Partida Rol por web

-Vaya, vaya.- Pensó Anawelle. -La competencia nos invita a un trago.- La humana se fijó en elfo, el único de su grupo que, a su entender, poseía una verdadera capacidad para enfrentarse a ese mal existente en la mina. Tanto el chico como el soldado serían la compañía enviada por el padre del joven noble para cubrirle las espaldas...-a menos que sepan algo-.

En la cabeza de Anawelle se formaba una manera de conseguir esa información.

-¡Dejad que hable tan ilustre noble sobre los peligros de esa mina!.- Poco a poco se acercó hasta donde estaba el noble contoneando las caderas. Los ojos marrones de Anawelle centellearon sexys, con un poco de malicia.
Si su teoría era correcta, la perdición de un noble siempre es la arrogancia y la de un hombre es la mujer. Juntando esas dos cosas, subiéndole el enorme ego que de seguro ya tenía e incitando sus intintos más primarios, era muy posible que esa misma noche Anawelle consiguiera información valiosa. -Pues estoy segura que un hombre tan imponente no teme a ningún mal. Y yo, _te deseo oirlo de su boca.

La había sido puesta. Ahora tan solo tenía que hablar. Como siempre hacen los nobles.

En el momento en que Anika le habló de forma tan descortés al enano, Viveka intentó darle un golpe en la pierna y lo hubiera logrado, si esta no se hubiera levantado de pronto. Por más que lo intentaba, Anika era cada vez más imprudente con sus palabras. "¿Qué le pasa a esta niña?". 

Pretendía reprender a Anika y ofrecer una disculpa al enano cuando este terminó de hablarle, es claro que no le había gustado nada lo que escuchó y la disculpa no era por miedo, sino por la educación a la que estaba acostumbrada cuando era una niña acomodada en Nuln y por no perder el respeto ante desconocidos. Cuando se disponía a regresar a Anika a su asiento, comenzaron a hablar desde el fondo. Se presenta un joven que para Viveka, no tiene idea de lo que está hablando. Viveka no habría puesto más atención si Anawelle no se hubiera pronunciado, así que observó atentamente lo que pasaba. 

-"Jajajajajaja, niña. Tienes un problema con esa boca tuya, deja escapar lo primero que le viene a tu cabeza de chorlito, jajajajajaja."

La risotada del enano golpeó a Anika de manera casi física, haciendo que su cuerpo se arquease por la explosión vocal de su vozarrón; suspiró aliviada de no haberse metido en una pelea con alguien tan terrorífico y de pura liberación se le escapó una risilla a ella también.

- Jijijijiji, sí que me pierde esta cabecita mía; la verdad es que si no hubieses llegado a reírte mi vejiga habría cedido, ay, la que estaba liando, jijijijijiji- bromeó con el enano, qué bien le caía y qué miedo que daba, si estaba con ellos no habría quién se les enfrentase-. Oye, ¿tú te fías de ese tipo tan emperifollado? -le preguntó en bajito a Finbogasson con respecto a Gottfried Von Friek- Porque prefiero que Viveka confíe en ti que en él, desde luego ¿Verdad, jefa?

Las miradas de la líder eran un poema narrando un sinfín de amonestaciones y castigos, de manera que Anika sonrió de nuevo y pidió cervezas también, ya que era lo que bebía el enano cachas.

- Jarras por aquí también, sí, sí, sí- atosigó al camarero, mientras le daba monedas a Viveka y se ponía en pie para ausentarse-; me voy a retirar un momentín para evacuar el miedo que os tengo a ambos antes de que se me escape aquí mismo.

Anika se escabulle por el gentío, escuchando los comentarios de la gente para obtener información y buscando victimas que estén en estado de profunda borrachera para birlarles la plata. Siendo siete chelines de plata la noche y teniendo ella sólo 2 sería mejor que Ranald le sonriese ella, poniéndole la zancadilla a un par de estas buenas gentes.

¿Qué se cuenta de la mina? ¿Y del noble este? ¿Algún chisme interesante?

de la mina se dice que esta embrujada y segun los enanos se sospecha de unos seres que moran debajo de la tierra, sobre el noble no saber mucho, solo que es de reikland, algo que ya sabíais, y el alguácil, al ser interrumpido por el noble, ha dicho que los aventureros saldran al alba para la mina.

Percepción: ¿Alguien en estado de exaltación de la amistad o aún más bebido? [Gasto suerte si fallo porque me interesa mucho]

la inmensa mayoría de la taberna

  Juego de manos: Para librarles de las riquezas que tengan al alcance [obvio que aquí gasto suerte, que si me pillan la lío]

consigues un total equivalente de 4 co, de varias personas y en distintas cantidades de moneda.

Viveka recibió el pequeño saco de monedas que Anika le confió y la observó mientras se perdía entre las personas, pues sabía que si la escuchaba podía regresar y seguir con sus bromas. 

-Por favor disculpa a la niña, su manera de ser la hace un poco descortés en ocasiones, pero no tiene mala intención...

Dijo dirigiéndose al enano a quien antes Anika había molestado. -Espero no te moleste tener que compartir la mesa con nostras un rato más...-. Viveka terminó con una pequeña sonrisa y entrecerrando sus ojos verdes. 

Cada uno se divierte a su manera, Anika y Viveka se pierden entre la multitud, sacando beneficio de la situación, sobre todo la primera, Anawelle se pone a hablar con el noble para conseguir algo de información, pero descubre que el "cortes" hombre no es mas que prepotente arrogante que cree que lo que sea que allá en la mina va a rendirse a sus pies por el "ilustre" linaje que corre por sus venas y no deja de manosearla, aunque el soldado que lo acompaña es mas educado y consigue sacarle de la situación y contar lo poco que sabe, que es sobre unos seres ratonicos o algo así, por su parte, el matador ha encontrado unos compañeros de bebidas competentes (otros enanos), y se a pegado una buena antes de su misión que le pueda costar la vida y cumplir su juramento de matador, y el kislevita...*

De igual manera, todos os despertáis al alba y salís de la posada en dirección a la mina, dirigidos por el alguacil de la noche anterior, el camino no es fácil, mas que por peligros, por el empinado y estrecho camino de montaña que hay que recorrer hasta la zona donde se encuentra emplazado la mina, donde os encontráis una imagen desoladora, en la planicie que hay en la entrada de la mina propiamente dicha, donde estaría el almacenamiento y cosas así, os encontráis a los milicanos y mineros del pueblo, así como a los restos de la delegación enana sobreviviente, todos con una mirada sombría en el rostro y cabizbajos, como si hubieran fracasado.

nada mas llegar a la mina, un enano se acerca a la comitiva, y por su armadura, es fácil distinguirlo como el lider de los rompeescudos que han llegado de ayuda, el cual se pone a contar a todos los que han llegado, y luego suelta una palabra que solo los enanos entienden como elfo, "bienvendidos, soy Brokk Piedradura y os doy la bienvenida a la mina, ir formando en grupos y formar grupos, los que se queden sin grupo, los repartiremos” dice en riekpiels el enano y luego mira sorprendido a Finbogasson, “que Grungni nos bendiga, un hermano matador, hoy es posible que cumplas tu juramento de matador”

El noble no sabía nada, ni el elfo que lo acompañaba y encima la habían metido mano, eso la puso de mal humor. Un humor que no mejoró con el difícil camino de montaña que les esperaba después del desayuno.

Para cuando llegaron a la mina, su mal humor se desvaneció. Las caras de agotamiento, pesadumbre e impotencia de los que allí hallaron no pasó desaparcibido para la humana, que sintió un gran peso en su corazón. -Tantas vidas segadas...- Pensó para sí misma mientras se prestaban en la entrada.

Un enano llamado Brokk les había dicho que se emparejaran o la emparejarían. Miró al noble pomposo y arrogante con repugnancia y luego al enano con el pelo en una cresta, aquél que, según Brokk, cumpliría su destino de matador. O moría o cumpliría con su promesa.

-Necesito tus brazos y tu necesitas mis habilidades. ¿Estás de acuerdo?.- Le dijo acercándose a él.
 

Al despertar a la mañana siguiente, mi cabeza me daba vueltas como las aspas de un molino. Mal brebaje me dieron. Pero este mal se evaporó rápidamente con la perspectiva de la marcha a la mina y un buen desayuno amenizado con unas cuantas jarras de cerveza.

El camino a la mina hubiera sido tedioso de no ser por las caras que ponían las demás personas de la comitiva. No estaba tan mal el camino, no se de qué se quejaban, jajajaja. Cuando llegamos, se adelantó un hermano rompehierros que nos indicó que formáramos grupos.

-"Hola Brokk, estoy seguro que mis pasos me han traido al sitio idóneo para cumplir mi juramento. Estoy seguro que aquí encontraré una muerte honorable que el gran Grimnir aplaudirá."

Al momento Anabelle se dirije a mi.

-"Muchacha, si quieres formar grupo conmigo te acepto. Pero solo para que narres mis combates y des fe de mi valentía."

Vuelvo a dirigirme a Brokk, pero en khazalid.

-"Y bien, cuéntame qué os ha pasado ahí abajo. ¿Cómo es posible que un regimiento de rompehierros halla sido rechazado?"

La noche pasó rápido para Viveka al lado de Anika, con uno que otro regaño para esta última...

El día inició con el desayuno, el cual Viveka comió con calma para que no le causara inconvenientes durante el camino y qué bueno que lo hizo, pues la cuesta era pronunciada y le exigía más esfuerzo del habitual. Habría sido más duro si Anika no hubiera estado cerca, pues sus gestos la distraían un poco del cansancio. 

Al llegar a la mina, se topó con una triste escena, los rostros de quienes se encontraban en el lugar no la animaban en lo absoluto. Un enano comenzó a decir que debían emparejarse, estaba claro que iría con Anika, pero como a ella le encantan las bromas, le dio una mirada para que no pensase en pegarse a otra persona. 

-Bien Anika, parece que esto no será nada fácil, no lo olvides, confío en ti y tus habilidades-. Le dijo mientras observaba a Anawelle unirse con Finbogasson, "Quién diría que ellos harían pareja al final".

Al llegar el alba, despertó sin muchos males a los que pensar, mas bien la había pasado muy bien observando todo aquel alboroto en la posada la noche anterior.

Observo que todas sus pertenencias estaba desparramadas en la habitación -Una buena noche al parecer- se dijo sonriendo un poco al llegar vagos recuerdos de la misma.

No paso mucho para este unirse al grupo, no hablo en todo el camino y solo pensó en lo que supondría bajar a esos sitios... no le agradaba para nada estar tan encerrado -vaya usted a saber cuanta gente desaparece entre la devoradora oscuridad- pensó al imaginarse los posibles horrores del frío lugar.

Escucho la conversación de los demas con el enano que les recibía y sin decir muchas palabras, el gran hombre se poso al lado de aquel enano con parche -me voy contigo camarada- termino diciendo.

Sabia que no estaba siendo amable, mas para que serlo cuando a todos les tocaba la misma suerte y ya se había dicho lo que se tenia que hacer.

- Tu confianza me halaga, jefa -dijo ilusionada tras haber dormido como un tronco-; oye, ¿no es ese el enano terrorífico y mi contacto? -tironeó de su manga para que se acercasen pronto hacia ellos mientras saludaba con su otra mano en la distancia hacia Anawelle.

Llegó para cuando Dimitri acababa de unirse, la oportunidad perfecta para que apareciesen ante los demás. Ranald les tenía en buena estima y les estaba permitiendo estar en el lugar correcto en el momento apropiado. Cuando el matador miró en su dirección gesticuló con índice y pulgar como si se estuviese cosiendo los labios, un compromiso no verbal por su parte de decir el menor número de atrocidades posibles en su dirección, sellándolo con un guiño de ojo --- como el ojo que a él le faltaba.

- Saludos y buenaventura -dijo presentándose rápido ante el kislevita Dimitri, temiendo de nuevo haberla liado por accidente con el enano y queriendo distanciarse de su gesto anterior con una ridícula reverencia que por los nervios casi la llevan a tropezar-, yo-yo-yo soy Anika y esta es mi jefa Viveka; ayer tuvimos el gusto de coincidir con Anagüel y Finbogasson ¿verdad que sí? Erm... ¿Una moneda de la suerte para el camino?

Estaba claro que si queria que su misión tuviera éxito, la suerte no le daría un buen grupo, asique decidió intervenir y forzar la fortuna.
Acercándose a la "jefa", Viveka la había llamado Anika, Anawelle sonrio un poco. No es que fuera jovial y alegre, sino como un gesto de cortesía hacia alguien en igualdad. Alguien peligroso.
-Saludos Viveka. No nos han presentado formalmente mas creo acertar al decir que ambas tenemos un caracter similar.- Su mirada se desvió hacia la joven Anika. -¿sabe hacer algo a parte de embaucar con su alegre caracter?.- Era, por supuesto, una pregunta que no necesitaba contestación. Anawelle sabia perfectamente que asi era, pero confirmar sus cualidades seria crucial para el éxito de la misión. -¿Estariais interesadas en uniros a nosotros?.- Dijo señalando con la cabeza al enano matador.

"¿un regimiento?, ya me gustaría a mi, pero solo he venido con una veintena de rompeescudos que me son leales y unas pocas docenas de mineros voluntarios, es todo lo que pude reunir, nuestra ciudad fortaleza iba a ser atacada por una horda de sucios pieles verdes y esto no me olía a nada bueno, es por eso que vine" dijo el enano al matador, "espero a ver tenido un buen presentimiento, he perdido a varios de mis hombre y a un puñado de mineros el primer día, unos skaven nos atacaron, aunque no sería nada extraño si no fuera por el hecho de que eran como dos clanes, uno de ellos no ataco de frente, y el otro salto desde el techo, lo raro es que los del techo, una vez habían huido las otras, continuaron combatiendo en inferioridad numerica, es algo raro, y me pone los pelos de punta, esas ratas son cobardes por naturaleza, no tiene sentido que de repente se vuelvan valiente y luchen hasta la muerte, tras esa batalla no he vuelto a entrar con mis rompeescudos, pero los mineros han estado haciendo patrullas con los milicianos y algunos no han podido regresar" sigue comentando el enano, esta vez con la cara hacía abajo, como si estuviera avergonzado, "así que te pido que puedas vengar sus muertes, y espero que busques compañía, puede que haga el juramento por esta acción" continua el veterano rompeescudos.

Veo que Brokk me contesta en reikspiel, dado que has marcado a todos, así que le hablo ahora en reikspiel.

-"Es bastante raro sí. Esas sucias ratas apestosas salen huyendo al más mínimo pedo que nos tiremos. Algo más debe de haber ahí abajo. Dile a tus muchachos que no se preocupen, intentaré recuperar los cuerpos de los caídos. En cuanto a tí Brokk, si decides cruzar la línea de los matadores, ten por seguro que la vida ya no será como antes. Y yo con gusto, aceptaré la ayuda de un hermano de batalla. ¡Por Grimnir!"

Veo que un hombre fornido se acerca ofreciéndose a formar grupo, igual que las dos muchachas de anoche.

-Bueno, ¡qué demonios! Así no me aburriré tanto.

Miro a los allí congregados alrededor mía y les miro fijamente uno por uno.

-"Está bien, haremos un buen grupo los cinco. ¿Por qué seremos cinco, no?" Me giro preguntando a Brokk.

Viveka fue llevada por Anika hasta el pequeño grupo que se estaba formando. Después de la reverencia en que casi cae Anika, Anawelle se dirigió a hacia ella saludándola. -Es un gusto conocerte oficialmente Anawelle, pues ayer nuestra presentación quedó en manos de terceros- contestó lo más casual que pudo, pues efectivamente el carácter de Anawelle era similar al de ella, un poco imponente y por ello, sabía que dos personas tan parecidas en ese aspecto tenían la posibilidad de disgustarse rápidamente.  -Pues como habrás notado en los rostros de quienes les ha tocado vivir las desventuras de este lugar, para salir vivos de aquí, necesitaremos toda la ayuda posible y a pesar de que te he visto muy poco, sé que eres astuta. Además, necesitamos fuerza para cubrir nuestros puntos débiles y creo que a tu lado tienes a los indicados-. Dijo mientras daba un pequeña sonrisa al final. 

-Aún así...-. Dijo mientras levantaba un penique de la mano de Anika, -nunca está de más un poco de suerte-. Concluyó mientras levantaba la moneda y guiñaba el ojo derecho. 

Dimitri observaba el grupo y se extrañaba de estas personalidades tan coloridas, no estaba acostumbrado a tanto parloteo. 

Se aproxima al enano que los recibió y dice -Puede explicar todo lo que quiera mientras bajamos, ¿no?-

No tenia muchos deseos de bajar, pero a esto vino y esto hará. 

Anawelle asintió a Viveka, aunque su atención pronto se centró en el último miembro del grupo. -Estoy de acuerdo con el Kossar.- Dijo Anawelle examinándolo de reojo. Sin duda era un guerrero de kislev y les vendría bien otra espada. -Cuanto antes comencemos antes acabaremos.-