabor, tú, Lucie, sabes cómo hacerlo, Lian, John, hay combustible!! ¡ Voy a por las mochilas, vamos, corred, moved el culo, tíos!!!

Salgo corriendo hacia los camarotes en busca del equipo de todos.

Cuando vio que ninguno de aquellos seres quedaba en el yate sintió un subidón de euforia que se cortó de golpe al ver a Hugo sangrar, y para colmo se dio cuenta también que Oliver seguía aún en tierra.

—Que alguien intente ayudar a Oliver a subir al barco —exclamó mientras se acercaba a Hugo para mirar su herida. No tenía muy buena pinta, pero ella no era médico ni tenía puñetera idea de cómo curar aquello aunque lo que sí sabía, porque lo había visto muchas veces en las series, era que tenía que taponar la herida. Buscó a su alrededor y encontró una toalla tirada en medio de aquel caos, la cogió acercándola a Hugo para taponar la herida—. Ni se te ocurra dormirte Hugo, ¿me oyes?

Pero dejó de prestar atención a su amigo al escuchar el aviso de Stacey y de John. No podía ser, aquello no podía estar pasando y seguramente lo que estaban era teniendo alucinaciones por culpa de algún tripi que se hubieran tomado o algo así. Acojonada, Lucie no tenía ni puta idea qué hacer y cuando escuchó la propuesta de Stacey a punto estuvo de explotar a carcajadas de puro histerismo.

—Estás como una puta cabra, tía —desde luego Lucie no la tomó en serio. Quemar el barco era una estupidez ya que les serviría de refugio, ¿o no? Sin embargo, cuanto más pensaba en aquella locura más convencida estaba de que podía ser una buena idea sino fuera porque tendrían que alejarse lo suficiente para que la explosión no los alcanzara a ellos, tendrían que esperar a que todos los bichos estuvieran dentro del yate, algo que le parecía muy difícil de conseguir, y por último no sabían si habría aún más por ahí pululando. ¿A dónde irían? No tenían ni idea de dónde se encontraban y tampoco tenían alimentos para aguantar.

Estaba claro, hicieran lo que hicieran era un suicidio.

Lo que parecía fácil se volvió caótico. Habíamos conseguido expulsar a los bichos del yate, pero venían más y Oliver se había caído del barco y Hugo estaba sangrando horrores por el cuello - ¡Stacey, el botiquín! - Había que detener la hemorragia a Hugo, quizás con vendas y alcohol pudiera arreglarse, no parecía que el mordisco fuera muy grave, lo que pasa es que la sangre es muy escandalosa.

A la velocidad que corren esos bichos, si nos ponemos a correr, seguro que nos atrapan - era lo más probable. Descarté por un momento la idea de prenderle fuego al yate y aprovechar el caos para huir - ese plan necesitaría un cebo, alguien que se quedara o algo que les hiciera centrarse tanto en el yate que nos dejaran al resto marchar - había descartado aquel plan de locos, pero pensé que bien podíamos poner la música bien alta, eso los atraería a la embarcación y los confundiría bastante, y en esas podía aprovechar para huir y dejar un trapo con fuego cerca del depósito de gasolina que hiciera estallar el barco con todos dentro, aunque no fueran todos sí unos cuantos - Podría funcionar con música.

- También podemos hacernos fuertes en los camarotes - a ver, sólo se accedía a través de una puerta y por los ventanucos no había manera de entrar ni de salir, vale que teníamos acceso a escondernos también en el compartimento del motor, pero sería más fácil parapetarnos ahí que en cualquier otro lugar, y esperar a que se haga de día, porque parece que sólo salían de noche.

Intento ayudar a Oliver a subir, cojo la máquina fotográfica y disparo el flash sobre el bicho más cercano, espero dejarlo ciego (si son bichos que sólo salen de noche, una luz así de potente les tiene que causar algún tipo de daño), conjúntamente utilizo la pistola con arpón, la cargo, apunto y disparo a uno de los bichos (si uno queda cegado, pues al otro). Espero que Oliver aproveche esa oportunidad para subir al yate.

Tardo un rato con las mochilas, no demasiado, hemos estado juntos compartiendo camarotes y todos las tenemos preparadas con lo esencial.

En el pasillo de regreso me acuerdo del botiquín. Maldita sea, se me olvidaba! Allá que voy corriendo, dónde diablos está? Joder, si lo metimos en una de las mochilas, yo mism, seré idiota.

Otra vez a la carrera vuelvo al punto donde dejé todo el equipo. Me cargo como a una burra con todas las mochilas, identifico la del botiquín y voy todo lo deprisa que puedo hacia cubierta.

-¡¡Voooyyy, ya lleeegooo!!

El flash de la cámara cegó por un momento a uno de aquellos seres que estaban hostigando a Oliver. El arpón, que se incrustó en el otro, le dio el tiempo suficiente a Oliver como para subir a toda prisa por la escalera regresando abordo. Había estado cerca de palmarla, primero en la caída y luego a mano de los otros dos seres marinos. Pero estaba de nuevo en cubierta y pudo ser testigo de cómo sus compañeros pretendían abandonarlo.

- ¿Pero estáis locos? - Les preguntó. - ¿Dónde pretendéis ir? ¡Tenemos que hacernos fuertes aquí arriba!

Gracias a los cuidados de Lucie, quién se había convertido en toda una heroína, pero también a su propia fortaleza física, Hugo logró recuperar la consciencia. Estaba algo desorientado, pero se sintió aliviado al ver que ya no tenía encima a aquellos monstruos que por poco le quitan la vida.

Eso no quería decir que no estuviera dolorido. El cuello le dolía horrores y aún le sangraba aunque no de forma tan abundante. Hugo fue testigo entonces de cómo una horda de monstruoso marinos se arremolinaba entorno al yate y de cómo estaban a punto de abordarlo. Vio como Stacey salía de la zona de camarotes cargada con las mochilas de todos. ¿Se iban? ¿Cómo pretendían hacerlo?

- ¡Joder, joder! - Exclamó preocupado. - ¡Estamos rodeados!

Y en verdad estaban rodeados. Si bien los seres con aspecto de pez no estaban sobre la cubierta sí que habían logrado llegar hasta su posición y habían rodeado el yate. Éstos empezaban a trepar hacia la zona de cubierta y eran... Eran muchos, demasiados.

El plan inicial de salir corriendo y hacer estallar el yate con todos aquellos monstruos dentro, hacia aguas. Más que nada porque no tenían tiempo material para preparar los "explosivos" y porque para bajar y alejarse de la nave, tendrían que hacerlo pasando a través de una enorme marea de aquellos humanoides repugnantes y con olor a pescado.

Pocas opciones les quedaban. Luchar para ir a quien sabe dónde alejándose de ellos, si es que podían hacerlo, igual sólo querían hacerse con el yate y la comida que portaban abordo o bien hacerse fuertes en la zona de los camarotes. La noche anterior no pudieron entrar, aunque sin duda alguna, eran muchos menos individuos.

Miro alrededor... veo tios de estos por todas partes... inviable huir... y lo de inmolarnos a lo bonzo, me mola una mierda o menos; estos solo parece que salen de noche, así que, si conseguimos aguantar hasta el día siguiente....

-¡Adentro todos!!! Vamos a bloquear la puerta!, tendrán que entrar de uno en uno, y ahí podemos darles de hostias según asomen el morro! Si nos vemos mal, vamos retrocediendo hasta la siguiente puerta o hasta llegar a la trampilla del cuarto de máquinas

... si cabemos todos allí...

-Chicas, las escotillas!, son pequeñas y no podrán entrar por ahí; lanzad botellas de alcohol fuerte con un trapo ardiendo metido por el cuello; no arderá como gasolina, pero lo mismo les jode, pero intentad que no caiga justo debajo!

... aunque el barco es de fibra de carbono o aluminio -no creo que sea de madera-, no es plan de quemarnos nosotros mismos

-Vamos, vamos!!

... y es que el miedo y la desesperación hacen pensar rápido, aunque no, necesariamente, bien

Al subir a cubierta toda nerviosa, animada y sudada, me llevo una alegría al ver que Hugo se recupera y que Oliver ha podido subir de nuevo -¡¡Estáis vivos!! Corro cargada con las mochilas hasta Hugo, rebusco en el botiquín para curarle en lo que pueda con esa herida –Tranqui, tío, tú tranqui, no es nada…- le doy un beso en la frente y mi mirada luego busca a Lian. Entonces sí que me quedo petrificada con lo que se nos viene encima, esos seres ya están casi a la altura del yate y nos rodean…Y mis amigos no han preparado nada…

¡¡¡AAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHAAAGGGGGGGGGGGGGGG!!

Grito, histérica, superada por el pánico. Sin darme cuenta suelto el botiquín, las mochilas, agarro a Lian de la mano y tiro de ella corriendo hacia el interior del barco -¡A la bodega, a la bodega, correeee!!

Que los bichos rodeasen el barco descartó la opción de prender fuego al yate y salir huyendo - Bueno, está claro que toca resistir, coged todas las cosas que puedan ayudarnos - para bloquear la puerta por detrás y para sobrevivir, tanto para la defensa como para la supervivencia. Vamos que hay que coger las mochilas, las armas y lo que sea - ¡¡Todos para adentro!!

Antes de meternos, aprovecho para poner la música a lo alto lo lleva, a tope. ¿Motivo? ya estaba cansada de escuchar a los bichos, igual los desorienta o les molesta y se van - ¡¡Probando, probando!! - sí, he cogido el micro. Oye, igual hay alguno que me entienda y podamos establecer "acuerdos de paz" - ¡¡¿Alguien habla mi idioma?!! - No se me ocurría ningún comunicado que decir, así que, esperé unos instantes antes de meterme en los camarotes (a ver que si veo que la cosa no funciona, me dirijo antes al interior del yate)- ¡¡Stacey, voy contigo, venga, vamos!!