Partida Rol por web

Ahí estaban. Ya a la altura de la barbería. Miró por detrás de las cortinas. Noté la lengua seca y, por mucho que supiera contener los nervios, la inquietud se agitaba en mi corazón y los dedos me cosquilleaban. Aunque aparentaba la habitual calma en mí.

-Esperaremos a que la mitad haya pasado delante nuestro. Después, ira y fuego * -Supuse que Josh sería capaz de contener su impaciencia.

-¿Así que hija del sheriff? Hmm. De manera que el negro la quiere echar del pueblo. ¿Quiénes son esos McLeod?¿Ganaderos?

No dejé de observar la calle principal. -Si sabe usar ese chisme también como parece, señorita, no les daremos oportunidad de que respiren con el fuego cruzado. Y si entran, los recibiremos como se merece esa escoria.

Goddy volvió a rezar. No es que creyera, para él todo eso eran monsergas de viejas, pero la petaca estaba vacía y las manos seguían temblándole. A un lado 6 guardias y una diligencia que se acercaba, al otro una docena de hombres, todavía algo lejos. El plan estaba claro, en cuando los de una calle principal estuvieran más a tiro haría el primer disparo, dejando que el sheriff y los novatos empezaran a disparar, mientras él dirigía el disparo al conductor de la diligencia

Iban a apostar a lo grande, y quien sabe, con suerte los disparos harían que se mataran entre ellos. Solo esperaría a que la diligencia se detuviera, y entonces, dispararía a todo lo que se pusiera de camino entre ellos y el oro. Paciencia, había que esperar a que se acercaran un poco más.

- ¿Ganaderos? Caraduras... un charlatán y un estafador, pero si, se dedican al ganado. Se establecieron aquí hará unos tres años

Desde luego no parecía muy conforme con el equilibrio de poder en el pueblo

-Comprendo. -Asentí. Miré por la ventana. -Ahí llegan. Luego seguimos con esta conversación, señorita.

Apreté los dientes. Tomé aire, levanté ambos gatillos de mis revólveres. A ello.

Joder. Resonaron disparos. ¿Qué coño? Eran más allá, ninguno de los jinetes había caído. Pero sí alertado. Joder. ¿La diligencia?

Y abrí fuego.

Desde la casa que había ocupado Faraday parecía que había alguien más con él, se había disparado desde dos de las ventanas prácticamente a la vez. Con mayor... o menor tino.

Vásquez también parecía tener compañía, ambos desde la planta baja y el cañón de un rifle asomaba en una de las ventanas...

En la calle principal se había armado una buena, los disparos parecían venir de ambos lados de la calle y los forajidos no tardaron en empezar a dispersarse abandonando el centro de la calzada para buscar cobertura.

Maldiciendo en voz baja, aunque no demasiada, Josh vuelve a disparar al mismo tipo que antes.

-Maldita sea mi estampa. Espero que Vásquez no me haya visto.-

En esta ocasión el jugador tiene más tino e impacta con el rifle. A pesar de todo eran bastantes jinetes, pero cada herida contaba. O al menos eso esperaba.
También se fijo que había alguien más con el mejicano. Al parecer el pueblo tenía a más gente con agallas de lo que uno se imaginaba. Si eso era bueno o malo ya se vería.

- Sarah, Sarah Baker... - dijo mientras volvía a sonar la palanca de su rifle, parecía que le había dado la aprobación a tu puntería a fin de cuentas

Una sonrisa de satisfacción se dejaba ver en su labios después del caos que se había desatado

Por el rabillo del ojo pudo ver que el infierno se había desatado en la calle principal. Alguno de los recién llegados iban cayendo tras la calurosa bienvenida de plomo de los habitantes de la ciudad, y entre ellos, escondidos, el tahúr y el mexicano. Aquellos pobres desgraciados que no servían ni para dar sombra cumplirían con su cometido, atraer el fuego, mientras que los mayores se dedicaban a despachar a las fuerzas de la ley y a los conductores de la diligencia.

Quien sabía, con suerte los matarían y tendrían dos partes menos para repartir, tres tal vez, porque estaba seguro que el viejo Horne y Red se matarían al acabar aquella escaramuza. 

No había ido del todo mal. Es un decir. Fue un asco. ¿Qué hacían los del frente? Mamón de Josh. Un desastre. ¿Y los otros compinches? Joder. Eché un rápido vistazo a la derecha, hacia la zona del campanario. Un segundo. Había movimiento. 

Después sonreí, sin mirar a la mujer. Sarah. Tenía puntería. Nueva ronda, pensé.

Apunté con tino.

-Buena puntería, no le tiembla el pulso.¿Bebe whiskey, señorita? Sara. Si me lo permite, la invitaré a un trago cuando esto termine. 

Abrí fuego y repartí muerte por segunda vez.

Tuerce el gesto tras su último disparo, no parece haber sido tan certero como pretendía

- Si no nos agujerean la tripa antes... - estaba claro que pensaba que eran demasiados