Partida Rol por web

Continúas por las calles de aquella ciudad cuando te das cuenta que ir a Altdorf de noche, sería una temeridad. Justo en ese momento ves a un tipo de sombrero emplumado entrar en una posada.
El letrero de la posada no deja lugar a dudas, pues su cama pintada debajo de un roble ofrece un lugar donde dormir. Estás situada en un calle cercana a la principal, entre la calle de costureros y la de curtidores, es una casa de vieja construcción, pero se nota que ha sido reformada en una acogedora posada. Dispone de dos plantas con las habitaciones en el piso superior y el comedor en el inferior. Ademas dispone de otras comodidades y servicios como excusadero y establo. Tienes el presentimiento de que dormirás cómodamente toda la noche para seguir por la mañana hacia la capital del mundo de los humanos.

Según entras a la posada, un hogar caliente te acoge enseguida disipando parte del cansancio del día. El dueño, un posadero joven, enseguida te da la bienvenida.

A parte de él y del tipo con espada de duelo y sombrero con pluma que está delante de ti, otras dos personas parece que se disponen a cernar. Uno tiene cara de bruto, barba espesa y lleva un mangual al cinto. El otro es orondo, viste armadura conjuntada de cuero y en la pared cercana descansan una alabarda y un escudo típico miliciano.

Antes de que el hombre del sombrero emplumado pudiera siquiera contestar al camamero, la puerta se abre de nuevo. Una capa de viaje con capucha, de fina artesanía, tapa de las inclemencias del tiempo y el polvo del camino a su portador, aunque no así a sus armas; lanza, escudo y se ve asomar la punta de una espada por debajo de la capa. 

-Bien, esto se llena.- Dice el posadero emocionado. -Bienvenido también al viejo roble. ¿Vienen juntos?, da igual si no es así. Si desea usted también descansar, por el módico precio de seis chelines tiene la cena gratis, pues hice guiso para mis anteriores comensales pero estos tuvieron que marcharse casi siquiera sin despedirse. ¿Qué me dice?.-
 

Al entrar en la posada, Eldillor recibe el cálido ambiente con gusto, tenía ya varias noches durmiendo al aire libre y un poco de calor en la comodidad de una buena cama, previo a un baño tibio es todo lo que necesitaba.

Sin perder tiempo, se retira la capucha para mostrar su rostro elfico, dejando ver su tranza larga, de un rubio blanquecino, ojos de color verde oliva.

Asintió con la cabeza y contesto al posadero –Seria todo un gusto mi estimado-

Procedió a mirar el alrededor, observo las pocas mesas vacías, entre ellas las que estaban próximo al señor con un sombrero de pluma.

Antes de ir en dirección a la mesa dijo al posadero –sería tan amable de darme un poco de agua para tomar-

Habiendo dejado su escuro, lanza, espada y ballesta a un lado de este, procedió a sentarse y desear en acabar rápido con esta comida para irse a bañar y dormir.

ya había encontrado una posada en la que pasar la noche, algo que no me había costado mucho, y para mi suerte, había comida gratis, por lo que no iba a perder mi oportunidad, "yo pédire una noche de descanso" le digo al posadero.

Enseguida el posadero saca dos cuencos de madera con sendas cucharas y se dirije al puchero puesto en el fuego. Con habilidad llena los dos cuencos y os los sirve, uno al elfo otro al humano.

-Tengan cuidado que quema un poco.- Al momento llena una jarra de cerveza espumosa y se la sirve al humano, de rasgos curtidos y cabellera castaña. Se nota que el espadachin no es de la zona. Después, el posadero desaparece por una puerta que hay detrás de la barra, volviendo un momento después con una jarra que se la pone al elfo.

-El servicio de bañera cuesta 1 chelín. Le pondré el agua a calentar.- Dijo el posadero al elfo, que parecía un poco intimidado con su presencia.

Al ver el plato, noto como sus papilas gustativas ya se preparaban para saborear lo que tenía allí de frente. Poco importaba que tan buenos supiera, sería la mejor comida que tendría en días y para el cansado elfo eso era suficiente.

Tras alejarse el posadero para servir al individuo del sombrero, Eldillor se percata de algunos rasgos en el comportamiento del individuo y analiza estos con los observados desde su llegada por los habitantes del lugar, por lo que deduce que tampoco es de por estos lados.

-Gracias, subo en un momento- dijo mientras recibía el agua y le era informado sobre el baño.

Luego de unos minutos y terminado casi el cuenco, mira nuevamente al individuo del sombrero y dice desde su mesa –Saludos estimado compañero, supongo que una causa común nos trae por estos paraderos-

Miro alrededor suspicazmente y prosiguió –siendo más claro, asumo que también vienes a enrolarte, o ¿me equivoco? -

El bueno de Vasile se lanza a una perorata interminable  sobre su familia , su planes para ser alguacil ..Hubo un momento en que yo también tuve familia y planes ..Apuro la cerveza respondiendo al brindis  -Prosit -  y solo al dejar la jarra vacía sobre la mesa me fijo en los recen llegados.Uno es claramente  un estaliano pero el otro  es un elfo ..Acaricio el amuleto de Sigmar con la mano izquierda mientras apoyo la derecha sobre el mangual ..¿Enrolarte , elfo ? digo levantando la voz para hacerme oír .Eso quiere decir que al menos no seras un maldito  mago   .No tendremos que preocuparnos  de que nos embrujes  o de que contamines nuestras almas con magia elfica 

Escuchando cada palabra con atención, que escupía el individuo, arquea las cejas pensando –por los dioses, cuanta delicadeza en un solo hombre-

Procede a tomar el recipiente de agua y hacer señal de brindis en dirección al esperpento de barba con cerebro.

-Gracias por las consideraciones mi estimado… ¿cómo dice que se llama señor? - sabía que con el ánimo de tan acalorado ser, fácilmente respondería con atrocidades o mejor aún, una gran sutileza digna de un ogro.

Hans..Respondo  sin pensar llevado por la cerveza  y el tono burlón del elfo .Como ves no me importa  decirte mi nombre  Sigmar  me  protege de  toda magia ..Continuo pero sin soltar el amuleto por si acaso .

-oh- pensó asombrado por el acto inesperado.

-Es un placer estimado, mi nombre es Eldillor- dijo sonriendo al ver su mano en el amuleto –puede estar tranquilo mi señor, no se hacer magia-

-¿Está usted también interesado en entrar a la milicia? - pregunto y dio un sorbo de la poca agua que quedaba.

Por supuesto .Digo  levantando el mangual . Rompecraneos  y yo pronto estaremos llevando la cólera de Sigmar a las tierras de nuestros enemigos.Miro al elfo de arriba a abajo .¿estas seguro de que darás la talla ? no me pareces nada impresionante 

Sonríe el elfo, ante tan sutil comentario.

-Sabes, esa es la belleza de las cosas… las apariencias engañan-  dijo, mirando su arma.

-Qué te parece si vamos afuera y medimos nuestras pericias estimado compañero en armas- había probabilidades de que no aceptaría, no creería que sería tan arriesgado como para ir a un reclutamiento luego de llevarse tremenda paliza… pero quien sabe que pasaría por la cabeza de este espécimen.

Me rasco la  barba pensativo desalojando en el proceso a algún que otro huésped mientras pienso en la propuesta del elfo .Sonrío de oreja a oreja  y me levanto  desperezandome   .¿Por qué no?podemos  realizar una pequeña competición amistosa ..supongo que la guardia no dirá nada mientras lo hagamos sin armas .Miro al posadero ..¿Cómo son de  estrictos con las peleas en este pueblo?¿ Se conforman con una buena multa o son mas de picota ?

-Rayos, este hombre tiene pelotas- se dijo el elfo –me inicia a caer bien-

Se levanta y mira al posadero esperando su respuesta, de alguna manera su cansancio se había esfumado.

-si esto es permitido, el que gane paga la habitación, ¿te parece? -  terminó diciendo mientras le extendía la mano para estrecharla en sigo de acuerdo.

sin dar espacio a responder a su propuesta, le mira sonriente y dice –Sera divertido, darte una paliza-  

-Señores por favor...- Dice el posadero un poco alarmado por el hecho de que afuera, justo enfrente de su posada, dos individuos vayan a plantarse cara. -Sea amistoso o no lo sea, el ruido atraería la atención de la gente decente que duerme. La picota sería lo mínimo a lo que la guardia, por solo el hecho de hacerles venir aquí, les encadenaría.-
 

Justo en ese momento, con los dos levantados y el posadero intentando mediar para salvar la reputación de su posada, se oye un estruendo de cascos y madera en la calle. Parece un carro y sea quien sea el cochero parece tener prisa. Sin embargo la suerte o la desgracia hacen que el ruido se detenga y el carruaje pare justo enfrente de la posada.

Unos segundos más tarde, la puerta del Viejo Roble vuelve a abrirse de un empellón. Un viejo alto y delgado, de pelo cano que viste polainas a rayas, botas altas y gorrilla emplumada. Chaqueta de cuero duro, espada al cinto y arcabuz a la espalda, mira desafiante desde el umbral manteniendo la puerta abierta. 
Sus severos ojos os examinan uno por uno, discerniendo la escena. Cuando habla, su tono serio y autoritario le delata como militar, pasado que las mellas de sus armas no desmienten.

-Bienvenido al Viejo roble señor, ¿que se le ofrece?.-

-Comida, descanso y un baño, para mi hija y para mi. El cochero puede dormir en el establo.-

-¿Su hija señor?.

Detrás del viejo soldado, entra en la posada una bellísima joven dama. Su pelo recogido favorece sus almendrados ojos y sus labios sonríen tímidamente. Porta con elegancia un vestido verde esmeralda de terciopelo con bordados en hilo de oro y una capa de viaje azul oscuro cae sobre sus hombros y espalda.

La mirada del viejo os observa clavándose en vuestras mentes durante unos instantes, antes de dejar caer ruidosamente el arcabuz encima de una mesa cercana al fuego.

-S..si señor. Enseguida señor. El guiso qu...

-Será suficiente para los dos.- El viejo cortó en mitad de la frase al pobre Tegorff que, sin más dilación, pasó un paño limpio sobre dos cuencos de madera, sirvió guiso al padre y a la hija y salió como un relámpago para abrir el establo y ayudar a guardar el carruaje.

Al escuchar al posadero decir que no se podría llevar acabo lo propuesto, sonríe y le guiñe el ojo derecho al tosco amigo diciendo –Te salvaste de tremenda paliza, ¿probamos mañana? - sabía que esto sería una rencilla sana con este hombre, pero le animaba.

Lastimosamente un individuo nada discreto irrumpió en la escena, por lo que toda la diversión se fue al caño, quedando ahora una tensión en el lugar.

-por los dioses, que es lo que pasa con esta ciudad… cuanta gente cálida- se dijo a sí mismo, cuestionándose si estaba en lo correcto en venir a ofertar sus servicios a este lado -Seguro que en el otro lado la gente podría ser diferente- se descubrió pensando mientras el intruso se acomodaba como elefante en madriguera de ratón.

Observo claramente la amenaza implícita de este al poner el arma en la mesa y se dijo –beh, suficiente por hoy-

-Perdone estimado, perdone por dejarle con la palabra en la boca- dijo dirigiéndose al del estoque, se despidio del ogro humano (Hans) y procedió a ir con el posadero.

-Podría usted, si es tan amable de indicarme mi habitación, necesito ese baño- le dijo discretamente ya con sus pertenencias consigo.

-La penúltima a mano izquierda. El agua del baño está tibia.- Dice mientras sale a cerrar el establo.

-Gracias- respondió sin más, procedió a caminar hacia su cuarto, para obtener el merecido descanso.