Partida Rol por web

—¿De verdad no ssssabéissss qué ocurrirá dentro de dosss nochessss? —mira con sorpresa primero a Enrielle, a continuación a los demás y después sonríe jactancioso—. No, claro que no, cómo podríaissss ssssaberlo. Lossss enanossss con techossss de piedra no miran losss cielosss y a lossss demássss, ¿qué osss importan losss diossssessss de la magia?

Repta por ciprés al que se ha encaramado y se queda colgando cabeza abajo muy cerca del rostro de Thorwyn, decidido a confesarle su secreto.

—Dentro de dossss nochessss lassss tresss lunasss sssse alinearán en el cielo formando un ojo de irisss ssssangriento.

Observa burlón las caras de incredulidad de la mayoría de vosotros, pues todo el mundo sabe que en el cielo solo pueden verse dos lunas: la roja Lunitari y la blanca Solinari.

—Sí, lassss tressss lunasss —le dedica al arcanista enano un guiño cómplice—. El theiwar ya ssssabe de lo que hablo. Losss magosss de todo Krynn llaman a esssa noche la Noche del Ojo y ssssolo ocurre una vezzzz cada año y medio. Esssa noche, essss idónea para realizzzzar encantamientosss y yo conozzzzco un ritual que no matará pero sssí debilitará a todos losss goblinssss que infessstan los Grandesssss Páramossss. Un ritual para el que nezzzesssito el cadaver de essse monssstruo infame del que osss he hablado. Dessspuésssss, fabricaré para cada uno de vosssotrossss un bebedizzzzo que osss permitirá resssspirar bajo el agua como lossss pezzzzessss, ssssi esssso essss lo que queréissss. ¿Qué me decísss? Yo también cruzzzaría lossss brazzzzossss como vosssotrossss para enfatizzzar mi propia determinación, pero... —añade, burlón.

Miro a mis compañeros buscando una confirmación por su parte. Lo que dice esta criatura desde luego resulta muy conveniente para nosotros en todos los sentidos. Lo que nos han escatimado los hombres-lagarto de Mohrlexctlan, ella nos lo ofrece. Su ayuda para eliminar el mal instalado en sus tierras en forma de engendros, goblins, draconianos y caballeros de Neraka. ¿No es eso lo que hemos venido a hacer aquí?

Y entonces, ¿por qué tengo la sensación de que esta es una mala idea? Quizá sea solo porque Lowen se opone frontalmente a ella y yo le aprecio demasiado como para ignorar sus reparos. No lo sé. Me acerco a él y entrelazo mis dedos con los suyos.

—Decidamos lo que decidamos, somos más fuertes juntos —le digo en un cariñoso susurro—. Tú eres mi campeón.

Kylian miró a Lowen con cierto aire de superioridad. Al final el círculo se cerraba de manera casi perfecta. O eso era al menos lo que al sacerdote le parecía. Si bien, de buenas a primeras le había costado interpretar los designios de su dios, ahora lo veía claro. 

- El camino de la Neutralidad se abre paso ante nosotros. - Dijo convencido. - Traeremos a esa criatura. - Afirmó con rotundidad. - Debes decirnos todo lo que sepas acerca del minotauro deforme. Todo lo que has hecho para encontrarle y todo lo que todavía no. - Sonrió emocionado. - Creo que tienen un trato. 

Enrielle volvió a mirar de soslayo a Thorwyn por un instante. Muchas cosas decía la serpiente que sabía. Por eso era que no le gustaba la magia. Con frecuencia era... demasiado sinuosa y engañosa. Luego la mirada se clavó en el clérigo de Gilean, y la exploradora levantó la mano bruscamente. Pero bueno, sólo le faltaba que el Heraldo de la Neutralidad decidiera por todos...

— Un momento, Kylian. — le interrumpió con la acostumbrada expresión de mal humor con que se solía dirigir al clérigo las contadas veces que lo había hecho. — Como mínimo tendremos que hablarlo para ver si estamos de acuerdo, ¿no te parece? — Se giró hacia la serpiente — Puede que lo hagamos, pero ¿qué conjuro es ese que no matará pero debilitará a los goblins? Seguirán pululando por ahí. ¿Qué utilidad tiene, más allá de cazarlos uno a uno allá donde estén? Además, estoy segura de que alguien como tú no necesita debilitar a los goblins para zampárselos a puñados. — si tuviera puños.

Se apoyó sobre la otra pierna aún de brazos cruzados. En cierto modo aquel le parecía un conjuro un poco inútil y no terminaba de comprender por qué resultaba tan importante para ese ser. 

— Y otra cosa, ¿cómo sabemos que no nos darás unos bebedizos envenenados? Ya habremos hecho el trabajo sucio, y al fin y al cabo para ti no somos mucho más que otros intrusos que no te importaría eliminar de la ciénaga.

─Porque jurará por la luna negra, Nuitari. Por eso, Enrielle. Si rompe su juramento será un blasfemo y no sólo su magia podría funcionar de manera que no espere, sino que se desatarían oscuros designios en su contra... ─aseveró el enano como propuesta y advertencia todo en uno.

Las tres lunas de Krynn, claro. Solinari y Lunitari eran visibles en el cielo nocturno para todos, pero Nuitari sólo era visible para aquellos practicantes de las artes oscuras y sus adoradores. Resultaba curioso que proviniendo de una sociedad desarrollada bajo tierra, en la que el cielo es algo que rara vez se vislumbra a lo largo de la vida, Nuitari tuviera tanto peso para los theiwar. "Luna negra, negros designios". A Nuitari se le llamaba Ungod en Thorbardin y bajo su luz se tramaban siempre oscuros planes, o eso se decía siempre.

Thorwyn, que trataba de ser todo lo enano que no eran los miembros de su clan, prefería encomendarse a Reorx en sus (escasas) plegarias, prefiriendo una vida de dedicación al trabajo y el duro esfuerzo, pese a que en su caso al final hubiera sido más intelectual que físico. Aunque tarde o temprano volvería a la forja.

Fuera como fuera, el grupo tenía ante sí un trato, uno que les beneficiaba, que les acercaba a hacer realidad el inconcebible plan de desastibilizar todo un régimen malvado de un plumazo. Bueno, no sería precisamente un golpe de pluma el que debía acabar con la vida del rey hobgoblin, hablando de lo cual...

─Lowenhearth, de ti depende. Esta criatura nos abre la vía a una oportunidad que no se repetirá. Nuestro enemigo, el que saqueó Belleria y otras tantas tierras de los alrededores, no se espera el golpe que le podemos propinar nosotros, aquí y ahora. Solamnia y sus gentes sufrirán padecimientos que se podrían ahorrar si zanjamos aquí el asunto. Esto es lo máximo que podemos hacer. Nuestra misión inicial la cumpliríamos de todos modos, sólo que haríamos mucho más. Sé que no te mueves por fama o gloria, pero es que esto va mucho más allá: esto sería evitar el sufrimiento de miles. Pero no lo podemos hacer sin ti y lo sabes. Y también sabes que aún sin ti no podemos dejar pasar la ocasión...

Sin el poderoso guerrero del grupo sus posibilidades de éxito se empequeñecían tremendamente, al menos por lo que a enfrentarse físicamente al rey hobgoblin respecta, pero se las apañarían sin él. De una u otra manera lo conseguirían... aunque tal vez alguno de ellos no lo contara.

Otra cuestión era lo que haría la naga con el cadáver del monstruo que perseguía. Seguramente un ritual nigromántico. Tal vez se enforteciera tremendamente con ello (pues los rituales de los túnicas negras y sus seres afines a menudo perseguían ese fin), pero difícilmente se constituiría en un verdadero oponente del dragón que dominaba Nordmaar. Lo que sí podía conseguir, debilitando a los goblins, era lograr que éstos últimos fueran víctimas de enemigos que antes difícilmente podían encararlos, como los propios bakali, sin duda mucho menos numerosos. O los caimanes, wyverns y demás criaturas del pantano. Sólo eso ya podría desestabilizar la zona, debilitarles como organización, hacer que su larga mano no pudiera llegar ya hasta Solamnia y nutrir las tropas y oscuros designios en esta tierra inhóspita. Tal vez desatar la furia del dragón hacia los nerakanos. Quién sabía. En cualquier caso, el enemigo de mi enemigo... es mi aliado. Aunque sea un aliado circunstancial y efímero. Si algo malo salía de todo aquello, ya tendrían tiempo después para enmendar el error. De momento tenían un enemigo al que enfrentarse, eso ya era más que suficiente de lo que preocuparse.

Lowen se aferró al contacto cálido de los dedos de Lluvia Estelar, suspirando con agotamiento por aquella situación exasperante. Vio la mirada de suficiencia y fanatismo de Kylian, comprendiendo que el clérigo se había perdido definitivamente, y después escuchó las dudas de Enrielle y las palabras de Thorwyn. El enano se revelaba, una vez más, como un enigma para él. Compartía sus objetivos, pero poseía oscuros saberes que llegaban mucho más allá de lo que Lowen podía vislumbrar. Negó con la cabeza, apretando la mandíbula, y luego inició su perorata.

- Nada sabemos de lo que esto implicará, Thorwyn. - dijo - Incluso si jura que no nos envenenará, ¿qué implica la magia que va a invocar? Nos pide traer a un ser corrupto para usarlo en un ritual mágico del que no sabemos nada, y que debilitará - entrecomilló la palabra con los dedos - a los goblins de la región. ¿Qué significa eso? Enrielle ha hecho varias preguntas muy pertinentes, escuchemos la respuesta a ellas antes de seguir la conversación.

Miró de vuelta a la naga un instante, y luego se volvió otra vez hacia Thorwyn.

- No puedo participar en algo que no comprendo, en especial cuando podríamos estar creando un mal mucho peor del que tratamos de combatir. Jamás había oído hablar de esa tercera luna, Nuitari, pero solo su nombre me produce escalofríos. ¿Cazar a un monstruo para que un ser malvado como este, que porta a su cuello la mano amputada de un elfo, realice un ritual mágico en una noche particularmente propicia, auspiciado por un eclipse de tres lunas que, supuestamente, tendrá un gran poder mágico? - negó con la cabeza - Yo no sé mucho de magia, casi nada en realidad. Pero por los dioses que hasta yo entiendo que aquí hay algo muy turbio. Y estamos a punto de participar en ello, a cambio de tres bebedizos que nos permitan respirar bajo el agua. Creo que no es buena idea.

No miró a Kylian. Por lo que a Lowen respectaba, el clérigo podía irse a cazar al monstruo él solo si quería. Sospechaba que lo haría, si lograba convencer a sus amigos de que no participasen en aquella locura.

—Como veisss, yo no cazzzzo pressssassss essscondidassss trasss fortalezzzzassss de piedra, ni vessstidassss de azzzero o no essstaríamossss teniendo essssta conversssazzzzión —explica vuestro interlocutor, con una nota de impaciencia en la voz mientras mira primero a Enrielle y después a Lowen—. Pero essso no ssssignifica que disssfrute de la presssenzzzia de extrañossss en missss dominiossss. Ssssoy un sssser longevo y pazzziente y puedo esssperar, pero lasss razzzas volátilesss como la trasssgoide o la humana tenéis una insssoportable tendenzzzia a reproducirossss de forma ruinosssa para cualquier territorio. Mi ritual no matará a ninguno, pero los maldezzzirá para que no puedan tener dessscendenzzzia, ni multiplicarssse mientrasss vivan en los Grandesss Páramosss. Lo que hagan fuera de aquí, no essss cossssa mía. Tampoco me importa ssssi no termináisss de entenderlo, puesssto que el motivo de mi exissstencia no esss llenar el abisssmo de vuessstra ignoranzzzia.

»Y ssssi tenéissss dudassss ssssobre ssssi trataré de envenenarosss con el bebedizzzo que me pedísss, basssta con que ni me lo pidáisss, ni osss lo bebáisss —vuelve la vista hacia Thorwyn—. Juraré por Nuitari y por lossss otrosss dossss diosesss de la magia si esss prezzzissso que no ossss envenenaré de ningún modo ssssi asssí ossss quedáissss mássss tranquilosss, theiwar, aunque cada vezzz tengo mássss claro que vuessstrassss retizzzenzzziasss no son tanto fruto de la desssconfianzzza en mí como en vuessstrasssss propiasss capazzzidades de hacer lo que osss pido. Ssssi ossss sssentísss incapazzzessss, dezzzídmelo y no perderé másss el tiempo con vosssotrossss.

- Yo lo tengo claro. - Concluyó Kylian. - El trato es beneficioso para las dos partes, aunque solo pediría un esfuerzo más. - Le dijo a la sierpe de rostro leonino. - Somos cinco y cinco bebedizos necesitamos para cumplir nuestros propios objetivos. Matar al rey de los goblin es nuestra misión y creo que eso también te beneficia. - Desveló tratando de obtener un poco más por su colaboración en la misión de encontrar a aquel ser deforme. - Y como te he pedido antes, necesitamos saber cualquier información sobre el minotauro que nos valga para encontrarlo. Cualquier pista, aunque sólo sea decirnos donde has buscado a ese ser, para no perder el tiempo, el cual es la limitado como sabes mejor que nosotros.

—No essss una criatura particularmente inteligente pero essss assstuta —responde la criatura serpentina a las desmandas de Kylian—, ssssabe moverssse bien en lossss páramosss, cassssi como ssssi recordassse que en otra vida fue alguna classsse de trassstreador entre lossss suyossss o algo asssí. Vuela y ssse desssenvuelve bassstante bien en la ossscuridad, dosss cossasss que uno no esssperaría de un minotauro corriente. Essso me ha complicado su rassstreo y sssu captura mássss de lo esssperado. Tressss vecesss me he encontrado con él y tresss vecesss ha logrado escapar de mí, asssustado trasss nuessstro primer encuentro. Pero a vosssotrossss no osss conozzze. Esssstá por la zzzzona y esss possssible que ossss encuentre él antesss de que lo hagáisssss vossssotrossss. Esss una bessstia y actúa por inssstinto, querrá atacarosss y dessscuartizzzzarossss; convertirossss en su comida. No osss conoce. No osss teme. Y essso puede ssser fatal para él. Bussscadlo o dejad que ossss busssque él, essss un buen cazzzador. Pero hagáissss lo que hagáissss, no lo dejéissss escapar. Sssse cura deprisssa y no ossss dará una ssssegunda oportunidad. Ssssi puede acabar con vossssotrossss, lo hará sin dudarlo. Ssssi ve que no lo consssigue, esssscapará y no lograréissss atraparlo a tiempo para mi ritual, assssí que assseguraossss de que no huya. Esss cuanto osss puedo decir, que esss másss de lo que yo sssabía cuando me encontré con él por vezzzz primera. Ojalá lo hubiera ssssabido entonzzzzesss y ya essstaría muerto.

Enrielle miró al enano con expresión interrogante, y luego miró al cielo negro. ¿Nuitari? Jamás había escuchado tal nombre. Todo el mundo sabía que en el cielo sólo estaban las dos lunas... ¿no?

Pues al parecer, no. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Asuntos turbios y oscuros que involucraban lunas negras y rituales siniestros. En parte Lowen tenía razón. Los dioses sabían en qué se meterían por ayudar a una criatura semejante. Sin embargo, a su juicio seguía siendo un trato beneficioso. Como señalaba el enano -quien por cierto había tomado un cariz también oscuro para la exploradora, a raíz de lo que había desvelado que sabía- tenían en su mano la posibilidad de dar un duro golpe y salvar quién sabe cuántas vidas. Eso para ella era suficiente para terminar de decidirse.

— ¿Incapaces? Cuando traigamos a rastras el cadáver de ese minotauro volador verás si somos incapaces. — respondió con media sonrisa de autosuficiencia — Por mi parte hay trato. Sólo confío en que los bebedizos tengan una duración suficiente para nuestro cometido.

En ese momento se giró y miró a Lowen, que permanecía ceñudo:

Vamos Lowen — por primera vez se dirigió al caballero con el nombre abreviado —, tenemos la posibilidad de asestar un duro a nuestros enemigos. Entiendo y comparto tus dudas, pero Thorwyn tiene razón, piensa en las vidas que podemos salvar si lo conseguimos. ¿Acaso no estamos en esto por eso mismo? ¿Para acabar con las muertes y sufrimiento que están provocando?

Planteamientos a largo plazo para las razas longevas, tenía sentido. Si ese ritual funcionaba los trasgoides invasores de los Páramos de Nordmaar no tendrían oportunidad de colonizar la zona, de reproducirse y perpetuar su raza. Cada muerte sería definitiva, supondría el decrecimiento del número de los suyos en aquel lugar. Los goblisn desaparecerían y sin ellos los caballeros de Neraka se debilitarían sobremanera. Muy inteligente para alguien que podía permitirse sentarse a esperar.

Por desgracia el grupo de héroes no podía permitirse el perder el tiempo y aguardar durante años, sino décadas. Thorwyn esperaba que las reticencias del guerrero del grupo cedieran con la última intervención de la naga.

─Acepto. Acabaremos con ese monstruo y te lo entregaremos. ¿Cómo debemos llamarte para que acudas a nosotros cuando hayamos completado la tarea?

Si lo que se temía el theiwar era cierto, poco importaría si Lowen aceptaba o no. La naga les había dicho que el minotauro volador estaba cazando por la zona y si era así (y no había razón para pensar lo contrario) el grupo resultaría de lo más apetitoso. Lo atraerían. Y si sobrevivían a su primer envite, debían impedir su huída y acabar con él. Entonces sólo faltaría que la naga cumpliera su parte (y, de nuevo, no tenían razones objetivas para desconfiar).

Vivimos en un mundo en el que ejércitos de desalmados atacan un pueblo indefenso para robar a sus habitantes y usar ese dinero para sobornar a un dragón con el fin último de resucitar a una diosa muerta.

Tengo la sensación de que todo está enloqueciendo y nosotros también si nos empeñamos en desconfiar los unos de los otros en una situación de adversidad tan grande que debería unirnos a todos sin fisuras.

—Este pantano está enfermo y el poder de sanar que se me ha concedido no ha sido para mi grandeza personal, sino para aliviar el dolor. Si hay un monstruo corrupto que siembra el temor y la muerte entre los habitantes de los Grandes Páramos, os ayudaré a darle caza sin importar quién lo pida, ni qué ofrezca a cambio. E igualmente podréis contar con los espíritus de mis antepasados si pretendéis hacer frente a los goblins de Mem y evitar así que formen un gran reino desde el que puedan expandirse a otras regiones vulnerables. Y, por supuesto, haré lo que esté en mi mano para impedir que esos caballeros fanáticos traigan de vuelta a la siniestra deidad dragontina a la que rinden culto.

—Hasssta el momento me habéissss dado mucho menosss de lo que yo osss he dado a vosotrossss —protesta vuestro interlocutor, descendiendo de árbol cuando Lowen le plantea sus nuevas condiciones para participar en la búsqueda del engendro dracónico—. Osss diré dónde esssstá el Sssseñor Sssssupremo Mohrlex ssssi me traéissss lo que ossss he pedido, no antesss. Tal y como yo lo veo, en realidad ya estáissss en deuda conmigo, osss he advertido sobre una criatura que ossss amenazzzza en el pantano y con la que probablemente hubiéraissss tenido que luchar por vuessstra propia ssssupervivenzzzzia de uno u otro modo. Ahora al menossss ssssabéisss a qué osss enfrentáisss y yo osss ofrezzzco ademássss comprarosss un cadáver que para vossssotrosss no vale nada. No ssseguiré regateando hassssta que tengáissss para mí algo másss que exigenciasss y desssconfianzzzzza, cuando esssso ssssuzzzeda, yo ossss encontraré a vossssotrosss.

Y, con unas pocas palabras mágicas que Thorwyn reconoce como un conjuro de invisibilidad, desaparece de vuestra vista.

Enrielle observó desaparecer ante sus ojos a la serpiente con una súbita sensación de intranquilidad. Miró alrededor sin ver nada. Ni siquiera a la pareja de bakali que se había escondido, pero esperaba que siguieran por ahí.

Cuando vio que realmente no pasaba nada, se acomodó en el suelo donde estaba, pero aún albergando cierta tensión.

— Tal vez debiéramos hacerles un par de lanzas a esos dos. — comentó cuando vio regresar a los dos bakali — Si no han salido corriendo con esto yo diría que son lo suficientemente fieles como para que luchen con nosotros. Todas las manos vienen bien, y por lo menos que tengan algo para pinchar.

- Se acabó la negociación. - Dijo el sacerdote con una sonrisa en los labios. - Me hubiera gustado poder conseguir alguna poción más de esas, pero... - Se encogió de hombros. - ¿Estamos todos de acuerdo entonces? ¿Vamos a cazar a esa criatura? - Preguntó esperando que la respuesta fuera afirmativa. - Creo que por muy oscuros que sean los motivos de la naga, a la larga son convenientes para Solamnia y también para los inescrutables caminos de la neutralidad. - Miró a Enrielle. - Y sí, estoy de acuerdo en que les entreguemos armas a los reptilianos, aunque no sé cómo fabricarlas.

Sí, estaba convencida. Aquellos rastros y aquella caverna habían de ser del monstruo que andaban buscando. Por suerte -o más bien porque era condenadamente buena rastreando cosas, pensaba- habían encontrado el escondrijo en lugar de que ese engendro los localizase en un momento vulnerable. Y si realmente era un depredador lo más probable es que fuera lo que intentara.

Ya dentro de la caverna, miró alrededor, buscando escondites y vías de escape.

— Volar aquí dentro eso no le servirá de nada, pero si pudiéramos bloquear alguna de esas salidas para que no pueda escapar... — comentó pensativa — Pero si las bloqueamos tendrá que usar otra entrada y podría olerse nuestra emboscada. ¿Se os ocurre algo, además de escondernos? — miró a sus compañeros, y la verdad era que a ninguno le veía pinta de trampero.

Enrielle consigue casi lo imposible al localizar la guarida del minotauro, proporcionándonos así una ventaja estratégica que tal vez sea decisiva para lograr nuestra victoria. Solo puedo felicitarla por su asombroso hallazgo y prepararme lo mejor que pueda para ocultarme.

Pero primero quiero explorar la cueva para familiarizarme con ella y buscar el mejor lugar donde esconderme o algo que nos sirva de ayuda en la batalla. Yo, por desgracia, he dejado la mayoría de mis pertenencias en Robann y no se me ocurre qué podría usar para impedir que ese monstruo volador huya en cuanto nos vea.

Me ofrecería como cebo pero mucho me temo que la fuerza de mis ancestros no bastará para retenerle contra su voluntad.

Lowen había tragado con un gruñido de desesperación los últimos alegatos de sus amigos. Estaban decididos a hacerlo, y él no podría impedírselo. Al final había accedido, pensando que quizá pudiese averiguar el paradero de aquel dragón, Mohrlex, lo cual sería una información realmente valiosa. El resto de las cuestiones, incluído el asesinato de aquellos líderes trasgoides, seguían llenándole de reticencias. Pero, al final del día, Lowen era amigo de sus amigos, y sabía que, sin su ayuda, el enfrentamiento con aquel monstruo bien podía cobrarse sus vidas. No podía abandonarles allí. Al final había accedido, apartándose del resto con un gruñido y pagando su frustración con una piedra cercana, que pateó con fuerza arrojándola lejos.

Después de aquello, habían reemprendido la marcha. En aquel terreno, el solámnico se sentía poco menos que un completo inútil. Caminaba entre barrizales y plantas, intentando no hacer demasiado ruido, pero sus esfuerzos no servían de gran cosa. Aún portaba su lanza improvisada, que había pretendido usar para pescar desde lo alto de la barcaza, o para defenderse de alimañas acuáticas. Pero nada de eso había sucedido.

- Una vez estemos dentro, puedo dejarle la lanza a uno de estos. - señaló al bakali más corpulento* - Siempre que jure por su deidad del pantano que no la usará contra nosotros.

Pese al buen comportamiento de aquellos dos seres, Lowen seguía teniendo sus recelos. Sabía que obedecían por miedo, y ese era un tipo de obediencia poco fiable. No sería extraño que, si veían la ocasión, se revolviesen contra ellos y tratasen de escapar.

Una vez hallaron la cueva, Lowen esbozó una sonrisa y le dio una palmada en la espalda a Enrielle.

- Buen trabajo. - dijo, con voz cansada.

Estaba sudoroso, y agradeció el frescor repentino que sintió en la piel al atravesar el umbral de aquel hogar pétreo.

- Parece que no está aquí. - dijo con voz queda - Con un poco de suerte, tendremos tiempo de prepararle una emboscada.

Echó un vistazo alrededor, tratando de hallar alguna galería estrecha, o alguna roca suelta que pudiesen utilizar en su favor. Pero sus ojos, poco acostumbrados a aquella luz inusual, no distinguieron nada útil.

- Lo mejor sería tratar de atraer a la criatura a alguna estrechez. Uno de nosotros podría servir de cebo, fingiendo haberse quedado atascado entre las rocas. El resto podrían esperar agazapados. Pero habría que buscar una galería estrecha, algún lugar donde podamos bloquear la salida con una roca que podamos mover, o donde podamos rodear a la criatura e impedirle volar.

Miró a Kylian.

- Tú eres nuestro más experto fingidor. - sonrió irónicamente - Pero si servirte de cena improvisada no complace a la neutralidad, puedo servir yo de cebo. - después miró al resto - ¿Qué decís?

Registráis la caverna de arriba abajo mientras permanecéis al acecho por si vuestra presa aparece en cualquier momento y, por fortuna para vosotros, no ocurre así.

El centro de la cueva se encuentra encharcado por el agua que se cuela a través de algún afluente subterráneo hasta aquí, pero en su mayoría el nivel del agua se mantiene por debajo de las cañas de vuestras botas, dificultando vuestro avance y mojando vuestros pies pero sin suponer más que una molestia menor.

Algo de luz se cuela a través del techo de la gruta que encontráis corriente arriba, pero estos respiraderos son demasiado angostros para que se cuelen por ellos algo más grande que unas cuantas lagartijas gordas. En cambio, la de abajo, sí presenta un irregular agujero en el techo de varios metros de diámetro, suficientemente grande como para que una criatura voladora de buen tamaño pueda descender por él sin maniobrar demasiado.

La claridad del mediodía que entra desde el exterior ilumina totalmente esta cámara que apesta a podredumbre y a muerte. No encontráis en ella nada de valor tras registrarla a conciencia, pero sí numerosos restos de criaturas despedazadas en diverso estado de descomposición que constituyen lo que posiblemente sea la despensa de vuestra presa.