Partida Rol por web

[DM 21/09] Dragonlance - Noticias de Guerra

Capítulo II - Cuevas de las Astivar

Cargando editor
25/10/2021, 09:47
Lowenherz

Lowen observó los cadáveres, y dirigió una mirada iracunda a la sacerdotisa, que despreciaba las muertes de aquellos inocentes como si no fueran nada. ¿Qué podían esperar de ella, al fin y al cabo? Era una sirvienta del mal, y como tal se comportaba.

- Los mataron los cuchillos y las armas de tus secuaces. - dijo, apretando la mandíbula - El secuestro y la tortura los empujaron a la desesperación. - después posó una mano en el hombro de lluva - Ahora descansan en paz. - señaló el cadáver del kender - ¿Es tu amigo?

Lowen observaba a sus compañeros. Glinthalas parecía nervioso, como si previese la llegada del peligro. La impía se ofrecía a ir sola a la guardería: una trampa, sin duda. Allí solo tendría que alertar a la dragona joven y todos estarían muertos más pronto que tarde. Si es que no habían sido conducidos ya a una ratonera sin salida.

- Iremos detrás tuyo. - dijo Lowen - A no ser que Glin quiera adelantarse y echar un vistazo allí dentro.

Miró al elfo, interrogante. No quería empujarle a asumir un gran riesgo, si él no se sentía preparado para ello. Pero sabía que los pasos silenciosos del silvanesti eran su mejor aliado.

 

Notas de juego

Discúlpame máster, que el viernes se me pasó postear.

Por mi parte, que Glinthalas se asome en Sigilo, pero solo si quiere. Si no, que se adelante la sacerdotisa, pero ojos en su espalda. En ese caso, Lowen sacará el arco y lo tendrá presto para asestarle un flechazo si intenta cualquier cosa rara.

Cargando editor
25/10/2021, 10:45
Briand Le Besco

Aunque algo fría, era una ironía cierta. Su llegada había sido la causante de su muerte, en cierta manera, si bien no fueron la mano ejecutora. Aquella era una carga que la Noble ya había asumido, el simple hecho de que por más que quisieran, no estaba dentro de sus posibilidades el salvarlos a todos. Los soldados caen, los esclavos perecen. Era una realidad, y el querer impedirlo sería como el querer impedir la salida del sol. Mas si podían salvar algo más importante, y eso era el futuro. Debían aferrarse a ese ideal, y actuar con frialdad y lógica en pos de cumplirlo. Esperaba sus compañeros también pudieran hacerlo, para no perder la compostura, mas en algunos la sangre hervía más que otros.

Por otro lado, las siguientes palabras de la sacerdotisa los devolverían a lo que en verdad importaba, y les urgía.

- Es libre de hacerlo. Sólo hágalo con premura. - Fue su única indicación, con claras intenciones de no acompañarla de cerca al nido del dragón, y dejar proceder a la experta. Si Lowenherz quería hacerlo y escoltar a su aliada, no se interpondría ¿Confiaba en ella? Tenía que. Ella cumpliría con su palabra y contrato, al menos hasta que la dama no presentase señales de quebrantar con la suya.

Cargando editor
25/10/2021, 13:22
Glinthalas Wyrmslayer

Glinthalas simplemente asintió a las palabras de Lowen. Se adelantaría. Los pasos que escuchaba cada vez con mayor nitidez le estaban poniendo francamente nervioso. Adelantarse no sólo no le planteaba una dificultad, sino un alivio. Aunque esperaba que los dioses le sonrieran y no encontrarse con un dragón sonriéndole a él... con su boca llena de dientes afilados como dagas.

Así las cosas, el elfo se apresuró por el pasillo, adelantándose a Lizbet, aunque sin acercársele mucho. Desconfiaba de ella como un perro de un zorro. Pisando con cuidado, la última porción del camino hasta llegar al nido dracónido, la hizo más lentamente, esforzándose en asomarse al lugar tratando de no ser descubierto.

- Tiradas (1)
Cargando editor
25/10/2021, 13:39
Lluvia Estelar

Observo con tristeza los cuerpos inertes, esperando que se obre el milagro que los devuelva a la vida pero ahí siguen, inmóviles mientras la inquietud crece en mis compañeros y en mi propio corazón. Los pasos cada vez suenan más cerca o, al menos, a mí me lo parece.

Doy un respingo cuando Lowen se me acerca a preguntar. Estaba tan pendiente de los cadáveres que ni siquiera le oí acercarse.

—Perdona... Yo... —balbuceo, mirándole un poco desconcertada—. No, sí, no lo sé, la verdad. Imagino que sí debe ser el prometido de Ethani porque no creo que haya por aquí muchos otros kenders, aunque lo cierto es que no le conocía y no puedo estar completamente segura.

Me quito mi capa gris y cubro con ella el pequeño cuerpo. Estoy verdaderamente afligida por este fracaso que considero algo personal. Me prometí que rescataría al kender en memoria de la alegre Ethani y los he fallado a los dos. Ahora solo me queda el consuelo de pensar que vuelven a estar juntos y nadie podrá volver a separarlos. Me gustaría hacer más por él, llevarme su cuerpo junto al de ella y realizar un ritual de despedida como todas las almas se merecen pero caigo en la cuenta de que no hay tiempo para nada de eso.

—Supuestamente había unas diez personas más con Lyam cuando lo rescatasteis, ¿no? —pregunto a nadie en particular mientras sigo conjeturando—. Eso significa que el resto debe estar en alguna parte. Lo que está claro es que estos dos pobrecillos no se han matado entre ellos y si sus asesinos no están aquí es muy probable que hayan huido con los demás prisioneros y abierto las puertas de la cueva a la muchedumbre de ahí fuera. Tenéis razón, debemos darnos prisa.

Cargando editor
25/10/2021, 14:23
Dungeon Master

Una vez más es Glinthalas quien toma la delantera de vuestro grupo aunque en esta ocasión lo hace acompañado de la siniestra sacerdotisa de Zeboim. Ambos se internan por el estrecho pasadizo oriental, adentrándose cada vez más en la tierra a medida que descienden por los irregulares peldaños excavados.

Los demás os quedáis donde estáis, con las armas preparadas y la atención dividida entre ambos pasillos por si veis volver a vuestros compañeros o aparecer a los mercenarios entrando en tropel. La roca distorsiona las voces y hace que los pasos resuenen inquietantemente cerca. El tiempo parece discurrir muy lentamente mientras esperáis el regreso de Lizbet y Glin.

Mientras esperáis en tensión, la pareja recorre tan sigilosamente como puede el corto pasillo descendente que termina en una gruesa puerta de hierro forjado. A través de sus barrotes echan un vistazo al interior de la cámara situada al otro lado e iluminada por la luz natural del día que se cuela a través de un enorme agujero en el techo.

Allí descubre Glin una gran cantidad de tesoros acumulados del pillaje de los caballeros de Neraka y, tendida sobre ellos, una hembra de dragón azul no más grande que un poni. Impaciente por compartir su descubrimiento, el joven silvanesti regresa junto a sus compañeros justo a tiempo de ver cómo un trío de mercenarios se se asoma a la estancia que ocupan sus compañeros.

Una lluvia de proyectiles se abate sobre el trío pero solo los disparos de Lowen y el propio Glinthalas consiguen abatir al primero de ellos, pero los otros dos escapan dando voces de que os han encontrado.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Cargando editor
26/10/2021, 10:29
Lowenherz

Una vez más, la situación se precipitaba. Lowen había visto aparecer a aquellos mercenarios cuando su atención se centraba más en los movimientos en falso que pudiese hacer la impía. Pero aquella salida secundaria sin duda les había conectado con sus enemigos por el otro lado. Entendió que estos no debían de saber por dónde habían ido ellos, y debían de haberse dividido para peinar ambos caminos, lo que confirmaba que el resto de los prisioneros estaban por ese camino.

- ¡Vienen a por nosotros! - exclamó, cuando hubo terminado de descargar la única flecha que tuvo tiempo de disparar.

Demasiado lentos, demasiado incautos. Tampoco había otros caminos. Comprendió, muy a su pesar, que si continuaban en busca de los prisioneros sería más probable que los matasen a todos. Eso, si no los habían ejecutado ya. Su única esperanza era que, con las prisas por encontrarles, a buen seguro no habrían tenido tiempo de acuchillar a los reos. ¿Podían esperarles allí y acabar con todos ellos? ¿Había esperanza para aquellos prisioneros, después de todo?

Lowen lo dudaba.

Su mente se centró en la cría de dragón azul. Glinthalas había mencionado una puerta de hierro que quizá podrían cerrar tras de sí. O tal vez los mercenarios no se atreverían siquiera a avanzar en esa dirección. Si no era más grande que un poni, no podía ser tan peligrosa. ¿O sí? Lowen recordaba historias sobre enormes dragones que habían arrasado el mundo. ¿Qué mejor momento para destruir a un ser maligno como este, que cuando era joven y aún no tan poderoso? Odiaba las implicaciones que tenía esa decisión, pero creía que era la correcta. El menor de los males.

- Si nos apresuramos, podemos cerrar la puerta detrás nuestro y dejar a los mercenarios atrás. Acabemos con ese dragón y hagamos algo de bien para compensar el mal que estamos causando. - no miró a la impía, ni mencionó explícitamente su oscuro pacto con ella, pero todos entendieron a qué se refería.

 

Cargando editor
26/10/2021, 11:00
Glinthalas Wyrmslayer

─Lowen, tus flechas, dame unas cuantas, por favor, se me están acabando1... ─dijo el joven elfo justo tras ayudar a abatir al mercenario.

No tenían tiempo, los enemigos se cernían sobre ellos. Glinthalas ardía en deseos de echar a correr, pero retenía sus instintos en pos de cuidar de sus amigos.

─Seguidme, lo más silenciosos que podáis. Cuando llegemos al final de las escaleras, dejad que comience a disparar primero, quiero un disparo lo más mortífero posible, merece la pena. Daré la señal y será el momento de atacar con todo, ¿de acuerdo?

El pícaro no esperó una respuesta, lanzándose hacia las escaleras por las que había venido, ansioso por comenzar. Resultaba curioso, ansioso por dirigirse a las fauces de un dragón, ¿quién lo iba a decir? Claro que la alternativa, enfrentarse a una miríada de mercenarios que no tardarían en superarles en número, no era precisamente mucho mejor.

Tenía la esperanza que los mercenarios no se atrevieran a seguirlos al cubil del dragón. Probablemente, aunque se atrevieran a volver a entrar en la sala, no pensarían que el grupo fuera a sobrevivir al encuentro con el dracónido. Con un poco de suerte supondrían que aquella criatura haría su trabajo por ellos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1 - Me quedan 5, con un puñado de ellas me apaño, seguro.

Mi intención es volver a adelantarme, adentrarme en la cueva del dragón con muuucho cuidado, echarme a un lado y avisar justo cuando vaya a disparar el arco (con ataque furtivo).

Cargando editor
26/10/2021, 12:02
Lowenherz

Lowen asintió a la petición de Glinthalas, sacando un puñado de flechas de su carcaj y tendiéndoselo al elfo.

- Toma, tú les sacarás más provecho que yo.

Notas de juego

Le doy 9 flechas a Glin, y me quedo con 4 para mi.

Cargando editor
26/10/2021, 20:03
Lluvia Estelar

—Sé que el tiempo no nos sobra pero, si de verdad vamos a enfrentarnos a ese dragón, me gustaría saber qué podemos esperar —comento, dirigiendo una significativa mirada a Lizbet—. Está claro que eres toda una experta en esas criaturas, si tienen un punto débil seguro que tú debes conocerlo.

Mi conjetura es más la manifestación de una esperanza que una convicción. Nunca me he enfrentado a un dragón pero, por pequeño que sea, tengo muy presente el recuerdo de los relatos aterradores de mi infancia.

Si no queremos terminar convertidos en la cena de esa criatura, más nos vale saber tanto como podamos de nuestro enemigo. Siento a los espíritus de mis antepasados muy lejos aquí abajo y me temo que podemos esperar muy poca ayuda por su parte en este encuentro.

Notas de juego

Voy con los conjuros al mínimo. Un descanso nos vendría bien, pero no parece que vayamos a poder hacerlo. :S

Cargando editor
26/10/2021, 22:22
Briand Le Besco

- Tsch... - Soltó entre dientes al ver la andada de flechas llegar por sus espaldas. Habían demorado demasiado, no era ningún misterio, y por mucho que le gustase tomar su tiempo y tomar una decisión bien calculada, no era un lujo que podía darse. Para peor, el dragón estaba allí, y no podían sentarse a esperara a que se fuera... Estaban acorralados, y como bien apuntaba el grupo, hacer las cosas de manera apurada y arriesgada era su única salida. Era la consecuencia de su fallo, por mucho que le desagradase reconocerlo.

Intentar aguantar en una cueva sin salida contra todo el campamento, era una muerte segura e inútil. Mas, enfrentar la ira de un dragón... ¿Era posible, tal cosa? Sólo había oído cuentos de niña de boca de Pierre, y la única vez que había visto uno real en acción fue en la defensa de Belleria. Se veía realmente intimidante, y fuera de su alcance.

- ¿Es posible eso? - Replanteó seriamente Briand y en voz alta. Sí, sus alternativas no eran demasiadas, pero... ¿Realmente es posible que un humano asesine, o al menos venza en combate, a un dragón? Nuevamente contaba con los dos sabelotodo al respecto. No esperaba ninguna respuesta reconfortante, sino la cruda realidad. Por otro lado, miró a Lizbet. - ¿Tú estás bien con esto? - Le preguntó de manera directa. Parecía tener cierto aprecio, sino vínculo con aquellos dragones ¿Contarían con su cooperación en esto?

Cargando editor
26/10/2021, 23:06
Lizbet Valanta

La oscura sacerdotisa de Zeboim que os acompaña no puede evitar lanzar una carcajada cuando Lluvia Estelar y Briand preguntan sobre la dragona azul y sus debilidades.

—Para los dragones, Ysalla es poco más que una niña. Una superviviente de la Purga de Dragones que tuvo lugar hace casi cincuenta años. Ella todavía estaba en el huevo cuando sus padres fueron masacrados y, de algún modo, eso le ha hecho desarrollar el prematuro instinto maternal de una chiquilla que juega con una muñeca de trapo. Algo muy conveniente para el cuidado de La Guardería.

»Es caprichosa y le encanta volar y también la carne de caballo, pero no tolera a los intrusos en su territorio. Desprecia profundamente a los humanoides y nos considera seres inferiores apenas tolerables. Por eso únicamente yo y los baaz entrábamos a vigilar la evolución de los huevos que guarda.

»Y, aunque todavía está muy lejos de alcanzar su plenitud física, como enemiga puede ser una adversaria mortal. Su sola presencia es capaz de sobrecoger los corazones de aquellos que se le acercan a una docena de pasos. Sus escamas son más duras que cualquier armadura de acero y ni la electricidad, ni el ácido pueden dañarlas. Los conjuros de sueño y parálisis no funcionan con ella y tiene unos sentidos tan desarrollados que puede percibir la presencia de intrusos a varios pasos de distancia incluso sin verlos, oírlos u olerlos.

»Tanto sus colmillos como sus garras están afiladas como espadas. Incluso con sus alas poderosas debéis tener cuidado. Pero lo más aterrador es su aliento relampagueante, que puede alcanzar una distancia de más de quince metros. Un impacto directo de ese rayo seguramente nos mataría en el acto a cualquiera de nosotros. A más de uno si nos situamos en su línea de efecto. La única nota positiva es que, después de lanzado, le lleva unos segundos poder vomitar otro y eso puede ser crucial. Zeboim tal vez decida protegerme de su rayo, pero a vosotros...

Cargando editor
27/10/2021, 14:22
Lowenherz

Lowen escuchó con preocupación el discurso arrogante de Lizbet. Lo cierto es que, tal y como ella lo presentaba, parecía que se dirigían a una muerte segura. Y, en cierto modo, no terminaba de sorprenderle lo que escuchaba. ¿Qué otro motivo podía haber para que sus enemigos hubiesen escogido a una joven dragona para custodiar los huevos?

Por otro lado, la arrogancia de aquella Lizbet podía ser su perdición.

- Bien, si tu diosa puede protegerte del aliento de la criatura, quizá debas ser tú quien lo reciba. - sonrió con sorna - Ninguno de nosotros tiene la capacidad de resistirlo.

Apretó los dientes. Las heridas infligidas por aquella infeliz aún le causaban dolor. Se sentía cansado y débil, y percibía que sus compañeros también lo estaban, pero la prisa les espoleaba. Agotados y sin la protección de los dioses, tendrían que enfrentarse a aquella criatura usando cuanto estuviese en su mano. Lowen preparó el arco una vez más: que fuese Lizbet quien asumiese la primera línea, con su tridente. Si ella caía, él mismo acudiría.

- En todo caso, démosle a Glin un buen disparo. - la letalidad del elfo era algo que ya habían podido contemplar. Quisieran los dioses que las cosas siguiesen así.

Notas de juego

Pues nada, salvo una idea mejor, habrá que seguir adelante. Me pregunto si no podemos buscar una ocultación y ver si los mercenarios pasan de largo. Pero me da que no se van a meter en la cueva del dragón. Descansar me parece complejo. Si nos ocultamos pueden encontrarnos (la cueva no es tan grande, y dudo que vayan a dejar de buscar). No sé si podemos hacerlo al otro lado de la reja de hierro, sospecho que no.

Máster: si continuamos hacia la gruta, Lowen buscará cobertura lo mejor que pueda, y de momento atacará con el arco al dragón. Dará margen a Glin para que pueda beneficiarse de un ataque furtivo, y que la sacerdotisa vaya delante (si le da la gana, claro xD).

Cargando editor
27/10/2021, 16:08
Glinthalas Wyrmslayer

El elfo, que se había avanzado, nervioso, volvió unos pasos para reaparecer en el campo de visión de sus compañeros lo justo para hacer el gesto humano del dedo cruzando la boca de "silencio".

Acto seguido, Glinthalas volvió a encaminar sus livanos pasos escaleras abajo, hacia el cubil del dragón. Rezaba a los dioses (mentalmente) para que la joven dragona no se hubiera despertado y se hiciera la dormida. Si fuera el caso probablemente recibiría un ataque de relámpago que no le haría ningún bien.

Pese a todo, avanzó. Intentó y logró no sin cierto esfuerzo el pisar con sumo cuidado para internarse en la cueva. La idea de los mercenarios pisándoles los talones le incomodaba, pero cualquier fallo, cualquier despiste por falta de concentración, podía suponer su muerte. La suya y la de sus compañeros si no lograban salir del túnel al tiempo, antes de que el dracónido lanzara su aliento y les alcanzase a todos.

Cargando editor
27/10/2021, 19:46
Briand Le Besco

Briand se acomodó su gorro emplumado, y asintió en silencio dejando que la sombra del mismo tapase la solemnidad de sus ojos. Habían decidido este camino y no había vuelta atrás. Aún con la vasta información que les había ofrecido la clériga, y su sorprendente colaboración al respecto, la situación no era más alentadora.

Tocaría atravesar los barrotes, y cerrarlos para dejar los mercenarios detrás. Todos entendían eso y no había mucho más que discutir, en especial cuando el elfo clamaba por su tan preciado silencio. Sólo restaba avanzar y enfrentar su destino.

Cargando editor
27/10/2021, 19:49
Lluvia Estelar

Las palabras de Lizbet no me tranquilizan en absoluto y antes preferiría medir mis fuerzas con un ejército de goblins que con esa inmadura dragona que, por su descripción, parece invencible.

Lo único que me permite seguir adelante es la determinación que veo reflejada en los rostros de mis valientes compañeros. Son ellos los que me transmiten entereza para que no me tiemblen las piernas con cada paso que me acerca a la guarida de esa pesadilla azul.

Si alguien me hubiera dicho que terminaría enfrentándome a semejante monstruo, jamás hubiera reunido el coraje suficiente como para abandonar a mi tribu. Pero aquí estoy, mentalmente superada y sin más armas que una lanza y una ballesta a la que le quedan un puñado de virotes. Ojalá eso baste, aunque mucho me temo que si hasta ahora he hecho muy poco, mucho menos haré contra esa tal Ysalla.

- Tiradas (1)
Cargando editor
27/10/2021, 20:24
Dungeon Master

Antes de poneros en camino hacia La Guardería, Kylian usa su magia divina para mitigar todavía más los dolores de Lowenherz mientras que Lizbet suplica la protección de su temperamental diosa. Después, cuando todos habéis comenzado a descender los peldaños, invoca una nube de oscuridad sobrenatural que se cierne sobre la cámara que acabáis de dejar atrás para entorpecer el avance de vuestros perseguidores. La negrura es tan espesa que ni siquiera los agudos ojos de Glin consiguen atravesarla al mirar hacia atrás.

Tan silenciosamente como podéis, que en algunos casos no es demasiado, avanzáis hacia el nido de los dragones hasta que la gran puerta de hierro forjado os detiene. Al otro lado de sus barrotes podéis ver el tesoro acumulado por el saqueo de los nerakanos y, tendida sobre una de estas pilas, la pequeña dragona azul.

Es entonces cuando el clérigo de Gilean tropieza en uno de los últimos peldaños, cae al suelo y choca ruidosamente contra Briand. Molestada de su sueño, Ysalla se revuelve inquieta, olisqueando el aire, alertada por el tintineo de vuestras armaduras y el olor de vuestro miedo.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Lowenherz (17) → 20/26 [mangual pesado dgc 6/10 pg]
Glinthalas (9) → 12/15
Lluvia Estelar (8) → 24/24
Briand (8) → 16/22 [cinturón curativo: 0/3 cargas disponibles]
Kylian (19) → 12/16
Mujer (18) → herida grave [protección vs la energía (electricidad)]

Por aclarar un poco el mapa, tiene dos alturas: una es la altura en la que os encontráis y 10' más abajo está la altura a la que se encuentra el dragón. Podéis bajar por las escaleras de N5 o bien saltar desde cualquiera de los bordes representados. Una prueba de Saltar o Piruetas (CD 15) evita cualquier daño por la caída, pero el fallo supone 1d6 puntos de daño no letal.

Cargando editor
27/10/2021, 20:38
Lluvia Estelar

A medida que me acerco a la iluminada cueva de la dragona puedo sentir cómo aumenta mi temor por lo que nos aguarda al final de esta desigual escalera de piedra.

La gruesa puerta de hierro es a la vez promesa de salvación de los mercenarios y condena a manos de la temible Ysalla, pues no podremos retroceder si la situación se vuelve insostenible. Lo fiamos todo a la esperanza de salir triunfantes pero, si no es así, todos terminaremos convertidos en cena para dragón.

—No abras todavía —le urjo a Lizbet antes de que tenga ocasión de abrirnos la puerta del Abismo.

Con mi ballesta previamente amartillada, busco un ángulo desde el que tener visión de mi objetivo y disparo sobre ella. Un disparo a veinte pasos contra un blanco inmóvil debería ser más sencillo que disparar a los dragones de peluche de la feria de Belleria. ¡Qué lejano queda ya aquel recuerdo en mi memoria!

- Tiradas (2)

Notas de juego

Me muevo a E4 y disparo desde allí con mi ballesta, aunque me temo que eso no va a atravesar sus escamas...

Cargando editor
27/10/2021, 21:35
Glinthalas Wyrmslayer

Empujado por la situación y a sabiendas que el aliento del dragón, por pequeño que fuera, podría acabar fácilmente con todo el grupo de una bocanada, Glinthalas avanzó con cautela, con perfil bajo, siguiendo el contorno de la pared. Si la dragona estaba en un suelo más bajo y él se agachaba todo lo posible, podía salir de su ángulo de visión y hacerse virtualmente invisible. Deseó con todas sus fuerzas que así fuera...

- Tiradas (2)

Notas de juego

Doble acción de movimiento, hasta J2.

Edito: no había tirado Iniciativa. Y por el resultado, casi mejor que no lo hubiera hecho...

Cargando editor
28/10/2021, 06:53
Briand Le Besco

La noble no pudo evitar soltar un quejido, notoriamente molesta. Aún siendo parte del clero, los plebeyos nunca tenían cuidado ni reparo alguno para con sus superiores en sangre. Estas conductas ya comenzaban a reiterarse a un ritmo intolerable, mas lo que lo salvaría de una segunda reprimenda sería el gemido del despertar del dragón. No teniendo más opción que enfocar su atención y estrés en aquella amenaza, la joven mujer se apresuró a adelantarse ante ello.

Mientras avanzaba al trote, con la ronca sobre una de sus manos, fue quitándose el Arco Largo del torso con la otra. Atravesó la puerta y posó su espalda contra el muro de piedra, dejando apostada allí su enorme lanza para tomar adecuadamente su arma de distancia. Podía verlo, y por pequeño que fuese, no resultaba menos intimidante a la distancia. No tenía ánimos de acercarse, por lo que fue su flecha lo siguiente que tomó y tensó la cuerda de su arma, antes de soltarla y disparar. Sus ojos y su atención, estaban expectantes a cualquier reacción de la bestia, rogando a que no fuera por ella mas preparada para defenderse de lo peor. Tras varias sesiones de enfrentamientos reales, aunque con humanos, creía que podía eludir con mayor confianza los ataques de éste.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Acción de Movimiento: Avanzo hacia F4 mientras desenfundo mi Arco Largo.

Acción Gratuita: Soltar la Ronca.

Acción Estándar: Disparo al Dragón (Creo que desde aquí tendría mi mejor ángulo, quizás con cobertura, a discreción del DM.)

Selecciono al Dragón para la Esquiva, obteniendo una CA total de 17 contra él.

Cargando editor
28/10/2021, 09:53
Lowenherz

La situación, de por sí complicada, se volvió aún más dramática cuando Kylian tropezó, amenazando con delatar totalmente su posición. La impaciencia les había podido, no dando tiempo a Glinthalas para que se posicionase adecuadamente. El guerrero no pudo reprimir un gruñido de frustración: una vez más, su torpeza les arrastraba a un excesivo peligro.

Miró a la sacerdotisa primero.

- Tu turno. - dijo con un gruñido seco.

Después, echó a correr sobrepasando la posición de sus compañeras.

- ¡No os quedéis expuestas! - gritó a Lluvia y Briand, mientras él mismo iniciaba la carrera.

Las escaleras estaban demasiado lejos, o así se lo parecía a Lowen. Así que decidió jugársela a dejarse caer por el muro. Un salto fácil, que había hecho muchas veces acompañado de sus hermanos en sus correrías por los bosques y colinas que rodeaban su aldea. Pero aquellos saltos no los había hecho portando una pesada armadura. Cuando cayó con todo el peso que llevaba encima, sintió cómo su pierna recibía un fuerte impacto, haciéndole cojear unos metros mientras maldecía dolorido. Pese a todo, siguió avanzando, buscando la protección de la columna mientras armaba un disparo con su arco largo.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Mi idea era no bajar hasta que Glin se hubiese posicionado, pero bueno, vamos allá xD.

Por orden de prioridad:

1) Asegurarme de que la sacerdotisa avanza.

2) Correr y buscar la protección de la columna que hay en K10. Mi idea es descolgarme por I8, más o menos, y pegarme a esa columna.

3) Disparar el arco. En principio, ante la duda, prefiero tener probabilidad de fallo y que la dragona también la tenga (esto es, si tengo que disparar alineado con la columna para tener protección, lo hago). No sé si tendremos más de un asalto antes de que despierte.

Si Lizbet no avanza (ya sea conmigo o en otra dirección), Lowen se detiene y la fuerza a hacerlo.