Partida Rol por web

Varias de las heridas del mediano se curaron mágicamente, sin duda iba equipado decentemente.

Aquellos enormes seres arremetieron contra el grupo sin aviso, uno de ellos, se abalanzo contra DelCojon, Dwama y Grendalf, también lo hizo contra el Paladín, intentando arrollarlos; viendo que no podría esquivarlo por ser demasiado pesado y no estar preparado, opta por hacerle frente atacandolo; pero la enorme mole de madera es demasiado resistente y el ataque no da resultado.

Acto seguido lanzó dos espadazos más. El primero golpeó de nuevo contra la corteza del árbol. Era realmente duro, sin embargo, el segundo impacto arrancó una gran rama  del ent. Por fin había logrado impactar contra su enemigo.

De nuevo, el ent, sin cambiar la expresión de su ya de por si inexpresivo rostro, volvió a lanzar un golpetazo contra Godofredo.  El conde detuvo el ataque con su escudo, no sin dificultad. Quien no tuvo tanta suerte, fue de nuevo Brend, quien recibió otro gran golpetazo por parte de aquel árbol animado.

Pues el árbol que iba adornado se había metido en todo el medio del grupo, por lo que iba a pillar cacho por todos los lados. Viendo que mis compañeros se ensañaban con sus ramas, yo seguí a lo mío. Intentaba pinchar y cortar, pero las malditas ramas y adornos no me dejaban llegar bien al tronco.

-"¡Maldito arbusto, deja de moverte!"

- ¡Recojones con los árboles de este bosque! - Gritó el conde al ver como practicante aplslastaban a su guía. - ¡No morirás hoy! - Apuntó con la mirada a Brend y sus heridas comenzaron a sanar casi antes de ser abiertas.

Brend, agradecido al conde de poder seguir luchando, preparó una maniobra que aprendió cuando estuvo enrolado en las fuerzas de los cruzados. La maniobra del cuervo blanco la llamaba, pues caía en picado uno de sus bastones de arriba abajo y aunque normalmente el golpe iba dirigido al cuello de la víctima, en esta ocasión golpeó contra el tronco, aunque de forma  muy profunda y aquel ent soltó un lento y extraño rugido amortiguado por su enorme corteza.

- ¡Ya casi lo tenemos! - Alzó la voz el orondo beodo.

Dwama se había quedado sola en el punto de mira del enorme ent que tenía frente a ella. Por ello fue quien recibió dos terribles golpetazos, dos ramazos que casi le hicieron perder el sentido, pero en peores lides había estado ella. Rápidamente se recompuso lista para seguir en el combate.

-Benford, asemejáis ser un beodo, más repartís leña de forma encomiable. ¡No desfallezcáis!

El conde entonó una plegaria de curación encaminada a sanar al gordachón que se estaba encargando de ajusticiar al arbol embrujado.

El ent dudó si volver a pisotear a sus enemigos, pero finalmente decidió simplemente golpear contra el mogollón. 

Un golpetazo voló cerca de If Hassim, pero éste pudo evitarlo sin muchos problemas. No le fue tan fácil al mediano arcano, quien volvió a recibir un buen golpetazo que casi le descollunta. 

Aprovechando que estaba pendiente del ataque de  Delcojón, La enana  vio la oportunidad de coger desprevenido al trent que estaba machacando a sus compañeros  y dio un paso para buscarle un flanco desprotegido. Agarró el hacha a dos manos para asegurarse de hacerle todo el daño posible al ya maltrecho árbol y asestó un durísimo golpe que cortó de cuajo una de las ramas principales de la dura criatura, con la mala suerte que los ramajes cayeron sobre la enana impidiéndole golpear de nuevo y rematar a su víctima.

A QUE ESTO YA NO TA HACE TANTA GRACIA!!!??? - Tras el grito de rabia que acompañó su golpe, la enana pronunció algo desesperada - No aguantaré mucho más, necesito el poder curativo de vuestros dioses para seguir luchando!!!

Tan solo uno de los golpes de Dwama fue del todo efectivo. Rompió una gruesa rama que le cayó encima. Por eso quizás no se percató de que su urgorsh había quebrado el tronco central del ent y su maliciosa mirada se apagó. La enana había acabado con su adversario casi sin darse cuenta. 

Pero no acabaron allí las buenas noticias. Una vez que el árbol expiró su último risa malévola, los otros dos ents cesaron también sus hostilidades. Quedaron inanimados, como eran todos los árboles normales y sus raíces volvieron al interior de la tierra anclándolos a la misma.

Pasados unos segundos en los que trataron de recobrar el aliento, todo permaneció en calma. El combate había acabado y ellos eran quienes habían salido victoriosos y sin bajas, aunque no por mucho.

- ¿Estáis todos bien? - Preguntó Brend fatigado por el esfuerzo. - Creo recordar la risa del árbol... - Dijo jadeante y apoyando las manos sobre sus rodillas tratando de recuperar el aliento. - En el taller, antes de escapar. - Señaló con un dedo al enr caído. - Creo que estaba bajo las órdenes de la draña...

El hobbit se sentó en el suelo exhausto, sabía que había estado a punto de morir por nada, ni siquiera hubiera muerto junto a amigos que le recordaran, sino junto a desconocidos que seguramente saquearian sus pertenencias y le abandonarían a merced de las bestias del bosque.

Me pueden explicar que ha ocurrido?? Si, nos han cogido desprevenidos, lo cual sin duda es culpa del explorador del grupo, quien debería ir delante para prevenirnos del peligro, pero luego que es lo que ha ocurrido?? dijo perplejo al recordar el mal inicio que había tenido la escaramuza.

Primero miró al gañán que había malgastado su vial de fuego de alquimista, pero se abstuvo de comentarios al respecto, sin duda ese pordiosero no habría visto una poción alquímica en su vida y menos aún sabría sacarle buen partido, tirarla de forma que afectará a dos enemigos para mantenerlos ocupados unos valiosos instantes mientras se dedicaban a apagar el incendio que poco a poco les consumiría, pero bueno, al menos había sido capaz de acertar a uno de esos enormes árboles, lo cual ya era algo. Buen trabajo tirando el bote de fuego Delcojón, le has dado en el jepeto! dijo a fin de ganarse su innecesaria simpatía, pero sin duda los convencionalismos sociales le obligaban a fingir simpatía con sus nuevos compañeros, para iniciar un vínculo de hermandad que quizás con el tiempo podría ser verídico.

Luego miró a la enana, sin duda la mejor componente, la mataents, a la que sin duda su refuerzo mágico le había dado el empujoncito necesario para acabar con la bestia. Dwama, buen trabajo con ese alcornoque decorado, sin duda sería buena idea arrancar algo de esa corteza para mandarte fabricar un escudo pesado que atemorice a quien se atreva a enfrentarse!. La verdad es que imaginar a la enana con su Ugrosh y un escudo con la cara de un ent, era poco más que épico, sin duda los juglares recitarian versos sobre una guerrera así ataviada.

Maldición paladín! dijo mirando al mahometano. Como me dejas vendido frente al enemigo perdiendo el tiempo con un conjuro tan simple en vez de hundir tu espada en su tallo, haciéndole replantearse su ataque? Me has dejado a merced de sus ataques, un golpe más y estaría criando malvas!!

Buen Godofredo, dígame qué le queda algo de magia curativa para curar a un moribundo hobbit, mi cinturón no me restaurará lo suficiente y sin duda me será necesario teniendo en cuenta que nos adentramos en lo desconocido. Esperaba que su curandero acorazado le repusiera un poco, sin duda había demostrado sus más que competentes dotes curativas con el obeso guía, quien estaba casi totalmente recuperado tras rozar la muerte instantes atrás. Obvió hacerle participe de lo absurdo de golpear un tronco con una maza, sin duda él mismo se habría percatado de lo inocuo para el ent de ser atacado con tal inútil arma para sus características físicas.

A ver Don Juguetero! Ahora nos vas a contar todo lo que escuchastes y vistes en tu taller, no ahorres datos! Casi nos mata un ent y ahora resulta que te cuadra con algo de tu taller y eso nos podría haber causado la muerte. Que más nos podemos encontrar a parte de las arañas, que tipo de aracnidos y su tamaño, había algo más? así esperaba estar más preparado para lo desconocido que les esperaba, sin duda el enemigo les esperaba, buena prueba de ello era este recibimiento nada más salir de la empalizada.

Quizás sería interesante colocarnos de diferente manera, a fin de no ser todos presa de un ataque cruzado como el sucedido, que Brend y Del vayan delante, a 30 pasos podría ir yo, sin duda soy más silencioso que los dos acorazados que deberíais proteger la retaguardia, que os parece? dijo recordando las guías de los aventureros que había leído años atrás.

El Paladín se sintió ofendido por las palabras de aquel mediano, pero aún así, viendo lo malherido que estaba su compañero de aventura se le acercó, toco el hombro y pronunció unas palabras:

-Que la bendición de Tempus caiga sobre tí.-

El pequeño Hobbit pronto se sintió algo menos magullado de como estaba al principio.

-No seas tan exigente, la situasión nos ha sorprendido a todos, hemos actuado lo mejor posible.-

- Pues bien... - Brend miró hacia arriba pensativo. - Logré salir por una entrada trasera. No la estaban controlado entonces, aunque supongo que ahora sí. Dos arañas me siguieron, eran muy grandes. ¡Enormes diría yo! - Se encogió de hombros. - Supongo que habrán sellado esa entrada, pero podemos comprobarlo. Luego día un rodeo antes de ir a la aldea. - Se mesó la barba. - Estaba siendo custodiada por tres o cuatro trasgos y dentro de los talleres había algunos más y un humano muy extraño. Iba vestido de arlequín o algo similar...

-Dama Dwama, dejad que os alivie un poco aquestas heridas-dijo en tono algo preocupado, si bien él se encontraba algo magullado también. De su zurrón sacó una varita y empezó a aplicar curaciones sobre ella y el resto

-Y tu, pequeño bribón, más valdría que aquesta lengua habladora que tenéis la utilizaseis más en lanzar artificios útiles y menos en quejaros... Eusebius el mago de mi padre era sin duda más pragmático y efectivoa la hora del combate, ¡habrase visto!

El Hobbit agradeció con una reverencia la curación del paladín y del clérigo, ahora ya estaba listo para volver a la lucha.

Sin duda sois diestro lanzando magia en combate Godofredo, aún tengo mucho que aprender. zanjó con cara sincera, no era para menos, un árbol casi le mata y había perdido la concentración en los conjuros por ello.

Por suerte para nosotros, Dwama terminó con el árbol chistoso y los otros dos se volvieron inertes. Si no hubiera sido así, puede que hubiéramos estado en problemas. Yo no era muy hábil peleando contra troncos y ramas. Tanto mi señor Godofredo, como el sarraceno, estuvieron curando las heridas. Una arcada me vino de repente, del esfuerzo hecho y la tripa tan llena de comida, aunque no llegó a salir nada, ya que volví a tragarme el condumio. El mediano parlanchín no paraba de hablar, hasta que por fin le cortó mi señor. ¡Le estaba diciendo a Godofredo el Grande cómo debían de ir por el bosque! Menuda impertinencia por su parte. Enfundé mis armas y recogí mi farolillo. Al pasar al lado de los demás, una nueva arcada sucedió, pero esta vez no pude controlarla y algunos tropezones de guiso y cerveza salieron como una fuente. Me limpié con la mano.

-"Sí, jejeje, gracias Grandalf. Tengo buena puntería." Le dije al mediano.

Me acerqué a Godofredo, esperando su órden de marcha.

Una vez el conde hubo hecho su magia, no lo dudaron más y se pusieron automáticamente en marcha camino del taller de Brend. Si todavía quedaba alguno de sus ayudantes con vida, no podían demorar más su rescate y si ya no vivía uno solo, tampoco podían dejar el taller en manos de esa ruhin y despreciable zorra arácnida. 

Avanzaron a buen ritmo, con DelCojon unos pasos adelantado. Grendalf había decidido que él era el que explorador del grupo, aunque realmente, poca idea tenía de seguir rastros, sobrevivir en un bosque o simplemente orientarse. Aunque sí que era sigiloso cuando se lo proponía y en esa ocasión lo fue. 

Por ello, cuando llegaron al edificio donde Brend tenía el taller por la parte trasera, rápidamente se acercó a la puerta para investigar acerca de quien estaba apostado frente a la misma. Allí pudo contar hasta cuatro pequeños trasgos vestidos de rojo y con un sombrero también rojo acabado en una borla blanca como una bola de nieve. Iban armados con armas de filo, espadas cortas o dagas y llevaban una armadura ligera para protegerse.